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lunes, 11 de agosto de 2025

Stella Díaz Varín poeta chilena de la Generación del 50



Stella Díaz Varín también conocida como La Colorina (La Serena, 11 de agosto de 1926 - Santiago, 13 de junio de 2006), fue una poeta chilena de la Generación del 50. Su estilo profundo y filosófico sin precedentes, así como su personalidad polémica, marcaron un antes y un después en la poesía chilena.


Stella Díaz Varín nace dentro de una familia de clase media; su padre fue un relojero anarquista que inculcó a la escritora su ideal político y su madre, descendiente de una familia de abolengo de origen francés, sumamente venida a menos. Esto, sumado a sus apasionadas lecturas, provocan que desde pequeña publique artículos y poemas en los diarios locales. En 1946 lee un poema frente al presidente Gabriel González Videla dedicado a él en un acto público de su colegio, lo que determinará que el presidente electo le ayude instalarse en Santiago, deseo que se había exacerbado con la muerte de su padre 11 años atrás. En 1947 viaja bajo la oposición de su madre y su hermano mayor, para seguir estudios de medicina y psiquiatría, convencida de poder escudriñar en el cerebro humano para conocer los sueños del hombre. Finalmente no completa sus estudios superiores.

Diarios como El Siglo, La Opinión, El Extra (donde reporteaba crímenes en los barrios marginales) y La Hora, publican sus escritos. De este último fue despedida por publicar un artículo relacionado con la tala de árboles en La Alameda ordenada por el alcalde de ese entonces. El cierre de los diarios en que trabajaba le impide continuar sus estudios.

González Videla, que en 1946 había ganado las elecciones con el apoyo del Partido Comunista (PC), dos años más tarde hace aprobar la Ley de Defensa de la Democracia, que lo prohíbe, y sus miembros, entre ellos Stella, son perseguidos. 

El editor Domingo Morales en 1949  la impulsa a publicar su primer libro, Razón de mi ser. Los poemas de este volumen reflejan su vitalidad y fuerza . A través de imágenes sugerentes y de un lenguaje subterráneo, temas como la muerte, la soledad y el reconocimiento a la condición femenina, evidencian en este poemario la relación inseparable entre la vida y la creación poética de la escritora.​

La escritora en el mismo período vivió con su hermano menor, quién también emigró a Santiago, en una pensión cerca del antiguo Instituto Pedagógico. En la época del 50 se vive un gran auge cultural en la capital, donde  varios escritores se encontraban  con Stella en El Bosco y el café Iris. Como cuenta la escritora en variadas entrevistas, los de la época del 50 eran lectores asiduos de Darío, Neruda y Sartre.

Durante esa misma época vive un romance con  Nicanor Parra, que le dedica el poema La víbora; posteriormente conoce a Jodorowsky con quien vive una intensa relación amorosa. Al cabo de un tiempo es acorralada en una cita y violada, quedando embarazada. Se casa en 1950 con el arquitecto Luis Viveros Jacques, fundamentalmente para proteger a Rodrigo, el niño recién nacido y a ella misma. Este primer matrimonio tuvo como fruto tres hijos más, que mueren a las pocas semanas de nacidos, lo que ocasionó posteriormente la ruptura definitiva de la pareja.

En 1953 publica Sinfonía del hombre fósil, autoeditado e ilustrado por su marido. En 1959 Tiempo, medida imaginaria, editado por el Grupo Fuego, dónde dedica un poema a Neruda que escribió años antes para la celebración de los 50 años del vate.

En 1960, a través de Nicanor Parra, conoce al poeta estadounidense Allen Ginsberg, con quien entabla una amistad durante la estadía de este en Chile, hospedándole en su residencia, aún bajo la oposición férrea de su esposo. 

En 1973 se enfrenta con el golpe militar y la ascensión al poder de Augusto Pinochet; durante este tiempo la escritora vocifera a favor del PC desde su ventana en la Villa Olímpica a la calle y exhibe fotografías del Che Guevara. Su vivienda es allanada y ella misma, detenida y torturada; además, es arrollada por un vehículo que vigilaba su casa. Durante este periodo participa en la SECH como casi todos los escritores de la época.

En 1992 publica Los dones previsibles, editada por Cuarto Propio, con el que gana el primer premio Pedro de Oña y el premio del Consejo Nacional del Libro en 1993; luego aparece un tríptico testimonial autoeditado, La Arenera.

Viaja a Cuba y presenta en la Casa de las Américas un ensayo sobre la poesía chilena desde 1898 hasta la poesía joven. Es homenajeada con una antología de sus poemas editada en ese país en 1994, titulada Stella Díaz Varín: Poesía. En 1999 se publica De cuerpo presente ganador de un premio FONDART.

Figura mítica, se la ha llamado "primera poeta punk chilena" y "la Bukowski chilena", y fue protagonista de numerosos incidentes, entre los que figura el puñetazo dado públicamente a Lafourcade a raíz de un artículo que éste había escrito en El Mercurio durante la dictadura militar y que, según ella, la "delataba".

"Su poesía marcó nuevos rumbos en la creación poética nacional"​ y en Estados Unidos se realizan variadas tesis en torno a su obra poética.

Sus versos fueron incluidos en varias antologías como Poesía Nueva de Chile (1953); La mujer en la poesía chilena (1963); Atlas de la poesía chilena (1958).

Aún se mantiene inédita su obra Stella extragaláctica, por la que obtuvo una beca del Fondo Nacional del Libro en 2006, semanas antes de su deceso.

Stella Díaz Varín falleció a los 79 años en el Hospital del Salvador, en Santiago de Chile, el 13 de junio de 2006, diez años después de que se le diagnosticara cáncer de mama. Su velorio se realizó en la Sociedad de Escritores de Chile, dos días después. En las semanas posteriores, se llevaron a cabo diversos homenajes a nivel nacional. Su tumba se encuentra en el cementerio Parque del Recuerdo Américo Vespucio, Sector: D09, en Santiago de Chile,

El documental La Colorina, dirigido por Fernando Guzzoni y galardonado en varios países, narra su vida, obra e impacto, tanto en el ámbito literario como su carácter de figura mítica. Fue estrenado en 2008.




EXCECRACIÓN DE LA MATERIA



Crujiente, errante en medio del camino,
con la cruz abatida de mis brazos
caídos del altar de mi costado.
Sola y herida en medio del camino,
como un roble azotado por la tormenta,
sin la primera posesión del agua,
sin el último beso de la espera.


Sola, como en el páramo,
con la quietud de quien nada desea,
sin la inquietud de tu primer quejido,
viendo de las entrañas de los cardos
salir palomas, penetrar distancias;
viendo la cabalgata silenciosa,
fantasmal de las garzas emigrantes.


Como se desperezan mis serpientes,
Ay, mi selva interior, cómo me llama.


Quiero, aúnque herida y azotada y breve,
un descanso de flores en la cripta
sin el último hedor de una osamenta
y con la fuente abierta del espíritu.

Basta de la materia sin estirpe
que el ídolo de oro, siempre es barro.
Nunca produjo en mi, llanto de histeria
Profundo anhelo ni emoción profunda.
Quiero quedarme así, como fui siempre,
con el delirio de alcanzar la Hostia,
sin la profundidad de mis cavernas
por lo tanto, sin ruidos y sin voces.

Sin la profanación de tu mirada.
que horada vientres desde la distancia
¿Es que tiene sus límites la idea
y el ansia puede conquistar el ansia?

Quiero dejarme estar, aunque me azote
la tempestad de tus orgías, cuántas,
ya no recuerdo cuántas veces fuiste
el despreciado espectro del deseo
en mi sueño, en mis ojos, en mis manos.

Ahora, ya no temo,
tengo de bronce puro mis colinas, y el alma,
con su túnel de misterios donde podría cobijarse tanto
se me ha ido esta noche, al presentirte.

Por último, la roca ¿ no es feliz
en su engranaje solitario y verde,
no la acarician las espumas pálidas
con su lengua infernal de sal y hierro?
Y ella, ¿no está llorando sabias lagrimas?
¿alguien la ha visto darse a las espumas?
Nadie.



DEL PECADO Y SU SIMBOLO


Amor,
Yo he mancillado las entrañas del árbol.
Las golondrinas volaron del alero
hacia extraños veranos.
Amor,
no repitas la plegaria del árbol
ni me digas amante.

El silencio del agua, desde el límite
de tu absurda presencia,
desparramó la ausencia de mis huecas palabras.

Maldigo entre las sombras, el espejo
que copia de mi boca su mueca descarnada,
y el polvo de mis huesos se mece en tus trigales
y de insomnio, ríe el alma.

Si he mancillado el árbol en su efigie
y bebo del licor de la amapola en su cráneo de mieles
si he hundido mi violento meditar inaudito
en el cielo de brumas que me cubre las sienes
si el huerto se estremece de mi propio cadáver
si el fuego me circunda,
si he bebido el venero de mi celeste arteria
¿Qué podría ofrecerte?

Después que fui contigo al Apocalipsis,.
se trastocó de hieles mi copa rebosante,
y después el andar, y el andar y después.
la muerte con su muerte…

No. Ya no podría serte.
¿No ves que la muralla, y el abismo y la hoguera
me separan del alma?

Amor, no repitas la plegaria del árbol
que me quema los ojos una lagrima tuya
y he de vencer la absurda fortaleza del llanto.

Amor,
no repitas la plegaria del árbol
ni me digas amante












Obra publicada

Razón de mi ser, 1949
Sinfonía del hombre fósil,1953
Tiempo, medida imaginaria, 1959
Los dones previsibles, 1992
La Arenera, 1993
Stella Díaz Varín:Poesía (antología editada en Cuba), 1994
De cuerpo presente" (memorias), 1999
Obra reunida, 2011

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HH

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