Acerca de nosotras ·
Mostrando entradas con la etiqueta Enseñante. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Enseñante. Mostrar todas las entradas

jueves, 6 de junio de 2024

Carmen Romeo Pemán mujer semilla

 


Carmen Romeo Pemán (El Frago, Zaragoza, 1948), catedrática de Lengua y literatura fue alumna de la escuela de El Frago hasta los 13 años. Es Maestra de Primera Enseñanza y Licenciada en Lenguas Románicas. Fue profesora de la Universidad de Zaragoza, del Instituto Francés de Aranda de Teruel y del Instituto Goya de Zaragoza. Ha participado en programas de investigación y educativos, nacionales e internacionales; ha pronunciado conferencias; ha asistido a congresos y mesas redondas; y es autora de numerosas publicaciones pedagógicas y literarias. 

En 1977 recibió el premio “Bernardo Zapater Marconell”, de ámbito nacional, por su trabajo de investigación, con los alumnos del Colegio Universitario de Teruel, en la Sierra de Albarracín y que se reflejó en su libro Los Mayos de la Sierra de Albarracín (1981 Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Nos encontramos con el trabajo de Carmen en las redes, con su compromiso por la Paz y por la educación y quedamos prendadas de su saber y empatía. Poco a poco conocimos a más de sus admiradoras. Gracias Carmen

Desde que, en 1972, se ocupó de la Toponimia de la ribera del Arba de Biel en un trabajo de fin de carrera, en sus publicaciones posteriores han menudeado las referencias a El Frago y a las Cinco Villas. Y más de cuarenta años después de aquel inicio, en 2014, obtuvo el premio “Hélveticas”, de ámbito nacional, con el relato De la roca nacida, de su serie de relatos “Las fragolinas de mis ayeres”. Ese mismo año el Centro de Estudios de las Cinco Villas, en colaboración con la Institución Fernando el Católico, le publicó De las Escuelas de El Frago, y en 2021 De la roca nacidas, un libro de relatos, con acuarelas de María Aguirre Romeo. En 2023, Ayuntamiento de El Frago auspició la primera edición de su novela El Frago 1901. Por enseñar a las niñas, cuyos beneficios fueron íntegros a la escuela. Una escuela que se cerró en 1990 y se reabrió con 7 a los 32 años, gracias a varios programas para arraigar nuevas familias en los pueblos, entre ellas varias ucranianas. En 2024 asisten 12 niños.

Por sus conocimientos sobre la educación en el mundo rural, en 2024,  las alumnas del último curso de la Escuela de Periodismo la seleccionaron para que las acompañara en la producción del documental Camino del saber, sobre las escuelas rurales aragonesas. Con la supervisión de la catedrática Camen Marta Lazo, Carmen encarnó el papel del personaje que lleva el hilo conductor de la trama. Seleccionaron cuatro escuelas: La Puebla de Valverde, Bolea, Jaulín y El Frago. Tienes acceso desde  aquí 

El año 2016 nació Mo C Ade, el blog Letras desde Mocace, creado por Mónica Solano de Bogotá, Carla Campos de Barcelona. Carmen Romeo de Zaragoza y Adela Castañón de Marbella. Carmen publica de forma sistemática artículos y relatos, y ya lleva cerca de 200 entradas. Desde 2019 colabora con la revista digital de la editorial Fleming en sus diversos blogs de Masticadores, para favorecer la lectura en las grandes áreas urbanas de todo el mundo. Desde el primer número, colabora con Picarazones, la revista cultural de El Frago. En el número de 2023, su pueblo le dedicó las páginas centrales con un homenaje colectivo  muy emotivo- Carmen sí que es profeta en su tierra.

Entre sus publicaciones destacan, Estado general de las escuelas de Primeras Letras en la comarca de Borja antes de la Ley de 1838 (1980), Universidad de Zaragoza. Acceso al magisterio de Retórica y Gramática de Borja en 1774 (1980), Universidad de Zaragoza. Corrección y creación idiomática en los medios de comunicación de la Comunidad Autónoma aragonesa (1995), (coautora), Universidad de Zaragoza. Varias guías de lectura: En torno a Goya y Muñoz Puelles (1996) (coautora), MEC; Guía de lectura para “Cinco mujeres en la vida de un hombre” de Ramón Acín (2007), MEC; bbb (2008), MEC.

También es coautora en María Zambrano y sor Juana Inés de la Cruz. La pasión por el conocimiento (2010), PUZ. Reinas, señoras y Damas Enfermeras en la Cruz Roja de Zaragoza (1870–1986) (2011), Cruz Roja. Rosalía de Castro y Carmen Conde: emisarias de lo sagrado eterno (2014), Bubok.

Las Reinas, señoras y Damas Enfermeras salieron ilesas de los archivos de la Cruz Roja zaragozana y del Archivo Central de Madrid. Este artículo es una primera aproximación a las muchísimas mujeres que salvaron vidas en esta institución. Carmen tiene recogido material para futuras publicaciones.

Forma parte de un equipo estable de investigadoras. Gloria Álvarez, Cristina Baselga, Concha Gaudó, Carmen Romeo e Inocencia Torres conforman el núcleo, que en cada trabajo se amplía con otras investigadoras, dependiendo de los temas que tratan.

Ellas, junto con Ana de Echave y Pilar Laura Mateo, fueron las autoras del primer material didáctico en formato digital, Acortando distancias. Un viaje hacia la voz, el trabajo y el voto de las mujeres (1998), Instituto Aragonés de la Mujer y Universidad de Zaragoza.

De un estudio sistemático de la presencia de la mujer en espacios urbanos, La Zaragoza de las mujeres, Callejero (2010), dirigido por Carmen y publicado por Ayuntamiento de Zaragoza. La segunda edición es de 2018.b

Juntas forman parte del equipo que elaboró los carteles de una exposición 100 Años de feminismo pacifista. Las Historia de WILPF (Women's International League for Peace and Freedom), (2015) . Y de Paseos por la Zaragoza de las mujeres (2010), un complemento al Callejero. Cristina Baselga, Concha Gaudó e Inocencia Torres se han especializado en recorrer España con la exposición de carteles. Y Concha en organizar paseos con grupos de mujeres por nuestra Zaragoza.

Carmen es la correctora y adaptadora del Manual de buenas prácticas. La perspectiva de género en la docencia universitaria, editado por Pilar de Luis Carnícer. Departamento de Economía y Dirección de Empresas de la Universidad de Zaragoza (2012) y correctora 10001 Amigas ingenieras, coordinado por María Villarroya Gaudó, Prensas Universitarias de Zaragoza (2021).

En octubre del año, 2021, colaboró en el número 2 de la revista, “Aragón es otra historia”, de la editorial PRAMES, con un largo artículo: Pilar Lana, la primera gran empresaria aragonesa. Este fue un logro, como otros muchos, en su afán por descubrir a las mujeres que nos abrieron caminos por los que otras pudiéramos transitar después.

Sobre esta empresaria ya había publicado un relato en el Heraldo de Aragón, y, en 2017, un artículo en Letras desde Mocade: En mayo de 2021, ayudó a centrar su figura en una exposición del Centro de Historias de Zaragoza, tal y como se reseña en el Heraldo de Aragón, 25/05/2021: Pilar Lana: la curiosa historia de la empresaria que introdujo la máquina de vapor en Zaragoza para hacer corsés. Este descubrimiento ha propiciado que otros investigadores sigan buscando más mujeres empresarias.


En todas sus publicaciones notamos un compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres, y una búsqueda sistemática de raíces, de modelos del pasado que nos sirvan de referentes para hoy y para el futuro. De hecho, casi todas sus protagonistas son mujeres y en su blog Letras desde Mocade,  ha rescatado más de cien biografías de maestras de toda España. Pateando muchos  pueblos de Aragón y husmeando en sus archivos municipales ha rescatado una larguísima lista de las primeras alcaldesas y concejalas españolas. A ella se debe el conocimiento de las primeras concejalas del Ayuntamiento de Zaragoza y de otros municipios aragoneses. Y siguiendo con esas horas metidas en los archivos de los pueblos también rescató a las 18 alcaldesas y a las 34 concejalas aragonesas de 1933, casi todas maestras. Y no digamos de las maestras. Para llegar a ellas siempre tenemos que acudir a las fuentes de Carmen.

Carmen Romeo es socia activa del SIEM (Seminario Interdisciplinar de la Universidad de Zaragoza) desde su fundación, en cuya revista Filanderas, publicó un artículo, La identidad femenina en la menopausia, en realidad un artículo comentario de El intenso calor de la luna, una novela de Gioconda Belli.

Desde 2011, año en que se refundó, es socia de WILPF (Women’s International League for Peace and Freedom). En 2015, en la Haya, participo en la reunión que celebraba el centenario de su nacimiento.

Su labor de profesora fue reconocida por Irene Vallejo en el acto de entrega del Premio a las Letras Aragonesas de 2023.

Me emociona iniciar estas palabras con un homenaje a mi maestra en el verbo y el adverbio. Quisiera, con este premio, expresar un agradecimiento vertebral a Carmen Romeo, mi profesora de Lengua y Literatura en el Instituto Goya de Zaragoza. Llegué a sus clases y, diría, a sus manos, sintiéndome inadaptada y torpe tras las experiencias del colegio. Me había acostumbrado lentamente, poco a poco, a esconderme. A parapetar mi pasión por escribir y por estudiar tras una armadura de reserva y timidez. Traía el corazón acorazado: había aprendido a las bravas que más valía esconderme que ser acosada.

Carmen, con sus clases vibrantes, con su palabra solar, con su inteligencia audaz, abrió pétalo a pétalo mi secreto. Me ofreció un ejemplo de mujer listísima, libre y satisfecha de saber, a la que yo al instante quise parecerme. No solo me enseñó gramática, semántica, sintaxis y comentario de texto. Nutrió mi osadía. Y me dio confianza en esa vocación de escritura que por entonces sentía en carne viva, porque así brota la sensibilidad en la adolescencia. Si un profesor los comprendió cuando ningún compañero lo hacía, si una profesora les cambió la vida, entenderán este homenaje y esta emoción. Carmen, te dedico este premio. (Irene Vallejo Moreu. Discurso pronunciado en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza el  31 de mayo de 2024).


Adjuntamos algunas de sus publicaciones que nos hablan de su compromiso con la investigación y la educación y que entendemos son : 

Publicaciones imprescindibles en una historia de las mujeres.


De las escuelas de El Frago2014. Ensayo. Libro en papel. Autora: Carmen Romeo Pemán. CSIC, Institución Fernando el Católico y Centro Cinco Villas, Zaragoza, 2014. 

La Zaragoza de las mujeres. 2016.

 Cien años tejiendo la paz. 2016

Pioneras en la Educación Secundaria en Aragón. 2017. Libro en papel Autoras; Piluca Fernández Llamas, Cristina Baselga Mantecón, Inocencia Torres Martínez y Concha Gaudó Gaudó.  

 Primeras Concejalas y Alcaldesas españolas. 2017.

 Primeras doctoras de Ciencias de España. Las tres alumnas de Zaragoza que rompieron el techo de cristal. 2017.

La Zaragoza de las mujeres. Callejero. 2018. Libro en papel. Segunda edición. Carmen Romeo (dir.)- Ayuntamiento de Zaragoza, 2018.

 Profesoras aragonesas en un callejero paritario. 2018

Las primeras mujeres de la Cruz Roja de Zaragoza: “Señoras de”. 2018.

A todas las maestras. A las 35 que pasaron por El Frago. 2018

Un Callejero con brecha de género. Segunda edición de La Zaragoza de las mujeres. 2018.

Pioneras en la Educación Secundaria en Aragón”. Carteles con biografías. En Papel. Autoras.  bConcha Gaudó (com.), Piluca Fernández Llamas, Inocencia Torres Martínez, Cristina Baselga Mantecón, Carmen Romeo Pemán y Gloria Álvarez Roche.. Y Rosario Gracia, diseñó y tratamiento de las fotografías. Pioneras en la Educación en Aragón (Exposición). Zaragoza. Instituto Goya, 2010.

 Paseos por la Zaragoza de las mujeres. 2019. Autoras. Álvarez Roche, Gloria; Baselga Mantecón, Cristina; Gaudó Gaudó, Concha; Romeo Pemán, Carmen; Torres Martínez, Inocencia; Verón Lassa, Aurora; Libro en Papel. Ayuntamiento de Zaragoza, 2019. 

 Gregoria Brun, la maestra de Concepción Gimeno. 2019.

 María Moliner en Zaragoza. 2019.

 Santa Isabel, el barrio con más calles de mujeres. 2019.

 Escuelas con nombres de maestras. 2019.

1933, Alcaldesas y concejalas en Zaragoza. 2019. 

Patrocinio Castanera y el colegio de señoritas de Huesca. 2019. 

Laurentina Frías. Una alcaldesa de la que todos se olvidaron. 2019.

Don Bruno y doña Angelita. Los maestros de nuestros padres. 2020.

Don Juan Lanzarote, maestro de Alagón.2020

Luces y sombras de mi estirpe materna.2020

Mujeres y más mujeres. Relato.2020



De la roca nacidas. 2021.  Libro en papel. Autora: Carmen Romeo Pemán. Acuarelas de María Aguirre Romeo. CSIC, Institución Fernando el Católico y Centro Cinco Villas, Zaragoza, 2021. 

Pilar Lana. La primera gran empresaria aragonesa. 2021 Artículo en papel. Pp. 5-11. En la revista Aragón es otra historia, revista nº 2 / octubre 2021. Ed. PRAMES.

El Frago, 1901. Por enseñar a las niñas. 2023.  Novela. En papel. Autora Carmen Romeo Pemán. Ed. COMUNITER, Zaragoza, 2024



Leer más...

jueves, 25 de mayo de 2023

Brenda Dervin catedrática de comunicación

 Brenda Dervin (EE.UU., 20 de noviembre de 1938-31 de diciembre de 2022 ) fue catedrática  de comunicación en la Ohio State University (EE.UU.) y una de los principales referentes femeninos del campo de la investigación en comunicación.

A lo largo de su carrera, ha impartido docencia en más de 4 universidades y ha participado en más de 30 comités editoriales. Ha publicado más de 80 artículos científicos y es autora, editora o coautora de cerca de 30 libros. Su contribución más reconocida a la disciplina es la teoría del “sense-making”. Esta teoría es una apuesta interdisciplinar que incluye elementos de la psicología, la sociología y la ciencia cognitiva para analizar cómo la gente da sentido a la interacción y a su entorno. La teoría del “sense-making” ha sido aplicada a diferentes ámbitos, como la comunicación en el ámbito de la salud, el estudio de la discapacidad auditiva, la investigación de las dinámicas comunicativas en entornos laborales o los estudios de género. El pensamiento de Dervin entra en comunicación directa con la teoría feminista, donde las aportaciones de la académica han sido utilizadas como método para la investigación en torno a la emancipación de la mujer o a la promoción de una sociedad igualitaria. Con respecto a su propia experiencia, Brenda Dervin ha denunciado haber sufrido una marginalización como mujer investigadora y ha planteado que el hecho de no haber tenido mentoras fue determinante para su carrera profesional y académica, que comenzó en un entorno altamente masculinizado, donde era una de las pocas estudiantes femeninas.

Dervin ha mostrado siempre un especial interés en la situación de las mujeres, los colectivos más desfavorecidos, los sectores vulnerables de la población o las minorías raciales y étnicas en la sociedad. Este interés por quienes han quedado al margen entronca con una producción científica muy ligada a la búsqueda de la igualdad social y a la apuesta por el pluralismo.

Brenda Dervin fue la primera mujer en presidir la International Communication Association (ICA). Durante su mandato, estuvo muy volcada en la construcción de puentes y en la apuesta por la interdisciplinariedad. Frente a las luchas de poder, su foco de interés estuvo puesto en el análisis íntegro, holístico e interdisciplinar de la comunicación. La ICA le otorgó el mayor reconocimiento de la disciplina: el Fellow. Además, ha sido premiada con el Productivity Award o el premio Steve H. Chaffeee Career de la propia ICA, y reconocida con un doctorado honoris causa por la Universidad de Helsinki.



Selección de publicaciones:


Dervin, B. (1987). The potential contribution of feminist scholarship to the field of communication. Journal of Communication, 37(4), 107–120. https://doi-org.colorado.idm.oclc.org/10.1111/j.1460-2466.1987.tb01011.x

Dervin, B. (1999). Chaos, order, and Sense-Making: a proposed theory for information design. En R. Jacobson (Ed.), Information design (pp. 35-57). MIT Press.

Dervin, B. et al. (2003). Sense-Making Methodology Reader: Selected Writings of Brenda Dervin. Hampton Press.

Dervin, B. (2005). The PHILCOM Division of the ICA as Seen From the Margins by a Formerly Fem-Us Rebellious Ragamuffin: A Personal Reflection. The Communication Review, 8(4), 415-419. https://doi.org/10.1080/10714420500297599

https://en.wikipedia.org/wiki/Brenda_Dervin

https://www.femicom.es/investigadoras/dervin-brenda/


Leer más...

domingo, 16 de octubre de 2022

Mary Daly filósofa feminista radical


Mary Daly (16 de octubre de 1928 – 3 de enero de 2010) fue una filósofa feminista radical, académica y teóloga estadounidense que dio clase en el Boston College, una institución jesuítica, durante 33 años. Daly accedió a abandonar el Boston College en 1999, tras violar las normas universitarias al no aceptar la presencia de estudiantes masculinos en sus clases de Women's Studies. Con todo, aceptaba darles clase separadamente de las chicas.

Antes de conseguir sus dos doctorados en teología sagrada y filosofía por la Universidad de Friburgo, Suiza, había obtenido un Bachelor of Arts en lengua inglesa por The College of Saint Rose, un Master of Arts en inglés por The Catholic University of America y un Doctorado en Religión por el Saint Mary's College de Indiana.

Daly dio clase en el Boston College entre 1967 y 1999, como profesora de cursos sobre teología, ética feminista y patriarcado.
Daly fue por primera vez amenazada con ser despedida cuando, después de la publicación de su primer libro, The Church and the Second Sex (1968), le hicieron un contrato terminal. Como consecuencia del apoyo recibido por los estudiantes (entonces todos hombres) y por el público en general, a Daly se le aseguró finalmente el puesto.
La oposición de Daly a admitir estudiantes masculinos en muchas de sus clases en el Boston College terminó también por provocar acciones disciplinarias contra ella. Aunque Daly se defendió diciendo que la presencia de esos estudiantes inhibía la discusión en clase, el Boston College consideró que su actitud constituía una violación del título IX de la ley federal que requería del College la seguridad de que ninguna persona podría ser excluida de un programa educativo por razones de sexo, y de la propia política de no discriminación de la Universidad que insistía en que todos los cursos debían estar abiertos tanto a estudiantes masculinos como femeninos.



MARY DALY: AMAZONA - PIRATA EN CONTRA DEL PATRIARCADO

Mary Daly, filósofa y teóloga, ha desafiado y contestado, en su trayectoria de lesbiana feminista radical, a la religión organizada y la "academencia" universitaria. Nacida el 16 de octubre de 1928 de una familia católica irlandesa en Schenectady, New  York, ha frecuentado escuelas católicas dedicándose al estudio  de la religión y de la filosofía. Luego de haber conseguido dos títulos de Inglés en el College of Saint Rose y en la Catholic  University of America, y haberse recibido en religión en el St. Mary's College en Indiana, intentó especializarse en teología; pero descubrió que ningún curso universitario americano de esta materia admitía mujeres. Estudió en Suiza, en la universidad de Friburgo, donde obtuvo dos doctorados en teología católica y en filosofía. En 1966 volvió a los Estados Unidos y empezó a enseñar como asistente en el Boston College, manejado por Jesuitas, se quedó en esta universidad hasta 1999.
Luego de haber publicado dos ensayos bastante tradicionales sobre argumentos teológicos y filosóficos, Mary pasò al ataque en "La iglesia y el segundo sexo" (1968), en el que denunció  la misoginia y el sexismo de la tradición cristiana, provocando una inmediata reacción negativa de la administración del College: le fue notificado que no sería reconfirmada en su puesto. Sus alumnos - todos hombres en esa época -  protestaron, empujando al College no sólo a reasumirla, sino que también a asignarle un puesto de "associate professor"  con cátedra en ética feminista. Daly formó "women's  studies", mientras que en comparación con las mujeres del movimiento de liberación sus ideas evolucionaban y se radicalizaban. En el ensayo "Beyond God the Father: Toward a Philosophy  of Women's Liberation ("Más alla del Dios Padre: hacia una filosofía de la liberación femenina",  1973), identificó en las religiones patriarcales las bases de la opresión de las mujeres.
En 1978 publicó "Gyn/Ecology:  The Metaethics of Radical Feminism", en el que además de la denuncia de la misoginia y la creación del término "genocidio"  se presentaba la necesidad de un nuevo lenguaje para expresar la realidad de las mujeres y para desencuadrar los represivos y necrófilos conceptos patriarcales.  Esta idea, se ve realizada en la escritura de Mary, creativa, lúdica e innovativa, y sobretodo en el ensayo sucesivo "Pure  Lust: Elemental Feminist Philosophy" (1984), y es llevada al extremo en su "Websters' First New Intergalactic  Wickedary of the English Language", escrito "en conspiración"  con Jane Caputi en 1987. Anticipatorio ejemplo de "hipertesto",  el "Wickedary" empuja a las lectoras a participar activamente en la revolución de las palabras.  

Lesbiana declarada desde los primeros años Setenta, Daly nunca consideró su lesbianismo como una simple "identidad",  "orientación" o "preferencia" sexual, sino como un instrumento de redefinición global del universo,  como cuenta en su autobiografía "Outercourse: The  Be-Dazzling Voyage" (1992). Separatista, en su universidad dictó cursos sólo para mujeres y cursos sólo para hombres, afirmando que en las clases mixtas incluso la presencia de un sólo hombre hubiese cambiado la dinámica de la enseñanza, impidiendo a las mujeres a explorar nuevas ideas. En 1998, dos estudiantes apoyados por la organización de derecha CIR hicieron presión sobre el Boston College para inscribirse en uno de sus "women's studies", con la amenaza de iniciar un proceso por discriminación, y el College le pidió a Daly que abriera sus cursos para sólo mujeres a los hombres, sino sería despedida. 
Daly a su vez hizo causa a los jesuitas por ruptura de  contrato, y en el 2001 la cuestión fue resuelta con un acuerdo que a Daly le reconocía una indemnización, pero la obligaba a renunciar. Ella comentó en una intrevista : "Están tratando de matarme. Es obvio: me sacaron por la puerta trasera, me sacaron mi sustento, estoy al borde de la pobreza. Me ofrecieron este pésimo pequeno acuerdo jubilatorio, yo rechazé, y ellos mintieron diciendo que me había jubilado. Todo este escenario es parecido a una de las más desagradables escenas de violación, es como una violación grupal.
Ya jubilada, Mary continuó  participando de conferencias y encuentros,  escribiendo y  publicando artículos y ensayos, entre ellos "Quintessence:  Realizing the Outrageous Courage of Women. A Radical Elemental  Feminist Manifesto" (1998) en castellano "Quintaesencia"), en el límite entre análisis político y ciencia ficción, y "Amazon  Grace: Re-Calling the Courage to Sin Big" (2006). En este su último esfuerzo, la amazona Mary nos incita a cultivar el "coraje de pecar a lo grande", conscientes del hecho de que "para una mujer encerrada en el patriarcado, que es la religión de todo el planeta, 'ser' en el sentido más completo significa 'pecar' ".
Murió el 3 de enero de 2010 en el geriátrico Wachusett Manor en Gardner, en Massachusetts; pero todavía vive en nuestros corazones y lucha junto con nosotras. 
Rosanna Fiocchetto

« Una mujer que pide la paridad en la Iglesia podría ser comparada a un negro que pide la paridad en el Ku Klux Klan »
(Mary Daly, La Iglesia y el segundo sexo, prefacio de la 2^ edición, 1975)


Pirata de los años noventa - El viaje de una filósofa feminista radical.
Mary Daly como invitada en la primera Semana Lesbiana en 1991 en Bologna.
Mary Daly fue invitada a Italia por primera vez por la Coordinadora Nacional para la Semana Lesbiana y por el Centro de Documentación de las Mujeres de Boloña en ocasión a la Primera Semana Lesbiana, desde el 1° al 5 de mayo de 1991 en Boloña. El encuentro se desarrolló en el Palazzo Dei Notai (sala Dei  Notai, en pleno centro de Boloña, centro de elaboraciones y encuentros feministas, lugar histórico y simbólico de las mujeres, desalojado por la Junta Cofferati) en una sala llena de mujeres.

A continuación extractos de su relación publicada en las actas de la primera semana lesbiana "Un lugar para nosotras (impreso por la autora en 1992).
[...] Mi discurso de hoy es una invitación a todas nosotras a hacer un viaje hacia otro mundo, un viaje metapatriarcal de exorcismo y extasis. Es un viaje hacia nuestra tierra de origen porque como mujeres salvajes y como lesbianas nosotras somos otra cosa. Virginia Woolf escribió que como mujer mi país es el mundo entero, pero actualmente todo el mundo sufre bajo los colmillos del dominio patriarcal y entonces sólo en otras dimensiones nuestro país podrá ser todo el mundo.

[...]  Ahora me gustaría explicar lo que quiero decir cuando digo que mi posición es la de una feminista radical. Sugiero cuatro criterios para definir y juzgar la correspondencia a la definición de feminista radical.

1° Cuando digo que soy una feminista radical quiero decir que tengo un sentido estático de alteridad y completa diferencia con los valores patriarcales.

2° Cuando digo que soy una feminista radical quiero decir que tengo que ser absolutamente consciente de las sanciones de esta sadosociedad en contra de las feministas radicales. Pero entendí que, aunque fuese una feminista mediocre, me van a castigar de la misma manera que si fuese una feminista radical entonces decidí recorrer todo el camino: el castigo será el mismo.

3° Si soy una feminista radical, significa que tengo una capacidad de rebelión moral, interna, en contra de todas las ofensas a las mujeres en cuanto mujeres, independientemente de las diferencias de raza, clase, etc.

4° Ser feminista radical significa  constancia, dedicación, significa dedicarse a la causa de las mujeres también cuando el feminismo está en contracorriente, no está más de moda o no es popular. Yo soy una lesbiana radical y cuando digo que soy una lesbiana quiero decir una mujer que ama a las mujeres y que ha quebrado el terrible tabù que pesa sobre las mujeres que tocan a las otras mujeres en todos los niveles. [...]  Entonces si mantenemos las dos cosas juntas, feminismo radical y lesbianismo, pienso que somos realmente unos verdaderos volcanes, pienso que descubrimos el fuego. Rememorando (en el sentido de recordar, reconstruir los miembros del recuerdo del pasado), rememorando mi pasado de teóloga y filósofa, feminista y pirata, mi viaje, soy intensamente consciente de la lucha por mantenerme en mi curso, en mi verdadero curso, en mi verdadera ruta.
[...] A diferencia de los puros instantes, los Momentos son significativos, importantes y tienen empuje , ímpetu;  tienen el poder de lanzarnos, de empujarnos a viajes intergalácticos. Los Momentos son actos de esperanza, de fe, son impulsos biófilos; son ontológicamente y políticamente significativos porque suceden, se vuelven realidad cuando una mujer habla y actúa con coraje. Su hablar y actuar pide respuestas al mundo alrededor suyo, a su vez, la desafían a responder y de esta manera es que va más allá de los límites de la avanscena.
[...] De la mano del disgusto va la virtud de tomar el pelo, de ridiculizar abiertamente. Esta es la virtud vital de las mujeres burlonas; es nuestra costumbre de hacer pedazos las hipocresías, casas de espejos de los jerarcas, desactivando así el poder que tienen de engañar a las/os demás.

Traducción para RIMA Valeria Donatto
Homenaje a Mary Daly filósofa, teóloga, lesbiana y feminista radical, fallecida el 3 de enero de 2010.
de Rosanna Fiocchetto y Luki Massa
Publicado por Fuoricampo Lesbian Group el 12.01.2009
http://www.fuoricampo.net/marydaly/index.html
http://www.jesusjazzbuddhism.org/stand-up.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Mary_Daly
http://es.wikipedia.org/wiki/Mary_Daly
http://www.mujeresyteologia.com/anuncios/page/5/
http://www.insurrectasypunto.org/index.php?option=com_content&view=article&id=3261:homenaje-a-mary-daly-con-algunos-extractos&catid=3:notas&Itemid=3
http://www.universitadelledonne.it/quint.htm
http://www.universitadelledonne.it/quintess5.htm
http://www.universitadelledonne.it/marydisp.htm
http://www.amazon.es/Libros-Mary-Daly/s?ie=UTF8&page=1&rh=n%3A599364031%2Cp_27%3AMary%20Daly
Leer más...

domingo, 19 de septiembre de 2021

Diana Maffía comprometida feminista argentina



Diana Helena Maffía (Buenos Aires, 19 de septiembre de 1953) Doctora en filosofía (UBA). Docente de grado y posgrado en UBA y Universidades nacionales e internacionales. Investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (UBA). Fundadora de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (1994 al presente) y de la Asociación Argentina de Mujeres en Filosofía (1987-1991). Dirigió proyectos de investigación, tesis de doctorado y maestría. Publicó varios libros y es autora de numerosos artículos. Se desempeñó como Defensora Adjunta del Pueblo (1998-2003) y como Diputada, ambas en CABA (2007-2011), siendo distinguida cada año con el premio “El Parlamentario” por su labor legislativa. Desde 2012 dirige el Observatorio de Género en la Justicia dependiente del Consejo de la Magistratura de CABA. Entre otros premios y menciones se destaca el Premio Dignidad, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (2001) y Medalla del Bicentenario del Gobierno de la Ciudad (2010).

 Nos encanta como ella misma se presenta en su página

Diana Helena Maffía

Nací en la Ciudad de Buenos Aires el 19 de septiembre de 1953. Mi papá (Coco) le pidió a la obstetra (Ana Galimberti) que tratara de postergar dos días el parto de mi mamá (Tuka) para que yo naciera justo el día de la primavera. Pero no lo consiguió. Y así la perfección se tornó para siempre algo visible pero no alcanzable. O para verlo de modo positivo, el mundo de la vida se impuso al mundo de las ideas perfectas.

Me pusieron de nombre Diana Helena, lo cual expresaba el común amor de mis padres por la cultura greco-romana, pero con ideales contradictorios en cuanto al modelo de mujer que se esperaba que encarnara (pensemos que a Diana la llamaban “la casta” y a Helena “la de los cinco maridos”).

Fui la segunda de cuatro hermanos, con un hermano mayor (Edgardo) y dos hermanas menores (Iris y Mónica), todos muy seguidos y con una madre muy joven. Tener un hermano varón mayor me creó la ficción de que la niñez consistía en trepar árboles, saltar alambrados y cazar renacuajos en las zanjas los días de lluvia en General Rodríguez (el pueblo de mi papá donde pasábamos el mejor tiempo, y que llevo muy dentro del corazón).

Tardé muchos años en percibir los motivos por los que comenzaba a haber diferencias entre Edgardo y yo, ya entrada la adolescencia, que se expresaban en que él podía hacer cosas que yo no podía (nunca a la inversa). Tenía que ver con mi sexualidad. No sólo con mi sexo como una cualidad, sino también con la sexualidad como ejercicio: el sustantivo y el verbo eran peligrosos.

Siempre me gustó el arte (la escritura, la música, la pintura). Probé todo, pero nunca tuve talento y constancia para ello. Mis hermanas Iris y Mónica son artistas y eso me consuela. A la hora de elegir carrera siempre oscilé entre las humanidades y las ciencias (en la secundaria, bachillerato en letras o en ciencias; en la universidad, filosofía o medicina), y me instalé en las humanidades mirando hacia las ciencias.

Del jardín de infantes tengo pocos recuerdos. Creo que era de monjas, a la entrada un muñequito negro extendía su mano “para las misiones en Africa”, y cuando ponía una moneda y caía en un cajoncito, él movía la cabeza agradeciendo (gasté fortunas allí, en esa especie de primitiva máquina tragamonedas). Un 9 de julio nos repartieron chupetines de dulce de leche con la indicación de que no los abriéramos hasta después de arriar la bandera, pero varios no resistieron esa prueba de temperancia y autocontrol a los cuatro años, y la maestra nos quitó los chupetines a todos y sólo los volvió a repartir después del arrío. Aunque yo no había abierto el mío, me dio uno chupado. Allí comprendí que la Patria no paga la obediencia.

Los tres primeros años de la primaria los hice en el Colegio de la Merced. En los actos me ponían siempre por dos dudosas cualidades: tenía mucha memoria y era algo desfachatada. Me hacían hacer de angelito o de virgen, porque tenía los ojos azules (que como todo el mundo sabe, son más agradables a Dios). Los disfraces, hermosos, me los hacía mi tía Nena que se había pasado la juventud en un internado de monjas y tenía manos de hada. También me hizo el vestido de la Primera Comunión, que parecía de novia liliputiense con sus tules y enaguas de miriñaque.

Tomé la comunión a los cinco años, para ahorrar esfuerzo, ya que mi hermano de siete debía ir a catecismo y así podían llevarnos y traernos a los dos juntos (pensemos que para entonces ya éramos cuatro hijos para administrar). Del catecismo no entendía nada. Un gran misterio teológico para mí era qué quería decir “cebida”, cuando decían de la Virgen “sin-pecado con-cebida”.

Me dormía indefectiblemente en las clases de catequesis; y el bueno de Monseñor Tato (que mucho después me enteré, había sido expulsado por el peronismo por sus homilías contestatarias) me llevaba a upa hasta la salida. Cuando a él lo mandaron como Obispo a Santiago del Estero, yo le envié un gran dibujo de cordero con algodón pegado que me habían enseñado a hacer en la escuela. Era un sobre gordo, sucio y pegoteado. Pero supongo que debe haberlo conmovido porque nos escribimos y vimos luego hasta el mismo año de su muerte, en 1980.

A los siete años no quise saber nada más de monjas. Las mercedarias fueron para mí, por mucho tiempo, el estereotipo de la vivencia de la religión como castigo, sufrimiento y severidad. Su avidez económica cuando decidieron cambiar el delantal por un uniforme se puso de manifiesto con crueldad. Organizaron una excursión para la escuela, pero las alumnas que por falta de dinero todavía concurríamos con delantal blanco, debíamos quedarnos en la escuela porque “desentonábamos”. Mi mamá, furiosa e impotente, les pidió el modelo de uniforme para coserlo ella, pero las monjas le dijeron que había que comprarlo en la escuela –por supuesto, carísimo-. Le pedí a mi mamá no ir más, y todavía siento asco retroactivo por las monjas mercedarias. La humillación que recibí no está incluida en el Jubileo del 2000.

Completé mi primaria en la escuela Nicolás Avellaneda de la calle Talcahuano, donde la Directora nos decía “vosotros, educandos, debeis…” y el himno comenzaba con la frase “¡Oh pálida vislumbre…!”, que tardé años en comprender. Yo era escolta de la bandera, y en lo personal eran épocas muy infelices. De los ocho a los doce años mis pensamientos eran tristes, y no sabía expresarlos. Hoy sé que tenía preocupaciones metafísicas, que tenían que ver sobre todo con el infinito y la muerte, y con la inaccesibilidad de las otras mentes, pero entonces sólo me sentía extraña a casi todas las personas que conocía.

Cuando tenía doce años nos mudamos, comencé la secundaria en el Normal 1 de la calle Córdoba y comenzó la dictadura de Onganía. Pero lo que no te mata te fortalece. La secundaria era un lugar mezcla de persecución y descontrol. La persecución la aportaba el espíritu fascista de la mayoría de los profesores y profesoras, y el descontrol su incapacidad para detectar que algo estaba cambiando definitivamente en las mentes jóvenes. La única excepción a esta regla era Pilar Tadei, nuestra muy joven profesora de literatura española, que por supuesto terminó echada de la escuela. Somos amigas desde entonces y fue mi inspiración para dedicarme a la docencia como una militancia, un camino que produjera cambios difíciles de revertir. En el Normal 1 hice mis primeras amigas (algunas las conservo) y los primeros grupos de la adolescencia. Sin embargo me costaba integrarme con naturalidad –quienes me conocen saben que todavía me cuesta-. Siempre sentía que los demás compartían un código que yo no conocía y tenía que descifrar.

Leía muchísimo, escuchaba música, me gustaba el movimiento hippie por aspectos a los que todavía adhiero: el pacifismo, el rechazo por la sociedad de consumo, la celebración de la singularidad y la creatividad, el contacto con la naturaleza, la curiosidad por el pensamiento oriental, la celebración de los sentidos, la confianza en la capacidad transformadora de los individuos, el trabajo sobre la conciencia. Por supuesto hacía artesanías y me pasaba los fines de semana en Plaza Francia, donde dos por tres caía la policía y había corridas. Escribía mucha poesía, hacía teatro, estudiaba guitarra. Una época de “paz y amor”, aunque no me drogaba porque tenía una inclinación natural al delirio que lo hacía innecesario.

En 1971, a los 17 años, comencé la carrera de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, y entonces me encontré con gente y problemas más afines. Lo mío no era sólo neurosis, era vocación. Diría que la carrera tuvo varias etapas: el final de Lanusse, con la levadura de ideas de la resistencia política, y el control policial de la dictadura, en la calle Independencia. La mudanza a las ruinas del viejo Hospital de Clínicas (luego demolido totalmente salvo la capilla, donde hoy se encuentra la Plaza Houssay) durante la “primavera peronista”, en que nos hacían estudiar todos los textos de Perón y comparar su filosofía de la historia con los clásicos europeos. Allí participé de la “Comisión de Prensa”, una cooperativa estudiantil en la que vi en vivo y en directo partirse la juventud peronista (de la que yo no formaba parte, porque como siempre desubicada me había parecido un genio Juan Bautista Alberdi) en “tendencia” y “lealtad”, corrí en balaceras y cadenazos, y constaté que las intervenciones policiales terminaban sistemáticamente en robos (en la cooperativa, los libros y los mimeógrafos; en la Facultad, los vitrales de la capilla que todavía hay en la plaza, claro que con vitrales nuevos). No participaba de las movilizaciones masivas, y eso me hacía blanco hostil para mis compañeros.

La nube negra del ´75 (llena de desapariciones, persecuciones, amenazas y muertes) terminó en el cierre de la UBA, no sin darme oportunidad de ver cómo el cura Sanchez Abelenda iba a clase armado y borracho, y cómo Hermes Puyau era a la vez director del Departamento de Filosofía, del Instituto de Investigaciones Filosóficas, y titular de cinco materias. Cuando se reabrió la Facultad ya estábamos en el genocidio galopante de la dictadura de Videla. La carrera era la paz de los sepulcros, y para estudiar alcanzaba la letra “H” de la enciclopedia: Hegel, Husserl, Heidegger eran casi los únicos autores estudiados, un profesor muy festivo agregó Hartmann, pero fuera de Alemania te comían los monstruos marinos.

Supongo que me recibí por inercia y hartazgo, pero tuve la fortuna de encontrar amparo en una institución a la que llegué casi por azar y me quedé por necesidad: la Sociedad Argentina de Análisis Filosófico (SADAF). Allí estudié filosofía de verdad, los autores y problemas que me fascinaban, aprendí a discutir y argumentar fuertemente y a disciplinar el espíritu crítico. La gente que dirigía la institución (Eduardo Rabossi, Gregorio Klimovsky, Thomás Moro Simpson, Raúl Orayen, Genaro Carrió, Carlos Nino, Felix Schuster, Martín Farrell, Eugenio Bulygin, Carlos Alchourron) era extraordinariamente generosa en lo intelectual, y esa influencia fue vital para aprender e investigar en el oscuro período de la dictadura. Allí, en el seminario de filosofía política y en el de derechos humanos, tuve oportunidad de reflexionar filosóficamente sobre el horror y encontrar herramientas intelectuales para pensar en alternativas.


En SADAF, además, se intensificó mi relación con Alberto Moretti: se hizo afinidad intelectual, vivencia amorosa, atracción erótica, responsabilidad ética, visión poética del mundo y otras cosas que seguimos construyendo juntos. Con Alberto nos fuimos casando hacia fines de los ´80. El vio cambiar muchas pieles de mi naturaleza de serpiente, y acompañó todas las mutaciones (algunas escandalosas) que todavía ciñen sobre mí su sombra de posibilidades. Tenemos dos hijos : Celeste, nacida en 1984, y Juan, nacido en 1988. Es lindo y raro ver la mezcla física y espiritual de nosotros en nuestros hijos, y también ver paulatinamente cómo surge su propia naturaleza independiente y expresan una personalidad creativa, inteligente y alegre. La escolaridad de Celeste y Juan desde el comienzo fue un suplicio (lo sigue siendo), porque nuestra sensación era que lejos de aprender, en la escuela olvidaban lo que sabían. No es que las escuelas hayan mejorado con el tiempo, pero nuestras expectativas son ahora bastante más realistas y menos dramáticas.



Indirectamente le debo a Sadaf, también, mi amistad con Marcela Rodríguez. Ella trabajaba desde muy joven con Carlos Nino, en el Consejo para la Consolidación de la Democracia. El era mi director en una investigación sobre problemas filosóficos de la acción humana, y a veces lo veía allí. Era a mediados de los ´80, y desde entonces construimos con Marcela una relación muy fuerte y para mí de una incondicional confianza. Compartimos la rara joya de tener profundas convicciones éticas y solidarias siendo absolutamente agnósticas. Y un sentido del humor a toda prueba, un modo juguetón de encarar la vida, que si no fuera por el resto de nuestros vicios debería asegurarnos ser muy longevas.

Otra de las deudas que tengo con Sadaf es haber estrechado vínculos con Clara Kuschnir. Por la lista inicial que di de la institución se verá que era una especie de “Club de Toby”. No es que “no aceptaran niñas” (como en La Pequeña Lulú), pero éramos muy pocas las valientes. Como ya expliqué, yo traía una confusión desde la infancia y creía que argumentar era una capacidad sin distinción sexual. Clara, por su parte, era una militante feminista radical. Su influencia me comprometió fuertemente con el movimiento de mujeres, y además juntas emprendimos muchas actividades creativas cuyos frutos hoy son visibles.

A fines de los ´80 organizamos entre varias mujeres académicas una asociación de mujeres en filosofía, alentadas por María Cristina Lugones (una argentina residente en Estados Unidos). Clara y yo pusimos mucha energía allí, e incluso organizamos un congreso internacional de filosofía feminista en 1989, pero terminamos expulsadas de la asociación con mentiras y malas artes que prefiero no recordar. Nos llevamos nuestra energía a otra parte, y de 1990 a 1994 organizamos cinco encuentros interdisciplinarios de estudios de género en el Museo Roca (donde su directora María Inés Rodríguez dio muestras de generosidad y solidaridad enormes). En esos encuentros, estudiosas de todo el país discutíamos nuestras investigaciones. No había entonces otro encuentro semejante, y lo esperábamos con entusiasmo. Sólo los suspendimos cuando aparecieron otras actividades y comenzaron a institucionalizarse los espacios académicos de estudios de la mujer en las universidades.

Quizás lo más importante de los Encuentros Interdisciplinarios de Estudios de Género del Museo Roca, sea la extraordinaria cantidad de vínculos que surgieron entre mujeres de todo el país, estudiosas obcecadas de estudios que no tenían todavía reconocimiento académico formal, y hoy sostienen programas en sus respectivas provincias y universidades. Mis entrañables amigas Maruja Palacios y Violeta Carrique, de Salta, los inefables Hilda Habychain y Héctor Bonaparte, de Rosario (con quienes colaboro en su Maestría de Estudios de Género desde la primer promoción); la inclasificable y querida Liliana Louys, de Jujuy; la admirable Esther Jaraz, de Chaco; la comprometida y talentosa Diana Cordi, de Río Negro, y muchas otras con quienes aportamos los ladrillos del trabajo cotidiano y sostenido desde hace muchos años en el difícil ámbito de las Universidades Nacionales.

En el Congreso de Filosofía Feminista conocí a Lea Fletcher, otra mujer que tiene mucha influencia sobre mí (con lo que puede ir generalizándose que mis influencias son a la vez intelectuales y afectivas, o nada). Ella ya dirigía la revista Feminaria, que yo leía, y cada vez nos hicimos más amigas. Incluso tengo el honor de participar en el comité editorial de Feminaria, y poder soñar con Lea muchos proyectos que veremos materializarse lentamente pero planeamos con entusiasmo adolescente. Cuando nos juntamos con nuestros maridos, José Luis Mangieri (que para mí es un procer viviente) y yo nos hablamos todo, y ella y Alberto fortalecen su complicidad mientras nos miran con condescendencia como quien ve retozar a dos infantes. Con Lea fuimos al Encuentro Feminista de Chile en 1996, y por suerte estábamos juntas porque de otro modo hubiéramos muerto de tristeza y desesperación. Todo nos resultaba sórdido y mezquino, pero nos pudimos tomar nuestros recreos. Nuestras opiniones están volcadas en un diálogo en Feminaria.

Otra actividad importante que compartíamos con Clara era la capacitación política para mujeres. Cuando se legalizó la ley de cuotas armamos un programa muy ambicioso que duró un año, al que asistió un grupo fantástico de mujeres que luego he visto en muchos cargos políticos, y del que quedó un libro editado en Feminaria. También viajamos juntas a China en el ´95 para el encuentro de Beijing (¿alguien más que nosotras se pagó su propio viaje?) y nuestros diálogos entonces son para mí tan valiosos como el encuentro mismo. Cuando Clara, que es periodista, comenzó a trabajar intensamente en la revista Luna, y yo fui nombrada Defensora del Pueblo Adjunta, nuestros proyectos conjuntos se suspendieron, pero la verdad que la extraño.
En ese Programa de Capacitación Política para Mujeres desempeñó un papel muy importante Patricia Gomez, una joven politóloga a quien había conocido en los Encuentros Interdisciplinarios de Estudios de Género. La relación con Patricia también fue desde entonces muy estrecha, en trabajo, afecto y militancia feminista. Años después me alentaría a tomar el desafío de la Defensoría del Pueblo, y sería mi fuerte sostén allí el primer año. No le perdonaría nunca haberse ido a vivir a Barcelona en la mitad de todos los proyectos si no fuera por la poderosa sinrazón del amor. Nos mantenemos vinculadas por el gran invento del correo electrónico y por el viejo truco del pensamiento a la distancia.

De los encuentros interdisciplinarios de estudios de género, surgió un vínculo muy especial con una marplatense, Gloria Galé. Ella era muy tímida y me invitó a Mar del Plata donde tenían un grupo de mujeres (en realidad dos: el Centro de Apoyo a la Mujer Maltratada que era pionero en atención de violencia, y otro más de investigación y reflexión que funcionaba en la biblioteca de Naciones Unidas) y pensaron que yo podía colaborar en capacitación. Viajé muchas veces, compartimos miles de cosas, aprendí con ellas, mi relación con Goga se hizo entrañable, y un accidente que tuve a fin de enero de 2001 que me impidió caminar seis meses, junto a su imprevista e irreparable muerte dos meses después, me dejaron una herida abierta, un diálogo pendiente. No volví a Mar del Plata desde entonces, donde dejé tantas y tan profundas amigas, pero está en mi corazón continuar ese diálogo amoroso. Lo necesito.

A mediados de los ´90, preocupada por el modo de transmitir concientización en derechos humanos de un modo no solemne, en uno de los tantos veranos en que no nos íbamos de vacaciones (pensemos en un matrimonio de filósofos…), vi un aviso en Página 12 sobre un taller en Guionarte, una escuela de guion y creatividad. Fui a una charla introductoria y allí conocí a Michelina Oviedo y Hernán Invernizzi. Ambos fueron mis profesores, luego me estimularon a profundizar en un taller cuatrimestral los rudimentos vistos, y luego a hacer la carrera de guion que duraba dos años. Yo no tenía plata, y me becaron y apoyaron generosamente. Hice un corto como trabajo de realización final, en el que aceptó trabajar Ana María Giunta, y también colaboré con Miche y Hernán en un proyecto alucinante que era un noticiero ubicado 150 años en el futuro, donde pusimos a prueba una intuición adivinatoria que todavía hoy nos da miedo. Ser guionista egresada de Guionarte es un título que aprecio mucho.

En 1994, cuando se hizo en Mar del Plata el preparatorio de Beijing, participé en un taller de mujeres y ciencia. Allí conocí a Silvia Kochen, y luego en Buenos Aires a Ana Franchi, y armamos la RAGCyT (Red Argentina de Género, Ciencia y Filosofía). Tenemos una enorme afinidad y por suerte nos complementamos mucho, no tanto en nuestras virtudes como en nuestros defectos. De todos modos trabajamos intensamente y con convicción militante en la situación de las mujeres en ciencia y tecnología, en nuestro país y en América Latina. Con Ana y Silvia armamos en II Congreso Internacional de mujeres, ciencia y tecnología en 1998, que fue verdaderamente extraordiario, del que quedaron unas actas y unos videos filmados. Hicimos muchas jornadas y varios trabajos de investigación, algunos premiados. Tenemos un modo cooperativo de trabajo que sólo se resiente por la falta de tiempo, pero que nos dio muchos resultados. Lo llamamos “modelo buzo”, pero en esta oportunidad no me voy a explayar sobre los motivos.

Precisamente para hablar de mujeres y ciencia, el 8 de marzo de 1998 concurrí a la recién estrenada Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (ciudad que acababa de hacerse autónoma) porque las legisladoras de la Comisión de la Mujer habían invitado a 60 mujeres a ocupar las bancas simbólicamente para discutir la situación de las mujeres porteñas. Me enteré luego que por esa época estaban discutiendo la ley de la Defensoría del Pueblo. Un día me llama la entrañable Dora Barrancos (a quien yo conocía de eventos académicos pero entonces estaba iniciando su brillante período como diputada) para decirme que hablando con María Elena Nadeo y Gabriela González Gass sobre perfiles femeninos para esa institución, pensaron que era buena idea que yo me presentara al concurso que se abría poco después. A mi me pareció una idea absolutamente loca, y además estaba terminando mi tesis de doctorado y necesitaba el tiempo completo. Me dijo que pensaron en Eva Giberti, pero ella no aceptó, y que yo tenía una obligación de responsabilidad intelectual. Ese argumento me demolió.


Dora Barrancos es un alma bella, y no me alcanzará la vida para agradecerle haberme animado a esta experiencia que nunca habría buscado por mí misma. Me presenté apoyada por la Librería de Mujeres (Carola Caride y Piera Oria), la UMA (María Inés Brassesco) y la Asociación de Mujeres Jóvenes (Patricia Gomez). Aunque no abogué personalmente por el cargo, y aunque la competencia fue muy dura y no siempre leal, finalmente y para mi sorpresa me comunicaron que sería nombrada en una sesión especial. Y así fue. El cargo suponía compromiso político pero no partidario, y en mi adjuntía capacidad en derechos humanos y equidad de género. Sigue siendo un desafío, y una fuente extraordinaria de ejercicio de transferencia de todo lo que sé y puedo en beneficio del fortalecimiento y la construcción de ciudadanía, sobre todo de los sujetos más vulnerabilizados. Y vamos armando con mis compañeras y compañeros de la Adjuntía en Derechos Humanos un equipo de trabajo diverso y comprometido con el que sé que la historia va a continuar por otros caminos en los próximos años.

Hay también muchas mujeres y hombres que viven en otros países y han influido fuertemente en mi pensamiento y mi trabajo. Quise nombrar aquí sobre todo a aquellos con quienes podemos tropezarnos todos los días, y forman mi fuerza de acción y también una reserva de compromiso y solidaridad para todos nosotros, en esos inevitables momentos en que pensamos “¿quién me mandó meterme en esto?”.
Como se puede ver, probé muchos caminos y los dejé todos abiertos. Cuando era adolescente tenía una especie de urgencia existencial, creía que tenía que hacer todo a la vez, como si el tiempo me acechara. Pensé que era el presentimiento de quien va a morir joven. Hoy que tengo 48 años soy mas racional: creo que como soy serpiente y está en mi naturaleza no reencarnar, debo cerrar mi karma en esta vida. Por eso no quiero dejar nada pendiente. Ni siquiera esta biografía.

Buenos Aires, 2001

 Su compromiso con un mundo más justo e igualitario  la tienen continuamente ocupada y describir su labor es tarea imposible . 
Conoci su trabajo desde RIMA y conté con su ayuda y asesoracmiento hace ya ocho años y observo que su labor no se para sino que crece , Es un absoluto referente de feminista de Argentina, un pais en el que abunan mujeres con dicho compromiso. 

 

Dianan Maffia ha desempeñado diversos cargos públicos:

1998 a 2003: Defensora Adjunta del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, en el área de Derechos Humanos y Equidad de Género. Trabajó allí por los derechos de las mujeres, niños, niñas y adolescentes, minorías sexuales, personas en situación de prostitución.
2004-2008: Directora académica del Instituto de Formación Cultural y Política Hannah Arendt.
2007-2011: Legisladora en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por el partido Coalición Cívica/ARI.1​ Presidió la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud, y también formó parte de las de Cultura; Salud, y Seguimientos de Organismos de Control.
2012-2014 Miembro del Consejo Académico del Centro de Formación Judicial, del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires.
2012-actualidad Directora del Observatorio de Género en la Justicia, del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires.
Docente de Gnoseología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Docente de Epistemología Feminista (en la maestría de Estudios de Género), en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad de Rosario.
Investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (de la Universidad de Buenos Aires).
Presidenta de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud, de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Directora de la investigación «Control, defensa y promoción de los derechos sexuales y reproductivos», financiada por la Fundación Ford.
La legisladora por la Coalición Cívica, Diana Maffía, presentó un proyecto de ley que crea un plan para promover los derechos humanos de aquellas personas en situación de prostitución, en el ámbito de la Subsecretaria de Derechos Humanos del Gobierno de la Ciudad.

La posición de Maffía es crítica tanto el accionar del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri como el del gobierno nacional dirigido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El 26 de mayo de 2012 participó en el encuentro «WikiGénero (visibilizando las brechas de género en Wikipedia)», que se llevó a cabo en el Centro Cultural Ricardo Rojas en Buenos Aires.

Se desempeña como directora académica del Instituto Hannah Arendt. Maffía tiene a su cargo la clase «Conocimiento científico, práctico, místico, estético», y otra denominada «Los modos del contrato social».

Diana Maffía ha declarado en distintas oportunidades que es agnóstica.

El Premio Raquel Liberman, otorgado por la legislatura porteña como reconocimiento a quienes luchan por frenar la violencia de género, ha sido una iniciativa suya.

Maffía defiende la despenalización del aborto.,​ ha sido coautora del proyecto de muerte digna

Como titular de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud, fue la creadora de numerosos proyectos para el cuidado de niñas, niños y adolescentes.


El 31 de mayo de 2018  Diana Maffía participó de la decimoquinta jornada de debate por la legalización del Aborto en Argentina en el 15º plenario de comisiones del Congreso de la Nación manifestando su posición a favor del aborto declarando lo siguiente: "Lo que se decide no es si las mujeres van a abortar o no, sino en qué condiciones lo harán. Todas las evocaciones que hemos visto de quienes están en contra del aborto legal remiten al feto: un muñeco de un feto grande que ya tomó carácter público o pequeños muñequitos de fetos. ¿Dónde quedan las mujeres en estas representaciones? En ningún lado" “Esperamos que se salde una deuda democrática”. “Es una oportunidad histórica porque debatimos aborto, pero también porque estamos nosotras”. El desencuentro entre el estado y las mujeres es lo que estamos subsanando”. “Todos queremos que haya menos abortos, pero hay que buscar el mejor camino para eso. La criminalización no ha ayudado al respecto". “Tenemos derecho a una maternidad deseada y no la obligación de una maternidad forzada”



Premios y reconocimientos
Premio Dignidad 2000, entregado por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
Premio Parlamentario 2008.
Premio Parlamentario 2009.
Premio Parlamentario 2010.
Premios SP: Mejor Legisladora No Oficialista 2011.
Premio Parlamentario 2011.
Medalla de reconocimiento de la legislatura porteña 2011.
Premio Konex - Diploma al Mérito 2016: Estudios de Género.

http://www.fundacionkonex.org/b4891-diana-maffia
https://es.wikipedia.org/wiki/Diana_Maff%C3%ADa
http://dianamaffia.com.ar/?page_id=7


Leer más...

lunes, 21 de junio de 2021

Elise Richter primera doctora en la Universidad de Viena



Elise Richter ( Viena, 2 de marzo de 1865-campo de concentración de Theresienstadt, 21 de junio de 1943) fue una filóloga austriaca. Fue una de las primeras mujeres que obtuvo un doctorado en la Universidad de Viena, y fue la única mujer que ocupó un cargo académico en una universidad austriaca antes de la Primera Guerra Mundial. Fue profesora de lenguas romances en su alma máter hasta 1938, e hizo importantes contribuciones académicas al campo de la lingüística histórica y comparativa.

Fue asesinada por los nazis en el campo de concentración de Theresienstadt (en la actual Teresin, República Checa).

Era la más joven de las tres hijas de Maximilian Richter  y su esposa Emelie o Emilie. Elise y su única hermana sobreviviente, Helene (1861-1942, quien sería escritora y traductora de literatura y teatro ingleses), recibieron la totalidad de su escolarización en su hogar con una institutriz prusiana, quien les enseñó alemán, francés e inglés, así como historia y geografía. Al igual que muchas otras chicas que crecian en cultivados hogares de clase media en Viena, 

Ella y su hermana se formaron en arte,  música y  teatro desde una edad joven, y las actividades culturales continuaron desempeñando un papel importante en sus vidas. Aunque tenían ascendencia judía, la familia no estaba afiliada a ninguna comunidad religiosa. Elise y su hermana asistían a servicios religiosos católicos de vez en cuando, pero nunca fueron a la sinagoga. Sin embargo, no estaban bautizadas, y oficialmente estaban registradas como konfessionslos (aconfesionales ).

Elise estudió filosofía en la Universidad de Viena y se doctoró en 1901.

En 1905 fue la primera mujer que recibió la habilitación para trabajar en lenguas romances. En 1907 se convirtió en la primera mujer docente (profesora ayudante), y fue designada profesora extraordinaria en 1921. Nunca se le permitió obtener una cátedra ordinaria. Desde 1920 presidió la "Austria Verband der Akademikerinnen Österreichs" (Asociación Austriaca de Académicas de Austria).

Siguió trabajando en la Universidad de Viena y no se la obligó a retirarse cuando superó la edad de jubilación. En 1938, a partir de la anexión de Austria como provincia de la Alemania nazi se endureció la política antisemita en Austria, que excluyó a las personas de origen judío de la vida pública. Richter fue despedida de su puesto.

El 9 de octubre de 1942, ella y su hermana Helene ―que vivía con ella― fueron deportadas al campo de concentración de Thersienstadt (en la actual República Checa), en un largo viaje en tren. Ambas hermanas fueron víctimas del Holocausto judío: Helene Richter murió un mes después, en noviembre de 1942 (a los 81 años), y Elise Richter murió allí siete meses después, el 21 de junio de 1943 (a los 78 años de edad), de causas desconocidas.

En su honor, en la actualidad existe el Programa Elise Richter del FWF (Fondo Científico de Austria), que proporciona apoyo a las mujeres que estudian para profesoras universitarias.

https://en.wikipedia.org/wiki/Elise_Richter
https://de.wikipedia.org/wiki/Elise_Richter#/media/Datei:Elise_Richter_(Wiener_Bilder_1907).png
Leer más...

martes, 4 de mayo de 2021

Esperanza González Rivera



Esperanza González Rivera  (Carrión de los Céspedes (Sevilla), 4 de mayo de 1908 – Cádiz, 29 de enero de 1997).  fue una monja de la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl que desarrollo una labor de gran trascendencia en Cadiz consiguiendo el reconocimiento de toda la ciudad por su extrema generosidad y empatía.

Ingresó en la Compañía el 25 de noviembre de 1927. Su único destino fue el Asilo y Guardería Infantil Gaditana de Cádiz, comunidad en la que permaneció sirviendo en sus domicilios a los más pobres de la barriada de Santa María —barrio donde se concentraban y acentuaban al máximo la pobreza y la miseria—. A su llegada dijo: “Mientras viva trabajaré por los más necesitados”, compromiso que cumplió durante toda su larga vida. Hasta su jubilación, compartió la enseñanza de los pequeños con la visita a domicilio de ancianos y enfermos. “Nunca dio la espalda a aquel que llamó a su puerta y a quien no podía buscarla, ella lo encontró”. Al cumplir sesenta y cinco años cesó en su labor docente para dedicarse en exclusiva a la asistencia social. Creó  lo que actualmente es el  equipo de voluntarias, con el deseo de hacer más y mejor el bien a los más desfavorecidos. Sor Esperanza vivió cada día para los demás olvidándose de ella, haciendo propios los problemas, preocupaciones y angustias de todos “los suyos”, como ella solía llamarles.

Trabajó contra viento y marea por levantar a familias enteras de una situación indigna e inhumana, implicándoles en su propio desarrollo, aunque ella les facilitase los medios necesarios hasta lograr los objetivos propuestos. Cuidaba de que su servicio al pobre fuese integral, pues de lo contrario —solía decir—, “los empobrecemos aún más”. Era incansable en ir y volver, subir y bajar cientos de veces las mismas viejas escaleras cuando algún anciano o enfermo la llamaba. ¡cuántos kilómetros recorridos, dentro de la población, en busca de quien necesitaba ayuda! Llama la atención cómo una mujer tan menuda de cuerpo pudiese realizar tan gigantesca misión humanitaria. Aún muy anciana se hacía acompañar de alguna voluntaria para no faltar a su cita con los pobres. A los ochenta y cuatro años aún continuaba en la brecha. Su capacidad de trabajo, entrega y sacrificio la mantuvo en alza toda su vida; en el Ayuntamiento, donde era bien conocida por sus frecuentes visitas con el fin de recabar ayuda para su obra social, el Albergue, la llamaban “la joven de más de ochenta años”.

Sor Esperanza, desde su servicio callado, escondido, y por ello más eficaz, incansable trabajadora, hizo realidad en el prójimo su propio nombre, llenar de esperanza a muchas personas que vivían en la amargura y desesperación, innumerables familias que habían perdido toda ilusión en la vida; infinidad de pobres que no tenían otra ayuda, ni les quedaba otra esperanza, que sor Esperanza. En numerosas ocasiones el Diario de Cádiz colaboró con esta hija de la caridad en diversos aspectos de solidaridad, demanda de ayuda, etc., así como publicando casos extraordinarios de su servicio (hechos, estos últimos, que enfadaban y producían disgusto a sor Esperanza).

Su labor con los más necesitados la ha reconocido con agradecimiento todo Cádiz, que ha querido plasmar y perpetuar la memoria de esta mujer de diversas formas: reconocimiento municipal por el equipo de Gobierno del Ayuntamiento (6 de septiembre de 1990); homenaje a quien de manera extraordinaria, durante más de sesenta años, entregaba su vida, día a día, en favor de los demás (20 de diciembre de 1991);


http://dbe.rah.es/biografias/45721/esperanza-gonzalez-rivera
Leer más...
Más