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miércoles, 30 de agosto de 2017

María Jesús Alvarado Rivera feminista, educadora, periodista, escritora y luchadora social

María Jesús Alvarado Rivera (Chincha, 27 de mayo de 1878 - San Isidro, Lima, 6 de mayo de 1971), fue una feminista del Perú, educadora, periodista, escritora y luchadora social.

Escritora y profesora, defendió los derechos de los oprimidos y marginados (mujeres, trabajadores, indígenas y niños).


Siendo adolescente solía acompañar a su madre en sus viajes a la ciudad capital. Muchos de esos viajes estuvieron motivados por su asistencia a las veladas literarias femeninas de la época. A partir de 1908 comenzó a ejercer como profesora de escuela y a publicar sus primeros textos en medios periodísticos como El Diario, El Comercio y La Prensa hasta el año de 1911.


Remitió una ponencia de corte feminista al Primer Congreso Femenino Internacional celebrado en Buenos Aires, del 18 al 23 de mayo de 1910 convocado por la Asociación Universitaria Argentina, en la cual era significativa la presencia socialista. Un año más tarde afinó sus ideas en su disertación sobre «El Feminismo» presentada en el auditorio de la Sociedad Geográfica de Lima, en defensa de la igualdad de derechos civiles, jurídicos jurídica de mujeres y hombres.

En uno de sus primeros artículos, asumió la defensa del indígena, señalando su crítica y repudio al comunismo autoritario del Tahuantinsuyo y con mayor contundencia a la «esclavitud más cruenta» del coloniaje hispano, así como a esclavitud republicana ejercida por el cura, el gobernador, los enganchadores, mineros y caucheros de su tiempo. Concluyó su artículo demandando ayuda, instrucción y justicia para que en el indígena afloren y se desarrollen sus potencialidades físicas y espirituales. Consideró que el proceso regenerativo de la raza indígena, haría de ella «uno de los importantes elementos constitutivos de la nación, que hoy más que nunca, necesita del concurso unánime de sus hijos, para salvar su integridad amenazada y alcanzar la preponderancia que las ingentes e inagotables riqueza que su suelo atesora» «El Indio», El Comercio, 10 de julio de 1911. Es posible que haya asumido a su manera, el legado ideológico del regeneracionismo de Joaquín Costa.

En 1914 se desempeña como una de las principales conductoras de la Sociedad «Evolución Femenina» de la cual llegó a ser su presidenta. Asesoró a la Sociedad Femenina de Huaral. Su ideario ecléctico reformista, poseía sesgos socialistas románticos mezclados con ideas y demandas feministas a favor de nuevas leyes, cambios educativos y de la conquista del derecho de sufragio electoral. En 1915 funda en su domicilio una escuela alternativa denominada «Moral y Trabajo» gratuita para las mujeres obreras y artesanas, con la finalidad de enseñarles algunos oficios e inculcarles algunos presupuestos de la moral socialista y feminista.

En 1916, fue elegida miembro titular de la Junta General de la Asociación Pro-Indígena. Un año más tarde, desde las páginas del diario La Crónica, reivindicó la jornada de lucha de las mujeres en Huacho librada en 1917, la cual fue cruentamente reprimida: «Mujeres conscientes del deber de solidaridad conyugal, que no quisieron abandonar a sus compañeros en la hora de la demanda del derecho; mujeres impulsadas por un noble y legítimo anhelo de mejoramiento; mujeres inermes sin más escudos que el derecho, han sido inicuamente victimadas por la fuerza armada, en la masacre más horrorosa que registra el martirologio del proletariado…[…]» Le ha cabido al Perú la depresiva distinción de bautizar con sangre el primer movimiento del feminismo económico. »

Según testimonios de época, viajó a E.E.U.U. con Pedro Zulen, a seguir estudios en la Universidad de Harvard, en donde contrajo matrimonio con un norteamericano afrodescendiente. A su retorno al Perú, publica su obra literaria El Cuarcar, en cuatro entregas en La Crítica durante el primer bimestre de 1919.

En 1923 participó en el proceso de constitución de la Liga Nacional de Higiene y Profilaxis. Sustentó diversos petitorios ante el Ministerio de Educación Pública para que se aprobase el dictado obligatorio del curso de Puericultura en las escuelas públicas.

El 14 de agosto de 1924, dio una conferencia en la Unión Huaraz, titulada «Sobre la esclavitud de la mujer y el indio». Condenó la Ley de Conscripción Vial que forzaba a los comuneros andinos a realizar trabajo forzoso en las obras camineras auspiciadas por el régimen de Leguía. Condenó también a la Empresa Norteamericana Cerro de Pasco Co., responsable de los humos contaminantes de su fundición de La Oroya que arruinaron la vida económica de muchas comunidades andinas y la salud de sus pobladores y animales de pastoreo y uso doméstico.

A fines de 1924 su taller de impresión fue allanado. Ella fue detenida a y confinada en la cárcel de Santo Tomás durante tres meses. La inculparon de ser agitadora social contraria al orden público.

Fue deportada en 1925 a la Argentina donde permaneció hasta el año de 1936, dedicándose al ejercicio docente, la dramaturgia y la representación de obras teatrales de contenido social y feminista. De vuelta en el Perú se abocó nuevamente a la defensa de los derechos de la mujer y a la vida teatral. Fue pionera del teatro radiofónico pedagógico y del cine nacional. Redactó un guión de radionovela intitulado «La Perricholi» el cual fue actuado y transmitido a lo largo de 30 sesiones por las ondas sonoras de Radio Nacional. Fundó y dirigió la Academia de Arte Dramático «Ollantay».

Aunque fue exponente de ideas avanzadas para su tiempo en favor de la población indígena, las mujeres y los trabajadores, así como en el terreno educativo y artístico, su pensamiento y acción quedó impregnado de los lastres ideológicos y prácticos tanto del higienismo como de la Eugenesia de carácter burgués. Al amparo del régimen de Manuel Prado (1939-1945) promovió la entronización de la Eugenesia, la campaña antialcohólica y la prevención de enfermedades venéreas.  

Su obra periodística ha quedado diseminada en varias revistas y periódicos. Sus huellas las hemos localizado en El Deber Pro-Indígena entre 1913 y 1915, La Escuela Moderna, La Crítica entre 1919 y 1920, y en el diario El Tiempo entre 1924 y 1925.



Referencias bibliográficas:

ARCHIVO PEDRO ZULEN. Correspondencia de la A.P.T. y otros, 1916. Sala de Investigaciones de la Biblioteca Nacional;
MENESES, R. Por el APRA. Lima: Atahualpa. 1933;
Entrevista con la Dra. Elvira Zulen. Lima 10 de abril de 1983;
ALVARADO RIVERA, M. J. «En Plena Esclavitud», El deber Pro-Indígena (Lima), núm. 5, febrero 1913;
_____ «Una Carta de Samán. El deber Pro-Indígena (Lima), Febrero 1915;
_____ «La masacre de mujeres en Huacho, La crónica (Lima), 21- VI- 1917, p. 4;
_____  «El comercio Femenino de Ayer », La Crítica (Lima), 1 de junio de 1919;
_____  «Orientaciones para la Sociedad Femenina de Huaral»;
_____  «Notas» El Tiempo (Lima) 15-8-1924 y 31-1-1925.
_____  El Tiempo (Lima) 29 de enero de 1920; La Protesta (Lima) núm. 8. Mayo 1913;
_____  «El Guarcar» La Crítica 12 de enero de 1919, 19 de enero de 1919, 26 de enero de 1919, y 9 de febrero de 1919;
JIMÉNEZ, C. «María Jesús Alvarado Rivera: Una feminista a ultranza», http://www.flora.org.pe/web2/index.php?option=com_content&view=article&id=389:maria-jesus-alvarado-rivera-una-feminista-a-ultranza&catid=54:estudio-y-debate-feminista&Itemid=70, consultada el 12 de diciembre de 2013.

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HH

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