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martes, 28 de febrero de 2023

Lucha Castro activista social, feminista y defensora de los derechos humanos

Lucha Castro, activista y abogada por los derechos humanos. MANOLO GARCÍA

Luz Estela Castro Rodríguez (Villa Ahumada, Chihuahua, 29 de febrero de 1952), también conocida como Lucha Castro, es una activista social, feminista y defensora de los derechos humanos mexicanos. Cofundadora , junto con Alma Gómez Caballero y Gabino Gómez Escárcega, del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM)​ y de la organización Justicia para nuestras hijas (JPNH). Reconocida por su labor en apoyo a familias de mujeres víctimas de feminicidio y casos de trata y desaparición forzada.​

 Su vida queda retratada en este texto*  suyo que nos enseña e ilumina . Gracias Lucha :

Al reconocerme como defensora de los Derechos Humanos y tomar conciencia de que la violencia contra las mujeres es una violación de los Derechos Humanos, dio un vuelco a mi vida, significó un paso cuántico. Buscar en las jurisprudencias, los tratados internacionales, el andamiaje jurídico para hacerlos valer en los tribunales, lograr que cobraran vigencia en la vida concreta de las mujeres de carne y hueso, desde el horizonte de la teología feminista

En mi experiencia, acompañar, desde el respeto absoluto a la dignidad de las personas, abordar el sufrimiento en sus vidas y compartir procesos de resurrección, es ante todo cultivar la capacidad de escuchar, pensar y caminar desde las propias necesidades de las víctimas. 

Escuchar historias cotidianas, pensar como proceso de liberación en oposición a las cruces impuestas, analizar colectivamente para descubrirlo que permite las injusticias. Y caminar al lado de las víctimas en relaciones horizontales, reconociendo   los obstáculos que enfrentan las mujeres víctimas de algún tipo de violencia y juntas discernir las estrategias de acceso a la justicia. 

Escuchar a las mujeres  no desde la posición jerárquica de poder que te puede dar el conocimiento jurídico, sino con el absoluto respeto y veneración de quien abre su corazón, descubrir  el sufrimiento con sus diferentes tonos, comprender sus silencios, su ir y venir en la espiral del círculo de la violencia, de las víctimas de la violencia familiar,  escuchar los testimonios dolorosos de las mujeres violadas, las sobrevivientes de trata, la  madre que busca justicia y verdad por el feminicidio o desaparición de su hija, las víctimas invisibles del conflicto armado: las abuelas, madres, hermanas, hijas de los torturados, desaparecidos/as, ejecutados, la obrera de la maquila en triple jornada laboral, la maestra que exige educación pública y laica, las activistas de los derechos LGTB, la líder indígena que defiende su territorio y el medio ambiente; la joven que se moviliza para despenalizar el aborto o los testimonios de  las personas defensoras de Derechos Humanos en riesgo.   

Cuando compartes el día a día las historias de terror de esas mujeres que llegan derrotadas, con el alma rota y el cuerpo destrozado por las violencias machistas, y te conviertes en testigo de su proceso de resurrección, al verlas empoderadas, sepultando el mito de la sumisión como destino, cuando se bajan ellas misma de las cruces impuestas y emprenden con dignidad el camino a la felicidad, es cuando confirmo mi vocación como defensora de los Derechos Humanos. 

Convencerme de que no soy su voz, la estrategia consiste en brindar herramientas que permitan a las mujeres recuperar su voz, reconocer la discriminación ancestral y emprender la lucha reivindicatoria, colectiva. 

El empoderamiento como camino de liberación se comparte en tres aspectos: lo psicológico, lo jurídico y el activismo. Lo psicológico, por medio del acompañamiento psicosocial. Lo jurídico, por medio de la socialización del derecho o alfabetización jurídica, así como por el activismo judicial de las víctimas y el recurso estratégico de las ONGS ante los tribunales.


Acompañamiento psicosocial. 

Las mujeres en situación de violencia por la cultura patriarcal suelen sentirse culpables. El acompañamiento psicosocial es un enfoque liberador en la comprensión y acompañamiento a las personas (en sus contextos familiar y comunitario) fue propuesta   inicialmente por el psicólogo y sacerdote jesuita Ignacio Martín-Baró en El Salvador y desarrollada posteriormente por Carlos Beristain, se invita a considerar de modo insoslayable la identificación y comprensión de las  condiciones políticas e ideológicas de contextos opresivos en los que surge el sufrimiento, la  ineficacia e ineficiencia en los sistemas de impartición de la justicia de las instituciones del Estado. 

Los procesos de facilitación en el acompañamiento psicosocial individual o colectivo, promueven la identificación clara de las condiciones generadoras de trauma y sufrimiento psicosocial, desatan en las personas significados diferentes de las afectaciones sufridas, así como la identificación de capacidades de afrontamiento y resistencia, que permiten a las personas recuperar un sentido de poder y dignidad.


Socialización del Derecho o Alfabetización jurídica 

En el Centro de Derechos Humanos (CEDEHM) la organización que cofundé, aprendimos que para evitar la revictimización,  una táctica es pedir a las mujeres que escriban su historia. Al realizar ese ejercicio, empiezan a ponerle nombre a lo que viven y, desde esa narrativa,  se construyen las denuncias visibilizando los diferentes  tipos de violencias, muchas de ellas invisibles. Además de ser terapéutico, es muy útil para el litigio estratégico. Por ejemplo, la  violación sexual en el matrimonio se justifica  por el débito conyugal, o la  violencia domestica por  una riña de parejas.

El primer caso que litigué fue una tentativa de feminicidio. Cuando el fiscal se levantó de su escritorio por las copias de un “acuerdo de no agresión mutua”, el agresor dijo a la víctima: “Acabas de firmar tu sentencia de muerte”.  Ella insistió ante el fiscal que quería narrar la película completa, en decir, contar la historia de violencia, las amenazas, etc. El Ministerio publico la paró en seco: “Señora, usted dígame que pasó el domingo a las tres de la tarde cuando llamó a la policía, es decir, las circunstancias de modo, tiempo y lugar, no me sirve que me cuente su vida”. El Ministerio público fue  fiel a las enseñanzas de la Facultad de Derecho, le interesó solo una escena de la película, dos días después la mujer estaba en terapia intensiva.

Además de escribir su historia, las mujeres acuden semanalmente a talleres que les permiten tomar decisiones informadas. Creamos los talleres Respuestas legales a las violencias de género, en temas de Derecho Civil y Penal: custodia, divorcio, medidas de protección etc. Luego pasamos a la segunda parte, el taller Llevando mi juicio, las victimas preparan su testimonio, revisan las pruebas de las carpetas de investigación, visitan los tribunales para conocerlos. Finalmente, en el taller Caminando sobre mis propios pasos, las mujeres se apropian del conocimiento, recuperan su autoestima, se convierten en mentoras de otras víctimas y en coadyuvantes de los procesos judiciales 

Activismo Judicial de las víctimas y el recurso estratégico de las ONGS ante los tribunales.

De pronto el número de víctimas que acompañamos nos superaba en fuerzas y caímos en la cuenta de que nos estábamos convirtiéndonos en una maquiladora de acompañamiento, no lográbamos incidir en cambios estructurales, así que construimos un observatorio ciudadano del actuar judicial. En mi país no basta con tener la razón jurídica, se hace necesaria la protesta social, las y los jueces se sentían observados, presentamos quejas como el caso de Genoveva, logramos sinergias con otras organizaciones y  logramos  cambios. 

El emblemático caso de Genoveva, una mujer indígena, inspiro el nacimiento del colectivo Mujeres en lucha, que logró cuestionar el poder  de aquello que, desde la visión del patriarcado, tienen en su manos la responsabilidad de administrar la justicia. Genoveva y su bebé, huyendo de la  hambruna, se desplazaron a la ciudad de Chihuahua. Hasta el asentamiento  en que vivían llegó  una mujer mestiza en busca de una empleada doméstica. Al darse cuenta de que Genoveva  tenía una niña recién nacida, se la robó.

Por medio año –tengamos en cuenta que Genoveva no habla el castellano- llegaba todos los días hasta la fiscalía exigiendo recuperar a su hija. Se paraba por horas pronunciando únicamente tres palabras: “busco mi hija”. En varias ocasiones fue regañada por denunciar, bajo el argumento que la niña estaba mejor con Yudith, que le daba todo lo que ella no podía y que, además, Genoveva ya tenía más hijos.  Hartos de la presencia de la indígena, localizan a la niña y la ponen a disposición de la Institución de Protección a la Infancia. En este lugar, para permitirle ver a su hija, le ponen la condición de firmar de un documento, pero sin la asistencia de un traductor de su lengua. Confiada en que era el trámite para rescatar a su niña, le dan a firmar el perdón a la mujer que robó a su hija.

Yudith, la mujer mestiza, pide la guarda y custodia, y el juez la concede con el argumento de que no había denuncia. Cuando Genoveva se percata, acude al juzgado, donde le informan de que “ella no aparece en el expediente y que, por tanto, no está legitimada para participar en ese juicio”. La mujer indígena acude de nuevo diariamente durante tres meses, se planta en la puerta del juez y le dice: “quiero mi niña”. Una empleada del Juzgado se compadeció y nos contó la tragedia. Interpusimos recursos legales, logramos recuperar a la niña y destituir al juez, 

No todos los casos son exitosos. Margarita, una mujer de una comunidad rural, fue privada de su libertad por un grupo de sicarios y violada tumultuariamente.  Después de devolverla a su casa, le exigieron que no apagara el celular, a donde le enviaban videos de la violación. Amenazada su familia, la víctima se sintió obligada a estar a disposición de sus agresores cuando la requerían. Desesperada, huyó, llegó al CEDEHM y nos dio la siguiente respuesta a nuestra sugerencia de que denunciara los hechos: “En mi pueblo a una maestra le hicieron lo mismo que a mí. Ella denunció, pero el jefe de la policía es también el jefe de los sicarios. Como venganza le quemaron con ácido las manos y piernas.” 

La única opción para ella fue el traslado a un refugio, lugar en que llegan las mujeres a quienes el Estado no es capaz de garantizar el derecho a la libertad o la vida. Unas semanas después, su pequeña hermana de 14 años fue tomada por el grupo criminal para reemplazarla y Margarita tuvo que regresar a su pueblo.

Permitir la violación para vivir y hacer vivir a la familia, es un lugar de crucifixión y de opresión cuando no hay alternativa posible. Se vive la experiencia como ausencia de esperanza, ante la imposibilidad de caminos alternativos. Todo esto se vive de modo diferenciado, según las historias, los contextos y los momentos históricos. La de Margarita es una de las vidas que más me duelen.

Comprendimos la importancia del litigio estratégico de las Organizaciones No Gubernamentales para que el avance de las leyes, que las mujeres feministas hemos conquistado a través de la historia, tenga sentido para Genoveva, Lolita, Margarita y todas las victimas que acompañamos. 

Históricamente las olvidadas de los procesos penales fueron las víctimas. Quienes actuaban en nombre de ellas era exclusivamente el fiscal o Ministerio Publico, quienes representan los intereses de la sociedad, y la comisión de un delito era considerada una ofensa al Estado. Por tal motivo las pretensiones de las víctimas no solo eran invisibles, sino que no importaban. Los Derechos Humanos brindaron una oportunidad para tomar el papel protagónico.

La participación de las víctimas en un proceso legal se denomina “coadyuvancia”, viene del latín: co y adiuvare, que significa “ayudar”. Trabajo de equipo de víctima y abogada. Pondré un ejemplo significativo para que se comprenda el valor de la coadyuvancia. En la década de los 90, las madres de Ciudad Juárez que tenían hijas desaparecidas o asesinadas, denunciaban que las autoridades no las buscaban. Era su grito frente al Estado, pero no podían demostrado. Cuando me pidieron que fuera su abogada, presenté un escrito en el que asumimos la coadyuvancia la Madre y Yo, y solicitamos  copia de la carpeta de investigación,  así descubrimos que Julieta Marleng, la hija de doña Consuelo, y Erica, la hija de Hortensia, desaparecidas dos años antes, tenían su expediente de siete páginas. Por supuesto, la fiscalía informaba a las madres que habían realizado cateos, rastreos, declaraciones de testigos etc. Nada fue verdad y así empezamos a documentar y exhibir la indolencia del Estado retomado por A.I en el 2003 con el informe México, muertes intolerables diez años de desapariciones y asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y Chihuahua. Las madres se convirtieron en coadyuvantes, de víctimas a activistas y a defensoras de Derechos Humanos emergentes. 

Documentamos para no olvidar, para conservar la memoria histórica en la cabeza y en el corazón de quiénes están torturando, quiénes queman nuestras casas, violan, asesinan y desaparecen a nuestras hijas e hijos. 

Una coadyuvancia efectiva rompe paradigmas centrados en el poder, que a lo largo de toda la historia han detentado las y los abogados de la defensa, fiscales, abogadas de las víctimas, jueces y juezas. Y no es fácil. La participación de las abogadas coadyuvantes de las víctimas, desde el horizonte del feminismo, es muy importante. Se colocan en el debate los estereotipos y prejuicios que pueden limitar el acceso de las mujeres a la Justicia y además se brinda la oportunidad de cuestionar esquemas jurídicos patriarcales, tales como la absurda conclusión de que las víctimas de violación no opusieron resistencia suficiente. 



La fiscalía, en caso de un feminicidio, aporta cuestiones técnicas, como la trayectoria de las balas, el objeto utilizado para cometer el crimen, las huellas etc. Pero la coadyuvancia aporta no sólo el marco jurídico invocando los tratados internacionales, las reglas de Brasilia, etc., también aporta peritajes con perspectiva de género, explica el daño moral que provoca la violencia. Un caso que también me marcó fue el de Marisela Escobedo, que actualmente se exhibe en Netflix bajo el documental Las tres muertes de Marisela Escobedo, es el ejemplo de una madre empoderada que tuvo un papel protagónico en el juicio del feminicidio de su hija.

La vida es siempre elección y la defensa de los Derechos Humanos ha sido mi mejor elección. Me llena el corazón y la elegí escuchando mi voz interna, que me reconcilia con mis exigencias. Aquí sigo en esta opción de vida. El talante de una defensora es ser signo de esperanza, es parte de mi equipaje, aun en las noches obscuras ella me acompaña.

Estoy convencida de que es por medio de las acciones de amor y de justicia como tenemos que proclamar el escándalo de todas las cruces injustas impuestas a las mujeres, que representan todas las formas de violencias, muchas de ellas ocultas. Empoderándolas les animo a iniciar procesos de resurrección de sus vidas.  

La ideología del sacrificio impuesta por la cultura patriarcal, la manipulación del mensaje de Jesús traicionado y tergiversado por diversas causas, han permitido la creencia de que el sufrimiento que proviene de la injusticia conduce a la redención, desarrollando en las victimas la alienación, la educación para la renuncia y el temor a la rebeldía, la sobrevaloración del sufrimiento de niños, niñas, indígenas y mujeres conducen a soportar humillaciones, y a la renuncia de nuestros Derechos Humanos, por lo que esta teología promueve el victimismo de las mujeres, animándonos al martirio doméstico y familiar.

Como bien lo señala Ivonne Gebara, la teóloga feminista brasileira, el mensaje inconsciente es que el sufrimiento redime, que nuestro Dios cristiano necesita sacrificios humanos, y con este discurso teológico tradicional se avala el abuso y la violencia.  Esta es la concepción de Dios que ha pasado de generación en generación, la del Dios autoritario, masculino, patriarcal, que identifica el amor con el sufrimiento. La espiritualidad de la liberación ayuda a tomar conciencia de la importancia de conocer las causas de la opresión. Descubrir al Dios liberador en un proceso comunitario y la socialización del mensaje bíblico desde el horizonte de la teología feminista, permite  que miles de  niñas, jóvenes y mujeres tengan la posibilidad de conocer un mensaje alternativo a las posturas conservadoras de la jerarquía.

Para las feministas cristianas es fundamental centrar el mensaje de nuestra fe como amor radical, justicia y liberación de las y los oprimidos. Teresa Forcades  es un ejemplo de estas enseñanzas, con otras mujeres comprometidas que comparten la teología de la cruz en clave feminista, ha contribuido a terminar con el mito del destino social y a la construcción de sujetas hacedoras de la historia desde la realidad concreta de las mujeres y sus luchas reivindicatorias. Desde la cotidianidad se construye el profetismo que da esperanza y alegría de vivir el compromiso cristiano. 

Finalmente, ante la justificación religiosa de las iglesias para validar el sometimiento de las mujeres, tenemos una respuesta:

Nos queremos vivas 

Para escribir poesía, música e historias

Para conquistar el cosmos, las profundidades del mar y la cima de las montañas

Para usar los espacios públicos para el arte, la cultura, la construcción de ciudadanía

Para ocupar los bancos escolares, las curules, las sillas presidenciales y ejecutivas de las empresas

Nos queremos vivas

Para decirles a los niños, los jóvenes y los adultos que somos iguales en derechos y dignidad

Que queremos transitar por la vida con ellos, sin violencia, con amor y respeto

Que somos dueñas de nuestros cuerpos y decisiones

Nos  queremos vivas

Para tejer sueños y esperanzas

Para cuidar la tierra, el agua, el cielo

Es cierto. Berenice, Marisela, Paloma, Monserrath, y cientos de mujeres… No pudimos evitar su muerte

Nuevamente la madre tierra abre sus brazos para recibir sus cuerpos doloridos

Están ausentes, pero presentes en nuestro dolor e indignación

Caminarán con nosotras exigiendo verdad y justicia

Para construir un mundo con oportunidades para todas y todos

Estarán con nosotras en las calles, las plazas, las iglesias, en el ciberespacio, el teatro, el cine, los libros, la investigación

Estarán con nosotras en todas partes donde la indignación concite a la unidad y la lucha

Convocarán con nosotras a mujeres y hombres a construir otro mundo posible

Gritaran con nosotras: ¡Ni una más! ¡Nunca más!


 *La experiencia de acompañamiento a las víctimas de las diversas formas de violencias de género en Ciudad Juárez y Chihuahua, México



Junto con  Lydia Cacho también nuestra heroína



https://jiwarbarcelona.com/es/lucha-castro-30-years-feminicide-northern-mexico/

https://www.frontlinedefenders.org/es/case/case-history-lucha-castro

https://es.wikipedia.org/wiki/Lucha_Castro

https://es.ara.cat/verano/hay-jovenes-feministas-no-precio-tuvimos-pagar_128_4463527.html

https://catalegbiblioteca.americat.barcelona/bib/33972


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lunes, 27 de febrero de 2023

Susana Martín Gijón escritora y guionista española, especialista en novela negra



Susana Martín Gijón (Sevilla, 16 de julio de 1981) es una escritora y guionista española, especialista en novela negra. Es la creadora del personaje de la policía Annika Kaunda, una agente de origen namibio afincada en Extremadura y protagonista de varias novelas, así como de Camino Vargas, la famosa inspectora de Homicidios sevillana.

Martín Gijón se licenció en Derecho y se especializó en relaciones internacionales y derechos humanos. Desde muy temprana edad se aficionó a la lectura y también a escribir algunos relatos. Su inclinación por la novela negra le llegó por influencia de su madre y abuela, grandes seguidoras de este género.

Comenzó a desarrollar su carrera de escritora compatibilizándola con su trabajo como asesora jurídica. Entre otros puestos, ha ocupado el de Directora General del Instituto de la Juventud de Extremadura, entre el 2007 y el 2011, Presidenta del Comité contra el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia o Responsable de Derechos de la Confederación de asociaciones Autismo España.

Colabora en plataformas nacionales e internacionales como la Asociación por la Igualdad de Género en la Cultura Clásicas y Modernas y la Red de Mujeres Jóvenes Africanas y Españolas.

Participó como jurado en diversos certámenes y concursos literarios como el de microrrelatos Alza tu voz contra la trata de mujeres y niñas; Tú también tienes algo que decir contra la violencia de género; en el certamen literario para personas mayores, Experiencia y Vida o el de Mujeres y Libros.

Después de varios años formando parte de la directiva de la Asociación de Escritores Extremeños, fue elegida presidenta en diciembre de 2019, cargo que ocupó durante dos años.

Las creaciones de Martín Gijón narran historias y también retratan su mirada particular del mundo, denunciando algunas injusticias y poniendo el acento en lo que considera que lo merece.

Es la autora de la saga policiaca Más que cuerpos, que se inició en 2013 con la novela titulada con el mismo nombre, cuya trama se desarrolla en Extremadura, con saltos al pasado en Francia y la antigua Yugoslavia. En esta primera novela nos presenta a Annika Kaunda, la protagonista de la saga, policía de origen namibio y especialista en temas de género que se las verá con una red criminal de tráfico de mujeres con fines de explotación sexual, así como con un caso de violencia de género en una joven pareja. Otros muchos temas están presentes: homosexualidad y bisexualidad, amistad, la muerte, el exilio y el trato que tuvieron los españoles que cruzaron la frontera de los Pirineos o la industria farmacéutica.

La serie continúa con Desde la eternidad (2014), donde Annika Kaunda ha ascendido y es ya ‘oficial’ en la comisaría en la que trabaja en Mérida, gracias a la resolución del importante caso que investigó y cerró felizmente en Más que cuerpos. Su vida personal ha realizado un cambio importante y parece que la vida le sonríe, a pesar de su inestable jefe. Pero la maldad no hace vacaciones y en un spa, a todas luces idílico y que recrea unas termas romanas, aparece asesinado a puñaladas el propietario del balneario. Por si fuera poco, un alto cargo del gobierno de Extremadura será gravemente herido en un acto público​ y aunque todos los rumores apuntan hacia que la agresión tiene su origen en la crispación de los ciudadanos ante la crisis y los recortes, la oficial Annika Kaunda desconfiará y verá posibles vínculos entre los dos crímenes.





Dos años después, en 2016, publicó Vino y pólvora, la tercera entrega de la saga en la que nos encontramos tres tramas bien separadas. De un lado, Annika tendrá que enfrentarse a un nuevo crimen, en esta ocasión de un empresario de Almendralejo, famoso en el mundo del vino, que aparece muerto violentamente en su casona de Torremejía (el pueblo pacense donde Cela situaba La familia de Pascual Duarte) al mismo tiempo que es denunciada la desaparición de una niña rumana cuyos familiares trabajan como vendimiadores para la bodega del fallecido. Kaunda tendrá que averiguar si existe relación entre ambos enigmas, pero no podrá contar en esta ocasión con la ayuda de su compañero Bruno, a quien sus orígenes conducen directamente a un poderoso capo de la Camorra napoletana. Así, el discurso narrativo de la obra bascula entre Nápoles y Extremadura, amén de los breves excursos por territorios surafricanos a través de los cuales conocemos algo más del pasado de nuestra protagonista. Manuel Pecellín calificó esta obra de trepidante, "la estructura recuerda el discurso del cine de acción. Como se encadenan los fotogramas que trepidan, se suceden aquí los pasajes múltiples que componen la novela, transitándose a veloz ritmo de un escenario a otro (...) Susana Martín conduce hábilmente a los lectores por las diversas tramas, urdidas con sabia distribución del suspense, hasta el imprevisto desenlace".

También en 2016 se publicaron dos novelas cortas en las que la metaficción juega un papel predominante. Pensión Salamanca y Destino Gijón, situadas respectivamente en el Congreso de Novela y Cine Negro de Salamanca y en la Semana Negra de Gijón. En ellas, Annika Kaunda debe resolver sendos crímenes junto con la propia autora, con la que va trazando amistad sin siquiera sospechar que es la creadora de sus propias historias.

Como señala Javier Morales, "a Martín Gijón podríamos emparentarla con los autores de la novela negra mediterránea, los Camillieri, Márkaris, Andreu Martín, Eugenio Fuentes en Extremadura y su detective Cupido, entre otros, con el eco aún cercano de Vázquez Montalbán".



En 2017 se publicó la siguiente obra de la serie bajo el título Expediente Medellín.

Sus novelas tienen como escenario lugares periféricos, centrándose en especial en pueblos y ciudades de la comunidad extremeña.​

La crítica citó la trilogía Más que cuerpos entre las diez novelas negras más recomendables y como un ejemplar dentro del género policial y thriller español.

En 2020, Martín Gijón comenzó una nueva serie policiaca con la publicación de Progenie dentro de la colección Negra Alfaguara, de la casa editorial Penguin Random House. Esta saga tiene Sevilla como escenario principal y su protagonista principal es Camino Vargas, jefa accidental del Grupo de Homicidios en la ciudad. Progenie vendió más de veinte mil ejemplares en su primer año de publicación y fue nominado a varios premios de novela negra.​

En 2021 se publicó Especie, la segunda entrega de las aventuras de Camino Vargas, también de la mano de Alfaguara y PRH, ampliamente reconocida por la crítica y los lectores. La tercera novela de la trilogía, Planeta, se publicó a principios de 2022. La primera edición se agotó en menos de 24 horas. ​


Novelas

Más que cuerpos. Sevilla, Anantes, 2013.

Desde la eternidad. Sevilla, Anantes, 2014.

Náufragos, finalista del Premio Felipe Trigo y del Premio La Trama. Badajoz, Editora Regional de Extremadura, 2015.

Vino y pólvora. Sevilla, Anantes, 2016.

Pensión Salamanca. Sevilla, Anantes, 2016.

Destino Gijón. Sevilla, Anantes, 2016.

Expediente Medellín. Sevilla, Anantes, 2017.

Progenie, Barcelona, Alfaguara, 2020.

Especie, Barcelona, Alfaguara, 2021.

Planeta, Barcelona, Alfaguara, 2021.



Susana es una mujer feminista amiga de sus amigas , que admiran, valoran y recomiendan   su obra . 




https://susanamartingijon.com/

https://www.trendencias.com/libros-y-literatura/nueve-autoras-modernas-novela-negra-que-recogen-testigo-agatha-christie

https://es.wikipedia.org/wiki/Susana_Mart%C3%ADn_Gij%C3%B3n

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domingo, 26 de febrero de 2023

Martha Ferro feminista y socialista argentina

Martha Ferro, en 1988


Martha Ferro (4 de diciembre de 1942- 26 de febrero de 2011) cronista de policiales en los diarios Crónica y Crítica, gran titiritera, trabajadora antipatronal y antiburocrática

Estudiante de psicología en la Universidad de Buenos Aires, en 1968 se fue a Nueva York. Quería conocer a Allen Ginsberg. “Si bien tuvo algunas tensiones con las lesbianas neoyorquinas que en su opinión ponían de relevancia la represión sexual por encima de la lucha de clases.

En 1974 volvió al país y se integró al Partido Socialista de los Trabajadores (PST). La épica de la militancia atraviesa su relato de vida antes del periodismo: es delegada gremial en la fábrica de galletitas Terrabusi,. En 1979 dirigió Todas, una publicación encubierta del PST que alcanzó a publicar cuatro números y resultó precursora del periodismo feminista.

Martha Ferro parece haber sido la primera periodista dedicada a la la sección de policiales  , aunque tuviera antecesoras . Después de trabajar en el diario La Voz, donde editó un suplemento de la mujer de aparición irregular, entre 1983 y 2001 fue redactora en Crónica, ¡Esto! y Flash, publicaciones de Editorial Sarmiento.

Según explicó en el curso de entrevistas, el interés por la crónica se remontaba a la infancia como una transmisión por cuerda separada de las mujeres de su familia. 

Su escritura ensambló recursos del periodismo de barricada –que había practicado en publicaciones del PST orientadas a la agitación sindical– con los de la prensa sensacionalista, pero la búsqueda de impacto no le impidió la reflexión política. El punto de contacto entre esos registros fue un dato de su estilo: “Nada de lenguaje acaramelado”.

Ferro trató la violencia de género contra mujeres humildes como notas de tapa, cuando esos hechos no tenían entidad de noticia para la mayoría de los medios, y sus crónicas fueron también una forma de comprometerse y de incidir en situaciones concretas: “Como ¡Esto! no tiene el corazón de piedra, acompañó a la mujer hasta la comisaría de Glew para que radicara una nueva denuncia”, escribió así en una crónica del 16 de julio de 1992 a propósito de un caso en el que ayudó a la víctima para escapar de su marido golpeador.

Siguió también casos de violencia con mayor repercusión mediática como los de Mabel Adriana Montoya, una chica de 18 años que murió al resistir a un intento de violación (1983), Cecilia Giubileo (1986, con la fotógrafa Cristina Fraire), Alicia Muñiz (1988) y Jimena Hernández (1988). “Ella utilizó el policial como un periodismo de denuncia, no solamente sobre violencia doméstica sino también sobre la persecución y muerte de travestis, los inundados, la gente estafada. Tenía una visión muy amplia, especialmente de sectores pobres y marginales. Su feminismo era clasista”, destaca Mabel Bellucci.

En la calle ganó también el prestigio de los periodistas que no retroceden ante la necesidad de obtener la noticia y que se convierten en protagonistas.

Tinta roja documentó una rutina menos clamorosa en la redacción: búsquedas de personas ausentes de sus hogares, violencia familiar, problemas entre vecinos. Pero no había sucesos pequeños en su mirada. Solía decir que no le interesaban “las investigaciones o hipótesis sobre grandes robos o atentados como el de la AMIA” sino las historias cotidianas “donde está todo”, porque reflejaban como en un microscopio la violencia del delito y la institucional, la corrupción y los dramas de la pobreza; en particular lo que llamó “policial tramontina”, una expresión de su propio cuño en alusión a que “los pobres se matan con cuchillos domésticos tramontina”.

La crónica policial, y sobre todo la sensacionalista, suelen recargarse de estereotipos y frases hechas; para Ferro supuso una práctica creativa sobre el lenguaje, que le permitió crear palabras y otras expresiones . María Belén Correa, fundadora del Archivo de la Memoria Trans, recuerda que Ferro fue la primera en utilizar el término travesticidio para referirse a los crímenes de odio contra las travestis, en una época en que la discriminación era corriente también en las coberturas periodísticas de esos episodios.

Los cronistas policiales clásicos leían a Agatha Christie y Arthur Conan Doyle; a ella le gustaba Roberto Arlt. “El periodismo policial tiene un lenguaje riquísimo, heredero del lenguaje tumbero, del tango, de los márgenes”, dijo en una entrevista con Silvina Molina, en la que también explicó el sentido del neologismo hienario: “Siempre me impresionó la llamada risa de las hienas, sus mordiscones arteros, cómo saborean la carroña. Cuando observo y respiro lo que pasa en esta sociedad con los más débiles, siento que crece la población de hienas, que estoy en un hienario compuesto por todas las clases sociales. Y olfateo la barbarie creciente”.

En una línea común con otros grandes cronistas, desdeñó a la policía como fuente de información y cuestionó la romantización del delito. “Con los lectores tengo un pacto de amor, les digo lo que les interesa –contó en una entrevista con Miguel Russo–. Como estuve en el barro y me quedé tomando mate allí, como me acosaron las moscas de los velorios, como me hice tirar las cartas en los tugurios más negros, sé comunicarme”. En esas historias aparentemente menores escuchó también algo tan importante como lo explícitamente dicho: “Aquí la gente no sabe dónde ir, a quién contarle las cosas (…) y entonces dice chau, se lo voy a contar al periodista”.









HOMENAJE. MARTHA FERRO 

El grito


En la madrugada de este 26 de febrero de 2011, murió Martha Ferro. La acompañaron sus amigas íntimas, Alicia Chester y Julia Sánchez, y su mujer, Adriana Carrasco, con quien se había casado en noviembre de 2010. El cajón estaba cruzado por un rudimentario trapito rojo que simulaba la emblemática bandera de las esperanzadas revoluciones que movilizaron el siglo XX. No se cantó La Internacional porque el arrojo al llanto fue más fuerte.
Desde hacía siete años por lo menos, los médicos le habían pronosticado seis meses de vida. No obstante, ella siguió con sus múltiples rutinas de vicios y placeres. Fumaba todo lo que podía, ponía el cuerpo en causas que despiertan vigilias, con una escritura plagada de virtudes literarias. Su periodismo, áspero y severo, se caracterizó por un compromiso feroz frente la desesperación femenina por la violencia machista y por un interés sublime por el pobrerío de los márgenes. Feminismo y socialismo, eso era Martha Ferro.

Buena parte de la izquierda porteña, fusión entre feministas veteranas y maduros dirigentes de partidos trotskistas que palearon historia, quedó consternada por su fallecimiento. La primera en lanzar al rodeo intergaláctico la fatal noticia fue la periodista Olga Viglieca a través de la Red Informativa de Mujeres de Argentina, más conocida como RIMA, el oráculo por excelencia de las activistas con o sin corpiños: “Hola a todas, les cuento que ayer murió Martha Ferro, legendaria cronista de policiales en los diarios Crónica y Crítica, gran titiritera, trabajadora antipatronal y antiburocrática. Para las que tuvimos el honor de compartir sus experiencias, ella fue una hermosa persona”. Después de ese arrojo al vacío que implica el llamado de la muerte, comenzaron a llegar correos de condolencias y recuerdos varios. Nora Ciapponi, quien supo ser vicepresidenta del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) en 1973, rompió lanza con su palabra: “Era de esas personas que uno siempre piensa que son eternas, quizás por su fuerza y su pasión”. Ferro, movida por el deseo incansable de siempre ayudar a otras mujeres, ofreció su identidad para que Ciapponi en 1979 pudiera salir del país: “No podía hacerlo con mi pasaporte, dado que vivía en la clandestinidad y era buscada. Por lo tanto, en la organización me falsificaron uno. Se necesitaba a alguien de una edad similar a la mía. Y se utilizó el de Martha que en solidaria actitud se prestó a facilitarlo. Así, me fui con mi foto y el nombre de ella. Luego en Nicaragua caí detenida. Temí por su situación en la Argentina. Finalmente, no le pasó nada”. Mientras que Griselda Astudillo, amiga de andanzas titiriteras en la Compañía Medias Rojas y luchadoras por el aborto legal, seguro y gratuito, la recordó por sus garras de amazona que arañaron bellas letras.

A lo largo de los días aparecieron prudentes gestos de dolor por parte de compañeros de la militancia partidaria, de amigas cercanas y de otras... más que cercanas. También las colisteras de RIMA enviaron dos largas entrevistas que publicaron la revista Sudestada (diciembre de 2006. Nº55) y el portal periodístico Artemisa (28/3/2007). A través de ellas, Martha desnudó su historia de vida. Por otros pagos virtuales, apareció una nota que quebró el blíndex de lo esperado, se titulaba “Murió Martha Ferro”. Qué raro. Daniel Puertas, su autor, remató el final con una frase que fue escuchada como una profecía gitana: “Martha Isolina Ferro ya no está entre nosotros. Aunque no lo sepan, todos aquellos que creen que el mundo será alguna vez más justo están desde la noche del viernes un poco más solos. Y los que sí lo saben tienen la certeza inconsolable de que están bastante, pero bastante, más solos”.

A pesar de tantos testimonios conmovedores yo podría contar un poco más de nuestra heroína recién cremada en la Chacarita. Imagino no sin dolor cómo dentro de muy poco sus cenizas serán esparcidas por las empedradas callecitas de la Boca. No dejo de pensarlo y un frío helado me recorre entera. Martha ya no está con nosotras.
Nació en el Hospital Rawson, del barrio porteño de Barracas, en 1942. Los datos biográficos más íntimos nos llegan de la mano de su compañera Adriana, quien cuenta que en 1965 empezó a estudiar psicología en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en la calle Independencia. Provenía de una familia de clase media baja, de inmigrantes italianos y vascos. Su abuela Pepa, de cuño anarquista, le contaba sobre las gestas proletarias en las barricadas para hacerla dormir. De tanto escuchar historias, Martha quiso conocer el mundo. Entonces falsificó una carta de invitación de una universidad estadounidense para mostrársela a su madre quien le creyó. Un año más tarde, partió con lo puesto. Se fue a Nueva York para conocer a Irwin Allen Ginsberg, poeta beatnik de los cincuenta y del hippismo de los sesenta. Allí, vivió siete años, en esa ciudad que concentra todo lo mejor y lo peor del capitalismo. Uno de los trabajos que más recordaba fue arrastrando un carro como vendedora de panchos bajo la nieve de Manhattan. Había una cosa, entre las tantas cosas que había, que la estremecía hasta el grito, tal como lo retrató el pintor noruego Edvard Munch: era la violencia física y el maltrato hacia las mujeres. Por ello, estudió con empecinamiento a las teóricas anglosajonas y aprendió de las experiencias de algunos colectivos feministas radicales, tal como lo relató para Artemisa: “Por entonces las gringas tenían un grupo Las Vengadoras donde devolvían las palizas a los golpeadores”.

A comienzos de 1973, cuando las papas quemaban en la Argentina, ella se instaló en Buenos Aires. Se conocen sus orígenes políticos y su ingreso en la prensa escrita gracias a Elsa Campos, correctora y delegada gremial: “Yo la conocí en el PST. En 1978, siendo ella una militante de base el partido le encargó dirigir la revista Todas. Salieron sólo cuatro números. Si bien no tenía el punzón feminista del presente, su impronta lo dejaba insinuar. Por ejemplo, la fotografía estaba a cargo de Sara Facio y colaboraban Alejandra Boero y Moira Soto, entre otras tantas. Desde el partido también organizábamos recitales. Ahora, puede resultar una tontera pero para ese momento significaba una apertura del oscurantismo que vivíamos en plena dictadura militar. En realidad, mi trato más personal con ella fue cuando, en 1982, entró a Crónica y yo estaba como representante del diario en el gremio. Martha se volcó al suplemento Croniquita hasta llegar a ser su directora. En aquel entonces no era una militante feminista como se piensa ahora, era una feminista de brío. No ocultaba su lesbianismo”. Pese a la estética bizarra de Crónica, en sus redacciones se abroquelaban trotskistas en lucha, tal como vuelve a afirmar la voz de Elsa: “Yo entré por intermedio de una compañera del partido que trabajaba allí. A partir de entonces, ingresamos un grupo de mujeres y unos pocos varones a los que logramos cooptar para la causa”. En resumidas cuentas, Martha escribió en Crónica durante dieciocho largos años. La despidieron en julio de 2001 luego de una huelga que impidió la publicación de tres ediciones. En la entrevista de Artemisa ella hace un balance de su trabajo: dieciséis años en blanco y dos en negro. Toda una vida, reflexiona con cierta amargura. Mientras que en Sudestada salta esa mirada implacable que le dio su experiencia en el conurbano bonaerense para cubrir infinidad de casos hasta llevarla a convertirse en una cronista policial de fuste: “En 2005 llegué a la revista ¡Esto! porque cerraron los vespertinos Crónica Quinta y Sexta y me pasaron a la sección policial del diario. Venía de trabajar en El Tribuno de Olavarría, que era de la señora Fortabat y cerró por un quilombo gremial. También trabajé en La Voz de los Montoneros, a pesar de que soy trotskista, los muchachos me dieron la posibilidad de dirigir el suplemento de la mujer. Después hice trabajos freelance con una fotógrafa llamada Cristina Freire, con quien seguimos el caso Giubileo y que, casualmente, me había contado que Crónica iba a sacar una revista policial que era un secreto de Estado, pero ya lo sabía todo el mundo”.

Llegados los años de plomos y de desapariciones, Martha se las rebuscó como pudo para no ser chupada. Fiel a una vida digna de una crónica de aventuras, Adriana relata su desesperación por vivir: “Me contaba que se pasó escondida durante mucho tiempo en la isla Maciel como linyera. Después consiguió lugar en un sótano que se hizo famoso por el tipo de gente que concurría. Estaba en San Telmo, en la calle San Lorenzo. Junto con la poeta Diana Bellessi levantaban información para ser difundida por los exiliados en el exterior”.

Martha tenía una cosa de barrio mechado con un talante intelectual. Al verla, se intuía su marca en el orillo por su vozarrón de fumadora de cigarrillos negros y por su figura apabullante de mujerona que ha pateado mucha calle. Pese a conocer de cerca la brutalidad humana por su trato cotidiano con los crímenes, su mera presencia estimulaba a vivir. Paraba en el Británico, un bar emblemático de la gente de Crónica, en la esquina de Parque Lezama. Siempre se la veía con ganas, nunca se mostraba vencida. Esa matriz especial que la pintaba de cuerpo entero, su necesidad de entender el mundo para tratar de cambiarlo, aun produce envidia. Su corazón se abría sin insistir demasiado. Ella pertenecía a esa raza de gente que existió alguna vez en Buenos Aires, no hace mucho tiempo atrás, capaz de entregarlo todo por los demás. Antes de entrar en coma, volvió a leer Patricia Highsmith, y a su amada Rosa Luxemburgo. Fue lo último que hizo y que alcanzó a disfrutar.


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sábado, 25 de febrero de 2023

Morayma Ofyr Carvajal poeta y educadora de Ecuador




Morayma Ofyr Carvajal ( Guaranda, Bolívar, Ecuador, 28 de enero de 1915- Chimborazo, Ecuador, 25 de febrero de 1951)    fue una poeta y educadora de Ecuador

Luego de culminar sus estudios y graduarse de Profesora Normalista en el Colegio Manuela Cañizares de la ciudad de Quito, volvió a su tierra natal para dedicarse por entero a las labores educativas como profesora auxiliar de la Escuela Simón Bolívar, para poco tiempo después ser designada Rectora del Colegio Profesional Echeandía. Posteriormente se radicó en Quito donde formó parte del personal docente del Instituto Superior de Pedagogía y Letras, y después del Normal Manuela Cañizares y del Fernández Madrid.

En noviembre de 1949 se trasladó a la ciudad de Riobamba para desempeñar el cargo de Rectora del Colegio de Señoritas, y poco tiempo después, «su presencia inquieta a los intelectuales y funda con ellos la Casa de la Cultura, núcleo de Riobamba».

Desarrolló una importante labor cultural y fue miembro de la «Unión Pacifista Americana» y del «Grupo Aguilas de la Raza», de Venezuela; perteneció a la «Sociedad Bolivariana» y fue especialmente invitada por la «Fundación Eva Duarte de Perón» para que asista al Congreso Internacional de «Mujeres Pro Paz y Libertad», que se reunió en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

También da conferencias publicas en varias ciudades del Ecuador y su prestigio encuentra fama dentro de la República y fuera de ella.

Se le honra nombrándola Adjunta Cultural de la Embajada del Ecuador en la República del Uruguay, pero no acepta.
Su muerte fue resultado de una explosión de una bomba colocada en su hogar  en la ciudad de Riobamba el 25 de febrero de 1951.

Obras
Entre sus obras destacan:

Poema Rebeldía
Galería del Espíritu o Mujeres de mi Patria
Libro de poemas Asfodelos
Revista Alas​
Las siete palabras de Jesús.

Reconocimientos
Fundadora de la casa de la cultura núcleo de Riobamba
Invitada por Fundación Eva Duarte de Perón al Congreso Internacional de Mujeres Pro Paz y Libertad.​
Sello Postal: “Aporte a la cultura y desarrollo del Ecuador”
Una calle de Quito fue nombrada en su memoria.


https://es.wikipedia.org/wiki/Morayma_Ofir_Carvajal

https://ccbenjamincarrion.com/revista_digital/morayma-ofir-carvajal-escritora-y-biografa-antonio-jaen-morente/
https://haciendohistoriaec.wordpress.com/2016/01/02/mujeres-destacadas/comment-page-1/
http://www.enciclopediadelecuador.com/personajes-historicos/morayma-ofyr-carvajal/
https://cofradiadelconocimiento.wordpress.com/2016/01/02/mujeres-destacadas/comment-page-1/

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viernes, 24 de febrero de 2023

Octavia Estelle Butler escritora de ciencia ficción



Octavia Estelle Butler (22 de junio de 1947 – 24 de febrero de 2006) fue una escritora estadounidense de ciencia ficción. Ganó los premios Hugo y Nébula. En 1995 se convirtió en la primera escritora de ciencia ficción en recibir el título "Genius" de la Fundación MacArthur.

En español se ha publicado su relato Bloodchild ("Hijo de la sangre"), así como la trilogía de Xenogénesis: Amanecer, Ritos de madurez e Imago y sus Libros de las Parábolas: La Parábola del Sembrador y La Parábola de los Talentos.

Octavia Butler utiliza la ciencia ficción especulativa para explorar temas sociales antiguos y modernos. A menudo representa conceptos como raza, sexualidad, sexo, religión, progreso social y clase social en lenguaje metafórico. Sin embargo, estos temas no sólo están presentes en metáfora. Por ejemplo, la lucha de clases es un tema directo en la serie de Parable of the Sower.

Octavia Butler nació y creció en Pasadena, California. Su padre Laurice, un limpiabotas, murió cuando era pequeña, Octavia fue criada por su abuela y su madre (Octavia M. Butler) que trabajó como criada para mantener a la familia. Octavia creció en un vecindario multirracial.​  Fue una niña introvertida e hija única en un hogar estrictamente baptista y pronto se aficionó a revistas como "Amazing", "Fantasy and Science Fiction" y "Galaxy", leyendo todos los clásicos de la ciencia ficción.

Octavia. apodada Junie por su madre, era una niña tímida y soñadora, y posteriormente se le diagnosticó dislexia. Comenzó a escribir a los diez años para escapar de la soledad y el aburrimiento; y cuando tenía doce años comenzó a interesarse en la ciencia ficción.​ "Comencé a escribir mis historias cuando tenía doce años, estaba viendo una mala película de ciencia ficción titulada "La Diabólica chica de Marte" y decidí que podía escribir una historia mejor. Apagué la televisión y lo intenté. Y he estado escribiendo ciencia ficción desde entonces".

Después de graduarse en el Pasadena City College en 1968,​ se matriculó en la California State University de Los Ángeles. Finalmente comenzó a estudiar escritura en la Universidad de Los Ángeles.

Octavia afirmaba que dos instituciones le proporcionaron la ayuda más valiosa para aprender a escribir: Entre 1969–1970: El Open Door Workshop del Screenwriters' Guild of America, un programa de ayuda para escritores latinos y africanos de Estados Unidos. y en  1970: El Clarion Science Fiction Writers Workshop.

En noviembre de 1999 Octavia Butler se trasladó a Seattle, en el estado de Washington.

La autora se describe a sí misma como una cómoda ermitaña asocial en medio del pesimismo de Seattle, y si no tengo cuidado, una feminista, una negra, y por último, baptista, con una combinación imposible de ambición, pereza, inseguridad, certidumbre e impulso espontáneo.​ Los temas raciales y la ambigüedad sexual están presentes en su obra.

Murió fuera de su hogar en Lake Forest Park, Washington, el 24 de febrero de 2006, a los 58 años.​ Algunos medios de comunicación afirman que murió debido a un golpe en la cabeza que recibió al caer contra la acera parece  que un infarto provocó su caída y sus heridas en la cabeza.

Su primera historia publicada, Crossover apareció en una antología de 1971. Otro relato corto, Childfinder, fue comprado por Harlan Ellison para la colección de historias The Last Dangerous Visions, que nunca llegó a publicarse. (A fecha de hoy todavía sigue inédita). Octavia escribe que cuando se publicó su selección de relatos Bloodchild and Other Stories todavía estaba aprendiendo a ser una escritora. De hecho, después de "Crossover" pasé otros cinco años de rechazos editoriales y otros trabajos antes de que consiguiera vender otra de mis obras.


En 1974 comenzó la novela Patternmaster (supuestamente comenzada con la historia que había iniciado viendo "La Diabólica Chica de Marte"), que se convirtió en su primera novela en 1976 (aunque ocuparía el quinto lugar de la serie Patternist). En los ocho años siguientes publicaría cuatro novelas más sobre la misma historia, aunque las fechas de publicación no coinciden con el orden de las novelas.

Wild Seed, el primer libro de la serie Patternist, fue publicado en 1980. En Wild Seed, Butler contrasta cómo dos personajes potencialmente inmortales construyen sus familias. El personaje masculino, Doro inicia un programa de crianza para crear descendientes con poderes psíquicos como alimento y compañeros potenciales. El personaje femenino, Anyanwu, crea campesinos. Tanto Doro como Anyanwu, a pesar de sus diferencias terminan necesitándose mutuamente, pues son los únicos seres inmortales del mundo. Este libro también explora la dinámica del poder y la esclavitud.

En 1979 publicó la novela Kindred, que utiliza los viajes en el tiempo para explorar la esclavitud en los Estados Unidos, En esta historia, Dana, una mujer afroamericana, es inexplicablemente transportada desde del año 1976 en Los Ángeles a Maryland a principios del siglo XIX. Se encuentra con sus antepasados: Rufus, un esclavista blanco y Alice, una mujer afroamericana que nació libre pero fue convertida en esclava.

Esta novela a menudo se encuentra en las secciones de literatura afroamericana en lugar de en ciencia ficción; la autora la considera una "siniestra fantasía sin ciencia"​ (no se da ninguna explicación científica del viaje en el tiempo que se lee en el libro). Kindred se convirtió en el más popular de todos sus libros con más de 250.000 copias vendidas. Su título en español puede significar "parientes", "parentesco" o "emparentada", porque su protagonista es una mujer y el tema central es la relación de la mujer actual con la mujer esclavizada del siglo pasado. "Creo que la gente realmente necesita pensar qué sucede cuando se tiene a toda la sociedad dispuesta en contra tuya" dijo sobre su novela.

La serie Lilith's Brood (también conocida como trilogía Xenogenesis ) habla de Lilith, que junto con unos pocos humanos supervivientes, son salvados por una raza extraterrestre, los Oankali, después de que un grupo militar lanzara una serie de misiles que destruyeron gran parte de la Tierra. Los Oankali tienen un tercer género, los ooli, que tienen la habilidad de manipular los génes y poderes de seducción sexual y estimulación neuronal. Utilizan sus habilidad para permitir la unión de los otros dos sexos de su especie, así como unir a otras especies con las que se encuentran. Los Oankali son mercaderes biológicos, que se sienten impulsados a compartir genes con otras especies inteligentes. Juntos Oankali y humanos son forzados a entenderse para poder recrear una biología mixta que les permita sobrevivir, unos al holocausto y otros a su eterno viaje en busca de nuevas biologías.


En 1994 su novela Parable of the Sower fue nominada al Premio Nébula a la mejor novela, pero no lo consiguió hasta 1999 con la secuela Parable of the Talents. Las dos novelas describen el origen de la ficticia religión "Earthseed".

Octavia Butler originalmente pensó en escribir una tercera novela Parable of the Trickster, un proyecto que mencionó en varias entrevista, pero sufrió una especie de bloqueo de escritura y pasó siete años sin publicar una nueva novela.

Finalmente publicó en 2005 una nueva novela, Fledgling, una historia de vampiros con contexto de ciencia ficción. Aunque la autora la consideraba una obra independiente, la novela está conectada con otras de sus obras mediante su exploración de la raza, la sexualidad y lo que significa ser parte de una continuidad. Además, la novela continua con el tema de Parable de Sower con la diversidad como imperativo biológico.


Octavia Butler publicó una colección de sus relatos cortos Bloodchild and Other Stories en 1996. Afirma en el prefacio que odia los relatos cortos y prefiere el formato de la novela. Las ideas que más me interesan tienden a ser grandes. La colección incluye relatos cortos, el primero terminado en 1971 y el último en 1991. Bloodchild (Hijo de sangre), ganador de los Premios Hugo y Nébula trata sobre humanos que viven en una reserva de un planeta alienígena gobernado por criaturas insectoides. Los alienígenas se reproducen implantando huevos en los humanos, con quienes comparten una existencia simbiótica. La autora afirma que su relato no trata sobre la esclavitud, sino sobre el amor y la madurez y la reacción masculina al embarazo. ​También afirma que escribir es su forma de superar su miedo al aburrimiento.






Premios y honores


2000: Premio a su carrera literaria por el PEN American Center
1999: Premio Nébula a la mejor novela por - Parable of the Talents
1995: Título "Genius" de la MacArthur Foundation
1985: Premio Hugo al mejor relato corto por Bloodchild
1985: Premio Locus al mejor relato corto por Bloodchild'18​
1985: Premio Science Fiction Chronicle al mejor relato corto - "Bloodchild"19​
1984: Premio Nébula al mejor relato corto - Bloodchild
1984: Premio Hugo al mejor relato corto - Speech Sounds
1980: Premio Creative Arts L.A. YWCA


https://quotefancy.com/octavia-e-butler-quotes
https://forreadingaddicts.co.uk/authors/octavia-e-butler-quotes-writing/
https://es.wikipedia.org/wiki/Octavia_E._Butler
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jueves, 23 de febrero de 2023

Régine Crespin soprano

Régine Crespin (Marsella; 23 de febrero de 1927–París; 5 de julio de 2007) es considerada la única gran soprano dramática aparecida en Francia desde la Segunda Guerra Mundial y la sucesora de las legendarias Lucienne Bréval (1869-1935) y Germaine Lubin (1890-1979).

Nació en Marsella, a los cinco años la familia se trasladó a Nimes. Las privaciones de la Segunda Guerra Mundial  afectaron profundamente su infancia. Estudió en el Conservatorio de París donde recibió lecciones de Suzanne Cesbron-Viseur, Georges Jouatte y Paul Cabanel. Fue descubierta a raíz de un concurso de canto organizado por la revista Opéra 

Su primer concierto con orquesta fue en abril de 1947, en el Theatre Ancièn de Nimes dirigida por E. Carriere.​ En 1950 debutó en ópera en Mulhouse como Elsa de Lohengrin, otras fuentes mencionan su debut en Reims en 1948 como Charlotte de Werther. Sus primeros años profesionales transcurrieron en teatros de ópera de provincias donde cantó La Tosca de Puccini - en francés - Margarita de Faust, Aida, Fiordiligi, la Condesa de Las bodas de Fígaro, Donna Anna de Don Giovanni, Marina de Borís Godunov, Rezia de Oberon y su favorita Penélope de Fauré que llevó a París en 1956, año de su debut en el extranjero como Desdémona de Otello en Bilbao.

Su  envolvente sonoridad e incomparable exquisitez en la enunciación e intención del texto la ubican en un sitial de privilegio entre las cantantes del siglo XX. Fue apodada La Leona, con innato encanto francés aportó calidez a las heroínas alemanas y aristocracia a las mediterráneas. Se destacó principalmente en el repertorio wagneriano, en la revalorizacion del repertorio francés y las épicas de Berlioz con exitosas incursiones en el repertorio  italiano como Tosca (Puccini), Santuzza (Cavalleria Rusticana), La Gioconda (Ponchielli) y en papeles de Verdi (Amelia, Leonora y Desdémona en Otello).



El éxito internacional llegó en 1958 cuando Wieland Wagner, el nieto del compositor y revolucionario director escénico, la eligió para Kundry en Parsifal en el Festival de Bayreuth. Se casó con el lingüista Lou Brouder que la había entrenado en idioma alemán para ese papel. En Bayreuth y otros teatros desarrolló una memorable carrera en papeles de joven-dramática wagneriana como Senta (Der fliegende Holländer), Elisabeth (Tannhäuser), Elsa (Lohengrin) y como esplendorosa Siglinda en Die Walküre. El año siguiente interpretó la Mariscala en el Festival de Glyndebourne junto al caballero de la rosa de Elisabeth Söderström.

En 1961 conquistó al público del Teatro Colón de Buenos Aires como Kundry de Parsifal y la Mariscala de Richard Strauss. Favorita de la audiencia porteña retornó en 1962 como Tosca y Penélope de Fauré, en 1964 en la doble asignación de Casandra y Dido de la monumental Les Troyens de Berlioz y como Ifigenia en Iphigenie in Tauride de Gluck; en 1965 como Charlotte de Werther de Massenet, nuevamente Tosca y Marguerite en La condenación de Fausto de Berlioz. En 1969 volvió para cantar Kundry y en 1976 Carmen. Se despidió de Buenos Aires en 1987 con La Medium y la Condesa de La dama de picas de Chaikovski.

En 1962, también como la Mariscala de Der Rosenkavalier repitió el éxito en su debut en el Metropolitan Opera de New York dirigida por Lotte Lehmann, la Mariscala preferida de Strauss que la nombró su sucesora. En el MET cantó Amelia, Senta, Elsa, Kundry, Charlotte, Tosca, Carmen y en 1967 Sieglinde en Die Walküre dirigida por Herbert von Karajan con Birgit Nilsson como Brunilda. En 1977 dominó el estreno - en inglés - de Dialogues de Carmélites de Poulenc como la anciana priora, Madame de Croissy, papel con el que se despidió de la audiencia metropolitana en 1987.​ En 1957, Crespin había participado en el estreno francés en el Palais Garnier de la ópera de Poulenc quien compuso el rol de la nueva priora, Madame Lidoine, para ella. Se retiró en 1989.

Otros teatros importantes durante su trayectoria fueron la Ópera Lírica de Chicago (debut americano en 1962), la San Francisco Opera, la Ópera Estatal de Viena, la Ópera Alemana de Berlín, el Festival de Glyndebourne, el Festival de Salzburgo y la Ópera de París con la que siempre mantuvo tirantes relaciones (en 1974 fue abucheada durante las representaciones de Les contes d'Hoffmann). En La Scala cantó Fedra de Ildebrando Pizzetti, en Covent Garden Senta y Fidelio; en Nueva York revivió el oratorio Maria Magdalena de Massenet y en el Festival de Aix-en-Provence, Ariadne auf Naxos.



Con  el paso del tiempo y la pérdida de agudos a partir de 1973 realizó una exitosa la transición al registro y repertorio de mezzosoprano imponiéndose como Carmen, con desenfadado humor en operetas de Offenbach (La gran duquesa de Gerolstein, La perichole y La belle Helene), como Dulcinea en Don Quijote de Massenet4​ y en roles de carácter que requerían dotes histriónicas de envergadura (The Medium de Menotti, Madame de Croissy de Dialogues de Carmélites de Poulenc y la Condesa de La dama de picas de Chaicovski).

En 1989, se retiró del escenario pero continuó enseñando en el Conservatorio de París y en Masterclasses en San Francisco y Nueva York. Se había divorciado de Lou Bruder en 1969, no tuvo hijos. En 1972 fue condecorada con la Cruz de Caballero de la Legión de Honor del gobierno francés, en 1982 condecorada Oficial y en 1994 Commandeur des Arts et des Lettres. En 2005 recibió el Premio Opera News otorgado por el Metropolitan Opera Guild de New York. En 1982 publicó su autobiografía La vie et l'amour d'une femme (en inglés On Stage, Off Stage: A Memoire) donde valientemente narra su turbulenta vida profesional, privada y su lucha contra el cáncer que el 5 de julio de 2007 provocó su fallecimiento en París. 



Grabaciones

En Parsifal, del Festival de Bayreuth de 1960, bajo la dirección de Hans Knappertsbusch interpretando el personaje de Kundry. Antológicas Les nuits d'été - en especial El espectro de la rosa - de Berlioz y Shéhérazade de Ravel dirigidos por Ernest Ansermet con la Suisse Romande Orchestre en 1963. Grabó Sieglinde para la primera integral en estéreo de Der Ring des Nibelungen bajo la batuta de Georg Solti y posteriormente una formidable y femenina Brünnhilde en Die Walküre para Herbert von Karajan con la Filarmónica de Berlín. Las extenuantes representaciones posteriores en este papel en Nueva York y el Festival de Pascua de Salzburgo se mencionan como probables causas del comienzo de su declive vocal. En 1969 grabó su celebrada Mariscala para el registro completo bajo las órdenes de Georg Solti. No obstante, es un disco de extractos de 1965 dirigido por Silvio Varviso el mejor ejemplo de su Mariscala sólo equiparable a la de Elisabeth Schwarzkopf.


Otros registros: Wesendonck Lieder (Canciones de Mathilde Wesendonck) de Richard Wagner, escenas de Les Troyens de Berlioz, Lieder de Schumann, melodías de Fauré, Debussy, Joseph Canteloube, Roussel, Satie, Ravel, Poulenc, Schubert y en la segunda fase de su carrera, Carmen, Dulcinée en Don Quichotte de Massenet y operetas de Offenbach en el álbum Prima Donna en París donde rinde homenaje a las Prima Donnas francesas que le antecedieron desde Hortense Schneider hasta Yvonne Printemps.



https://es.wikipedia.org/wiki/R%C3%A9gine_Crespin

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miércoles, 22 de febrero de 2023

Jadwiga Szajna-Lewandowska compositora creadora del primer ballet polaco para la infancia

Jadwiga Szajna-Lewandowska ( 22 de febrero de 1912, Brody (antes Polonia, ahora Ucrania) -14 de marzo de 1994 ,Wroclaw ) fue una  pianista , compositora y profesora , creadora del primer ballet polaco para niños ( Pinocho ), una de las pocas personas que compuso trabajó exclusivamente para niños y jóvenes  

A los siete años, comenzó a aprender a tocar el piano en Lviv con la pianista y profesora Helena Ottawowa . Estudió bajo la tutela del director de orquesta , profesor y compositor Adam Sołtys . Estudió piano en el Conservatorio de la Sociedad de Música Polaca en Lviv con Maria Sołtysowa . Se graduó de la escuela en 1931  . En los años 1946-1947 trabajó en el Teatro de Títeres y Actores de Wrocław como compositora y directora musical .

En la Escuela Superior de Música del Estado de Wrocław estudió composición con profesores como Tadeusz Szeligowski , Piotr Perkowski y Stefan Bolesław Poradowski . Recibió su diploma en 1956  . Fue la primera graduada y una de las 5 personas que luego se graduaron de la sección de composición en la Facultad de Composición, Dirección y Teoría de la Música  . Como parte de su tesis de diploma, escribió el ballet Pinocho  . El estreno tuvo lugar en la Ópera Estatal de Wrocław en 1964, el Día del Niño .como regalo para los niños del Departamento de Cultura del Consejo Nacional de la Ciudad de Wrocław y la Ópera Estatal de Wrocław . La obra tuvo éxito, también se representó en el extranjero.

Escribió piezas instrumentales, vocal-instrumentales y corales, orquestales, de cámara, solistas, vocales y vocal-instrumentales, todas para la infancia  y adolescentes. Compuso principalmente obras escénicas, principalmente ballets, un ejemplo es  Secuestro en Tiutiurlistan de 1965 con libreto basado en la novela de Wojciech Żukrowski , presentada en la Ópera Estatal de Breslavia en 1967, Juegos infantiles (1968), Cómo una araña cosía zapatos para moscas (1979) , Caperucita Roja (1984) , Paseo por la ciudad (1984), La desgracia del cortejo (1989), El ruiseñor del emperador chino (1992) y La princesa y el guisante (1992).Compuso el musical La princesa con piel de burro  (1972, estreno el 3 de noviembre de 1975 en la State Opera de Bytom ) Introdujo el canto a la obra por primera vez, el libreto se basó en el cuento de hadas de Charles Perrault  y el espectáculo de ciencia ficción El sastre encantado  , basado en el libreto de Hanna Januszewska (1977) .

 Buscó los textos de las canciones folclóricas, para las cuales creó su propia música inspirada en la música tradicional (por ejemplo, Dos canciones para soprano y piano con palabras escritas por Oskar Kolberg y un texto folclórico). Muchas de sus obras fueron utilizadas con fines didácticos como material para las escuelas de música de primaria y secundaria  .

Como pedagoga, participó activamente en escuelas de música en Lviv, Lublin y Wrocław. Impartió clases de acompañamiento , dirección de conjuntos de cámara, solfeo y propedéutica de la composición. Fue presidenta de la sede de Wrocław de la Unión de Compositores Polacos .

Ha ganado numerosos premios en concursos de composición nacionales e internacionales. En 1960, en el Concurso de Primavera de Opolska, recibió el segundo premio del Regimiento de cantata para coro mixto y pequeña orquesta . En el mismo año, en el 1er Festival de Teatros en Silesia y Opole , recibió el 2do premio por la música de la obra de Tymoteusz Karpowicz Everywhere There Are Wells . En 1962, en el Concurso "Primavera de Opolska", vuelve a recibir el segundo premio, esta vez por el ciclo de canciones I envidio notas para soprano y orquesta de cámara . En 1964, en el Concurso de Compositoras Femeninas de Mannheim , recibió una distinción por su Suite compañía de ballet y en 1968 para el ballet infantil Ein Spaziergang in der Stadt. 

En 1971, en el Concurso Nacional de Composición por una composición sobre un texto de Władysław Broniewski , recibió el segundo premio por la canción infantil Jugamos verde para voz y piano  . También recibió el Premio de la Ciudad de Wrocław por su trayectoria (1964) y el Premio del Primer Ministro (en 1974 por obras para niños y jóvenes, en 1983 por el cuento musical El gato azul .

En Oława hay una Escuela Primaria de Música Estatal que lleva su nombre



https://female-composers.forts.se/szajna-lewandowska-jadwiga/

https://en.wikipedia.org/wiki/Jadwiga_Szajna-Lewandowska

https://docplayer.pl/61018813-Blekitny-kot-panstwowi-opera-we-wrocl-a-wju-muzyczna-w-2-aktach-wier-zem-bajke-napi-al-tadeu-z-zasadny-dyrektor-i-kierownik-arty-t.html#google_vignette

https://pl.wikisource.org/wiki/Strona:PWM_Szajna-Lewandowska_Jadwiga_1.jpg

https://pl.wikipedia.org/wiki/Jadwiga_Szajna-Lewandowska

https://archiwum.teatrwielki.pl/baza/-/o/-czerwony-kapturek-jadwiga-szajna-lewandowska-1988-06-01/79301/20181

https://www.recordsinternational.com/cd.php?cd=04N074

https://culture.pl/pl/tworca/jadwiga-szajna-lewandowska

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