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lunes, 25 de julio de 2022

Herrade de Landsberg autora de la enciclopedia Hortus deliciarum




Herrade de Landsberg (nacida hacia 1130 -  25 de julio de 1195) fue una monja alsaciana del siglo XII y abadesa de la abadía de Hohenburg en los montes Vosgos. Es conocida principalmente por ser la autora de la enciclopedia pictórica Hortus deliciarum (El Jardín de las delicias).

Herrade de Landsberg nació  en el castillo de Landsberg, en la región del Bajo Rhin, en el seno de una noble familia alsaciana. Tomó los hábitos en la abadía de Hohenburg en los montes Vosgos, a unos 15 km de Estrasburgo, a edad temprana. Se convirtió en abadesa en el año 1167 y conservó su posición hasta su muerte.


Hacia el año 1165 Herrade había comenzado entre los muros de su convento la obra por la que sería conocida, el Hortus deliciarum, un compendio de todas las ciencias estudiadas en su época, incluyendo la teología. En esta obra Herrada detalla la batalla entre la Virtud y el Vicio con imágenes visuales especialmente vívidas que preceden a los textos.

Su obra, como es de esperar en el marco de la actividad literaria del siglo XII, aunque no es excesivamente original, muestra una escritura muy elaborada. Su principal distinción la constituyen las 336 ilustraciones que adornan el texto. Muchas de ellas son representaciones simbólicas de temas teológicos, filosóficos y literarios; algunas son históricas, algunas representan escenas relacionadas con la experiencia personal de la artista y una ilustración es una serie de retratos de sus hermanas religiosas. La técnica de algunas ilustraciones ha sido muy apreciada en casi todos los ámbitos artísticos, ya que demuestra una imaginación muy extraña entre los artistas contemporáneos de Herrade. La poesía que acompaña a los extractos de escritores de la antigüedad y de autores paganos también ha contribuido a la fama de Herrade.

La obra tiene defectos habituales en las obras literarias del siglo XII: faltas de ortografía, palabras y construcciones no utilizadas en la gramática clásica y giros estilísticos en varias frases que no serían aceptados en una escuela de poesía latina de su época. Sin embargo, su sentimiento es sincero, las líneas poéticas son musicales y admirablemente adaptadas a su propósito, el servicio a la divinidad. Herrade considera que su comunidad es una congregación unida para servir a Dios cantando alabanzas en su nombre.
Herrade de Landsberg Autorretrato de Hortus deliciarum, hacia 1180


Después de haber sido preservado durante siglos en la abadía de Hohenburg, el manuscripto del Hortus deliciarum pasó a la biblioteca municipal de Estrasburgo durante la Revolución francesa. Allí las miniaturas fueron copiadas en 1818 por Christian Moritz (o Maurice) Engelhardt, el texto fue copiado y publicado por Straub y Keller, 1879-1899. De esta forma, aunque el manuscrito original fue destruido durante el incendio de la biblioteca de Estrasburgo en el asedio de la ciudad de 1870 durante la guerra franco-prusiana, actualmente todavía se puede apreciar el valor artístico y literario de la obra de Herrada.


Esta  imagen  es  un retrato coral del siglo XII que inmortaliza a un grupo de mujeres artistas. Son las mujeres que trabajaron durante años en un libro que once siglos después de haberlo finalizado es capaz de estremecer a quien lo repasa. Son las artistas del Hortus. Nos habla de un reconocimiento a cada auna de las autoras, un respeto por cada uno des sus trabajos y una visión menos estratificada y más horizontal de la sociedad que nos sigue inspirando a día de hoy 

La abadesa Herrade fue la coordinadora medieval del libro en el que tuvo la genialidad de incluir un retrato minucioso e individual de las monjas del scriptorium de Hohenburg como colofón de esta obra que costó treinta años de trabajo. En aquel monasterio alemán se compuso el complicado y detallista tratado del que conocemos no el original -que ardió en 1870 en la guerra Franco-Prusiana- sino la copia que un equipo de investigadores realizó durante diez años, antes de que estallara el conflicto bélico.

Incluso sabiendo que no es el original, la genialidad rebosa en el tratado, que aparece repleto de miniaturas ricas y de tanta importancia como lo escrito. En el Hortus hay poemas, historia, escenas de la vida cotidiana en torno al convento de Hohenburg, hay valores, música y marionetas, también espiritualidad. El libro coordinado por la abadesa Herrade e inspirado probablemente por su antecesora Relinda es, metafóricamente, un tapiz de vivencias manuscritas y minadas y también la gran síntesis de la historia del monasterio desde que fuera fundado por la noble Otilia a finales del siglo VII.

Herralda aprendió de Relinda antes de convertirse en maestra de novicias en Hohenburg. Sabía lo que quería para el libro y supo transmitir a las miniaturistas del taller la originalidad de su idea. Quizá consciente de que su obra era un esfuerzo coral, quiso recompensar el trabajo de las dibujantes y escribas "fotografiándolas" para la posteridad tal y como eran, cada una con su tocado diferente en la cabeza, mayores y jóvenes, altas y encorvadas, con nombre propio y singularidad intransferible.

En el scriptorium de Hohenburg trabajaban unas sesenta novicias en el Hortus . Aunque era un sistemático trabajo en cadena, el esfuerzo principal se enfocaba en las miniaturas para acentuar con toda probabilidad el carácter didáctico del Hortus, que era “una especie de libro de texto”, como sintetiza la historiadora M. Martinengo.

El caso del taller de Hohenburg no es ni mucho menos un caso aislado. Fueron numerosas, aunque no demasiado conocidas, las mujeres que en el ámbito de vida religiosa expresaron su talento artístico, como Herlind y Reinhild, dibujantes de los siglos VII y VIII en Bélgica; la abadesa Inés de Quedlinburg y también Diemud, del convento de Wessobrun, que ha dejado cuarenta y cinco libros.

En Mallerdorf, Francfort y Osnabruk, en las casas dominicas de Alemania meridional, en Siena, y en Pavía, hay testimonios de copistas e ilustradoras. En la península destaca a actividad de la célebre Ende, ilustradora del Beato mozárabe de Gerona, mientras que en la Alsacia de Hohenburg, en los mismos años de Herralde, cabe destacar la figura de la canonesa Guta de Schwartzenthan quien ilustra y compone un denso manuscrito en colaboración con el canónigo Sintran, del monasterio de Marbach*.

Es la fotografía de un instante del siglo XII, aquel momento en el que, al terminar un trabajo muy extenso y minucioso, las sesenta monjas que fatigaron su mirada, sus manos y su intelecto en los folios del Hortus, se detienen y posan para nosotros. “Aquí estamos, nosotras fuimos quienes hicimos ese libro”, susurran.

Y junto a ellas la propia Herrade –que quizá, antes de convertirse en la maestra directora del Hortus comenzara su trabajo como miniaturista del taller- su antecesora Relinda y Otilia, emparentada con los duques de Alsacia y responsable de congregar a finales del siglo VII a 130 monjas de familias influyentes de Escocia e Inglaterra junto al río Flaschgang.

Ahí se plantó la primera semilla del Hortus Deliciarum.

https://es.wikipedia.org/wiki/Hortus_deliciarum
https://es.wikipedia.org/wiki/Herrada_de_Landsberg
http://iconosmedievales.blogspot.com.es/2014/01/posan-las-artistas-de-hohenburg.html

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HH

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