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miércoles, 9 de diciembre de 2020

Eleanor Butler y Sarah Ponsonby las damas de Llangollen

Lady Eleanor Butler & Miss Ponsonby 'The Ladies of Llangollen'

Las Señoritas de Llangollen fueron una pareja de damas de la aristocracia Anglo-Irlandesa, cuya relación escandalizó y fascinó a sus contemporáneos. Son ejemplo de mujeres que se saltaron los mandatos sociales que sobre ellas recaían y construyeron una vida a su medida, a pesar de los pensamientos ajenos que parecen menos comprensivos entre más distantes.

Lady Eleanor Butler (11 de mayo de 1739-2 de junio de 1829), procedía de una familia católica irlandesa, era considerada una ratón de biblioteca por su familia, que vivía en el Castillo de Kilkenny. Hablaba francés y fue educada en un convento en Francia. Su madre intentó que ingresara en un convento a medida que se iba convirtiendo en una solterona.

La Honorable Sarah Ponsonby (1755– 9 de diciembre de1831) vivía con sus parientes en Woodstock, Irlanda. Era hija de Chambré Brabazon Ponsonby y Louisa Lyons. Era pariente de Frederick Ponsonby, Duque de Bessborough, y de su hija Lady Caroline Lamb. Su huésped, Sir William Fownes, intentó en varias ocasiones abusar sexualmente de ella.

Sus familias vivían a unas 15 millas (unos 25km) la una de la otra. Se conocieron en 1768, cuando Sarah tenía trece años y Eleanor veintinueve. Rápidamente se hicieron amigas, en los diez años que siguieron su relación fue haciéndose más íntima. Trazaron un plan para retirarse en el campo. Su sueño era vivir juntas de forma poco convencional.

Ante la posibilidad de ser obligadas a contraer matrimonio forzoso, huyeron del condado Kilkenny juntas y vestidas de hombre, en abril de 1778. Sus familias las persiguieron y lograron convencerlas para regresar, pero volvieron a huir y esta vez no consiguieron convencerlas. Se fueron con una sirvienta, Mary Caryll, que vivió y trabajó para ellas sin cobrar nada durante el resto de su vida, y que fue enterrada en la misma parcela y recordada en la misma tumba. 

Decidieron mudarse a Inglaterra pero después de un viaje por Gales finalmente decidieron establecerse allí. Primero alquilaron una casa en el pueblo de Llangollen, y posteriormente se mudaron a las afueras del pueblo, donde compraron una cabaña a la que llamaron Plas Newydd, o "nueva mansión" cerca de la villa en 1780. Se dedicaron a llevar una vida acorde con sus ideales, que consistía en lo que ellas denominaron enriquecimiento personal, cada día se leían la una a la otra y estudiaban idiomas, literatura y geografía. Les apasionaba la obra de Jean Jacques Rousseau. Tan solo vivían de una modesta renta procedente de sus intolerantes familias, y finalmente de una pensión civil. Mejoraron Plas Newydd en estilo gótico, con paneles de roble galés, arcos apunt​ados, ventanas de vidrio, una amplia biblioteca en la que recibían a muchos de sus invitados.  Contrataron un jardinero, un lacayo y dos sirvientas. Ello las llevó a adquirir una deuda considerable, teniendo que confiar en la generosidad de sus amigos.​


Ocupaban la mayor parte de su tiempo en recibir a amigos y visitantes curiosos, en una extensa correspondencia, en estudios de literatura e idiomas, y en mejorar su propiedad. Con el paso de los años, incluyeron asimismo una granja circular y un jardín muy suntuoso. Eleanor llevaba un diario sobre sus actividades. La gente de Llangollen se refería a ellas como "las damas". 

Tras un par de años de vida en común, su caso llamó la atención del resto del mundo. Su casa fue visitada por personalidades de la época ​ Incluso viajeros de Europa continental habían oído hablar de la pareja y vinieron a visitarlas, como por ejemplo un noble alemán  paisajista que escribió sobre ellas. 

La señoritas fueron conocidas en toda Gran Bretaña, pero en realidad su vida no era muy excitante. ​ La reina consorte Carlota de Mecklemburgo-Strelitz quiso ver su casa y persuadió al rey Jorge III para que les otorgase una pensión. Finalmente sus familias aceptaron su estilo de vida.


Butler y Ponsonby vivieron juntas el resto de sus vidas, casi cincuenta años. Sus libros y su cristalería tenían grabadas las iniciales de ambas. Hacia el final de sus vidas, ambas vestían con ropa de montar negra, y sobreros de copa de hombre; algunos de sus visitantes lo consideraban excéntrico y pasado de moda - especialmente el polvo en sus cabellos - pero los vecinos pensaban que dicha ropa era práctica para vivir al aire libre. 

Los rumores sobre el hecho de que tenían relaciones sexuales circularon durante toda su vida, y en 1791 una revista las describió dando a entender que la relación de ambas era de carácter sexual. Conforme a la opinión de Patricia Hampl, les horrorizó dicha idea y se opusieron a la información de la revista hasta el punto de consultar a Edmund Burke sobre la posibilidad de denunciar a la revista por libelo. 

En clara contradicción a los escritos de su contemporánea Anne Lister, no hay nada en su correspondencia o diarios que indique la existencia de una relación sexual.  Hay quien considera que la relación entre Butler y Ponsonby era un matrimonio bostoniano, o una relación romántica entre dos mujeres que decidieron vivir juntas y tener "una relación similar a un matrimonio". ​ Otros consideran que tuvieron una amistad romántica no-sexual. 


Eleanor Butler murió el 2 de junio de 1829 a la edad de 90 años. Sarah Ponsonby murió dos años después el 9 de diciembre de 1831, a los 76 años. Mary Caryll murió el 22 de noviembre de 1809.

Su casa es ahora un museo gestionado por el ayuntamiento de Denbighshire County. Las tres están enterradas en el St Collen's Church en Llangollen.

Butlers Hill, cerca de Plas Newydd, lleva este nombre en honor a Eleanor Butler. Un edificio lleva el nombre de 'The Ponsonby Arms' en honor a Sarah Ponsonby.

https://www.buzzfeed.com/hilarywardle/increibles-mujeres-del-movimiento-lgtb
https://www.fembio.org/english/biography.php/woman/on-this-day/11-05-2020
https://es.wikipedia.org/wiki/Se%C3%B1oritas_de_Llangollen

2 comentarios:

  1. Maneras diferentes de vivir que aun hoy en algunos lugares resultan extrañas. Gracias por compartir. Un saludos.

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    1. Seguimos necesitando empatía y comprensión por encima los valores patriarcales impuestos . Gracias Ainhoa

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HH

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