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lunes, 22 de agosto de 2022

Althea Gibson:exitosa tenista que rompió barreras raciales



Althea Gibson (Silver, Carolina del Sur, 25 de agosto de 1927 - East Orange, Nueva Jersey 28 de septiembre de 2003) fue una tenista estadounidense. Fue la primera tenista afroamericana en jugar en el campeonato Nacional de EE. UU. y en Wimbledon en 1951​ Rompió las barreras raciales tanto en el tenis donde obtuvo sus grandes éxitos como en el golf.

Proveniente de una familia que trabajaba el algodón en Carolina del Sur, una sequía hizo que la familia tuviera que mudarse, y después de vivir en varias ciudades acabaron residiendo en el barrio de Harlem, Nueva York. Y es allí donde Gibson cogió su primera raqueta.

A los 12 años, Gibson recibió una información de una amiga que le cambiaría la vida. En la calle 143, la misma en la que vivía con su familia, los servicios sociales católicos ofrecían dormitorios con camas y sábanas limpias. Además de un lugar en el que dormir, se encontró en una zona que había sido marcada por la Policía para ayudar a juventud a través del deporte. La Police Athletic League, que durante las horas de luz la cerraba al tráfico con el fin de que los niños y niñas de la zona jugaran, siendo la propia policía quienes les entrenaban.

Uno de los deportes era el paddle tennis, muy parecido a lo que sería el mini tenis en Europa, pero con raqueta sin cordaje. Gibson apenas necesitó unos meses para convertirse en la campeona de Nueva York de paddel tennis.

Con 14 años se vio relegada a jugar sólo en las ligas para tenistas negras. Sólo pudo entrar en un torneo cuando su club de Harlem organizó el campeonato de Nueva York. Ganó el torneo, superando a una tenista blanca, Nina Irwin, en la final. Durante muchos años fue la única negra que jugó en los torneos americanos

A partir de entonces Gibson comenzó a jugar y competir al tenis, ganando varios torneos organizados por el departamento de recreación local, Gibson fue presentada por el músico Buddy Walker, el director de la Harlem Orchestra a las canchas de tenis de Harlem River en 1941. Solo un año después de recoger una raqueta por primera vez, ganó un torneo local patrocinado por la Asociación Americana de Tenis, Una organización afroamericana establecida para promover y patrocinar torneos para jugadores negros. Ella recogió dos títulos más de ATA en 1944 y 1945. Luego, después de perder un título en 1946, Gibson ganó 10 campeonatos consecutivos de 1947 a 1956. En medio de esta racha ganadora, hizo historia como la primera tenista afroamericana en competir en tanto el Campeonato Nacional de EE. UU. (1950) como Wimbledon (1951).​

Ganadora de diez torneos de Grand Slam desde 1956 a 1958: Roland Garros 1956, Wimbledon 1957 y 1958, y Estados Unidos 1957 y 1958 en individual, y Roland Garros 1956, Wimbledon 1956, 1957 y 1958 y Australia 1957 en dobles femeninos y Estados Unidos 1957 en dobles mixtos. Gibson enfrentó la segregación racial, siendo la primera tenista afroamericana en jugar un torneo amateur o profesional, además de ser la primera entre hombres y mujeres afroamericanos en ganar un Grand Slam en individuales.

Además, Gibson jugó golf en el LPGA Tour desde 1964 hasta 1978, resultando 27.ª en la temporada 1966, y finalizó segunda en el Abierto de Columbus 1970.

Ya retirada del deporte, Gibson grabó un disco con sus canciones, Althea Gibson Sings, participó en el Show de Ed Sullivan y coprotagonizó una película con John Wayne y William Holden, The Horse Sodiers, donde se negó a hablar con el acento afroamericano estereotipado que se estilaba en Hollywood. Su autobiografía la tituló I Always Wanted to Be Somebody.

Estatua de bronce de Althea Gibson en Newark, Nueva Jersey 


Añadimos el  completo texto sobre ella  del blog de Eduardo Casado

Althea Gibson nació el 25 de agosto de 1927 en Silver, en el condado de Clarendon, Carolina del Sur. Sus padres eran Daniel y Annie Bell Gibson, que trabajaban en una finca algodonera. Con la Gran Depresión, los Gibson se trasladaron a Nueva York, en concreto al barrio de Harlem, donde Althea se crió. Fue en esa barriada donde la joven Althea empezó a jugar al tenis o, para ser más exactos, al pádel (o una forma primitiva de él). Con 12 años, se proclamó campeona de Nueva York.

En 1940, en su vecindario se hizo una colecta (un crowdfunding, que dicen ahora) para que Althea Gibson pudiera acudir a una academia de tenis. Entró en 1941 y ese mismo año se proclamó campeona de Nueva York. En 1944 y 1945 ganó los campeonatos nacionales de su categoría y en 1947 ganó el campeonato americano absoluto.

Su carrera dio un avance importante cuando Walter Johnson, un médico que también fue el mecenas de Arthur Ashe, se interesó por ella. Logró federarla y consiguió entrar en la Florida Agricultural and Mechanical University.

En 1950, se convirtió en la primera afroamericana (de cualquier sexo) que recibió una invitación para jugar el US Open, gracias, entre otras cosas, a una campaña promovida por la American Tennis Association. Cayó en segunda ronda, pero su presencia atrajo mucha atención de los medios de comunicación. En 1951, tras ganar su primer torneo (el Campeonato del Caribe, en Jamaica), participó en Wimbledon por primera vez. Era la primera jugadora negra que competía en la hierba del All England Lawn Tennis Club.


Tras una exitosa gira por Asia, en 1956 Althea Gibson rompió otra barrera, convirtiéndose en la primera jugadora de color en ganar un título de Gran Slam. Fue en París, y fue Roland Garros. Era el aperitivo de lo que ocurriría un año después, cuando Gibson se convirtió en la primera jugadora negra en ganar Wimbledon, y en la primera que recibía el trofeo de manos de la reina Isabel II. Fue homenejada y condecorada por la ciudad de Nueva York, un presagio, porque en esa ciudad, unos meses después, ganaría su primer US Open.

Pero no es sólo eso, porque al año siguiente repitió tanto en Londres como en Nueva York. Era la indiscutible número uno del mundo. Se convirtió en la primera mujer negra que ocupó las portadas de Sports Illustrated y Time.

Para que una mujer negra volviera a ganar Wimbledon tuvieron que pasar 43 años. Fue Serena Williams la que lo logró en 1999. La propia Serena le escribió una carta a Althea Gibson antes de lograrlo.

El problema es que en aquella época, los tenistas no se hacían ricos. El amateurismo primaba. La propia jugadora lo explicaba así: «Ser la reina del tenis es bueno, pero no te puedes comer una corona«. Así que Althea Gibson decidió convertirse en profesional. Por desgracia para ella, el profesionalismo de aquella época nada tenía que ver con el de ahora. Se limitaba a exhibiciones y torneos de menor categoría deportiva. Así, empezó a combinar el tenis con otras actividades: Althea Gibson era una excepcional cantante y además, tocaba el saxofón. Ofreció conciertos y además, se hizo comentarista deportiva.

Como su vida en el tenis empezaba a encontrar término, se pasó al golf en 1964. Se convirtió en jugadora profesional, pero vivió con más dureza las dificultades de ser afroamericana. Fue excluida de muchos torneos por ser negra y en algunos de los que la aceptaban, se veía obligada a cambiarse en el coche porque tenía prohibido, por el color de su piel, entrar el Club de Campo. Su puesto más alto en el ránking como jugadora de golf fue el 27 en 1966. Dejó el golf en 1978.

Regresó al tenis, pero lo hizo como entrenadora. Era la cara visible de un proyecto financiado por Pepsi para buscar talentos en barrios desfavorecidos. Además, desde finales de los 70 a principios de los 80 ocupó algunos cargos funcionariales en Nueva Jersey, todos relacionados con el deporte. A finales de los 80, Althea Gibson sufrió dos hemorragias cerebrales y en 1992, un infarto. Sobrevivió a estas experiencias, pero se quedó arruinada por los gastos médicos. Pidió ayuda a las diferentes asociaciones tenísticas de su país, pero ninguna de ellas se la prestó. Fue gracias a la tenista británica Angela Buxton, excompañera suya de dobles, como Althea Gibson pudo recaudar fondos, mediante un llamamiento que Buxton hizo a los jugadores y exjugadores profesionales.

Con su salud francamente deteriorada y tras sufrir otro infarto a principios de 2003, el 28 de septiembre de ese año Althea Gibson fallecía a los 76 a causa de una infección respiratoria y otra en la vejiga. Sus restos reposan en el cementerio de Rosedale, en Orange, Nueva Jersey.

Tras su muerte, han ido llegando reconocimientos varios. Desde un sello del servicio postal de Estados Unidos hasta una cátedra con su nombre en su Alma Máter, pasando por una estatua de bronce en su honor o su presencia en el Salón de la Fama del deporte femenino en Estados Unidos.

En definitiva, un nombre de esos que no se debe olvidar. Os dejo con un documental sobre ella:



https://es.wikipedia.org/wiki/Althea_Gibson

https://blogs.20minutos.es/quefuede/2014/05/09/quien-fue-althea-gibson-mujer-afroamericana-y-campeona/

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HH

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