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sábado, 7 de marzo de 2020

Harriet Jacobs nos contó su vida en la esclavitud


Harriet Jacobs (Edenton, Carolina del Norte, 1813 - 7 de marzo de 1897) fue una escritora abolicionista y feminista estadounidense. En 1861, publicó Incidents in the Life of a Slave Girl (Incidentes en la Vida de una Joven Esclava) bajo el seudónimo de Linda Brent.


Nació en Edenton, Carolina del Norte, alrededor del año 1813, hija de Elijah Jacobs, un esclavo mulato perteneciente al doctor Andrew Knox, y de Delilah, una esclava mulata propiedad de John Horniblow, dueño de una taberna. Harriet heredó la condición de esclava desde su nacimiento, pero tuvo la suerte de ser criada por su madre Delilah hasta la muerte de esta en 1819. A partir de ese momento su cuidado recayó sobre la ama de su madre, Margaret Horniblow, quien le enseñó a leer (algo prohibido e insólito entonces, sobre todo tratándose además de una mujer) escribir y coser.

En 1825, Margaret Horniblow falleció y Harriet fue enviada con la sobrina de Horniblow, cuya padre, el doctor James Norcom, se convirtió en su nuevo amo. Éste no solo la acosó sexualmente durante casi una década, sino que rehusó concederle el matrimonio con otra persona. Para tener un cierto soporte, entró en una relación con Samuel Sawyer, un hombre blanco y abogado con el que tuvo dos hijos que fueron propiedad también de Norcom. La autora afirma que Norcom la amenazaba con vender a sus hijos si ella se oponía a sus demandas sexuales.

Por 1835, su situación doméstica se había vuelto tan insostenible que tuvo que huir, aunque, sin medios, no pudo ir al Norte ni tampoco quería separarse de sus hijos; vivió, pues, unos siete años recluida en un pequeño espacio dentro del ático de su abuela, sin siquiera poder sentarse, mientras se ofrecían cien dólares a quien la devolviese a su propietario, antes de conseguir marcharse en 1842 en un bote a Filadelfia, Pensilvania.

Comenzó entonces su vida como una mujer libre, mudándose a la ciudad de Nueva York en 1842. Pudo conseguir empleo como niñera, siendo su jefe un destacado escritor.

Jacobs fue una de las tantas esclavas que a mediados del siglo XIX compusieron narraciones autobiográficas en un intento por mostrar al Norte de los Estados Unidos el verdadero rostro de la "peculiar institución" de la esclavitud presente en los estados del Sur.


Durante mucho tiempo Jacobs se debatió entre la presión de los activistas que querían utilizar su historia como propaganda para la causa abolicionista y su resistencia a confesar lo que ella consideraba su "gran pecado", un amor ilegítimo, pero finalmente prevaleció su compromiso con el movimiento antiesclavista. Primero pidió a Harriet Beecher Stowe, célebre autora de La cabaña del tío Tom, que le ayudase a escribir la obra, pero la actitud condescendiente de esta autora le hizo cambiar de idea. Así pues, redactó un manuscrito cambiando nombres de lugar y de persona. El manuscrito fue pasado a limpio por su hija, quien seguramente corrigió la ortografía y la puntuación. Harriet encontró muy complicado vender su manuscrito o publicarlo, aunque lo intentó durante dos años. Finalmente una editorial de Boston, Massachusetts, compró los derechos, Thayer and Eldridge, pero quebró antes de que el libro se llegara a imprimir; se las arregló, sin embargo, para que un impresor comprara las planchas y el libro saliera a la luz al fin en 1861 a costa de su autora con una presentación de Lydia Maria Child; al poco se reimprimía en Inglaterra.

La autora se dirigió más que nada a una clase media blanca de mujeres cristianas del Norte, a través de su descripción de la esclavitud como destructora de la virtud femenina por medio del abuso y la violación:

No me importa inspirar simpatía por mis sufrimientos, pero deseo de verdad, con la mayor seriedad, despertar en las mujeres del Norte el sentido de responsabilidad ante la condición de dos millones de mujeres del Sur todavía en cautiverio, que sufren lo que yo sufrí, y muchas de ellas aun cosas peores. Quiero añadir mi testimonio al de plumas más capaces para convencer a la gente de los estados libres de lo que es realmente la esclavitud. Sólo mediante la experiencia puede alguien darse cuenta de lo profundo, oscuro y vil que es ese infierno de abominaciones. ¡Quizá caiga la bendición de Dios sobre este imperfecto esfuerzo en nombre de mi gente perseguida! ("Prefacio", p. 14 de la edición española)

Denunció a la religión de los estados sureños como anticristiana y enfatizadora del valor del dinero (if I am going to hell, bury my money with me - "Si voy a irme al Infierno, enterrad mi dinero conmigo", dice un inculto dueño de esclavos). Describe también la oración de otro propietario de esclavos (he boasted the name and standing of a Christian, though Satan never had a truer follower - presumía con el nombre y posición de un cristiano, pero Satanás nunca había tenido a un seguidor más ferviente") Jacobs sostenía que estos hombres no eran la excepción a la regla general. La crueldad de la esclavitud destruía la virtud de una sociedad entera y, además, is a curse to the whites as well as to the blacks - "es una maldición tanto para los blancos como para los negros".

La mayor parte de Incidents in the Life of a Slave Girl está dedicada a la lucha de Jacobs por mantener la libertad de sus dos hijos a toda costa, antes de huir ella misma en busca de la suya. Por ello pasó siete años escondida en un diminuto espacio construido dentro del granero de su abuela para ocasionalmente poder ver y oír las voces de sus hijos. El villano propietario esclavista "Flint" es en realidad su amo, el doctor James Norcom. Modificó los nombres de todos los personajes, incluyéndose ella misma, y solamente gracias a la exhaustiva investigación realizada por la profesora Jean Fagan Yellin se ha descubierto a la verdadera autora de la obra, principalmente gracias a un fajo de cartas que descubrió en la Universidad de Rochester que le sirvieron para su edición crítica (Harvard Universitiy Press, 1987).

Su puesto de enfermera durante la Guerra Civil y su correspondencia con Child revela su entusiasmo por la Proclamación de Emancipación de 1862 y su deseo de que su pueblo atribulado alcanzara por fin la libertad, lo que se logró definitivamente a través de la decimotercera enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de 1865, que suprimió la esclavitud.

Jacobs vivió los últimos años de su vida en Washington D. C.; su libro fue redescubierto por el Movimiento en pro de los Derechos Civiles durante los años sesenta del siglo XX y hoy se considera junto al del también esclavo fugitivo Frederick Douglass uno de los clásicos del género; en los últimos años ha sido objeto de especial atención y análisis por parte del movimiento feminista.

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HH

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