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miércoles, 8 de octubre de 2014

Sahar Delijani escritora iraní


Sahar Delijani ( persa : سحر دلیجانی ; nacido el 18 de septiembre de 1983) es una escritora  iraní . Su primera novela, 'A la sombra del árbol violeta', se ha publicado en más de 75 países y traducido a 27 idiomas.

Humanamente, en el libro quería destacar la dignidad de todas las personas que estaban en prisión en medio de tanta violencia. Son unos relatos protagonizados, en gran parte, por mujeres decididas, comprometidas: “Es lo que viví. Mi entorno era de mujeres fuertes que habían estado en la cárcel”. Uno de los relatos cuenta el incidente que tuvo al ir al colegio el primer día. Como no llevaba la cabeza cubierta con un pañuelo no la dejaron entrar: “Mi madre vivía ajena a todas las normas y órdenes del régimen y no me puso el velo, así que el primer día tuvo que improvisar uno para que me dejaran entrar”.

A propósito del debate sobre la imposición de esa prenda, la escritora cree que es una polémica exagerada y más propia de Occidente: “Hay problemas más serios, como los derechos humanos y civiles que no se respetan en Irán. Si preguntas a una abogada de derechos de las mujeres te dirá muchas otras cuestiones antes del velo, como que no se puedan divorciar hasta que el hombre no de el consentimiento o que las mujeres no puedan ser jueces. Considero que la discriminación se produce cuando es una obligación, por ley. Por ejemplo, el padre del Sha Reza Pahlevi fue el primero que hizo una ley que obligaba a que las mujeres se quitaran el velo con una violenta campaña en las calles porque si iban cubiertas no las dejaban salir de casa. Y con la República Islámica, exactamente al revés”. “Nosotras”, dice luciendo una espléndida cabellera negra, “no queremos que nadie nos diga si nos ponemos o no el velo. Queremos decidirlo”.BLANCA CIA

'A la sombra del árbol violeta' es la primera novela de Sahar Delijani y con ella llamó poderosamente la atención en la Feria del Libro de Londres hace un par de años. El libro cuenta una historia que es, de alguna manera, la suya propia y la de algunos de sus parientes. Y eso sucede desde el primer capítulo, cuando una de las protagonistas del libro da a luz a una niña en la cárcel de Evin (Teherán), donde está presa por su militancia política. Esa niña es la propia autora, que compartió celda con su madre -y con un puñado de condenadas más- durante unos meses, hasta que fue entregada a sus abuelos.


Delijani tuvo suerte: sus padres fueron liberados antes de la gran purga de 1988 y algo después se fueron a vivir a EE UU. Ahora, la escritora iraní relata las historias que oyó contar a su familia y a algunos amigos y las completa con algunas escenas y personajes de ficción para completar un retrato muy revelador del rumbo tomado por la revolución. Y ese rumbo incluye la persecución por parte de los Guardianes de la Revolución de todos los laicos y de izquierdas que habían contribuido a derrocar al sha.

Hay en las páginas de este libro historias estremecedoras de celdas medievales y juicios farsa, de un fanatismo religioso extremo expuesto con claridad meridiana en una escena en la que un preso, en plena vista oral de su causa, va haciendo cómputo de los años que pueden caerle con cada acusación y deja de sumar cuando llega a la de 'ateísmo': solo por esa, pena de muerte. Y hay dolor: el de las madres a quienes arrebatan a sus hijos, y el de los hijos privados de sus padres; el de progenitores, hermanos y viudas que un día reciben la peor noticia que cabía esperar: la de que debían ir a la cárcel a recoger un paquete, porque ya sabían que su contenido eran los objetos personales de un ajusticiado; el de los jóvenes cuando descubren que se les ha ocultado la suerte de sus mayores para evitar que ellos mismos sean víctimas de la represión; el de los sueños alimentados entre las paredes del hogar que se desvanecen nada más salir a la calle.

Los personajes de Delijani aman, albergan miedos y son víctimas de los celos, porque la vida continúa. Pese al horror, a las traiciones y a los desvaríos, la vida sigue. De ahí el tono lírico de muchas páginas. Incluso en mitad de la guerra y la represión, cada año florecen los jacarandás, con sus flores de color violeta.
Cesar Coca .

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/09/11/actualidad/1410458202_752699.html
http://www.elcorreo.com/bizkaia/culturas/libros/201409/13/sombra-arbol-violeta-sahar-20140910140515.html
http://www.elmundo.es/yodona/2014/09/09/540eb3e922601d78308b456f.html
https://www.youtube.com/watch?v=I6ItT_KG6EM

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HH

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