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miércoles, 6 de marzo de 2013

Elena Simón Rodríguez formadora, consultora y analista de género




Elena Simón  Rodríguez nació y vive en  Alicante (España). Filóloga y de profesión docente. Actualmente es formadora, consultora, analista de género y escritora. Ha dedicado de forma entusiasta su pensamiento y su vida profesional a buscar y proponer alternativas a la situación de desigualdad y desequilibrio entre mujeres y hombres, con la profunda conviccción de que la igualdad de oportunidades, trato y condiciones para mujeres y hombres llevará a la paz, a la justicia y a una vida saludable y libre de violencia y por ello lleva más de treinta años dedicada a la formación en coeducación, trabajando la innovación en el lenguaje y el cambio de actitudes y de miradas desde el género adjudicado (estereotipos y roles) a la libertad vital de cualquier persona. 

Autora de libros imprescindibles como “Democracia Vital: mujeres y hombres hacia la plena ciudadanía” y “La igualdad también se aprende. Cuestión de Coeducación”. Una gran profesional y persona cuyas ideas vale la pena transmitir y escuchar detenidamente. Ponente de TEDxValenciaWomen 2012 ofrece al público su ponencia escrita en lugar de la grabación en video de su intervención. Quienes estuvimos allí pudimos disfrutar de su sencillez, cercanía y gran humor… Gracias infinitas Elena. Una delicia sabia, muy sabia!!!

Elena Simón. Hablemos de coeducación. “Queremos salir en las fotos”

Del machismo y de la misoginia no se suele hablar en los foros internacionales, aunque sean de orientación progresista e incluso revolucionaria -compuestos en gran parte por machistas y misóginos-.

Las cuestiones de las mujeres -en el mejor de los casos- se relegan a espacios y tiempos específicos para ellas, que no cobran interés ni relevancia para las cuestiones mal llamadas “generales” . Este foro es una buena muestra de ello.

Y tampoco se analizan las consecuencias negativas que, la ausencia o la relegación de las mujeres a espacios sin influencia, tienen sobre la humanidad en su conjunto.

Las acciones derivadas de los dictados machistas, como guerras, explotación salvaje de recursos humanos y naturales, persecuciones, asesinatos, mafias, despilfarro y apropiación indebida de bienes económicos e inmateriales, a escala mundial, está teniendo consecuencias letales para la humanidad. Pero no oimos nunca que la causa esté en la socialización indebida de los varones hacia los terrenos de la competitividad, la hazaña, el riesgo y el peligro, el dominio, la fuerza, el dinero y el poder, que producen destrucción de vidas en un elevado número y en todo el mundo.

Por otra parte, las acciones derivadas de la misoginia, causan desastres de dimensiones incalculables a un gran número de niñas, jóvenes y adultas de todo el mundo. El desprecio por las mujeres y de lo llamado “femenino” hace que los valores de cuidado de la vida sean considerados como irrelevantes. Las mujeres siguen afanándose en traer criaturas al mundo, criarlas sanas y ponerlas en disposición de ser autónomas, mientras que, a un tiempo, las ponen en un mundo que puede acabar con sus vidas de forma real o simbólica, que puede abusar sexualmente de las niñas, violarlas, secuestrarlas, dirigir sus proyectos vitales con matrimonios infantiles forzados, con embarazos no buscados, con la negación de su escolarización, con la reducción al estado de servidumbre respecto a sus familias o para otros. A los niños también los pone en peligro, al enseñarles a despreciar la vida, comenzando por la suya propia e invitándolos a meterse en acciones de riesgo obligado o gratuito.

En nuestra realidad más cercana, la misoginia se manifiesta de otros modos más disimulados y menos denunciables, se enmascara y no se le llama por su nombre, tomando la forma de discriminación salarial, rechazo de las mujeres en puestos de representación o responsabilidad, sospecha sobre sus comportamientos y sobre su valía personal, desvalorización de un lenguaje que vaya acabando con el sexismo, socialización informal de las niñas para que deseen ser segundonas, retirarse de las actividades físicas, rebajar sus expectativas intelectuales, artísticas o tecnológicas y volverlas a invitar a que abracen los peligros si éstos son amorosos y/o sexuales para uso y disfrute de los varones, para que no se aparten -esta vez de forma voluntaria- del mandato del agrado, del servicio y de su posición de segundo sexo.

Algunas niñas y algunos niños escapan de estas presiones y de estos marcajes tan profundos, pero pueden recibir a cambio el estigma de la rareza y sufrir acosos y burlas, pues todo esto sigue y sigue alimentado y creciendo con salud de hierro y no se dulcifica, aunque perjudique seriamente la salud humana. Todo esto hay que pararlo y decir ¡¡Basta!!

¿Qué fórmula tenemos para contrarrestar y neutralizar todas estas consecuencias negativas de la dominación del sexo masculino sobre el femenino y sus secuelas? Media humanidad intentando dominar y sujetar a la otra media es una colonización excesiva e insostenible en estos momentos.

Por eso, las cuestiones de las mujeres son cuestiones de la humanidad, así como los derechos de las mujeres son derechos humanos. Esta afirmación tan obvia, sin embargo no tiene altavoz, no se pregona ni se cree que pueda ser la clave para acabar con tanto abuso, ignorancia e injusticia.

La fórmula que proponemos se llama Coeducación. La Coeducación se refiere al ámbito familiar, escolar y sociomediático. La Coeducación es a la vez educación para la paz, para la salud, para la convivencia, para la orientación vital, para la sexualidad, para el afecto y el reconocimiento, para el respeto entre iguales, para la Igualdad, para la Libertad y la Justicia. Es decir: para la democracia, el civismo y la ciudadanía. Todo esto es más importante y más urgente que la división curricular por áreas del conocimiento y su consiguiente evaluación cuantitativa, en cuanto se refiere a la educación escolar y al rendimiento académico.

La Coeducación es un proyecto y una fórmula pedagógica, hija del feminismo, que se propone detectar el sexismo como injusticia y carencia, inventar y propagar nuevas formas de nombrar el mundo de lo humano sin jerarquías sexuales ni atribuciones de género y compensar la ausencia de la obra humana de las mujeres en los currículos, poniéndola también en el centro de los aprendizajes deseables y enseñados. La obra humana de las mujeres en su doble vertiente: la reproducción de la humanidad y toda la sabiduría y habilidades que ello ha generado y sigue generando, por una parte y, por otra, la contribución de las mujeres a la historia de la humanidad y de sus logros: en la ciencia, cultura, economía, política, artes y artesanías, tecnología, etc…

Esta nueva fórmula equilibrada de educación escolar debería constituir el germen del gran cambio social: la desaparición de la división sexual del trabajo, de la dicotomía y la jerarquización de los géneros y de la masculinización de las sociedades actuales, dado que casi lo único que se muestra en los productos culturales, en los materiales didácticos y en la producción audiovisual es el producto de la obra humana de los varones y de su imaginario colectivo dominante. Semejante desequilibrio sigue alimentando la prepotencia masculina y la baja autoestima femenina. Semejante desequilibrio sexista alimenta al machismo y a la misoginia. Semejante desequilibrio distorsiona la visión del mundo de lo humano, para las mujeres y para los hombres.

La Coeducación sería “un proceso de intervención intencionada en el que, partiendo de las diferencias sexuales y de las desigualdades entre los géneros, se propondría la construcción de un mundo común de nueva planta y no enfrentado” o, dicho de otro modo: “ni guerra erótica, ni paz sexista” .

Pero todo esto hay que aprenderlo-enseñarlo-aprenderlo en un continuo que nos saque definitivamente del concepto erróneo de la complementariedad de los sexos y de la dicotomía y jerarquización de los mismos. Las mujeres deben contar.

Así lo proponemos aquí como garantía de una nueva vida de relación, personal, social, local y global, más completa, más solidaria, más sostenible, más interesante, más deseable y más democrática.

Si no salimos en las fotos no se nos verá y fácilmente caeremos en el olvido. Hasta ahora no hemos salido lo suficiente y por eso gritamos: ¡¡¡QUEREMOS SALIR EN LAS FOTOS!!!

 Cumple 3 de julio 
http://tedxvalenciawomen.com/2013/03/01/elena-simon-hablemos-de-coeducacion/
http://www.ted.com/tedx/events/6601

HH

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