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viernes, 31 de marzo de 2017

Eufrosina Cruz Mendoza diputada indígena zapoteca


Eufrosina Cruz Mendoza (1 de enero de 1979 Santa María Quiegolani, México)  La trayectoria de esta mujer indígena zapoteca, licenciada en contaduría pública, pone en alto la lucha de las mujeres indígenas que reclaman el derecho a participar en la vida política. Fue electa diputada local plurinominal en el Congreso de Oaxaca para el periodo 2010­ 2013. Como presidenta de la Mesa Directiva puso su mayor esfuerzo para que las mujeres no sean discriminadas por su sexo, sino apreciadas como fuerza económica, política y social en todo México. 

En 2008 ganó la presidencia municipal bajo el régimen de usos y costumbres en Santa María Quiegolani, pero le negaron el ejercicio del derecho a gober nar su municipio natal por ser mujer. Un año más tarde fundó la asociación civil Quiego, A.C., desde donde trabaja por la equidad de género a favor de las comunidades indígenas de Oaxaca. Sus logros han sido varios y se han visto coronados con diversos reconocimientos. Fue galardona como una de las cincuenta líderes mexicanas, obtuvo el Premio Nacional de la Juventud, y España la distinguió como una de las mujeres líderes de América Latina. 


Eufrosina Cruz Mendoza (Santa María Quiegolani, Oaxaca, 1979). Es una activista política mexicana, que ha destacado por luchar por los derechos políticos de las mujeres en los municipios indígenas de su estado, cobró notoriedad al triunfar en la elección a presidenta municipal de Santa María Quiegolani en 2007 y serle anulado su triunfo por estipular las leyes tradicionales que las mujeres no podían ser electas al cargo. Electa diputada local en 2010, es desde el 13 de noviembre del mismo año, Presidenta del Congreso de Oaxaca.
Eufrosina Cruz nació en la comunidad de Santa María Quiegolani, en una familia zapoteca, inicialmente solo hablaba su idioma materno, aprendiendo idioma español a la edad de 12 años, buscando continuar con sus estudios se trasladó a la capital del estado, Oaxaca de Juárez, donde logró culminar la licenciatura en Contaduría Pública y desempeñar su carrera profesional durante un tiempo


En 2007 cobró notoriedad nacional y luego internacional cuando contrariando los denominados usos y costumbres —leyes municipales que determinan el sistema de elección de los ayuntamientos a las tradiciones locales, dejando fuera a los partidos políticos— que restringían el derecho a votar y ser votado a los varones, se postuló como candidata a la Presidencia Municipal de Santa María Quiegolani, en las elecciones realizadas el 4 de noviembre del mismo año resultó triunfadora, pero la Asamblea Municipal, integrada únicamente por hombres, declaró nulos sus votos por no tener derecho a ser candidata, otorgando el triunfo en la elección a Eloy Mendoza Martínez. Ante ello, Eufrosina Cruz inició una serie de protestas ante las instancias locales y nacionales, para lograr que se modifiquen las leyes de usos y costumbres y se les reconozca la totalidad de sus derechos políticos a las mujeres,1 2 llevando sus protestas y posteriormente actividades tendientes a la modificación de los leyes por diversas partes del país y del mundo.

En 2010 fue postulada como candidata a diputada local por representación proporcional por el Partido Acción Nacional en el contexto de la coalición Unidos por la Paz y el Progreso que junto con el PRD, el PT y Convergencia postulaba a Gabino Cué Monteagudo a la gubernatura del estado, resultó electa. El 13 de noviembre de 2010 se instaló formalmente al LXI Legislatura del Congreso de Oaxaca, la primera en la historia moderna del estado en que no tendría mayoría absoluta el Partido Revolucionario Institucional,4 siendo electa Presidenta del Congreso, y convirtiéndose en la primera mujer indígena en presidir el Congreso del Estado.

El 14 de diciembre del mismo año fue designada como coordinadora de Asuntos Indígenas del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.





 Traemos uno de sus textos :

De barro somos y en el camino andamos

Según creían los antiguos mexicanos, el mundo estaba hecho de barro; de la misma arcilla habían sido creados y en el mismo fuego se habían cocido los hombres y las mujeres. “Ser uno y ser el mismo”, tal era el principio de tan profunda concepción filosófica acerca de la humanidad.

Allá en mi tierra natal, en Oaxaca, los pueblos del maíz, los zapotecos y los mixtecos, decían que de la mazorca se habían desgranado los primeros hombres y mujeres que vinieron a poblar estas tierras. En su cosmogonía estaban separados el cielo y la tierra, el bien y el mal, el nacimiento y la muerte, pero no el hombre y la mujer.

Con tal sabiduría borraron fronteras entre la parte femenina y la parte masculina de su cultura. Los dioses de entonces miraron complacidos y satisfechos su obra: nacieron juntos y caminaron juntos, uno al lado del otro, el hombre y la mujer. Y los ojos del hombre vieron en la mujer un soplo de divinidad y la convirtieron en objeto de culto y adoración. Por cientos de años la mujer fue llamada “madre tierra” y se volvió el símbolo de la vida.

Hoy, muchos siglos más tarde, las fronteras han vuelto a poblar la tierra: los hombres han sido separados de las mujeres y el ancestral pensamiento de nuestros pueblos originarios ha dejado de ser la norma en nuestra sociedad contemporánea. La mujer actual vive entre sombras y cicatrices. La pobreza, la violencia, la marginación y el miedo son ahora los símbolos de la desigualdad y de la separación entre los mundos masculino y femenino. 

En cierto modo, resulta paradójico que casi todos los valores que nutren nuestra sociedad contemporánea estén inspirados en la mujer: la vida, la libertad, la democracia, la justicia y la equidad aparecen por todos lados como estatuas de bronce o mármol, en efigies labradas en cantera y en lienzos pintados de óleo o acuarela para rendir culto a las mujeres y utilizarlas como emblema. Pero todos esos símbolos representan apenas el comienzo de la lucha y el reconocimiento que nos han costado muchos años de perseverancia. 

Tras el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, México ha reconocido muchos derechos de primera, segunda y hasta tercera generación a las mujeres. Sin embargo, la realidad sigue nublando el panorama de la ley. Tal andamiaje legal no ha servido para frenar los actos de violencia y la exclusión en contra de las mujeres, sin importar raza, edad, condición social, lengua, ideología o religión. La Organización de las Naciones Unidas estima en 160 años el tiempo que llevará a la humanidad lograr la plena igualdad entre hombres y mujeres.

Como mujer, como indígena y como ciudadana mexicana, he vivido en carne propia la discriminación. Cuando salí por primera vez de mi comunidad, hace casi veinte años, con la intención de convertirme en un ser libre, miré hacia atrás y supe que las huellas de mis pies cansados estaban marcando el camino por el que un día regresaría a Quiegolani. Lo que no podía imaginar era el rumbo que seguiría cuando al fin consiguiera ejercer mi libertad.

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jueves, 30 de marzo de 2017

Suad al Jatib porteadora aplastada en una avalancha en la frontera de Ceuta


Denunciamos  la muerte de Souad al Jatib,  porteadora marroquí de 22 años que falleció  tras ser aplastada en una avalancha en la frontera con Ceuta la pasada semana.


Aunque en un primer momento Suad marchó por su propio pie a casa, el viernes fue trasladada al hospital de Castillejos ( Marruecos). Su agravamiento hizo que tuviese que ser trasladada al hospital de Saniat R'mel de Tetuán (Marruecos). La joven llevaba solo varios meses como porteadora.

Soad tenía solo 22 años, el 29 de agosto cumpliría los 23. Tenia  un hijo de 4 al que tenía que alimentar. Su marido llevaba tiempo separado de ella y no le pasaba dinero para mantener al pequeño. Vivía en casa de su madre, junto a otros de sus hermanos.

Su hermano, su tío y su primo,  que informaron al periodico el  El Faro de Ceuta  , cuentan que Soad se casó muy joven, pero que el marido en ningún momento tuvo un comportamiento adecuado. Ella se tuvo que ir a casa de su madre para intentar trabajar y sacar adelante a su pequeño. Llegó a hacerlo en un cafetería del centro de Castillejos (Marruecos), pero vino un día su marido y la sacó de allí diciendo que no era un lugar adecuado. Por eso decidió dedicarse al porteo. No llevaba mucho tiempo y ese porteo ha sido el que la ha llevado a la tumba, dejando ahora a un huérfano que sigue en casa de su abuela y que no deja de preguntar por su madre.

La muerte de Souad era "evitable", ya que existen informes de la Policía Nacional que alertaron de que las avalanchas que se producen en estas zonas fronterizas suponían un grave riesgo para la vida de los porteadores.


Unidos Podemos en el Senado entiende que se tienen que desarrollar actuaciones en el marco laboral para regularizar las condiciones de las trabajadoras ya que son el último eslabón en la cadena laboral de Ceuta con Marruecos. Además, el grupo denuncia que las fuerzas de seguridad están desbordadas y se encuentran escasas de efectivos ante lo que se ha optado por la contratación de dos agentes de una empresa privada.



http://www.lavanguardia.com/vida/20170329/421285669554/podemos-en-el-senado-denuncia-ante-el-gobierno-la-muerte-evitable-de-una-porteadora-en-ceuta.html
http://elpueblodeceuta.es/not/17757/podemos-que-la-tragedia-de-la-muerte-de-soad-se-haya-producido-en-la-parte-marroqui-no-es-excusa-/
http://elfarodeceuta.es/2017/03/28/una-joven-porteadora-fallece-tras-una-avalancha-lado-marroqui/
http://www.elcomercio.es/sociedad/sucesos/201703/28/muere-porteadora-aplastada-avalancha-20170328154456-rc.html

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miércoles, 29 de marzo de 2017

Helen Levitt gran fotógrafa del siglo XX


Helen Levitt (31 de agosto de 1913 - 29 de marzo de 2009 ) fue una fotógrafa estadounidense.
Considerada una de las grandes fotógrafas del siglo XX, su obra más conocida es en blanco y negro y en el género documental. Pero también hizo, en las últimas décadas de su vida, fotografía en diapositivas en color.

Nacida en Nueva York, retrata las calles y los habitantes de la ciudad, sobre todo de los niños. Alumna de Walker Evans y de Cartier-Bresson. Tuvo su contacto con el cine y el documental a finales de los años 1940 influenciada por Luis Buñuel. 

Su obra se centra básicamente en la ciudad de Nueva York, aunque tuvo una salida a México, que quedó reflejada en un libro

https://en.wikipedia.org/wiki/Helen_Levitt
https://es.wikipedia.org/wiki/Helen_Levitt
http://humovioletaucm.blogspot.com.es/2014/01/helen-levitt.html
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martes, 28 de marzo de 2017

Ángela Ruiz Robles precursora del libro electrónico




Ángela Ruiz Robles, nacida en Villamanín (León) el 28 de marzo de 1895, estudió Magisterio y dio clases en la Escuela de Magisterio de León, donde cursó sus estudios, y en la Escuela de Gordón, en la provincia leonesa, de la que llegó a ser directora. Posteriormente, en el año 1918, obtuvo la plaza de maestra en una aldea próxima a Ferrol, Santa Uxia de Mandiá, donde permanecería diez años. En 1934 se ocupa de la gerencia de la Escuela Nacional de Niñas del Hospicio realizando una importante labor y en 1945 fue profesora de la Escuela Obrera gratuita. En 1948 se incorporaría al Colegio Ibáñez Martín, de cuya dirección se haría cargo en 1959 hasta su jubilación.

Inventó en 1949 la enciclopedia mecánica, un artilugio con abecedarios automáticos en todos los idiomas y con el que podían formarse palabras, frases y toda clase de escritos

Además de su labor docente, Ángela Ruiz Robles escribe, da conferencias, edita y reedita la mayor parte de su obra científica, un total de 16 libros, además de impartir clases a opositores de aduanas, correos, telégrafos y para el ingreso en altos estudios mercantiles en la academia para adultos de su propiedad, Elmaca



Entre 1944 y 1949 Ángela Ruiz Robles realiza varios proyectos. En 1944 el atlas científico-gramatical, con la finalidad de dar a conocer España con gramática, sintaxis, morfología, ortografía y fonética. Después vendría la máquina taquimecanográfica. Y en 1949 inventa la enciclopedia mecánica, que fue construida en el Parque de Artillería de Ferrol (La Coruña), siendo ella misma quien dirigió los trabajos.


Desde el año 2006, su enciclopedia formó parte de la Exposición del Museo Pedagógico de Galicia (Mupega) en Santiago de Compostela hasta el 4 de mayo de 2012 que pasó a la Exposición permanente del Museo de Ciencia y Tecnología de A Coruña.


La enciclopedia mecánica era necesaria, según palabras de Ángela Ruiz Robles, para "aligerar" el peso de las carteras de los alumnos. "Hace más atractivo el aprendizaje y adapta la enseñanza al nivel de cada estudiante". Pese a ello, ninguna empresa se animó a comercializarla. Pero Ángela siguió adelante ya que la base fundamental de su trabajo radicó siempre en su necesidad vital de innovar en los ámbitos de la pedagogía y la didáctica.


Así, en 1947, por su labor social y sus innovaciones pedagógicas, Ángela Ruiz Robles recibe la Cruz de Alfonso X el Sabio en reconocimiento a su carrera profesional; y en 1952 la Medalla de Oro y Diploma en la 1.ª Exposición Nacional de Inventores Españoles, entre otros muchos reconocimientos.

Ángela Ruiz Robles murió el 27 de octubre de 1975 en Ferrol (La Coruña) y está enterrada en el panteón familiar, en el cementerio de Serantes.

Google rindío homenaje a la precursora del ‘eBook’ el año 2016:
La maestra española Ángela Ruiz Robles, escritora e inventora, y considerada la precursora del libro electrónico, fue la protagonista del doodle de hoy (28 de marzo de 2016) en España y México. Ella inventó en 1949 la enciclopedia mecánica, un artilugio con abecedarios automáticos en todos los idiomas y con el que podían formarse palabras, frases, lecciones o temas y toda clase de escritos. La maestra de origen leonés, de la que este lunes se cumple el 121 aniversario de su nacimiento, se ha convertido en tendencia en la red social Twitter pocas horas después de que el gigante tecnológico fijase los ojos en su figura.

http://www.yorokobu.es/angela-ruiz-robles/
http://clipset.20minutos.es/doodle-angela-ruiz-robles-libro-electronico/
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lunes, 27 de marzo de 2017

Carlota O'Neill escritora y periodista feminista española



Carlota O'Neill (Madrid, 27 de marzo de 1905-Caracas, 20 de junio de 2000) fue una escritora y periodista feminista española. Esposa del capitán Virgilio Leret, ejecutado tras oponerse a la sublevación de 1936 en Melilla, que dio origen a la Guerra Civil, pasó cinco años en prisión, partiendo posteriormente al exilio. También escribió bajo los seudónimos de Carlota Lionell y Laura de Noves.

Carlota Alejandra Regina Micaela O'Neill y Lamo nació el 27 de marzo de 1905 en Madrid, hija de Enrique O'Neill Acosta, un diplomático mexicano con ascendencia irlandesa, y de la española Regina Lamo y Jiménez (alias Nora Avante), una escritora, pianista y apasionada defensora del sindicalismo y del cooperativismo y colaboradora de Lluis Companys. Tuvo una hermana Enriqueta O'Neill (alias Regina Flavio), también fue escritora, además de varios medio-hermanos de un matrimonio anterior de su padre. Su tío Carlos Lamo y Jiménez, fue el compañero sentimental de la escritora y periodista Rosario de Acuña. Fue la tía de la política y escritora Lidia Falcón O'Neill.

Más tarde, su familia se trasladó a Barcelona, donde conoció al militar Virgilio Leret, con él tuvo dos hijas, María Gabriela (Mariela) y Carlota (Loti). Carlota y Virgilio se casaron cuando estaban esperando a su segunda hija, con el fin exclusivo de proteger el estatus legal de sus hijos. Feminista y de izquierdas, Carlota O'Neill escribió obras dramáticas (con la Central de Teatro Proletario, Nosotros, estrenó en Madrid su obra Al Rojo, el 11 de febrero de 1933) y fundó y dirigió la revista Nosotras en 1934.3 En 1934 ingresó en el Ateneo de Madrid y en 1935 en Izquierda Republicana.


En julio de 1936 se encontraba en Melilla con su marido y sus hijas, ya que Leret era el Jefe de las Fuerzas Aéreas Zona Oriental de Marruecos y de la base de hidroaviones del Atalayón, Melilla. Los sublevados acabaron con la resistencia de Leret en la base y le asesinaron, aunque su esposa no lo sabría hasta tiempo después. Tras el ataque, Carlota O'Neill fue detenida el 22 de julio de 1936 y separada de sus hijas, Carlota y Mariela. Fue juzgada por un tribunal militar dieciocho meses después de su detención y al no haberse acreditado los hechos de lo que se le acusaba, el 19 de agosto de 1936 el juez decretó el sobreseimiento de la causa, decisión que le fue notificada el 21 de agosto de 1936; sin embargo, nunca le dieron la libertad pues, según consta a fojas 42 del expediente, por resolución del 26 de agosto de 1936, dictada por el juez Luis Anel y Ladrón de Guevara, «a propuesta de la Comisión Depuradora he acordado queden por ahora detenidas gubernativamente.». Se le sometió a Consejo de Guerra y fue condenada a seis años de prisión por el delito de injurias al Ejército.

El 18 de marzo de 1938, estando en la prisión de Victoria Grande, en Melilla, y al enterarse de que a sus hijas menores se las llevaban a la península, gritó: “asesinos, canallas, sinvergüenzas; habéis matado a mi marido y ahora se llevan a mis hijas.” Esas expresiones hicieron que se le abriera un segundo Consejo de Guerra, por el delito de injurias al Ejército, del que finalmente fue absuelta. Su suegro, el coronel Carlos Leret Úbeda interna a las niñas en colegio para huérfanos de militares.

El 12 de julio de 1940, El Tribunal de Responsabilidades Políticas de Melilla abrió una nueva causa a Carlota O´Neill (expediente 4017, Ley del 9 de febrero de 1939), en donde señalan que su influjo predominante sobre su esposo, el Capitán Leret, y en los escritos de los que fue autora, contribuyeron a fomentar la situación anárquica y desastrosa que hizo necesaria la iniciación del movimiento nacional, sobre la base de esto el fallo del tribunal la inhabilitó durante cinco años para ejercer cargos públicos del estado, provincia y municipio y al pago de una sanción económica.


Tras su salida de la cárcel, Carlota O'Neill tuvo que hacer grandes esfuerzos por recuperar la custodia de sus hijas, mientras escribía bajo el seudónimo de Laura de Noves para mantenerse. Tras obtener la custodia de sus hijas, decide exiliarse en Venezuela y luego en México.

En México escribió, años después de dichos sucesos, un libro en el que narra su experiencia en la guerra civil española, su paso por la cárcel de Victoria Grande, en donde estuvo hasta 1940, los juicios militares a que estuvo sometida, su lucha para recuperar la custodia de sus hijas una vez que salió de la cárcel, y el viaje al exilio. Publicado originalmente en 1964 en México bajo el título Una mexicana en la guerra de España, en España no se publicaría hasta 1979 bajo el título: Una mujer en la guerra de España. De ese libro se han publicado siete ediciones; la última edición es de OBERON, Grupo ANAYA S.A., Madrid, 2006. El mismo ha sido traducido al inglés, con el título de Trapped in Spain (Dumont Press, Toronto,1978) y al polaco, con el título de Spojrzenie zza kr (S. W. Czytelnik, Warsaw, 1968).


Su marido Virgilio Leret diseñó un motor turbocompresor de reacción continua. Este invento fue patentado en el Registro de la Propiedad Industrial de Madrid, el 28 de marzo de 1935, con el nº 137.729. El presidente de la república, Manuel Azaña, nombró a Virgilio Leret profesor de la Escuela de Mecánicas de Cuatro Vientos y encargó a la Hispano-Suiza de Aviación la construcción de un prototipo para septiembre de 1936. Leret no llegó a ejercer de profesor y el prototipo no se construyó. El diseño ideado por Virgilio Leret estaba a la altura de los avances aeronáuticos que se registraban en Europa.

Carlota mantuvo viva la memoria de su esposo y difundió su historia que está recogida en su libro Una mujer en la guerra de España. Lo que cuenta en su libro es que, después del fusilamiento de Virgilio Leret, le mandaron sus pertenencias, mientras que ella estaba en la cárcel. Según la autora, estas incluían tres copias de los planos del motor, que consiguió que sacaran clandestinamente y que fueran guardadas en la casa del padre de otra de las reclusas. En 1940 entregó los planos y la memoria del invento al comandante James Dickson, agregado aéreo del Reino Unido en Madrid, con la esperanza de que el trabajo de Virgilio Leret fuera de ayuda a los aliados en la Segunda Guerra Mundial.

En 1971 Carlota preguntó al gobierno británico qué ocurrió con los planos del motor entregados 30 años atrás en su embajada en Madrid y no obtuvo respuesta.
Carlota O'Neill era hermana de la madre de la escritora feminista española Lidia Falcón.



CARLOTA O´NEILL. UNA MUJER EXCEPCIONAL MARCADA POR LA TRAGEDIA DE LA GUERRA CIVIL.  Isabelo Herreros


La primera vez que me tropecé con el nombre de Carlota O´Neill fue en una librería de viejo, cerca del Zocalo de la ciudad de México, hará unos veinte años. El titulo del libro me llamó la atención: “Una mujer en la guerra de España”. La prosa con la que estaba escrito ponía en evidencia un gran talento para la narrativa, muy superior a lo que se espera encontrar en un volumen cuya autora era  una conocida periodista de origen español, según averigüé pronto. En aquellos años mis actividades estaban muy alejadas de la investigación histórica, si bien incorporé a Carlota O´Neill a una suerte de listado que llevo de personajes sobre los que voy acumulando información y, a veces, como es el caso, la doy a conocer en forma de pequeñas biografías. Mucho tiempo después me encontré con la grata sorpresa de que un amigo, residente en Melilla, tenía la misma admiración por nuestro personaje. Eran ya los años en que se empezaba a hablar de recuperación de la memoria republicana  y se iniciaban investigaciones de ámbito local acerca de la represión franquista. Resulta que Carlota O´Neill, sin haberlo pretendido nunca, es uno de los primeros exponentes de nuestra última tragedia colectiva, al haber sido encarcelada el día 22 de julio en la ciudad de Melilla, por los sublevados contra la República, inicialmente por ser la mujer del primer fusilado que se registra en aquella negra lista: el capitán Virgilio Leret, brillante ingeniero y piloto, comandante el 17 de julio de 1936 de la Base de Hidroaviones del Atalayón, por oponerse a la insurrección y por ser conocida la proximidad de este oficial con el propio presidente de la República, el ateneísta Manuel Azaña. En pesquisas posteriores, realizadas para aquella parodia de tribunales, encontraron los franquistas motivos suficientes para efectuar una dura condena a nuestra antigua consocia: Era culpable, al parecer, no solo de haber republicanizado a su marido si no de haber sido una mujer libre, de ideas progresistas y gran propagandista de lo que aquellos zafios militares y clérigos llamaban “ideas disolventes”, palabras que, curiosamente, aparecerán en sentencias y expedientes de depuración de cientos de socios de la docta casa, al ser el Ateneo, para la  “nueva España”, el principal centro de irradiación liberal y republicana.
Nuestra ateneísta nació en Madrid, en 1905, en el seno de una familia de la burguesía ilustrada, y nos encontramos con que tanto el padre como la madre son personalidades también apasionantes y que necesitarían también de una investigación. El padre, Enrique O´Neill, era diplomático mejicano, hermano del dramaturgo norteamericano Eugene O´Neill, emparentado en los años cuarenta con Charles Chaplin, por el matrimonio del genial Charlot con una hija del autor de “Mas allá del horizonte”.  También el padre de Carlota fue escritor, así como un relevante músico. Por si fueran pocos los antecedentes intelectuales nos encontramos con el también apasionante personaje de la madre, Regina de Lamo Ximenez, natural de Granada, pianista, escritora y periodista. También fue activista social y fundadora de entidades como la Asociación de animales y plantas de España. Gracias a sus campañas en defensa de los animales consiguió que en la fiesta de los toros se incorporase el peto para los caballos en 1928. Se pueden encontrar artículos suyos en la prensa diaria de la época así como en las revistas anarquistas.
Muy joven, apenas finalizados  sus estudios de filosofia  y letras, da a la imprenta una novela, editada en Barcelona, que por entonces era la ciudad en la que vivía su familia y donde su madre ejercía como periodista. “No teneis corazón” es el titulo de esta primera novela, prologada por el escritor Manuel Marinel y que nos retrata bien a la entonces joven promesa de las letras: “Quien no conoce a Carlota O´Neill, la joven literata, casi una niña, que sabe solazar a la juventud con sus cuentos deliciosos y sus interesantes epistolas?.
Por aquellos años se trasladará Carlota a Madrid, donde realizará estudios de música y parece que fue en esas aulas en las que conoció a un joven muy atractivo y tímido, oficial del ejercito y que realizaba estudios de piloto y de ingeniero civil, y pronto  surgió una gran amistad. El joven militar no era otro que Virgilio Leret, el gran amor en la vida de Carlota, con quien se casaría y tendría dos hijas.
Cuando aún no había cumplido los veinte años encontramos publicadas las siguientes novelas: “Eva Glaydthon”, en La Novela Mensual. Colección Esmeralda;  “Pigmalión”, en La Novela Ideal, Editorial Ginardo, y que era una empresa vinculada a la familia de la entonces joven dirigente anarquista Federica Montseny. De 1925 es también “Historia de un beso”, editada por La Novela Femenina.


Junto a esta prolífica actividad literaria encontramos sus artículos y reportajes en la prensa de Madrid y Barcelona, en publicaciones como Ahora, Estampas, e incluso en la gastronómica Menaje de Barcelona,  con la regularidad de cualquier periodista profesional de la época. Años mas tarde sería Carlota la última reportera en realizar la última entrevista conocida a Santiago Ramón y Cajal.
De la actividad como novelista  y como periodista se puede seguir la pista y reconstruir la biobibliografía de nuestro personaje. Donde la dificultad es mayor es para encontrar testimonios de otras actividades de Carlota, como fue la de ateneista activa y conferenciante en varias ocasiones acerca del teatro de vanguardia o de feminismo. Si hemos encontrado referencias en la prensa de 1935 y de los primeros meses de 1936 de su actividad política, como republicana de izquierda, vinculada a las luchas de aquellos años contra las políticas represivas del gobierno radical-cedista y en las que el Ateneo volvió a tener protagonismo, en buena medida como reacción a la persecución de que eran objeto un buen número de socios, entre ellos Manuel Azaña o Luis Bello. Su alta como socia del Ateneo de Madrid aparece fechada el 1 de agosto de 1934. Según testimonio recogido a su hija, también llamada Carlota, fue muy relevante la actividad de nuestra biografiada en la lucha contra la pena de muerte y en la defensa de los derechos de las mujeres. También se puede encontrar en sus artículos y obras literarias un firme posicionamiento de defensa de los homosexuales y lesbianas, lo que en aquellos años no podía ser más avanzado y progresista. Incluso en una obra tan tremenda como “Una mejicana en la guerra de España” encontramos esta defensa del amor. Nos habla de dos jóvenes compañeras de infortunio, en la prisión de Melilla, que habían sido objeto de violación y torturas por los falangistas unidos a la sublevación. La ternura con la que Carlota nos describe el amor en circunstancias tan graves es conmovedora:
“Las llevaron a la carcel y entraron, las manos en las manos, acurrucandose juntas como hembras heridas. Comieron el rancho en la misma vasija.- No había para tantas- bebian en el mismo bote, se aislaban de todas para hablar en voz baja. Se consolaban, se besaban y limpiaban las lágrimas. A la noche se iban a dormir al lavadero. Este amor levantó escarnios y pudores entre las honestas madres de familia. Y ellas, al sentirse perseguidas, acechadas, mas se amaban. Las otras jóvenes las miraban con mirada reprobadora y curiosa, quizás envidiosas. Pero para las enamoradas fue mas leve el horror que para nosotras. Cuando una supo que habían fusilado a su padre y al hermano de la otra, solo en los besos de su amada encontró alivio. Y se besaban con besos llenos de lágrimas, la huerfana recostaba la cabeza sobre el pecho de la amada. En la antigua Grecia  Safo les habría dedicado sus mejores versos.”

El teatro  fue muy importante en la vida de Carlota, tanto actriz y directora de escena como autora. El estudioso Juan Antonio Hormigón, en su obra “Autores en la Historia del teatro español (1900-1936)” nos dice:
“Su actividad teatral se inició escribiendo obras para el Teatro Proletario, que dirigía el escritor y mas tarde director de Mundo Obrero, Cesar Falcón Garfias (Lima 1892-Lima 1970), que recorría España representando obras de Gorka, Toller y otros autores de vanguardia tras la llegada de la República. Igualmente realizaron montajes en la línea del teatro de Agit-Propcentroeuroeo, incluyendo la “revista política” que se utilizó ampliamente por las agrupaciones de ese tipo en la Alemania de la República de Weimar. Una de las obras de Carlota O´Neill en aquel periodo se titulaba Al Rojo, cuyo texto se ha perdido”
En fecha reciente, un ateneista, estudioso del teatro proletario, José Esteban, ha tenido mucho que ver con la localización de esta obra en los archivos de la Administración española,  y nos parece  una gran aportación para reconstruir esta biografía tan fecunda e intensa.
La vida literaria y personal de Carlota O´Neill se vio truncada en 1936, en las circunstancias que hemos referido. En la primavera de 1936, tras el triunfo del Frente Popular,  el capitán Virgilio Leret, que había sido represaliado y encarcelado durante el bienio negro, fue encargado por el propio Azaña de hacerse cargo por unos meses de la Base de Hidroaviones del Atalayón en Melilla. Confiado en que esos meses serían tranquilos y que incluso habría posibilidad de realizar alguna que otra excursión a los parajes mas exóticos de Marruecos, llevó con él a su esposa, Carlota, y a las dos hijas de ambos.  Ya hemos referido el trágico final del militar patriota y republicano, así como que  nuestra ateneísta fue encarcelada. Sufrió dos consejos de guerra y severas condenas, por lo que no obtuvo la libertad provisional hasta 1940. Aquí se inició un calvario tremendo para Carlota, al tener que luchar para recuperar de un orfanato a sus hijas, así como la patria potestad sobre las mismas. Además tuvo que enfrentarse a una “nueva España”, muy diferente del país moderno, cosmopolita y democrático que ella había  ayudado tanto a construir. La República había sido aniquilada y todos sus amigos, muchos de ellos ateneístas,  habían muerto en combate,  habían sido fusilados o se encontraban en prisión o en el exilio. La condición de la mujer, por cuya liberación tanto había luchado, había retrocedido varios siglos, bajo la severa mirada de la Iglesia católica.
Pero Carlota era una mujer muy valiente y los años de prisión no acabaron con sus convicciones. Ya había dado comienzo la Segunda Guerra Mundial y se le ocurrió que el turbo –reactor,  inventado por Virgilio Leret,  podía ser útil en la lucha contra el nazismo a los aliados. Solo ella disponía de los planos y estudios técnicos y se las arregló para entregar tan valiosa documentación, en 1941, al Agregado militar de la Embajada británica.
Los años posteriores en España, hasta que en 1949 consigue marchar a Venezuela están marcados por la supervivencia y por el seudónimo Laura de Noves, autora de novelas rosa.
Su vida posterior, desde 1949, se reparte entre Venezuela y México, paises en los que tuvo una intensa vida como profesional del periodismo, sin abandonar su vocación literaria. De las notas y datos que generosamente nos ha aportado su hija Carlota Leret dejamos anotado lo siguiente.
“En Venezuela escribe para los periódicos  El Heraldo, El Nacional, Ultimas Noticias. Trabaja en publicidad Ars con Alejo Carpentier y comporte con él la adaptación para la radio de las grandes obras del Teatro Universal. Trabaja para Radio nacional, y Radio Caracas.
Recibe su diploma de Directora y Productora de Televisión en Telebicentro, México 20 de Agosto de 1960. Regresa a Venezuela y a partir de eses momento produce y dirige programas en Televisa (canal 4), la primera estación de televisión de Venezuela. En 1953 eligió la nacionalidad mexicana.
Fue fundadora de la Unión de Periodistas y escritores de México. Miembro del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, de la Asociación de Escritores de México, Asociación de Literatura Femenina Hispánica, y también de entidades formadas por republicanos españoles exilados, como la Asociación de Aviadores de la República (miembro honorario).
Cuando falleció físicamente, sus restos fueron incinerados, y sus hijas viajamos hasta México y los esparcimos en la cima del Popocatepeti, uno de los dos volcanes guardianes de la ciudad de México, como era su deseo.
Adoraba a México, su historia, su cultura y su folklore. Su casa de México estaba decorada al estilo mexicano, en su recamara siempre la acompañaron dos esculturas, el árbol de la Vida y la diosa de la muerte Cuautlicue, la cual, por instrucciones precisas de ella, debíamos dejar junto a sus cenizas”.
Carlota O´Neill falleció en Caracas el 20 de junio de 2000, lejos del Madrid que la vió nacer y sin que su obra literaria española y su trayectoria vital como mujer luchadora, feminista y republicana recibieran reconocimiento alguno. Su trayectoria como escritora y periodista necesitan un estudio detenido y exhaustivo y en cuanto a su dimensión política creo que, desde la modestia de estas jornadas de recuperación de la historia del Ateneo y de sus socios ilustres, al menos realizamos una aportación.


http://www.manuelazana.org/personaje/oneill-carlota/
https://es.wikipedia.org/wiki/Carlota_O'Neill
http://www.taringa.net/posts/info/16817804/Carlota-O-Neill-la-primera-cronica-de-la-Guerra-Civil.html
http://elpais.com/diario/2004/12/12/domingo/1102827158_850215.html

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domingo, 26 de marzo de 2017

Rebeca Matte Bello primera escultora de Chile



Rebeca Matte Bello (Santiago, 29 de octubre de 1875 - París, 15 de mayo de 1929). Fue la primera mujer chilena que abraza el oficio de escultora. Fue una artista independiente que, sin embargo, coincide con la Generación Académica de fines del siglo XIX, debido a la concepción estética de su obra, el valor del tema y un gran dominio de la técnica en el uso de materiales nobles. Inicia sus estudios de escultora en Roma, Italia.
Rebeca Matte dando sus últimos toques a la escultura “Santa Teresa” en París, 1907

En 1900 y 1901, Rebeca Matte recibe sus primeras medallas y distinciones en Europa y en Chile; en esos años se casó  .Tuvo una hija llamada  Eleonora Íñiguez Matte (1902-1926), más conocida como "Lily" .

Hacia 1908, Rebeca Matte retomó su trabajo de escultora y produjo una serie de obras en mármol y bronce que destacan por su madurez y técnica. Tras breves estancias en Chile, la artista se estableció en Florencia. A lo largo de su carrera, trabajó la talla directa del mármol y el vaciado en bronce. 
Horacio

Fue nombrada profesora de la Academia de Bellas Artes de Florencia, cargo que nunca antes había sido otorgado a un extranjero y menos a una mujer.

http://tiasbisabuelasanidadas.blogspot.com.es/2010/05/rebeca-matte-embajadora-monumental-del.html
 http://apuntes-de-derecho.webnode.cl/calendario-de-eventos/curiosidades/primeras-mujeres-de-chile/
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sábado, 25 de marzo de 2017

Patricia Olamendi Torres impulsora de leyes contra la violencia de género

Es Maestra en Derecho por la Universidad Iberoamericana y ha escrito varios tratados sobre derechos humanos de las mujeres y es  una de las principales impulsoras desde la década pasada de leyes contra la violencia de género.

Es fundadora del Partido Mexicano Socialista (PMS) y de la Revolución Democrática (PRD). En México ha sido una de las principales impulsoras de las reformas para castigar los delitos sexuales y la violencia familiar.

Se desempeñó como diputada federal en la LIV Legislatura y como subsecretaria para temas globales en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) hasta 2004.


Maru es integrante de "Vidas feministas"  preciosa iniciativa mexicana que recupera el camino recorrido por algunas de ellas y su relevante contribución para avanzar en el acceso de los derechos humanos de las mujeres en las últimas décadas

Estas feministas, históricas, paritarias e igualitarias, no le han fallado a su Matria, han sido impulsoras de importantes avances en el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres y niñas desde diversas trincheras. Mirar este avance a través de sus historias de vida, también nos ayuda a encontrar las similitudes, las diferencias, los distintos puntos de salida y el mismo punto de llegada que es la vida, la dignidad, la libertad, la seguridad y la justicia para las mujeres.


“Las mexicanas hemos dado una enorme contribución a la lucha de las mujeres por la igualdad en el mundo”.



En 2007, elaboró conjuntamente con el INEGI la primera clasificación mexicana de delitos contra mujeres.
Experta en temas de violencia, ha sido directora general de Atención a Víctimas del delito de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y fundadora del grupo plural Pro Víctimas AC.

La Doctora en Derecho, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Universitario de Puebla, México, fue integrante del grupo de trabajo del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, sobre los temas de discriminación en la ley y en la práctica hacia las mujeres y Coordinadora del Mecanismo de Seguimiento de la Convención  Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la  Violencia contra la Mujer “Convención de Belém Do Pará”, de la  Organización de los Estados Americanos.

Teniendo a su cargo la elaboración del Segundo Informe Hemisférico y de 29 informes nacionales sobre la aplicación de la convención en América Latina y El Caribe.


Como consultora internacional de ONU Mujeres, ha realizado diversos análisis legislativos en materia de leyes que generan discriminación en México y Guatemala, así como las propuestas de reformas legales en materia de armonización legislativa, que ya han sido aprobadas en México. Ha elaborado para ONU Mujeres, el Protocolo para la Investigación del Feminicidio, mismo que se ha propuesto como guía de investigación para América Latina.

http://movil.eluniversaledomex.mx/toluca/nota12639.html
http://www.vidasfeministas.com/

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viernes, 24 de marzo de 2017

Amanda Castro escritora y poeta hondureña



Amanda Castro (12 de octubre de 1962, Tegucigalpa, Honduras- 18 de marzo de 2010, Tegucigalpa, Honduras),


Amanda Castro era la más conocida de las jóvenes escritoras hondureñas, y la más laboriosa de ellas en cuanto a la difusión de la literatura femenina de su país y de la región centroamericana, y en cuanto su desenvolvimiento en el mundo académico de las letras hispánicas. Estudió Lingüística en la Universidad de Pittsburgh y residió en Estados Unidos. Habia publicado, entre ensayos y otros textos, los libros: Poemas de amor propio y de propio amor (1993); Celebración de mujeres (1996) y Onironautas (2001). De la crítica estadounidense especializada, había recibido favorables comentarios en torno a su obra publicada en inglés. 
Amanda Castro representaba, junto a otros, a la generación más sobresaliente y más conocida del cercano panorama literario hondureño. 
Amanda Castro era también fundadora de la nueva casa editora, Editorial Ixbalán de Honduras, y algunos de sus poemas estaban dedicados a otros escritores de país.





Callate, vos no sabés!
Sí!
Vos no sabés lo que ha pasado
vos estás acostumbrada al silencio
a lavar ajeno/ a limpiar ajeno
a agachar la cabeza
–buscando estrellas en la arena–
Vos estás acostumbrada a que te roben todo
el deseo
la juventud
los hijos.


Poema de Amanda Castro





Amanda Castro (1962-2010), a siete años de tu partida, amiga, hermana, maestra.




Amanda Castro tenía la habilidad de multiplicarse y no es retórica. Activista incansable en la defensa de los Derechos Humanos de las mujeres, Amanda nació en Tegucigalpa en 1962. Se doctoró en Filosofía con especialidad en Socioligüística Latinoamericana por la Universidad de Pittsburg, donde también cursó su maestría en Lingüistica Española. Por los caminos del exilio y de la intolerancia social, política y religiosa hacia su orientación sexual, fue a residir en Estados Unidos desde 1985, allí trabajó como docente universitaria. Poseedora de un espíritu tenaz, gran sentido del humor y una fuerza telúrica que “ni su carrito del oxígeno podía parar”, la Dra. Castro promovió y dio seguimiento a la obra de mujeres artistas hondureñas, de distintas disciplinas. Creó talleres de creación literaria en Honduras y Nicaragua, entre mujeres rurales, trabajadoras de mercados, mujeres viviendo con VIH, feministas, jóvenes y artistas. Promovió y participó activamente en el diseño de políticas orientadas a garantizar derechos y servicios a la comunidad artística de Honduras, que no fueron tomadas en cuenta por las autoridades correspondentes. 
Organizó y llevó a cabo, encuentros, presentaciones y coloquios de poetas, escritoras y académicas de todo el mundo en su ciudad natal. Editó y antologó obra hecha por mujeres de diferentes latitudes, creó para esos efectos un sello editorial que se llamó “Ixbalam”. Con su pluma y su cuerpo apoyó la lucha de los pueblos originarios de Honduras y los movimientos sociales de resistencia. Participó en varios festivales poéticos latinoamericanos. 

Su obra ha sido traducida al inglés y publicada en varias antologías bilingües. Publicó más de una decena de poemarios. Lesbofeminista, pacifista, mentora, chamana. Recibió premios nacionales y centroamericanos de poesía. 
Amanda Castro murió en Tegucigalpa, a la edad de 46 años, después de luchar por 12 contra una enfermedad terminal. 
Patricia Toledo 2014.




 Entrevista realizada por SALVADOR MADRID:

AMANDA CASTRO Comencé a escribir poemas a los 12 años, poemas que eran como viñetas de las cosas que veía y me impactaban. El primero de ellos que recuerdo, era una escena de un hombre que empuja una carreta que llevaba leña, una mujer que echaba tortilla, personas que buscaban el pan.

Yo, la niña de El Sagrado Corazón, les veía desde el autobús, y descubría por primera vez las diferencias de clases y los privilegios que tenía sobre aquellas personas; yo no tenía que trabajar o pedir como los niños que miraba por las ventanas. Creo que desde entonces comprendí que se podía hablar a través de la poesía de las separaciones y de los dolores que estas separaciones provocan.

Posteriormente, mi filiación con los artistas plásticos del Taller Dante Lazaroni, me dio la oportunidad de poner en palabras (cuentos y poemas) las historias que tejía a partir de las imágenes de sus cuadros. Recuerdo haber escrito cuentos sobre los cuadros de Víctor López, Aníbal Cruz, Ezequiel Padilla y Virgilio Guardiola. Esa relación me ayudó mucho a cultivar la poética visual que siempre he tenido.

Posteriormente, en 1985 abordé un avión rumbo a EE.UU. para comenzar un viaje de estudios que aún no concluyo. Este primer avión, esta primera separación, esta primera experiencia desde el exilio y la otredad, (donde yo ya no era la niña “blanca” clase media, sino una “mujer extranjera y de color”) fue instrumental para forjar mi conciencia de raza y de género. El choque cultural, sin embargo, fue tan grande que me sentí extraviada completamente y como resultado me alejé de la poesía. Entre el 85 y el 87 no volví jamás a levantar las plumas.

Al finalizar mis estudios de maestría en 1988, a través de mi trabajo de tesis sobre la poesía de Juan Ramón Molina, algunos de mis maestros des-cubrieron mi vocación poética y comenzaron, prácticamente a forzarme a hacer las paces con ella, con la poesía. Desde entonces nuestro amor sólo ha crecido.

El racismo sufrido en el norte, me obligó a buscar mis raíces indígenas y a comprender el híbrido que soy: mujer mestiza producto de la violación del blanco contra la india, mujer migrante para quien a veces el inglés es más fácil que el español, mujer hecha de retazos de esperanzas puestas en el alma por otro/as que estuvieron de paso también en el norte, allí todos reconstruimos como pudimos, lo mejor, lo que más amábamos de nuestras culturas. Yo opté por la raíz indígena, esa mitología hermosa que se refleja en Onironautas; adopté tanto creencias religiosas como posturas políticas también híbridas.

La experiencia de la muerte ajena, mi diagnosis en 1994 y la sentencia de sólo cinco años de vida que me dieron entonces, fue quizás la última experiencia personal que más ha influenciado no sólo mi escritura, sino también mi vida misma. De la simple existencia —a veces casi vegetación— salté a la pasión por vivir; a vivirlo todo por primera y última vez, a ver el reloj moviendo sus manijas, a escuchar su tic tac, a monitorearlo como monitoreo el tanque de oxigeno que arrastro paso a paso entre las multitudes, para poder decir estoy aquí, existo y eso ya es bastante. Hago lo que mi escaso aire me permite y más, porque el tiempo que me queda es poco y no lo puedo desperdiciar. Por eso, creo, escribo lo que escribo y me comprometo con las cosas y las personas que me comprometo.


SALVADOR MADRID  ¿De sus siete libros de poesía publicados cuáles son los más emblemáticos para usted?

A. C. Me parece que el más ambicioso sería Onironautas (2001), pues con él me propuse y creo haber alcanzado la capacidad de hilvanar una serie de aspectos que para mí son vitales.

En primer lugar, la escritura de este libro me permitió, como ya dije, abrazar completamente mis raíces indígenas y acercarme a los ancestros y a sus voces, recobrando con ello un pensamiento mítico. En segundo lugar, me parece que Onironautas me ha permitido mostrar que nuestra cultura es, como dice el Maestro Roberto Sosa, una cultura de la violencia, lamentablemente.

Se hilvanan en este libro las raíces de la existencia debatidas entre el espíritu creador y el espíritu de la descomposición (la placenta podrida hace surgir a Odosha, el espíritu del mal), de la destrucción. Todo esto presentado al comienzo de la existencia, vuelve a resurgir a la hora de la conquista; hecho violento claro está, pero del cual surge la vida nuestra, porque nuestro mestizaje deviene del choque de culturas. Posteriormente, en nuestra historia, reaparece ese choque violento en el marco también de una nueva reconquista que provoca nuevamente la destrucción y el desequilibrio de las fuerzas de la naturaleza, me refiero específicamente a la “guerra fría”, instrumento represor de los conquistadores del norte.

Pero, Onironautas también es un espacio en el que, a través de invocaciones chamánicas, se utiliza el sueño como elemento de curación que nos puede permitir sanar la humanidad. El chaman, canta y con sus cantos cambia los sueños de la gente. Éste es un principio chamánico compartido por varias culturas y que se parece mucho a la función de el/la poeta. Confiamos en que nuestros cantos permitirán dar testimonio de nuestra presencia y de nuestra postura ante el dolor humano.

Por otro lado, Quizás la sangre… es para mí también un libro muy importante ya que marca mi salida del clóset poéticamente; aunque mi discurso poético ha sido siempre lésbico, muchos y muchas se han negado a verlo como tal, porque había estado dirigido a Honduras tratada como mujer, y eso en nuestra cultura sí es admisible, mientras que una mujer escribiéndole poemas de amor a otra mujer de carne y hueso está prohibido.

Quizás la sangre… propone precisamente un juego de simbiosis entre todas las mujeres que he amado, todos esos cuerpos femeninos que son: mi Honduras, con sus verdes caderas, montañas y húmedos valles, la poesía con la humedad de su lengua envuelta en el más exquisito placer oral que pueda gozarse, la sangre recobrada como elemento no sólo de sufrimiento y muerte, sino como símbolo de la reproducción y de la fuerza productiva que cargamos las mujeres en nuestras propias entrañas. Y, finalmente, la muerte, otra mujer que me acompaña siempre, que nos acompaña a todos aunque nos neguemos a verla.

Quizás la sangre… vuelve mi discurso político y público hacia lo personal, logrando de esa manera que mis opciones personales, en este caso mi preferencia sexual, se vuelva una postura política que me libera permitiéndome ser públicamente la persona que soy en privado. Si no me hubiera atrevido a escribir y publicar Quizás la sangre… no habría posteriormente podido ganar el I Premio Hibueras de Relato Corto (Honduras, 2006) con un texto de temática lésbica y con tinte bastante erótico por momentos.

Este libro, como le digo, es importante porque me ha permitido verme directamente al espejo y soltar cualquier tipo de vergüenza cultural o religiosa que me había impedido, hasta entonces, vivir en paz conmigo misma. Y ha sido literalmente como encarar otra forma de decirme, de decir mi mundo en el cual mi amor por las mujeres es primordial y obviamente primigenio; mis proyectos literarios actuales son eminentemente lésbicos y me abren otras formas, otros formatos, otras posibilidades de Ser y de vivir siempre consecuentemente con lo que pienso y con lo que escribo.

S.M. Su trabajo de investigación y promoción de la poesía escrita por mujeres es clave para entender tal contexto de la literatura hondureña. Nos amplia al respecto.

A.C. Aunque en los últimos 10 años se ha empezado a reconocer en Honduras que habemos muchas mujeres escribiendo, y algunas de muy buena calidad, me parece que aún falta mucho por hacer. El canon literario de los colegios y universidades sigue siendo en un 99% masculino; si buscamos en los libros de historia de la literatura, las antologías y hasta en la internet, encontramos que los nombres que aparecen son, en su mayoría, de hombres; en algunos casos figuran hombres no muy talentosos, mientras que mujeres de larga trayectoria y con obras bastante importantes, no aparecen.

Personalmente, me he sentido comprometida con las mujeres de mi país y, sobretodo, con las escritoras, no por sexismo y separatismo —pues muchos de mis mejores amigos son hombres—, sino por solidaridad y completa empatía. Como mujer escritora que comenzaba a escribir en los principios de los ochentas, sé en carne propia lo difícil que es para una mujer de nuestra sociedad reunir los ovarios para atreverse a hacerlo.

Porque escribir para las mujeres es, no sólo en Honduras, sino en todas las culturas patriarcales, un acto de rebeldía. La mujer, cuya voz ha sido acallada por los diferentes aparatos represivos de la sociedad, como la familia, la educación, la iglesia y la sociedad en general, supone NO hablar, no pronunciar sus pensamientos en voz alta, y mucho menos, atreverse a publicarlos.

Las mujeres que escribimos, porque estamos hechas de palabras, sabemos, al igual que algunos hombres, que si no se escribe se muere o se enloquece. Pero, las mujeres que escribimos nos vemos forzadas a utilizar un discurso eminentemente masculino, falocéntrico y cuyas prácticas han sido, durante mucho tiempo, reflejo de los roles de género que debemos mantener. Esto, sin embargo, es un arma de doble filo, por un lado aunque la mujer escritora utilice un lenguaje masculino (y por lo tanto lo reproduce hasta cierto punto), también lo reconstruye, lo subvierte, lo reinventa al utilizarlo para expresar una experiencia eminentemente femenina.

Así, la escritura de mujeres llega a convertirse en un ejercicio de búsqueda que no necesariamente ocupa a los escritores; las escritoras ponemos y quitamos del lenguaje vocablos, sonidos y conceptos que nos permiten recobrar nuestra sujetividad, liberándonos de nuestra condición de objetos; mientras que para algunos escritores puede existir la falacia de que el lenguaje realmente les nombra como sujetos, lo que les impide cuestionarse cuál es realmente su condición social. Las mujeres hemos sabido desde niñas que nuestro espacio supone estar supeditado al espacio masculino, los hombres, por muy pobres que sean y por muy mal que estén socialmente, son por precepto cultural, independientes y su lugar en la sociedad no está supeditado a nadie (excepto a otros hombres, — quizás los que posean una falacia más grande).

Para mí, dar a conocer la literatura de las mujeres hondureñas y centroamericanas en los Estados Unidos, ha sido siempre un compromiso ético y moral, una necesidad vital impulsada por el deseo de lograr que estas mujeres se conozcan y por lo tanto trasciendan nuestra cerrada y miope sociedad. También, obviamente existe un compromiso social, ideológico y político que me obliga a buscar y vivir de manera coherente y consecuente con lo que escribo.

S.M. Su vida es una suma de acciones y trabajos. Ha escrito poesía, ensayo, investigación, ha publicado antologías, traducciones de poetas nuestras, hace enormes esfuerzos por editar poetas jóvenes del país, trabajado en temas de género; obtuvo en Pittsburgh su doctorado en sociolingüística española, en fin… y todo contra la mezquindad del medio. Nos habla de sus relaciones intelectuales con los artistas hondureños, tanto de las letras como de las artes visuales.

A.C. Como mencioné antes, desde hace mucho tiempo me esfuerzo por dar a conocer a los artistas de Honduras fuera de ella; quizás desde que me fui, me acompaña lo que podría interpretarse como culpa o como afán de distribuir mis remesas con la comunidad artística. He apoyado y apoyo causas y personas en las que creo, quizás a veces ellas mismas no crean en sí mismas, yo intento apoyarlas para que den un paso que les permita asumir su arte y su condición de artistas como tal.

Yo tuve la suerte de tener varios maestros, amigos y personas que me han apoyado en mi propio proceso de desarrollo artístico. Antonio José Rivas, sobre cuya obra escribí hace 25 años una tesis, fue el primero en enseñarme de poesía. Julio Escoto, Eduardo Barh, Ana María Rodas, Nela Río y el fantasma de Alejandra Pizzarnik son sólo algunos de los nombres de personas cuya obra me ha marcado. De pintura aprendí con Ezequiel Padilla y Aníbal Cruz en los años 80, y desde los 90, Gustavo Armijo ha sido un verdadero compañero de Ixbalam y nuestro proceso de desarrollo, sensible hombre que nos acompaña constantemente.

Por lo general, trato de mantener buenas relaciones con todas las personas con las que me relaciono, sin embargo, en nuestro medio es difícil para lo/as artistas congregarnos y olvidarnos de la crítica y la zancadilla, por lo que ha sido difícil, hasta el momento, organizar un colectivo de mujeres escritoras y artistas que mantengan su interés en realizar actividades que sean más perecederas que los típicos recitales.

Quizás por eso he optado por agruparme con una colección de artistas con quienes formamos un collage multidisciplinario que nos permite crecer verdaderamente. En la actualidad coordino el Colectivo Ixbalam y además hemos comenzado el grupo artístico “Siguatas” produciendo espectáculos de música y poesía, integramos este grupo: Iris Mencía, Paloma Zozaya, Susan Arteaga, Rosario Rodríguez, Karla Lara, Balbina Olivera, recibiendo el apoyo de Nordestal Yeco, Camilo Corea, Alexis Sagastume, Carlos Umaña, Ricardo Zavala y Danilo Lagos. Además, mantenemos estrechas relaciones con grupos como el Grupo Teatral Bambú, terco Producciones, Mujeres en las Artes, Paíspoesible, el Teatro Laboratorio de Honduras.

Existen en Honduras muchas condiciones para que los y las artistas empecemos a unirnos y a luchar como un frente común, ante un sistema para el cual el arte se ha convertido en una simple comodidad que se utiliza sin ser realmente valorada a profundidad. Aún guardo la esperanza de lograr que nuestra comunidad artística obtenga el respeto y el reconocimiento que se merecen por los organizadores de las políticas de desarrollo del país; creo fielmente que sólo el esfuerzo común puede resultar en un bien común.

S. M. Respecto a la crítica que se les hace a algunas mujeres escritoras debido a su postura estética simplista sobre algunas temáticas; igual, bien podría hacerse la misma crítica a muchos hombres escritores. Usted que es una investigadora, puede darnos su valoración.

A.C. Lo que en un hombre se interpreta a veces como romántico y sensible, llega a interpretarse como cursi en las mujeres, porque existen dos medidas diferentes; como en todo, las mujeres debemos demostrar las cosas tres veces para que nos crean que tenemos la capacidad de hacerlas, mientras muchos hombres sólo tienen que alardear de sus triunfos para que todos se quiten el sombrero a su paso. Esa es una realidad cultural, en nuestra hondura, el hombre “posee la verdad”; no debería extrañarnos entonces que las mujeres recibamos el filo más cortante de la crítica, al fin y al cabo, nosotras ni siquiera escribimos Literatura, sino esa denominada “literatura de mujeres”.

Esta postura, este pre-juicio, contamina entonces cualquier apreciación que pueda hacerse; así, las flores, el amor, el campo, el mar y las estrellas, son señales de pobreza en el lenguaje y un intento de escribir que nunca llega a cuajar. ¿Y cómo? si las mujeres no tenemos derecho a hablar, cómo vamos a aprender a escuchar nuestros pensamientos, algo malo deben de tener, ya que se nos prohíbe hablarlos y a veces hasta tenerlos.

Esta desautorización a las palabras que vivimos las mujeres, nos lleva a nosotras mismas a un problema peor: la autocensura y el escapismo, que a su vez, pueden conducir a algunas de nuestras escritoras a referirse a sus escritos como “algunas cositas”, diminutivo que infantiliza nuestra escritura y nos condena ante la crítica.

Pienso que para que las mujeres hondureñas recobremos plenamente la voz, debemos primero recobrar nuestro cuerpo, el erotismo, nuestra lengua y los placeres orales que con ella logramos hilvanar en el silencio. Si no podemos vernos desnudas al espejo, tampoco podremos decirnos sin tapujos y eso me parece que es condenable, pero debemos recordar que todo es un proceso, todas hemos pasado por allí, vamos cada una llegando a su tiempo y con su ritmo a recorrer con las palabras el camino de la restauración de nuestro ser, desde nuestra otredad diversa.

S.M. Su libro Una vez un barco, desde mi percepción, es una de sus mejores publicaciones. Es un libro que aspira al viaje entre las sensaciones del amor, entre el intento por alcanzar los ideales personales y el antagonismo y las contradicciones que la realidad atrevidamente nos impone.

A.C. Una vez un barco es el primer poemario que escribí después de una pelea larga que tuve con la poesía, entre 1985 y 1987, después de muchos intentos y más de 120 poemas iniciales, las tachaduras y los agregados, dieron como resultado este breve poemario alegórico, en el cual el/la personaje/a barco/a, Blanca, zarpa del puerto y se extravía. No es Ulises ni su retorno lo que importa, sino esa barca consumida en su viaje por sí misma, buscándose en las noches, en las profundidades interiores y en la profundidad del mar. Honduras en retorno, amigos que quedaron, manos que siguieron pintando la esperanza. Barca a la deriva que busca desesperada una noción de pertenencia y que sólo podía pertenecerse a sí misma y a la mar.

Poemas primigenios y primeros poemas de reencuentros y amores tronchados a medias, poemas que me forzaron a hilvanar mi escritura con la de otras mujeres que, como yo, habitaban el espacio del “no sé dónde”. Poemas que introducen una poesía que mira a Honduras desde afuera, con mirada radiográfica y a veces lapidaria.

Una vez un barco me abrió las puertas a las palabras y precisamente por eso, como usted dice, es un libro de vital importancia para mí.

S.M. Le decía que de sus libros, prefiero en la totalidad Una vez un barco, y su última publicación, El paso de la muerte, donde su poesía nos acerca a la anécdota sobre personas conocidas o queridas suyas. El libro convoca desde la intimidad a personas conocidas en nuestro arte, tanto de la plástica cómo de la literatura. Es un libro bastante doloroso.

A.C. El paso de la muerte reúne, como su nombre advierte, los poemas que surgen cuando la muerte pasa. La muerte que nos pasa de lejos sin tocarnos, pero rozándonos con su viento, para que la veamos, la fotografiemos y la recordemos. O podría referirse también a ese paso que es morir, la muerte propia, el paso de esta vida a la siguiente. Ese paso indetenible como el tiempo. Porque sólo con la muerte podemos contar la muerte propia y la ajena.

Desfilan en la primera parte de este libro, los recuentos y recuerdos de 22 años de amigo/as, familiares y conocido/as muerto/as, todo/as a destiempo. Personajes importantes del Arte en Honduras y en América Latina, en general, Antonio Cornejo-Polar, Alfredo Roggiano, Gloria Anzaldúa, Aníbal Cruz, Obed Valladares, entre otros. Mi padre, mi abuelo y mi tía, cada uno recogido entre palabras que se niegan a dejarlos ir.

La segunda parte del libro reúne los poemas que, a manera de preparación, he escrito para adelantarme a la muerte, para salirle al paso, reconstruyendo con símbolos mis pulmones hechos pedazos y estas ansias de vivir y de hacer cosas, habitada de palabras. Poemas de catarsis que sin reparar tejidos devuelven a mis manos, con las plumas la esperanza. El paso de la muerte ha sido mi reconciliación con mi vida y con mi muerte.

S.M ¿Cuánto debe comprometerse un poeta con su tiempo, con su país, con la conciencia histórica?

A.C. Para mí, un/a poeta se mide a través de sus compromisos y la consistencia que mantiene entre su escritura y su experiencia de vida. Por eso habemos buenos y malos poetas, porque unos asumimos plenamente la maldita bendición de las palabras, mientras otro/as, las usan para nombrar superficialmente lo que no creen, ni viven, ni sienten.

Cuando viajo entre la Hondura y sus montañas, me asalta de continuo la pregunta: ¿Cómo puede no amarse este país? Y entonces, alguien, con su carro medio millonario, golpea torpemente contra el pasto, llevándose de encuentro cuatro estudiantes caminando hacia la escuela, una familia entera o una anciana de lento caminar: no hay remedio, perdemos a paso agigantado nuestra propia humanidad.

Creo firmemente que la poesía, en todas sus manifestaciones (el canto, la música, el drama, la pintura, la arcilla, la danza de los cuerpos y el amor), es la única que puede ayudarnos a recobrar nuestra historia, a hilvanar nuestra conciencia con las palabras y el recuerdo, que no muere y tampoco perdona.

S.M. ¿Hay alguna especie de compromiso entre el escritor y sus lectores?

A.C. En mi caso personal, entiendo que el poema sólo está terminado cuando es leído por el/la otro/a, y para que yo perciba esa sensación de conclusión, debe producirse una lectura pública, un recital que me permita ver en los ojos de la audiencia los estragos de las palabras que salieron de mis corneas, a mi zona de broca, para precipitarse por mis yemas en su líquido primigenio y oscuro, sobre el papiro virgen que las preserva, y norma el mundo.

Sólo el estremecimiento, la grifa carne del lector o la lectriz, pueden establecer la calidad o el éxito que han tenido mis poemas, de vez en cuando descubro que, en efecto, de entre miles, hay una mujer, un hombre, que llora o ríe cuando lee uno de mis poemas, y eso en mi opinión lo completa.

S.M. ¿Escribir poesía es la puesta en escena de las vocaciones, técnicas, inteligencia, sensibilidad e intuición propia del artista? ¿Cabe aquello de un compromiso al margen de lo literario?

A.C. Me parece que todos los elementos que usted menciona se amalgaman en el proceso de la escritura, la vocación que debe existir obviamente, para que la poesía salga fluida y no forzada, como podría sentirse cuando se domina sólo la técnica. La sensibilidad e intuición son indispensables para lograr armonizar, en palabras las sensaciones, sentimientos y experiencias que nos mueven y que deseamos transmitir a los demás. Y la inteligencia, debe utilizarse para lograr hilvanar artísticamente y de forma estética, todos los elementos.

En cuanto a compromisos, me parece que el primer compromiso que todo/a artista debe tener es con su propio arte. Si no respetamos la poesía propia y la ajena de nada servirán nuestras palabras; hablo de ese compromiso que se logra cuando una/o se vuelve una/o profesional de la poesía y vive de manera consecuente con ello.

Para mí la poesía no sólo es mi profesión y mi arte, sino también mi forma de vida, un camino que sigo de la misma manera que se sigue una religión; y es que para mí la poesía es, como ya dije, una práctica de chamanismo. Desde esta perspectiva, me parece que la poesía se ve altamente comprometida con todas las acciones que realizamos. Yo en lo personal extiendo mi compromiso poético, o compromiso individual, a mi compromiso social, de tal manera que mi escritura debe, a mí juicio, revelar mis posturas ideológicas, políticas y mis creencias culturales.

En suma, creo que la poesía comprometida va mucho más allá del panfleto o del texto urgente, que aunque necesarios, no llegan a hacer mella estéticamente. La poesía si busca perdurar, debe trascender los bordes del tiempo y el espacio.

S.M. Nos habla de su trabajo al frente de Ixbalam, uno de los esfuerzos editoriales y de creación de espacio para los creadores hondureños.

A.C. Después de muchos años de ausencia, decidí volver a Honduras y lo he hecho de manera gradual, a partir del 2001 cuando saque una pensión por invalidez de la Universidad Estatal de Colorado, donde laboraba. Esos ingresos me han permitido realizar algunos de los sueños que siempre he tenido, el más importante, fundar una casa editorial que tenga como objetivo fundamental:

Estimular, financiar y publicar obras de gran calidad intelectual que propongan aproximaciones novedosas en las áreas estratégicas del conocimiento y cambios en los comportamientos estereotipados de las culturas patriarcales, misóginas y homofóbicas, dando especial consideración a la producción de autores hondureños, y sobre todo a la de las mujeres.

Empresa colectiva que empezamos con Rebeca Becerra, Ezequiel Padilla, María Arechaga y Evaristo López. Después de 4 años de existencia, Ixbalam Editores cuenta con once títulos publicados y cuatro números de la Revista Ixbalam de Estudios Culturales y Literarios.

Hemos estado a punto de cerrar muchas veces, pues es un trabajo muy duro que no cuenta con muchos recursos de financiamiento, y como el objetivo fundamental es el de publicar por mérito, no cobramos a los autores por nuestros servicios. Por el contrario, somos la única editorial que paga el 25% por derechos a sus autore/as.

Además, ya que tratamos de mantener una imagen colectiva, nos negamos a hacer presentaciones de libros de forma individual y manejamos los procesos de edición en conjunto, por ejemplo, en el 2006 se publicaron 5 libros y una revista, los que por cierto aún no se han terminado de imprimir porque aún no se han terminado de pagar.

Es este afán de hacer publicaciones en masa, o al menos de cinco en cinco, veces se obstaculiza el trabajo porque no se puede completar el proceso hasta que no se invierte una cantidad de dinero bastante fuerte (que nos es difícil reunir cuando nuestro único ingreso es mensual y limitado). Nos gusta la idea de pensar que la editorial y el proceso editorial es colectivo, no se logra publicar el libro de una persona primero que el de lo/as otro/as, más bien si se atrasa uno se atrasan todos. Seguimos batallando, sin embargo, para esta segunda mitad del 2007 quisiéramos tener la oportunidad de publicar otros 5 libros y dos números de la revista. A continuación le presento una lista de las publicaciones que llevamos hasta el momento:

1. Voces por la paz/Voices for peace, una antología bilingüe que incluye poemas relacionados con la paz, escritos por tres importantes poetas latinoamericanas y bastante reconocidas por la crítica de literatura femenina. Se trata de Nela Rio (Argentina), Ana María Rodas (Guatemala) y la hondureña Amanda Castro. 104pp.
2. Sobre las mismas piedras poemario por la poeta hondureña Rebeca Becerra. 98pp.
3. Los versos están en todas partes poemario por la poeta hondureña Blanca Guifarro. 130pp.
4. Exacta poemario por la poeta hondureña Juana Pavón. 110pp
5. El palacio de Eros relatos por el escritor y poeta dominicano Fernando Valerio-Holguín. 140pp.
6. Una vez un barco poemario escrito por la poeta hondureña Amanda Castro. 52pp.
7. 2da Estación poemario por el poeta hondureño Edgardo Florián. 99pp.
8. Recuerdos del Mañana poemario por el poeta hondureño Alexis Ramírez. 57pp.
9. El Paso de la Muerte poemario por la poeta hondureña Amanda Castro. 86pp.
10. Jornadas para las Mujeres 2004: Memoria-Antología. Vario/as poetas hondureño/as, compilada por Amanda Castro. 72pp.
11. Las Palabras del Aire poemario por la hondureña Rebeca Becerra. 53pp

12. Revista Ixbalam de estudios Literarios y Culturales números 1, 2, 3 y 4.


http://www.registrocreativo.ca/Amanda_Castro/Poesia.html
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