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jueves, 26 de abril de 2012

Feminismo en Cuba







La Habana tiene una nueva imagen urbana, tanto por sus transportes –los metrobuses de la Fiat--, como por la moda que llevan las jóvenes, que enseñan el ombligo, y los muchachos con sus aretes en las orejas.


Existen en la ciudad cajeros automáticos y las y los cubanos pueden acceder libremente a las casas de cambio. Estuve más de dos horas frente a Coppelia observando los cambios de moneda, de dólares a la nacional o al peso paralelo llamado CUC, de nacionales y extranjeros.

Los autobuses llegan cada diez minutos a las paradas, es fantástica la costera de noche y se puede cenar en el Neruda, un súper restaurante con mariscos, como en Chile, cenar todas, de cualquier país, incluidas las cubanas.

Pero por dentro los cambios son de otra manera. Hace unos días, en presencia de cientos de personas se celebró por primera vez el derecho a la homosexualidad y el lesbianismo, cuando hace dos décadas todavía se encarcelaba y perseguía a quien eligiera libremente su opción sexual.

Ahora el 43 por ciento de quienes están en el parlamento son menores de 40 años y en Cuba el mecanismo de la mujer, como se les llama a los institutos o secretarías de Estado por la equidad, no está bajo el control del Gobierno, sino de la Federación de Mujeres Cubanas, que las malas lenguas dicen que está en un proceso acelerado de cambio.

Es la hija de Raúl, dicen por las callejuelas de la capital, es ella la que ha modernizado la discusión, aunque los cambios culturales, como dice Isabel Moya, la directora de la editorial Mujer, todavía están por venir.


Pero lo que han logrado un puñado de profesoras universitarias, un puñado de periodistas y algunas otras mujeres y algunos hombres, es comenzar lo que para nosotras es bien antiguo. Comenzar los estudios de la mujer y de género, con una perspectiva distinta. Reconstruir la genealogía femenina para desmontar el sistema patriarcal. Hoy en Cuba se habla de feminismo y patriarcado, impensado hace apenas unos años.

Ahora se recuperan los nombres. Camila Henríquez Ureña ha sido desenterrada, sus cartas personales y su lucha por el voto estudiada desde una perspectiva de género; las cineastas, las maestras, los estudios sobre los antecedentes de la organización de mujeres cubanas a principios del siglo XX, y se hacen retrospecciones sobre los mensajes de la televisión cubana.

Se indaga el pasado y también el presente. Por octava ocasión, entre el 26 y el 29 de mayo, se realizó el Encuentro Iberoamericano Género y Comunicación. Estuvimos hombres y mujeres de 11 países. Lo más ganado para mí es este cambio en las mujeres que propician la discusión crítica.

Una profesora, Beatriz Casal, es teóloga feminista; y Aloyma Ravelo escribió un libro sobre sexualidad, impensable hace 15 años, que tuvo un tiraje de miles y miles de ejemplares, y que ahora está agotado. Ella, Aloyma tiene una columna en la revista Muchacha, donde discute los derechos sexuales y reproductivos de las cubanas que, teniendo el derecho al aborto, su sexualidad ha sido marcada por las necesidades de ellos.

En el Encuentro, ya paradigmático, celebrado en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, sito en la avenida de los presidentes, apareció Ernesto Vera, que todos los días manda las reflexiones de Fidel Castro por Internet. Vera se había negado, sistemáticamente, a acompañar las reflexiones. No se entiende por qué habría que hablar de mujeres y hombres desde otro lugar. Ahora, al menos escucha.

Todo ello no quiere decir nada. Las cubanas que nos horrorizaron en los años 70, por mantener el estereotipo luego de 12 ó 13 años de Revolución, conservan su coquetería y enajenación femenina, las mismas que no son la Lucía de aquella película donde se criticó el machismo, pero que luego erradicaron la celebración de los 15 años, viven en una contradicción, como todas.

El nuevo paisaje urbano que incluye la reparación de miles de edificios y plazas, de autos y aire acondicionado, incluye un viernes por la tarde la visión de jovencitas, vestidas de largo, a pleno sol con corona de brillantitos y espejuelos baratos, esas que celebran con baile y chambelanes los 15 años ¿Una regresión?, pregunto, y la vendedora de una casa de artesanías para turistas, dice no “una costumbre, una tradición”.

En nuestro Encuentro ponerle género a las buenas intenciones de los estudios aún cuesta un poco, pero si de verdad hay voluntad política del Gobierno, como dice Gladis Egüez, antigua militante de la FMC, habrá modernización. Todavía grandes resistencias están a la vista. Y grandes cambios de pensamiento en muchas jóvenes y muchos jóvenes.

En La Habana está la sede de la Red Iberoamericana de Estudios de la Masculinidad y desde la editorial Mujeres se empiezan a exportar talleres para periodistas en América Latina y uso de las nuevas tecnologías de la comunicación.


En la agenda inmediata se discute en el Parlamento una ley que reconozca las parejas del mismo sexo. Y nuevas modificaciones al Código de Familia, cosas empujadas lentamente desde esa Federación de Mujeres que preside hoy la hija de Raúl Castro.

Por Sara Lovera*

* Periodista mexicana. Corresponsal de Semlac e integrante del Consejo directivo de CIMAC. Cumple este año 40 de vida profesional. Reportera durante tres décadas y fundadora de las redes de periodistas.

08/SL/GG/CV

2 comentarios:

  1. No todas las cubanas se pueden sentar en el Neruda. Lo siento por Sara Lovera, pero la mayoria no se puede sentar... mas lo siento por las cubanas porque ciertamente el lugar invita pero es en caro y en la moneda que la mayoria no gana...

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    1. Es un placer para nosotrar contactar con mujeres cubanas. Queremos ser ecco de sus preocupaciones, trabajos y logros. Contamos con tu ayuda para hacerlo efectivo. abrazos

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HH

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