Acerca de nosotras ·

martes, 31 de julio de 2018

Paca Sauquillo abogada laboralista, política y activista por la paz


Francisca "Paquita o Paca" Sauquillo Pérez del Arco (Madrid, 31 de julio de 1943) es una abogada y política española conocida por su activismo como abogada laboralista y en defensa de las libertades democráticas durante la dictadura de Francisco Franco. Ha sido diputada de la Asamblea de Madrid (1983-1994), Senadora (1983-1994) y Eurodiputada (1994-2004). Desde 1985 es Presidenta de la ONG Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL). Desde mayo de 2016 preside el Comisionado de la Memoria Histórica del Ayuntamiento de Madrid.


Nació en Madrid el 31 de julio de 1943. Fue la hija mayor del matrimonio formado por José Luis Sauquillo y Deseada Pérez del Arco. Tuvo dos hermanos, José Luis, nacido en 1944, y Javier, nacido en 1947, también abogado, y que fue asesinado el 24 de enero de 1977 en la conocida como "Matanza de Atocha". Paquita pudo morir también aquella noche pero, junto a los entonces abogados José María Mohedano y Manuela Carmena, se reunió en otro local.

Estuvo vinculada a movimientos cristianos de base durante el tardofranquismo.​ Desde 1965 trabajó en el grupo del padre Llanos en El Pozo del Tío Raimundo,​ implicándose activamente, ya como abogada laboralista en los movimientos que llevaron a la creación de las primeras asociaciones de vecinos de Madrid, en Entrevías.

Es abogada desde 1966 y ejerció como letrada penalista en numerosos asuntos nacionales, ante las Audiencias Provinciales españolas, además de ejercer en la Audiencia Nacional, y en los Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional. Creó uno de los primeros despachos laboralistas de Madrid, conocido como "Despacho de Lista" en 1970 desde donde defendió a sindicalistas de las fábricas de Pegaso, Standard Eléctrica, Marconi, etc., durante esa década. Abogada acusadora en diferentes acciones populares, ejercitadas para la defensa de los derechos fundamentales, defendió a estudiantes, obreros, políticos miembros de sindicatos, ante el Tribunal de Orden Público (TOP).

Con la llegada de la democracia actuó en asuntos civiles y familiares. Publicó el primer libro sobre reclamaciones en la Ley de Divorcio. A partir de 1981 asesoró y defendió a más de 3.000 personas afectadas por el Síndrome Tóxico producido por el aceite de colza, asistiendo a todas las actuaciones judiciales. Esta sentencia ha sentado jurisprudencia sobre delitos contra la salud pública.


A finales de los años sesenta se afilió al sindicato clandestino Acción Sindical de Trabajadores (AST), uno de los grupos que daría origen, en 1969, a la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT), que posteriormente asumiría el ideario maoísta, en la que militó durante catorce años. En 1979 fue cabeza de lista de la candidatura conjunta de la ORT y el Partido del Trabajo de España (PTE) (denominada Candidatura de los Trabajadores) a la alcaldía de Madrid,​ sin conseguir obtener acta de concejal.​ Posteriormente se vinculó al PSOE y se integró como independiente en la candidatura de dicho partido en las primeras elecciones a la Asamblea de Madrid en 1983,​ resultando elegida para I legislatura repitiendo escaño en la II​ y en la III legislatura.En 1987 ingresó en el PSOE.

Como parlamentaria autonómica fue designada senadora por la Asamblea de Madrid en 1983,​ ocupando asiento en la Cámara Alta en la 2ª, 3ª, 4ª y 5ª legislaturas de las Cortes Generales,​ hasta 1994. Como senadora fue miembro de la Comisión de Justicia y ponente de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Igualmente, ejerció como diputada al Parlamento Europeo desde 1994 hasta 2004 por el PSOE. Permaneció en la Asamblea de Madrid hasta el mismo año. En esta fecha, renunció a sus escaños en los legislativos madrileño y español al ser elegida eurodiputada. Permaneció en el Parlamento Europeo hasta 2004. Formó parte de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE entre 1994 y 2000. Desde 1985 es la presidenta del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad.

 En 1998, su hijo mayor, Javier, que padecía anorexia nerviosa sufrió un shock hipoglucémico que le sumió en un estado de semiinconsciencia el metro de Madrid. Fue desatendido lo que  le produjo  un coma y murió  el 7 de abril .

De 2005 a 2013 fue Presidenta del Consejo de Consumidores y Usuarios de España.​ Es vicepresidenta de la Plataforma del Voluntariado de España​ y miembro de la Plataforma del Tercer Sector.

Desde mayo de 2016 Sauquillo preside el Comisionado de la Memoria Histórica del Ayuntamiento de Madrid designada por la alcaldesa Manuela Carmena con el objetivo de asesorar en materia de Memoria Histórica en el ámbito del Ayuntamiento de Madrid.​



Paquita Sauquillo, la toga del Pozo del Tío Raimundo



MADRID.- Paquita Sauquillo (Madrid, 1943) es un torbellino. Se explica mientras recorre apresurada las mesas en las que hace seis décadas se distribuían una pila bautismal, confesionario y altar. Interrumpe su discurso para preguntar cómo va “lo de Palestina” o “el asunto Guatemala”, o para interesarse por los niños de una compañera. Hasta que se sienta en la sacristía… y respira. 

Debe de ser la magia del lugar. La misma que conquistó a un cura falangista, guía espiritual de Franco, y lo convirtió en el cura rojo del Pozo del Tío Raimundo, el Padre Llanos. El mismo espacio en el que hoy, en vez de crucifijos, cuelgan las fotografías de Paca con Yasir Arafat o Fidel Castro: el despacho de la presidenta del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL)

Lo ha decorado con los muebles de madera noble que trajo de la casa familiar de Fuenlabrada, “de cuando la ciudad era un pueblo de Castilla la Nueva que estaba lejísimos de Madrid”, recuerda con una sonrisa. Hija de militar, “un lector incansable y abierto”, y de una cantante de ópera que “tuvo que dejar la lírica para obtener el certificado de buena conducta que le exigía el Ejercito”, Paquita podría haber tenido una existencia cómoda. Pero nació crítica e inteligente la niña bien, a la que una serie de inputs –así los llama ella- le moldearon la rebeldía y el compromiso. 

El primero le llegó con el “clasismo” de las ursulinas del colegio madrileño del Loreto en el que se educó. “Había dos puertas: una para las niñas pobres y otra para el resto. Yo salía de casa con otra niña que vivía en la portería de Conde Peñalver y cuando llegábamos al colegio nos separaban. Y a mi aquello, a pesar de ser muy pequeña, me chocaba”. El segundo impacto fue una visita al Valle de los Caídos: “Me impresionó el Valle y, más aún, cuando en el coche, volviendo a casa, mi padre le explicó a mi madre cómo se había levantado con el trabajo de los presos, el de los vencidos”.


A los 14 años, la vida golpeó a Paca con su primera gran pérdida, anticipo de tragedias más duras. Era la mayor de dos hermanos cuando enfermó y falleció su padre. “Con sólo 38 años mi madre tuvo que sacarnos adelante sola. ¡Y tuvo mucho mérito!”, exclama orgullosa de Deseada. Porque supo la joven viuda unir y defender a tres hijos contestatarios frente a una familia muy conservadora y porque se empeñó en apoyar los estudios de Paquita a pesar de las recomendaciones en contra de las monjas. 

Estudió Derecho en la Universidad Complutense, donde coincidió con otras dos insumisas: Manuela Carmena y Cristina Almeida. Con ellas se juntaba para leer libros “tan avanzados –ironiza- como La mística de la feminidad”. O para rebelarse contra decisiones como las del “catedrático Maldonado de Derecho Canónico, que nos expulsaba a las mujeres de clase cuando explicaba los impedimentos del matrimonio”. Pero el cambio definitivo de Paca llegaría después. Cuando decidió especializarse en Laboral y, de la mano de la Hermandad Obrera de Acción Católica, empezó a visitar los barrios.


“En Madrid había cerca de 30.000 chabolas que habían ido construyendo con los que huían, unos del hambre y otros de la represión, desde Andalucía y Extremadura”. Recuerda que “llegaban en tren de noche, con su hatillo y un montón de hijos”. Los que se bajaban a la derecha fundaron Palomeras. Los que caían del tren por la izquierda, el Pozo del Tío Raimundo. Y a ese lado de la vía, se topo Paquita con el Padre Llanos. 

Ya se había licenciado y, por recomendación de Gregorio Peces Barba, trabajaba como pasante en uno de los poquísimos despachos que se ocupaba de los procesados en el Tribunal de Orden Público. Pero cada noche, sola, sin miedo a pesar de que miembros de Falange llegaron a amenazarle a punta de pistola “por roja”, viajaba al Pozo para ofrecer ayuda legal a los obreros que atendía el cura rojo. 

Tras dos años de pasantía, fundó en su casa el primer despacho laboralista de Madrid: el después conocido como despacho de Lista, desde el que siguió defendiendo a los barrios. Y ocurrió, precisamente mientras creaba la primera Asociación de Vecinos de España con la ayuda de su hermano, cuando la tragedia volvió a golpearla. Javier Sauquillo murió asesinado en enero del 77, mientras protegía a su mujer de las balas de los pistoleros fascistas autores de la matanza de Atocha.

Desde Lista, Paca también se convirtió en la segunda letrada con más casos de Orden Público. Aquellos que, por miedo a las represalias, casi nadie quería. Recuerda entre otros el Proceso 1001 o las últimas ejecuciones del franquismo y aquí, otro de los impactos que la marcaron. “El régimen había imputado la muerte de unos policías y guardias civiles a miembros del FRAP a los que ni siquiera quiso defender el Partido Comunista. Pero en mi despacho estábamos en contra de la pena de muerte y decidimos, movilizando incluso a la comunidad internacional, montar la defensa”. Tres de los acusados de Madrid fueron fusilados. Paca consiguió salvar a una joven, Concepción Tristán, por estar embarazada. Dos meses después, cuando la abogada Sauquillo fue encarcelada por participar en la manifestación en la que Manuel Fraga dijo aquello de “la calle es mía”, vio nacer en Yeserías a la hija de su defendida. 



En paralelo al ejercicio de su vocación, la amiga de José Sanroma, el camarada Intxausti, se convenció de las bondades del comunismo maoísta y se convirtió en miembro fundador de la Organización Revolucionaria de los Trabajadores. Y con la ORT, en el año 79, concurrió, sin éxito, a las primeras elecciones municipales de la democracia como candidata a la Alcaldía de Madrid. En el 82, José Acosta trató de persuadirla para que fuese candidata del PSOE en las generales, pero no daría el paso hasta las autonómicas del 83. Fue diputada en la Asamblea de Madrid y senadora díscola cuando votó no a la entrada de España en la OTAN. 

“Y tengo que reconocer que ahí me defendió Felipe González, porque en la Ejecutiva del PSOE me querían matar”. Pero no había otra opción. Tres años antes, durante la movilización universitaria de rechazo a la Alianza Atlántica, Paquita había fundado el MPDL con el que sería nombrada Mujer Europea del año 94, por su trabajo para evitar el conflicto que terminó segregando la antigua Yugoslavia. 

Más tarde fue eurodiputada, ponente del primer reglamento de Ayuda Humanitaria de la UE y, en el anverso de la moneda, una madre sacudida por el peor revés: la pérdida de su hijo Javier, compañero de colegio de Pablo Iglesias, víctima de una hipoglucemia. “Pero como uno no tiene más remedio que aguantar la resilencia, como yo digo –y sonríe con infinita tristeza Paca- pues peleando sigo”. 


Y vaya si pelea. Como militante del PSOE al que anima a cambiar: “No le queda más remedio, porque la sociedad ha mudado y la juventud tiene otra inquietud”. Y como presidenta del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, que dirige cual torbellino, mientras se preocupa por Palestina, Guatemala, los subsaharianos a los que aloja en unas viviendas cercanas o los hijos de sus compañeras, desde el Pozo del Tío Raimundo, desde la otrora parroquia mágica del cura rojo de Vallecas.
26/05/2015 CRISTINA S. BARBARROJA




Premios y reconocimientos
Premio Mujer Europea en 1993 Unión Europea de federalistas y Mujeres del Movimiento Europeo.
Premio Silver Rose en el año 2006 en Bruselas.
Premio Ciudadanos en España en el año 2008.
Medalla de Honor del Ilustre Colegio de Abogados por su dedicación al mundo del derecho el 23 de octubre de 2009.
2009 premio Abogados de Atocha instituido por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Gran Cruz de Oro de la Solidaridad Social el 24 de mayo de 2010.
2015 Premio Derechos Humanos otorgado por el Consejo General de la Abogacía española.
2016 II Premio por las Libertades Luis Cabrejas.




http://alfon-lavidadesdeellago.blogspot.com.es/2016/05/la-mirada-de-mujer-de-paca-sauquillo.html
http://www.memoriademadrid.es/buscador.php?accion=buscarAvanzado&pagina=&busqueda_libre_02_tipo=materia&busqueda_libre_02=Distrito%20de%20Hortaleza
https://es.wikipedia.org/wiki/Paquita_Sauquillo
http://www.publico.es/politica/paquita-sauquillo-toga-del-pozo.html
https://www.elplural.com/2014/01/24/y-con-esto-y-un-bizcocho-esta-noche-me-emborracho
Leer más...

lunes, 30 de julio de 2018

Maria Jansson llamada Kisamor



Maria Jansson , conocida en la historia como Kisamor ( La madre de Kisa), (30 de julio de 1788 - 27 de febrero de 1842),  fue  una doctora naturalista sueca, una de las médicas más notables y reconocidas del siglo XIX en Suecia. Ella es también un ejemplo prominente de Cunning woman ( conocidas como curanderas populares o más raramente como brujas blancas, practicaban la medicina popular, la magia popular y la adivinación en el contexto de las diversas tradiciones del folclore en la Europa cristiana desde al menos el 15 hasta al menos principios del siglo XX) en su país. Su nombre es el de Maria Jansson, pero es conocida en la historia como Kisamor ("Madre de Kisa")  por el lugar donde trabajó.


Nacida en Örebro como hija de un curandero en medicina natural, tuvo un temprano deseo de seguir en la profesión de su padre. Ella fue activa como sanadora natural ocasionalmente desde los primeros años, pero finalmente, su padre la obligó a casarse con un granjero, Anders Olsson, en 1807. El matrimonio fue infeliz y no tuvo hijos. Se divorció de su esposo en 1819.

En ese momento, ella funcionaba como doctora en medicina natural, y se ganaba la vida visitando y cuidando personas. Tenía amplia reputación y era llamada desde muy lejos. En 1814,  le regalaron una casa en Östergötland , Katrinebergs gård,  alguna de sus pacientes ricas en reconocimiento al éxito del tratamiento. Hizo visitas a domicilio y visitó a los enfermos en sus casas. A veces, acudían a ella en una posada llamada Kisa, y de ese modo, se la conoció como Kisamor: "Madre de Kisa". Ella fue descrita como temperamental y firme, y se sabe que ella  disfrutaba del alcohol.

Kisamor se hizo famosa por su habilidad, y la gente acudió a ella de todo el país para consultas y tratamiento. Fue llamada a Estocolmo en 1824, 1825, 1826, 1840 y 1841. En una ocasión, le pidieron en la corte real que asistiera a una de las miembros femeninas de la familia real. La tradición dice que Sundhetskollegium  ( sv ) le habría otorgado una licencia médica en 1825 después de haber tratado con éxito al rey y al príncipe heredero . Esto no esta muy claro, y la licencia no está completamente confirmada. Si fuera una realidad, ella fue  única, ya que el ejercicio de la medicina   fue prohibida formalmente a las mujeres   en Suecia antes de 1870.

Leer más...

domingo, 29 de julio de 2018

Helene Weigel actriz semilla alemana


Helene Weigel (12 de mayo de 1900 en Viena – 6 de mayo de 1971 en Berlín) fue una de las actrices más importantes del teatro alemán del siglo XX, maestra y directora del Berliner Ensemble y la segunda esposa del autor Bertolt Brecht.


Conocida en particular por sus roles maternos en Brecht, interpretó a La Madre y Madre Coraje . Helene Weigel  fue una respetada matriarca fuera del escenario como directora del teatro Berliner Ensemble en Alemania del Este, y amada madre de dos niños que, como  su cercanos la llamaban"Helli".

Weigel nació en una familia judía de clase media alta en Viena. Su hermana, Stella, nació en 1894 y murió en 1934. Su padre, Siegfried Weigl (1869-1941), era contable general en una fábrica textil, y su madre, Leopoldine Pollak Weigl (1867-Viena 1927), era una propietario de la tienda de juguetes. Helene Weigel asistió a la controvertida escuela progresista fundada por la reformadora social Eugenie Schwarzwald. Weigel comenzó a tomar clases de actuación en 1917 en contra de la voluntad de sus padres, y finalmente obtuvo contratos  con el New Theatre en Frankfurt am Main (1919-1921) y con el Frankfurt Playhouse (1921-1922). En junio de 1922, Weigel se mudó a Berlín, donde durante la década siguiente actuó en numerosas obras teatrales, de los dramaturgos contemporáneos más destacados 


El 10 de abril de 1929 Weigel se casó con Brecht, el padre de su hijo Stefan, que nació en 1924 . Distanciándose a sí misma y a su hijo de su herencia judía, Weigel declaró su renuncia oficial a la comunidad judía en Berlín el 26 de septiembre de 1928. En 1930 Brecht y Weigel tuvieron otra hija, Barbara.

El 28 de febrero de 1933, un día después de la quema del edificio del parlamento de Berlín, Weigel y su familia huyeron a Praga. A través de Viena y Suiza, llegaron a Dinamarca en junio, donde pronto compraron una casa en la isla danesa de Fünen. Hubo pocas oportunidades para que Weigel trabajara en Dinamarca, pero en 1937 viajó con un grupo de exiliados alemanes a París y actuó comla figura materna en los Fusiles Señora Brera de Brecht . En el año siguiente, el mismo grupo presentó escenas del Miedo y la miseria del Tercer Reich de Brecht , incluida "La esposa judía" interpretada por Weigel.

La ciudadanía alemana de Weigel y sus hijos fue revocada en junio de 1937, dos años después de que oficialmente se invalidara la de Brecht. La familia se mudó a Suecia en 1939, luego a Finlandia al año siguiente, y finalmente llegó a California en 1941, donde permanecieron hasta 1947. Weigel experimentó una interrupción forzada en su trabajo durante este tiempo, gastando la mayor parte de su energía criando a sus dos hijos y asegurándose de que Brecht podría continuar con su trabajo, incluso aprendiendo a enlazar sus manuscritos ella misma. Sin embargo, ella persistió con ejercicios regulares de voz y cuerpo para mantener su flexibilidad para futuros compromisos de actuación.

Después de una breve estadía en Zurich, Weigel y Brecht regresaron a Alemania y se establecieron en el sector soviético de Berlín, donde inmediatamente continuaron con su trabajo de teatro. El estreno en enero de 1949 de Mother Courage en Berlín convirtió rápidamente a Weigel en la actriz más conocida de la ciudad. Más tarde ese mismo año, se fundó el Berliner Ensemble, comenzando su exitosa carrera con ella como directora  asumiendo el liderazgo en papeles administrativos y teatrales. También fue activa en el diseño de vestuario, un talento influido por su interés en la historia del arte.

El estilo de actuación distintivo de Weigel consistió en una sutil combinación de diálogos y gestos realistas y estilizados, lo que dio como resultado su propia interpretación del "efecto de alienación" promovido por Brecht. Su famoso "grito mudo" en Mother Courage , un movimiento inspirado en una fotografía de una madre que llora la muerte de su hijo después de un ataque japonés en Singapur, ejemplificó este estilo. Influenciados en parte por el teatro chino, los movimientos de Weigel en el escenario  eran deliberadamente sobrios , ya que la actriz creía que demasiados detalles conducirían a un naturalismo extremo que podría arruinar a un personaje.

Como Brecht, Weigel era una comunista comprometida que se unió al Partido Comunista en Berlín en 1930. Aunque tenía reservas sobre el sistema totalitario de Alemania Oriental, no hizo nada que pudiera poner en peligro su trabajo como directora del Berliner Ensemble y su desafiante misión de publicar completos los trabajos de Brecht  y crear sus archivos después de su muerte en 1956. Sin embargo, ocasionalmente protestó por injusticias, como el arresto del joven filósofo Wolfgang Harich en 1957. Sus esfuerzos activistas se dedicaron a cuestiones como la industria del calzado para niños. en Alemania del Este, así como la falta de alimentos para bebés embotellados en el país. Weigel también era conocida por su filantropía, dando generosamente a orfanatos y otras obras de caridad, aunque esta actividad iba en contra de la doctrina socialista oficial,

Tanto en su vida personal como profesional, Weigel era conocida por su fuerza, energía, diplomacia y buen humor. Los amigos elogiaron su calidez al darles la bienvenida con regularidad a  personas en su casa, incluso en sus alojamientos temporales en Dinamarca y Suecia. Mientras todavía estaba en California envió innumerables paquetes de atención a artistas hambrientos y otros en Europa después de la guerra. La política de puertas abiertas de Weigel con los actores de Berliner Ensemble complementó su disposición a ayudar a los nuevos miembros del Ensemble a encontrar vivienda, tarea que no siempre es fácil en Alemania Oriental. Las reuniones grupales tuvieron lugar no solo en su oficina, sino también en su casa, donde cocinaba a menudo para los empleados del teatro.

La modestia característica de Weigel se ejemplifica en su afirmación de que ella no daba entrevistas por regla general porque eran solo para estrellas, y por la observación de Brecht que "nunca se propuso mostrar su propia grandeza, sino siempre la grandeza de aquellos a quienes retrató "( Helene Weigel: Actriz. Un libro de fotografías , p.54). Enfrentada a desafíos como el exilio, un marido abiertamente infiel y la vigilancia del FBI en Estados Unidos y más tarde de la policía secreta de Alemania Oriental, se dice que Weigel mantuvo su sentido del humor. En un día particularmente frío en California, por ejemplo, según los informes, ella invitó a un agente encubierto del FBI adentro, donde podría observarla más fácilmente.

Weigel murió el 6 de mayo de 1971,   un mes después de romperse las costillas en el escenario en París mientras actuaba como  Pelagea Vlassova en La Madre por última vez. Fue enterrada junto a Brecht en el cementerio de la calle Chaussee de Berlín, junto a la casa en la que se había mudado en 1953, donde aún se encuentran los archivos de Brecht-Weigel.
Tomado del articulo de Jennifer Marston William



https://openlibrary.org/subjects/person:helene_weigel_(1900-1971)
https://jwa.org/encyclopedia/article/weigel-helene
https://www.hausofphag.com/helene-weigel.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Helene_Weigel
http://johannaschall.blogspot.com.es/2011/05/repost-verandert-helene-weigel.html
Leer más...

sábado, 28 de julio de 2018

Louise Michel precursora del feminismo


Louise Michel (Vroncourt-la-Côte, Haute-Marne, 29 de mayo de 1830 – Marsella, 9 de enero de 1905) fue una educadora, poetisa y escritora anarquista francesa, una de las principales figuras de la Comuna de París. 


Louise Michel, precursora del feminismo en la Comuna de París

Louise ‘la louve rouge’ fue una incendiaria defensora de las mujeres y protagonista de los acontecimientos que revolucionaron París antes y durante la Comuna de 1871.

    
LOUISE MICHEL. Fue poeta y escritora de cuentos, leyendas y novelas. En 1898 escribió Memorias de la Comuna.
De ideas anticlericales, anarquistas, republicanas e internacionalistas, la poeta y escritora Louise Michel estuvo siempre comprometida con la reivindicación de los derechos de las mujeres y con la revolución social. Durante la Comuna formó parte del Comité de Mujeres y participó cuando las mujeres impidieron que los soldados de Versalles se llevaran los cañones de la Guardia Nacional, que habían sido pagados por el pueblo para defender París de la invasión prusiana, un episodio que acabó con el amotinamiento de los soldados contra sus oficiales. Louise Michel presidió el Comité de Vigilancia femenino y participó en el de hombres, ambos destinados a proporcionar techo y comida a los necesitados. Asimismo, organizó un servicio de guardería y se ocupó de reclutar entre las mujeres a trabajadoras de ambulancias. La inclusión de trabajadoras del sexo para este servicio fue un desafío contra los prejuicios de sus compatriotas varones, quienes consideraban que las manos de las prostitutas estaban demasiado sucias para realizar esta labor.

Como muchas otras mujeres, Louise participó en la defensa de la Comuna. Lo hizo como miembro del 61 batallón de Montmartre, no sólo combatiendo, sino también como asistente médica. No obstante, todas esas mujeres, que se jugaban la vida a diario en las barricadas, y a las que se llamaba despectivamente las petroleuses (las incendiarias), tuvieron que enfrentarse con un doble enemigo. Por un lado el gobierno de Versalles, enemigo de la revolución; por otra, lucharon contra un enemigo interno. Estas mujeres se encontraron con la resistencia de sus compañeros a que participaran en pie de igualdad en el experimento revolucionario, lo que las llevó a llamar a la autoorganización de las mujeres y a la formación de asociaciones femeninas a través del Llamamiento a las mujeres ciudadanas de París, que dio lugar a la Unión de Mujeres para la Defensa de París y Cuidado de los Heridos, que aglutinó a un gran número de mujeres pertenecientes a la I Internacional.

La influencia de la lucha de las mujeres cristalizó en algunas de las medidas sometidas a voto en la Comuna, que tuvieron que ver directamente con la mejora de sus condiciones. Algunas de las demandas que las radicales activistas hacían a los líderes de la Comuna fueron auténticas reivindicaciones socialistas, como la apropiación de las fábricas abandonadas por sus propietarios burgueses para entregárselas a las trabajadoras.


Las mujeres de la Comuna fueron objeto de burla por parte de sus compañeros, debido a su ruptura con los roles que el patriarcado asignaba a las mujeres. La actitud poco femenina y la falta de encanto de estas mujeres, que no tuvieron escrúpulos a la hora de disparar un fusil y enfrentarse al ejército de Versalles, despertó los prejuicios machistas de los hombres, por no mencionar los comentarios del enemigo común, que no sólo las ridiculizaba y despreciaba con vehemencia, sino que las estigmatizaba convirtiéndolas en una especie de bestias salvajes, en “marimachos” carentes de cualidades femeninas. A este respecto, revolucionarios y burgueses compartían los mismos prejuicios, contra los que estas mujeres se enfrentaron en busca de la emancipación, y con los que el resto de mujeres se han topado en revoluciones posteriores. Louise y sus compañeras tomaron conciencia de que, como ya había sucedido en la Revolución francesa, la reivindicación de la igualdad universal dentro del bando revolucionario, en realidad excluía a las mujeres, lo que las llevó a adquirir una fuerte conciencia feminista.

Una vez derrotada la Comuna, Louise consiguió escapar de la masacre que se estaba produciendo en París, pero decidió entregarse cuando apresaron a su madre como rehén. Compareció en Consejo de Guerra y fue encarcelada durante dos años, hasta que finalmente la deportaron a una de las colonias francesas, Nueva Caledonia, donde apoyó la lucha por la independencia de los canacos. Posteriormente regresó a París, donde mantuvo su ideario anarquista.

La lucha feminista en la Comuna
Las mujeres de la Comuna comenzaron a autoorganizarse ante la necesidad de dar respuesta a cuestiones concretas, como el cuidado de los heridos y de los niños.

Esta experiencia organizativa, sumada a su compromiso revolucionario, llevó a las mujeres a poner en cuestión el orden social en su conjunto. No se resignaron a cumplir el papel que el patriarcado asignaba (y asigna) a las mujeres, sino que participaron activamente en el levantamiento de barricadas y en la lucha armada contra el ejército, tareas tradicionalmente atribuidas a los hombres.


Las mujeres adquirieron progresivamente conciencia de la importancia de la lucha feminista, lo que las empujó a exigir medidas tales como el divorcio o el reconocimiento de las parejas de hecho, y lograron con ello algunas de las condiciones fundamentales para una auténtica emancipación.



Conocida dentro de ciertos círculos como “la virgen roja”,  y en otros como “La buena Louise”. Fue una de las más importantes figuras del anarquismo francés en el siglo XIX. Nació en Vroncourt-la-Côte en 1830 y falleció en Marsella en 1905. Además de escritora, fue educadora, participante en la Comuna de París, militante y propagandista libertaria. Gran parte de su vida la pasó en la clandestinidad, el exilio y la cárcel.
Clara Serrano 








Canto del cautivo

Aquí jamás se siente el frío;
el bosque siempre su verdura ostenta,
y desde el mar hasta el ramaje umbrío,
llega la fresca brisa que lo alienta.
Y es tal la paz, tan grande y permanente,
que al zumbar del insecto interrumpe
el rugir de la tormenta.
A veces, cuando, envuelta en negro manto
la sombra de la luz pasa la raya,
se escucha el dulce y prolongado canto
que las conchas entonan en la playa.
En tanto que la flor en la espesura,
unida por su amor al aura pura,
constantemente va donde ésta vaya.
Mirad cómo las olas hacia el cielo
dirigen su rizada cabellera,
y con marcha veloz y raudo vuelo
cruza el profundo mar nave ligera.
Y en la noche cubierta de esplendores
brotan fosforescentes resplandores
del seno de las ondas hacia afuera.
Corre, ven a salvarnos, nave amiga;
cambia de mala en buena nuestra suerte;
aquí nos hiere y mata la fatiga,
el presidio es más triste que la muerte.
No nos falta la fe ni la constancia,
y si un día volviésemos a Francia,
sería por luchar con brazo fuerte.
El fuego del combate nos inflama,
la libertad al bueno presta ardor
y la batalla a todos hoy nos llama
a los desheredados el clamor...
A la sombra la aurora ha confundido
Y un mundo surge de verdad y amor.



http://libertariosufpel.blogspot.com/2014/03/educadoras-libertarias3-louise-michel.html
https://www.diagonalperiodico.net/louise-michel-precursora-del-feminismo-la-comuna-paris.html
http://omarardila.blogspot.com/2013/08/poemas-de-louise-michel-y-william-morris.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Louise_Michel
Leer más...

viernes, 27 de julio de 2018

Anne Savage pintora canadiense



Anne Savage  (Canadá: Quebec, Montreal 27 de julio de 1896- Ibidem 25 de marzo de 1971) fue una pintora canadiense y maestra de arte conocida por sus paisajes líricos y rítmicos.  Ella fue miembro fundadora del Grupo Canadiense de Pintores.


"La parte del país que es mi  verdadero sitio  es un pequeño lago en los Laurentides ... este pequeño y hermoso lago. Una agua muy profunda, clara y fría ... Y el paisaje alrededor de este charco era muy ondulado con pequeñas colinas y pequeños barrancos para que, sin ir  una distancia muy corta, puedas sentarte y al  dar la vuelta  tener una composición completamente nueva ".
(Anne Savage, 1967)

Después de la lluvia, 1941

Conocida por sus paisajes líricos y rítmicos, Anne Savage fue una de las mujeres artistas  más importantes que estuvieron activas en Montreal después de la Primera Guerra Mundial. Ella compartió con el Grupo de los Siete una visión romántica del paisaje canadiense como un símbolo del nacionalismo, así como una preocupación modernista por los elementos formales de la pintura. Savage también fue una maestra de arte inspiradora e innovadora, que contó entre sus alumnos  a los pintores Rita Briansky y Moe Reinblatt.

Saint-Sauveur, c. 1935

Anne Savage estudió de 1914 a 1918 con William Brymner y Maurice Cullen en la Art Association of Montreal. Allí, en 1919, pudo ver los bocetos al óleo de Tom Thomson, y pronto se identificó fuertemente con el Grupo de los Siete. En su último año de estudios, expuso su trabajo en la Art Association. Luego pasó a trabajar como artista médico en Montreal y Toronto, y pasó diez meses en la Escuela de Arte de Minneapolis. En 1920, ayudó a formar Beaver Hall Group de Montreal y conoció a AY Jackson, quien abrió la primera exposición del grupo y se convirtió en un amigo de toda la vida. En 1927, Savage viajó con el escultor Florence Wyle y el etnógrafo Marius Barbeau al distrito de Skeena River en Columbia Británica. Su cuaderno de bocetos de ese viaje se lleva a cabo en la Galería Nacional de Canadá.


Sin título (Faro de Métis), c. 1933

La carrera de Savage como maestra de arte comenzó en 1922. Fue contratada por primera vez en la Escuela Secundaria Comercial y Técnica de Montreal, pero en el año fue transferida a la recientemente inaugurada Escuela Secundaria Baron Byng, en la calle St. Urbain. Su trabajo allí fue altamente considerado y llamó la atención de Arthur Lismer, también un educador de arte comprometido. Savage permaneció en Baron Byng durante veintiséis años. En 1948, fue nombrada Supervisora ​​de Arte para la Junta Escolar Protestante de Montreal, y en la década de 1950, enseñó educación artística en la Universidad McGill.


Los primeros trabajos de Anne Savage, como Untitled (Stream in Spring) (c.1918) muestran la influencia del Grupo de los Siete. Sin título (Laurentian Hills with Barn) (c.1932-1935) demuestra la calidad rítmica del trabajo de Savage y su pincelada fluida.





https://en.wikipedia.org/wiki/Anne_Savage_(artist)
https://www.gallery.ca/collection/artist/anne-savage
https://ar.pinterest.com/pin/73887250117641832/?lp=true
Leer más...

jueves, 26 de julio de 2018

Bella Guerin feminista y sufragista australiana


Julia Margaret Guerin (Williamstown, Victoria, 23 de abril de 1858- Adelaida, 26 de julio de 1923), conocida como Bella Guerin, fue una feminista, activista política y maestra australiana; así como la primera mujer en graduarse en una universidad de su país.

Bella Guerin era hija de una familia  originaria de Irlanda.

Inició su formación en casa, matriculándose en el año 1878 en un curso oficial de la Universidad de Melbourne, donde obtuvo en 1883 la titulación de maestra, lo que le permitió convertirse en la primera mujer que se graduó en una universidad australiana.

Trabajó como profesora en el Loreto College, en Ballarat, donde instó la creación de becas para estudios superiores para niñas católicas. En este centro llegó a ser directora de las clases universitarias de la Ballarat School of Mines.

Renunció a su puesto cuando se casó el 29 de junio de 1891 con el poeta y militar Henry Halloran, con quien tuvo un hijo, que sería médico en Adelaide.​

Tras enviudar en 1893, se casó el 1 de octubre de 1909 con George D'Arcie Lavender. Fue un matrimonio de muy corta duración.

Por necesidades económicas tuvo que volver a la enseñanza, trabajando en diversas instituciones educativas de Sydney, Carlton, Prahran y East Melbourne.

Entre 1898 y 1903, frecuentó los círculos sufragistas, llegando a convertirse en miembro activo con cargo responsable dentro de la “ Women's Franchise League”, mientras dirigía el University College de Bendigo.

Este compromiso político hizo que poco a poco su actividad como docente fuera decayendo, ya que pasó a enseñar en diversas instituciones, de cada vez menor prestigio y en ocasiones con problemas con los departamentos por las condiciones de ese trabajo.​


Entre 1912 y 1914 fue la vicepresidenta de la Asociación Política de Mujeres, y coautora del folleto electoral del año 1913, de la política australiana Vida Goldstein. Aunque pronto tuvo que dejar de ser miembro de uno de los grupos, ya que no había una buena sintonía entre organizaciones feministas y el partido laborista.

A partir de 1914, inicia una etapa en la que escribe y habla tanto por los partidos Laborista y Socialista de Victoria, como por la Liga de Mujeres de los Socialistas, llegando a ser considerada como una comentarista "ingeniosa, convincente e instructiva" en una variedad de cuestiones sociales controvertidas.

Fue defensora de la paz y dirigió la campaña de la Fraternidad contra la Conscripción de Mujeres Laboristas durante el referéndum de 1916 y habló en Adelaida, Broken Hill y las ciudades metropolitanas y centros victorianos contra el militarismo y en defensa de los derechos de reunión y libertad de expresión.

En 1918 es nombrada vicepresidenta del Comité Organizador Central de Mujeres del Partido Laborista, dando lugar a una fuerte controversia al enfrentarse al papel que hasta ese momento parecía destinado a las mujeres dentro de la organización política laborista.

Empieza en este momento una fase en la que ve los inconvenientes de ciertos aspectos del sistema capitalista, por lo que defiende principios más acordes al comunismo, aunque es defensora del sistema parlamentario.​

También desde el punto de vista religioso Bella Guerin sufre una evolución significativa, pasando de sus creencias católicas al racionalismo.

En 1923 murió en Adelaida y fue enterrada en el cementerio católico de West Terrace.



https://timeline.awava.org.au/archives/1153
https://es.wikipedia.org/wiki/Bella_Guerin
Leer más...

miércoles, 25 de julio de 2018

Franziska von Reventlow lingüista, escritora, traductora y pintora


Franziska von Reventlow, en realidad Fanny Liane Wilhelmine Sophie Auguste Adrienne condesa de Reventlow (18 de mayo de 1871 Husum,  Alemania -  26 de julio de 1918, Locarno, Suiza ), fue una escritora alemana, artista y traductora, que se hizo famosa como la "Condesa bohemia" de Schwabing (distrito de Múnich) poco antes  de la Primera Guerra Mundial.


Franziska de Reventlow era la quinta hija de unos aristócratas prusianos. Franziska, rebelde desde su infancia y juventud, se apartó de su familia, parte de la cual por cierto se uniría al partido nazi, como por ejemplo su hermano Ernst. Tras estar con una familia amiga, se trasladó a Hamburgo, donde conoció a Walter Lübke, que le ayudo a pagar sus estudios en arte en Múnich. En 1893 se instaló allí en Múnich y se casó con él en 1894, se divorció en 1897. Tuvo un hijo  del que no hizo publico nunca quien era el padre. Allí conoció entre otros a  escritores como el poeta Rainer Maria Rilke, que destacó su valía, a Marianne von Werefkin y  a otras personalidades del momento.

Bohdan von Suchocki amigo de Franziska  dibujado por ella


Fue traductora del francés y escribió  artículos satíricos y chistes para periódicos y revistas,  como Simplicissimus  y el  Frankfurter Zeitung. Publicó en 1903, Ellen Olestjerne, su primera novela. 

Fue una militante del movimiento feminista que empezaba a tener empuje en Europa con una visión  muy particular: más allá de las reivindicaciones económicas y sociales, defendió la libertad sexual y la abolición del matrimonio.


Dejó  Múnich en 1910, y se instaló en Ascona, suiza, donde escribió las novelas llamadas "Schwabing" .  En 1916 se trasladó a Muralto en  el  Lago Mayor.

En junio de 1918, Franziska von Reventlow tuvo un accidente con su bicicleta; fue operada en Locarno, pero murió, a finales de junio. Durante los años 60, en Alemania, fue recuperada y aclamada como «abuela de los hippies» y autora de culto

En España se han publicado dos de sus novelas: El complejo del dinero (2010) (Der Geldkomplex, 1916) y El largo adiós de Ellen Olestjerne (2011) (Ellen Olestjerne, 1903).



Obras
Klosterjungen. Humoresken, Leipzig Wigand, 1897, dos relatos (con Otto Eugen Thossan)
Das Männerphantom der Frau (ensayo), en: Zürcher Diskußionen, 1898
Was Frauen ziemt (ensayo), en: Zürcher Diskußionen 1899, con el título Viragines oder Hetären?
Erziehung und Sittlichkeit (ensayo), en: Otto Falckenberg, Das Buch von der Lex Heinze, Leipzig, 1900
Ellen Olestjerne, Múnich, 1903, novela
Von Paul zu Pedro, Múnich, Langen, 1912
Herrn Dames Aufzeichnungen oder Begenheiten aus einem merkwürdigen Stadtteil, Múnich, Langen, 1913
Der Geldkomplex, Langen, Munich, 1916, novela
Das Logierhaus zur Schwankenden Weltkugel und andere Novellen, Múnich, Langen, 1917, relatos
Tagebücher, Passau, Stutz, 2006; diario, editado por Irene Weiser y Jürgen Gutsch.


http://www.editorialperiferica.com/index.php?s=autores&aut=27
https://en.wikipedia.org/wiki/Fanny_zu_Reventlow
https://es.wikipedia.org/wiki/Franziska_von_Reventlow
https://www.br.de/radio/bayern2/sendungen/land-und-leute/franziska-zu-reventlow-und-bohdan-von-suchocki100.html
Leer más...

martes, 24 de julio de 2018

Elvia Carrillo Puerto sufragista mexicana


Elvia Carrillo Puerto nació un 6 de diciembre de 1878 en la pequeña ciudad yucateca de Motul, es la sexta hija del matrimonio de Doña Adela Puerto Solís y Justiniano Carrillo Pasos. Su hogar ubicado en el 309 de la calle principal era una casa típica de clase media misma que ahora alberga el “Museo-Biblioteca Felipe Carrillo Puerto”.

Al cumplir los 6 años la llevaban junto con sus hermanas Hermida, Enriqueta y Josefa y sus hermanos Felipe y Gualberto, al Colegio Roque J. fundado por la Sra. Benita Palma Vda. de Campos que impartía una educación laica y en el que iban los hijos de los obreros del lugar, quienes por costumbre hablan la lengua maya entre sí.

Desde pequeña se percató de la desigualdad entre las clases sociales que se vivía durante el Porfiriato y más tarde estudió con la poetisa Rita Cetina Gutiérrez, aprendiendo de ella, la noción de igualdad de género, además, fue influida por las grandes teóricas de los derechos de la mujer, como Mary Wollstonecraft, Flora Tristán y Victoria Woodhull.

Elvia es un personaje clave en la historia de la Revolución Mexicana. En 1912 fundó la primera organización femenina de campesinas con la finalidad que a las jefas de familia se les garantizaran los mismos derechos que a los hombres en la distribución de tierras. Un año después, se convirtió en una de las más importantes organizaciones de la región debido a la gran cantidad de contingentes que la conformaban.

Pero su activismo fue más allá y participó en la fundación de las “Ligas de Resistencia Feministas” tratando de llamar a las mujeres de todo el estado a organizarse y apoyarse unas a otras en temas urgentes como: derecho al voto, higiene, alfabetización, control de la natalidad y al derecho de decidir cómo vivir su sexualidad.

Fue conocida como la “Monja Roja” por ser parte del grupo de mujeres mexicanas que luchaban por sus derechos políticos durante y después de la Revolución Mexicana.

En 1919, cuando tenía 41 años, durante el gobierno de Venustiano Carranza, Elvia viajó a la ciudad de México para crear la Liga Rita Cetina Gutiérrez con la intención incluir del debate sobre el voto femenino en cámaras legislativas; sin embargo, fue ignorada por sus compañeros socialistas e infinidad de mujeres.

Muchos estudiosos demeritaron sus logros por la ayuda que recibió después, de parte de su hermano Felipe Carrillo Puerto, cuando fue gobernador de Yucatán; en 1923 fue elegida como diputada municipal junto con Beatriz Peniche y Raquel Dzib Cícero por parte del Partido Socialista del Sureste.

Sin embargo, tras el asesinato de su hermano Felipe Carrillo Puerto, quien entonces gobernaba Yucatán, ella tuvo que dejar su cargo porque recibió varias amenazas de muerte. Así mismo el voto a la mujer fue anulado en la entidad.

Con ayuda del presidente Plutarco Elías Calles logró escapar de Yucatán y se refugió en la ciudad de México.

Aunque nunca se dio por vencida en su lucha por los derechos de las mujeres. Fundó junto con trabajadoras de la Secretaría de Agricultura la Liga Orientadora Femenina Socialista, dedicada a atender a menores desamparados y a madres solteras y que más tarde se transformó en la Liga de Acción Femenil que luchó por el reconocimiento del voto de la mujer.

Finalmente, en 1953 el presidente Adolfo Ruiz Cortines propuso personalmente la iniciativa para cambiar el Artículo 34 Constitucional, reconociendo el derecho de las mujeres a votar en todas las elecciones.

Elvia Carrillo Puerto murió en la ciudad de México, el 15 de abril de 1968 con 90 años de edad. Sus restos se encuentran en el cementerio general de Mérida.

La poetisa y gran defensora de los derechos de las mujeres, nos recuerdan que la lucha no es en vano y que al final los resultados pueden ser tardíos, pero totalmente satisfactorios.


El 6 de diciembre del 2017, Google celebró el 139° aniversario del nacimiento de Elvia Carrillo Puerto, activista yucateca reconocida por fundar la primera organización femenina de campesinas en México y lucha por los derechos de las mujeres, entre ellos, el derecho a votar, alfabetización y control de natalidad.




Elvia Carrillo Puerto (Motul, Yucatán, 6 de diciembre de 1878-Ciudad de México, 15 de abril de 1968)​ fue una lideresa feminista, política y sufragista mexicana. Luchadora social cuyo activismo le ganó el mote de Monja Roja del Mayab, fue miembro del Partido Socialista del Sureste y hermana menor del caudillo yucateco Felipe Carrillo Puerto, quien fue gobernador de Yucatán de 1922 a 1924.

Fue electa diputada para el Congreso de Yucatán en 1923, convirtiéndose en una de las tres primeras mujeres elegidas para formar parte de un cuerpo legislativo en México, en una época en que las mujeres no tenían todavía el derecho al voto; derecho por el que luchó incansablemente hasta su obtención en 1953.


Fue alumna de distinguidos educadores como Rodolfo Menéndez de la Peña y de Rita Cetina Gutiérrez, en quien quizá abrevó sus nociones sobre la igualdad de géneros. Elvia se casó a los 13 años y enviudó a los 21. Participó en 1910, contando 19 años de edad, en la rebelión de Valladolid originada por el “Plan de Dzelkoop” que llamó al pueblo yucateco a levantarse en armas contra la tiranía del porfiriato henequenero encabezado por Olegario Molina y el gobernador de Yucatán, Enrique Muñoz Arístegui. Junto con ella fueron conspiradores en aquel movimiento que después algunos llamaron la "Primera Chispa de la Revolución Méxicana", José E. Kantún, Crescencio Jiménez Borceguí, José Crisanto Chí, Víctor Montenegro, Claudio Alcocer, Miguel Ruz Ponce, Donato Bates, Atilano Albertos y su hermano Felipe Carrillo Puerto.3​4​ Sofocada la insurrección, se unió al movimiento antireeleccionista nacional actuando en su tierra en favor de la revolución maderista.

Desde esos años realizó una intensa campaña en favor de los derechos políticos de la mujer, fundando para ese propósito, en 1912, la primera organización femenina de campesinas en México.​

Durante el gobierno del general Salvador Alvarado en Yucatán, de 1915 a 1918, siguió organizando grupos feministas y participó activamente en la organización y fundación del Partido Socialista Obrero de Yucatán, que más tarde sería el Partido Socialista del Sureste.

En 1919, durante el gobierno de Venustiano Carranza, viajó a la ciudad de México y ahí fundó la agrupación femenina Liga Rita Cetina Gutiérrez con el propósito de lograr que se incluyera el debate del voto femenino en las Cámaras legislativas que habían sido electas después de la Constitución de 1917, sin lograrlo.

En noviembre de 1923, de regreso en su tierra natal, fue una de las primeras mujeres mexicanas electas diputadas, junto con Beatriz Peniche Barrera y Raquel Dzib Cicero. Las tres integraron el Congreso de Yucatán, postuladas por el Partido Socialista del Sureste que Elvia había ayudado a integrar años atrás. Tras el asesinato de su hermano Felipe que era gobernador, por los militares que se ostentaban como delahuertistas, en enero de 1924, se mantuvo como diputada durante un tiempo, hasta que las amenazas de muerte de sus adversarios en Yucatán, la hicieron salir hacia la ciudad de México en donde fue protegida por el presidente Álvaro Obregón, primero, y después por su sucesor, Plutarco Elías Calles.


En 1925 regresó a su estado para asistir al Congreso Feminista efectuado en Mérida, después del cual envió una carta a la Cámara de Diputados federal que buscaba convertirse en iniciativa legislativa y apoyada por miles de firmas de sus seguidoras, en la que sostenía los principios de la igualdad de géneros y en la que se solicitaba la reforma al artículo 34 constitucional para aprobar el voto femenino. Su punto de vista no fue atendido tampoco entonces.

En 1927 fundó la Liga Orientadora Feminista Socialista, organizada a partir de las empleadas de la Secretaría de Agricultura y Fomento, en donde había empezado a trabajar. Más tarde, en 1931, esta organización, que recibía constantes críticas y presiones de carácter oficial, se transformó en la Liga de Acción Femenil, que no dejó de luchar por que se reconociera el derecho de voto para las mujeres.

Ni siquiera durante la presidencia en México del general Lázaro Cárdenas del Río, 1934 - 1940, caracterizada por avances políticos y sociales importantes, se vieron recompensados los esfuerzos de Elvia Carrillo Puerto por lograr el sufragio para las mujeres ya que a pesar de que se planteó la iniciativa en aquel entonces para que se estableciera:

"Son ciudadanos de la República todos los hombres y las mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan además los siguientes requisitos I. Haber cumplido 18 años siendo casados y 21 si no lo son y II. Tener un modo honesto de vivir."

Esta iniciativa fracasó debido a que la visión política que entonces prevalecía era que, otorgando tal derecho de sufragio a la mujer se le transfería una gran influencia política al clero, ya que se consideraba que este podría llegar a dominar en buena medida la voluntad del voto femenino, y se optó entonces por no avanzar en ese terreno. En 1947, ya bajo la presidencia de Miguel Alemán Valdés, se dio una apertura, y se aprobó en México el derecho de voto de la mujer pero solo en el caso de las elecciones municipales. Elvia Carrillo redujo a partir de esa época su activismo social.

Sin embargo, mantuvo su lucha que finalmente se vio coronada durante el período presidencial de Adolfo Ruiz Cortines, cuando en 1953 fue modificado por la iniciativa del presidente de la república, el artículo 34 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos a fin de otorgar la igualdad total de derechos políticos a las mujeres mexicanas, incluyéndose desde luego su derecho al sufragio. En 1952, se había reconocido en la Cámara de Diputados a Elvia Carrillo Puerto como Veterana de la Revolución Mexicana, y se le concedió la medalla de honor al Mérito Revolucionario.

El martes, 15 de octubre del 2013, la Cámara de Senadores de México anunció el otorgamiento de un reconocimiento a la memoria de Elvia Carrillo Puerto, por su labor de "defensa, protección, ejercicio e investigación de los derechos humanos de las mujeres y de la igualdad de género en nuestro país". Este reconocimiento se entrega anualmente, el 8 de marzo, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

http://www.buscador.com.mx/elvia_carrillo_puerto.htm
http://www.buscador.com.mx/gif/elvia-carrillo-puertos-139th-birthday.jpg
https://cmujer.com.mx/como-fue-la-lucha-sufragio-femenino/
https://www.debate.com.mx/mexico/Elvia-Carrillo-Puerto-la-defensora-del-voto-femenino-20171206-0061.html
https://elpais.com/internacional/2017/12/06/mexico/1512553573_210132.html
https://www.debate.com.mx/mexico/Elvia-Carrillo-Puerto-la-defensora-del-voto-femenino-20171206-0061.html
https://www.scoopnest.com/es/user/EFEMERIDESMX/877860028786647040-1952se-le-otorga-a-elvia-carrillo-puerto-la-condecoracion-al-merito-revolucionario-fue-electa-diputada-al-congreso-de-yucatan-en-1923
http://sipse.com/milenio/yucatan-nombre-elvia-carrillo-puerto-la-monja-roja-congreso-183038.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Elvia_Carrillo_Puerto
http://mundoejecutivo.com.mx/mujer-ejecutiva/2015/06/26/ensenanzas-monja-roja-mayab
Leer más...

lunes, 23 de julio de 2018

Nina Berbérova escritora


Nina Nikoláyevna Berbérova ( San Petersburgo, 26 de julio de 1901 -Filadelfia, Estados Unidos, 26 de septiembre de 1993) fue una escritora rusa famosa, entre otras cosas, por narrar la vida de los exiliados rusos en París.

Hija única de Nikolái Ivánovich Berbérov, funcionario del Ministerio de Finanzas y de Nataliya Ivánovna Karaúlova, su historia como escritora comienza en Berlín, más tarde en París y luego en Estados Unidos como describe en su autobiografía "Kursiv moi", (Курсив мой, El subrayado es mío) publicada en 1957.

Vivió en París desde 1925 a 1950, año en que se estableció en Estados Unidos, donde trabajó para las universidades de Princeton y Yale.

Murió el 27 de septiembre de 1993 por complicaciones tras una caída.




Confieso que he vivido



  Por Juan Forn

El descubrimiento de Nina Berberova fue tan tardío que casi es póstumo: a fines de 1989, el francés Hubert Nyssen, director de la coqueta editorial Actes Sud, recibió de manos de una señora mayor una “traducción confidencial” de una nouvelle rusa. Después de devorar esas cien páginas (La acompañante) avisó a la señora mayor que quería publicar enseguida el libro, dando por supuesto que la autora ya habría muerto. Para su sorpresa, la autora no sólo vivía (jubilada de su puesto como docente en la Universidad de Princeton) sino que prefirió trasladarse ella misma a París, en lugar de recibir a Nyssen en su casita del campus de Princeton. Un par de meses después, en el Café de la Mairie, en la Plaza Saint-Sulpice de París, Nyssen conocía a Nina Berberova, se convertía en el editor de toda su obra y la convertía de la noche a la mañana en una autora de fama mundial. Berberova había esperado toda su vida ese momento. Tenía ochenta y ocho años y le quedaban cuatro de vida.

Veinticinco años antes, en un departamentito perdido de New Haven, Berberova había puesto punto final al último de los libros que escribiría (su autobiografía, su mirada al siglo, titulada Los subrayados son míos). En la última página citaba dos versos del poeta ruso Jodasievich, el gran amor de su vida, y cerraba el libro diciendo: “En la época en que fueron escritos esos versos yo creía que llegaría a ser alguien, pero no he llegado a ser nadie: sólo he llegado a ser”. Cien páginas antes, cuando se entera de que su amiga, la extraordinaria Marina Tsvetáieva, se ha ahorcado luego de haber vuelto a Rusia, escribe, a modo de epitafio: “Siempre cedió a la tentación de encarnar personajes inventados: a veces la poeta maldita e incomprendida, otras veces la madre y esposa abnegada, o la amante de un joven efebo, o la que cantaba las glorias de un ejército derrotado, o la eterna discípula, o la amiga apasionada. Sumergida en esos personajes y otros más, escribió poemas inspiradísimos, pero no consiguió nunca adueñarse de sí misma, darse forma, conocerse”.

Se sabe que es más fácil ser certero observando la vida ajena que la propia. Se sabe también que solemos decir las cosas más certeras sobre nosotros mismos cuando creemos estar hablando sobre los otros. Nina Berberova quiso toda su vida adueñarse de sí misma, darse forma, conocerse. Lo demuestra en ese libro supuestamente autobiográfico, donde en realidad habla mucho menos sobre sí que sobre las personas que conoció y la época que le tocó vivir. No es casual la doble consigna que rigió la escritura de ese libro (y no es casual tampoco que fuera el último de sus libros): ser absolutamente sincera pero preservar su vida personal (“Asumo plenamente lo que aquí se dice. Y también lo que se silencia”). Lo que hace tan extraordinaria su autobiografía es que sea la historia de alguien que quería llegar a ser alguien y sólo (¿sólo?) llegó a ser.

Berberova nació en 1901, en una familia de gentilhombres, parte armenia y parte ranciamente rusa (cuando andaba distraído por la casa, su padre solía recitar para sí unos versos de Pushkin que le habían machacado durante todos sus años de estudio en el Liceo de Moscú: “Eres un cobarde, eres un esclavo, eres un armenio”). Cuando Berberova era adolescente, el padre le anunció así el advenimiento de la Revolución de Octubre: “Ya verás, los elefantes pronto vendrán por tus hebillas de marfil y las tortugas por tus peines. Llegarán en busca de lo que les pertenece y les hemos quitado”.




Llegaron, efectivamente, pero no eran tortugas ni elefantes. Y la jovencita que “sólo conocía a los pobres a través de mis lecturas” descubrió que no tenía la menor idea de cómo ganarse el pan con el sudor de su frente, ni abrirse paso a codazos en los comedores comunitarios por su ración y su cuchara de latón, ni coser botas de fieltro, ni despiojarse, ni hacer pan con cáscaras de papa. Al principio pensó: “Esto no me concierne; es problema de los aristócratas, de los banqueros, de los funcionarios. Yo tengo dieciséis años y soy nada”. Pero en pocos días se dio cuenta de que lo que pasaba era exactamente lo que ella (y sus emancipadas compañeras de escuela y recitales de poesía) habían deseado a viva voz: que ya no hubiera zar, que Rusia respondiera por sí misma frente a su destino.

Esa será la primera diferencia entre Berberova y sus compañeros de emigración, en Berlín primero, luego en París, y más tarde en Estados Unidos: ella siguió culpando al zar, y no sólo a los bolcheviques, por lo que ocurría en Rusia. Admiradora ferviente de Blok y Maiacovski, cortejada en vano por Gumiliev (primer marido de Ajmátova y cabecilla de los poetas acmeístas), Berberova no abandonó su patria junto a las oleadas de rusos blancos en 1917: lo hizo, junto a Jodasievich, recién a fines de 1922, cuando a ambos se les hizo evidente que Lunacharski, el cosmopolita comisario de las artes soviéticas, no podría detener las purgas políticas que se avecinaban (“Aún no conocía el sabor a ceniza en su boca. Aún poseía una patria, una ciudad, una profesión, un nombre”, dirá años después de Jodasievich, en uno de sus últimos poemas de juventud).

En París, bajo la tutela de Jodasievich y sus amigos (Viktor Sklovski, Andrei Bieli, Marina Tsvetáieva, Roman Jakobson, Nikolai Berdiaev), Berberova aprendería a leer y a pensar. También se le haría evidente la diferencia entre su generación y la de Jodasievich: a los mayores de treinta les resultaba imposible escribir fuera de Rusia. De hecho, tanto Sklovski como Bieli y Tsvetáieva terminarían volviendo. Jodasievich, en cambio, le propuso a Berberova que se suicidaran juntos. Ella prefirió trabajar por los dos, escribiendo cuanto podía en las tres publicaciones menos reaccionarias de la emigración (Anales contemporáneos y Los días) y firmando con el nombre de Jodasievich para cobrar mejor las colaboraciones.

Al enterarse de la situación de Jodasievich (definido más tarde por Nabokov como el mejor escritor de la emigración y la mejor persona entre todos los escritores que conoció en su vida), Gorki invitó a la pareja a su cómoda casa en el sur de Italia. En Sorrento, Jodasievich recuperó las ganas de vivir, entre otras razones por los episodios involuntariamente humorísticos que ocurrían en torno de Gorki. Berberova trabajaba de traductora para su anfitrión. Gorki se carteaba con Romain Rolland en aquel tiempo. Un día llegó una carta del francés y Gorki le pidió a Berberova que se la leyera. “Querido amigo y maestro –tradujo ella–, he recibido su carta que exhala el olor de las flores y las plantas aromáticas. Leerla ha sido como pasear por un lujurioso jardín deleitándome en las sombras mágicas y los rayos de luz de sus pensamientos que me transportaron al cielo de la meditación...” Gorki se empezó a mosquear. “¿Pero qué dice este hombre? Yo le pedí algo concreto: la dirección de Panait Istrati.”

Por la noche, el viejo escritor le entregó a Berberova la respuesta para que la tradujera al francés. Decía: “A lo largo de los últimos cien años el mundo camina hacia la luz y sólo quienes avanzan son dignos de recibir el nombre de hombres, entre ellos en lugar destacado nuestro común amigo Panait Istrati, a quien usted, querido amigo y maestro, se refería en una de sus cartas y cuya dirección le ruego encarecidamente me envíe en cuanto pueda contestar esta carta”.

El retorno de Gorki a Rusia y la noticia posterior de su muerte terminaron de hundir a Jodasievich. Berberova comprendió que no podría mantenerse a su lado sin ser arrastrada en la caída, así que, luego de dejarle preparado un borscht para tres días, hizo sus valijas y se instaló en una buhardilla de Billancourt, el barrio proletario en las afueras de París donde estaba la fábrica Renault.

Allí empieza a escribir sus Crónicas de Billancourt, estampas de la vida cotidiana del “París ruso” que se publicaban semanalmente en el diario Ultimas Noticias de la emigración. Contaba historias como la de los veteranos del Ejército Blanco que trabajaban en la Renault (en aquel tiempo, uno de cada cuatro obreros de la fábrica eran ex soldados del zar, que se caracterizaban por tres cosas: su salud de hierro, su insólita sumisión a la policía y su negativa a sumarse a cualquier huelga que organizara el sindicato). O la de la Asociación de Ex Francesas, un grupo de institutrices que volvieron arruinadas a París después de la Revolución (habían invertido todos sus ahorros en rublos zaristas) y pasaban las tardes en torno de un samovar, recordando los viejos tiempos. O la historia de Alexei Remizov, secretario de la revista Problemas de vida, quien en lugar de asistir a las reuniones de redacción prefería quedarse en la habitación contigua, donde acomodaba en círculo los zuecos y galochas de los miembros del comité, se sentaba en el centro y oficiaba una reunión paralela hablando con los zapatos de sus compañeros de revista (sin embargo, cada vez que había un estreno de Stravinski, ahí estaba Remizov en primera fila, poniendo el pecho por su amigo y compatriota).

En su nueva vida, Berberova decidió tomarse un respiro de los clásicos rusos y se sumergió en los libros de sus contemporáneos: Kafka, Proust, Mann, Gide, Huxley, Woolf, Colette... Así descubrió el problema de su literatura y la de sus compañeros de emigración: “No nos faltaban argumentos que contar pero nos asfixiábamos debido a la incapacidad de crear un estilo capaz de expresarlos”.

Curiosamente, esos mismos textos que en su autobiografía Berberova ve como impostados, mórbidos y ajenos (La acompañante, La peste negra, Roquenval) serán los primeros que quiera publicar cuando conozca a Hubert Nyssen en 1989. De hecho, la fascinación inmediata que produjo Berberova en toda Europa a principios de los ‘90 la logró con sus peores libros: tanto las Crónicas de Billancourt como su libro sobre el caso Kravchenko y su autobiografía aparecerían con posterioridad (aunque la autobiografía era el único de los libros de Berberova que estaba traducido y publicado en inglés y en muy pequeña tirada cuando ella viajó a París a su postergada cita con la fama).

Cuando un ruso blanco recién salido del manicomio (“y deseoso de llamar la atención sobre su miserable destino”, según Berberova) asesina a tiros a Paul Doumer, el presidente recién electo de Francia, la situación de los emigrados rusos comienza a hacerse insostenible: no sólo se les niega la ciudadanía sino también la posibilidad de trabajar. “¡Qué hartos están todos de nosotros!”, escribe Berberova en su diario y acepta la propuesta de matrimonio de un compatriota suyo con quien se instala a vivir en el campo, en la localidad de Longchêne. Allí verá pasar el fin de los años ‘30 y toda la guerra, dando cobijo cuando puede a los amigos que vienen huyendo de Berlín, de Praga, de París. “Me pregunto cómo conseguimos sobrevivir durante aquellos años. No deseábamos leer libros nuevos ni releer los viejos. Escribir nos producía una mezcla de miedo y repugnancia. Sólo teníamos un deseo: escondernos y callar.”

En 1940, antes de que los nazis entren en París, Berberova conoce a un escritor de su misma generación, emigrado como ella, que firma sus libros “V. Sirin” para que no lo confundan con su padre, el político ruso asesinado en Berlín Vladimir Dimitrievich Nabokov. La empatía es absoluta y pasan horas hablando de literatura rusa, comiendo blinis y bebiendo vodka en el restaurante L’Ours (con los francos que le han dado a él como anticipo por su novela La dádiva), hasta que Berberova comenta: “Pushkin se hubiera vuelto loco con Dostoievski. Dostoievski se hubiera desconcertado con Chejov. Y los tres nos despreciarían y se hubieran asqueado de nuestra degradación”. Nabokov se pone blanco, se levanta de su silla y, sin decir una sola palabra, abandona el restaurant (luego de pagar la cuenta al camarero).

Quince años después, en Nueva York, Berberova vuelve a verlo. Nabokov ya ha publicado Lolita, es rico y famoso, asiste algo incómodo a una velada rusa en el departamento de Alexandra Tolstoi, la hija menor del autor de Guerra y Paz. Nabokov ha engordado, presenta una avanzada calvicie y simula una miopía para no tener que reconocer a quienes se acercan a darle conversación. En determinado momento Berberova cree que la está mirando. Ella lo saluda con una inclinación de cabeza. El responde desde lejos, pero con un movimiento tan exangüe y difuso “que no tengo la menor certeza de que estuviera dirigido a mí”, dice Berberova en su autobiografía.

Aun así, Berberova escribió un breve libro sobre él, titulado Nabokov y su Lolita y recientemente aparecido en castellano, donde desarrolla una interesante teoría. Berberova (que, a diferencia de Nabokov, debió aprender sola, primero el francés y luego el inglés, para poder sobrevivir en Francia y Estados Unidos) no dejó nunca de escribir en ruso. Sin embargo, en su defensa de Nabokov dice que los grandes libros de nuestra época no son nacionales y no importa en qué lengua están escritos: Nabokov, según ella, no es menos ruso en Ada o Habla, memoria porque los haya escrito en inglés. Nabokov, según ella, es el escritor que justifica literariamente a toda la emigración. Si Nabokov vive, yo también, dice Berberova, parafraseando la frase de Dostoievski sobre Tolstoi.

Vale aclarar que Nabokov y su Lolita fue escrito por Berberova cuando ya se había ganado su cátedra de literatura rusa en Princeton. Pero antes debió penar más de una década, después de llegar al puerto de Nueva York con sólo setenta y cinco dólares en el bolsillo y sin saber una palabra de inglés. Hay dos momentos de su autobiografía tan formidables como ilustrativos de ese momento y de la actitud ante la vida de Nina Berberova. El primero de ellos ocurre apenas terminada la guerra. Berberova se encuentra en París con una conocida rusa de los viejos tiempos, que le dice: “¡Has sobrevivido!”. Y agrega: “Por algo será”. Berberova entonces se pregunta: “¿Fue en ese instante cuando la idea de escribir este libro cruzó mi mente por primera vez? No lo sé. Pero sí sé lo que pensé en ese instante: Tienes que vivir como si fueras la única persona en el mundo que ha sobrevivido”.

El segundo momento tiene lugar cuando llega en barco a territorio norteamericano, y un médico la revisa antes de dejarla entrar. Es el año 1950 y Berberova ya ha cumplido cuarenta y nueve. El médico le pregunta (en francés) cómo están sus órganos genitales. En su sitio, contesta ella. ¿Y su ciclo menstrual? “Cuando existía me hacía la vida muy agradable: cada vez que lo tenía me sentía renacer. Pero cuando se acabó no ocurrió nada desagradable: menos preocupaciones.” El médico, tan sorprendido como interesado, le pide si puede extenderse en su última observación. “No, doctor; nos llevaría demasiado tiempo.” ¿Y si le pidiera que pronunciara una breve exposición sobre el tema ante una comisión científica?”, pregunta el médico. “Estaría encantada de servir a la ciencia, pero en estos momentos ni mi cabeza ni mi inglés están para exposiciones.” “¿Aunque la exposición la hiciera yo y la presentara a usted para ratificar mis argumentos?”, insiste el médico.

Entonces Berberova escribe: “Dirigí la mirada más allá de sus cabellos cortados a cepillo y le dije que estaba a punto de ver llover por primera vez en América. Era un buen hombre, gracias a Dios no insistió. Selló mi documento y me dejó franquear la puerta. No recuerdo si estaba cerrada o entreabierta. Sólo recuerdo que la franqueé”.






http://www.lecturalia.com/libro/97067/la-resurreccion-de-mozart
http://book-center.kiev.ua/?page=book&id=7524
https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-3275-2008-12-10.html
https://twitter.com/libroszorrorojo/status/629951439582814210
https://es.wikipedia.org/wiki/Nina_Berb%C3%A9rova
https://readingsinnorth.wordpress.com/2017/04/25/adoptaunaautora-obras-en-castellano-de-nina-berberova/

https://www.todocoleccion.net/libros-segunda-mano-biografias/nina-berberova-subrayado-es-mio-nina-berberova-editorial-circe~x62031868
Leer más...
Más