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miércoles, 18 de febrero de 2015

Carmen Doval Abad


Carmen Doval Abad (6 de abril 1954- 18 de febrero de 2000)

Hoy hace 15 años que Carmen nos dejó. Se fue demasiado joven, iba a cumplir 45. Nuestra amistad de treinta años hizo que me dejará un profundo vació. Éramos muy distintas, pero había una admiración mutua a los valores de la otra. Carmen era valiente y generosa.
Vivimos una adolescencia en que los mandatos patriarcales exigían ser manipulables y sumisas, Carmen se revelaba. Recuerdo cuando en nuestro colegio de monjas quisieron hacernos "Hijas de María ", ella se negó diciendo que ya lo era (su madre se llamaba María).
Juntas conocimos montones de cosas, recuerdo el descubrimiento muy púdico de nuestros cuerpos en bikini, comparando tamaños y formas de la nueva imagen que nos había dado la vida. Los arquetipos pesaban sobre nosotras y nos determinaban la dirección a seguir, que ejercicios hacer para perder la grasa inadecuada de según qué sitio. Carecíamos de una información que nos cuestionará como alimentarnos y recurríamos a los remedios que teníamos al alcance, por ejemplo no había pan integral y ella siempre tomaba semillas de lino. Entiendo que poníamos parches en vez de ir a la raíz de los problemas.
Nunca tuvimos una formación sobre sexualidad lo que nos hizo tenernos que manejar con la contracepción como pudimos. Ambas quedamos embarazadas antes de lo que hubiéramos deseado, yo tuve la suerte de que el embarazo se truncó, ella adecuo su vida a esa nueva realidad.
Entre nuestros objetivos de jóvenes de provincia estaba nuestra formación, pero siempre era prioritaria la creación de una familia, jamás entendimos como importante nuestro desenvolvimiento personal, nuestro crecimiento a nivel intelectual y profesional.
Ella acompaño a su marido donde él tenía su trabajo cuando termino sus estudios universitarios y con la llegada de sus hijos apenas tuvo tiempo de mantener y mejorar su formación como Geógrafa.
Hubo un momento en el que deseó tener un trabajo además del de los cuidados de su casa y de sus hijos, pero no tuvo la oportunidad, aun cuando entregara algún currículum para conseguirlo. Pintaba, hacia deporte pero no le llenaban esas actividades
El trabajo de su esposo, que tenía recortadas vacaciones y el cuidado de sus hijos, no le permitieron viajes y ni grandes tiempos de disfrutes.
Finalmente a los pocos meses de la muerte de su padre, un examen de rutina, le descubrió algo en el pecho. Todo parecía ir bien al principio, aunque conociéndola, se podría intuir su sufrimiento de no verse perfecta, según los asquerosos estereotipos de los que es muy difícil sustraerse. Luego la desanimó la complejidad de la operación de restitución.
Un año después vinieron unos dolores en la columna, que no se sabía a qué se debían y que no eran buenos. Nuevamente tuvo que someterse a fuertes tratamientos que soportaba con grandísima valentía y sin compartirlos con su madre que entonces superaba los ochenta años para no hacerla sufrir. Fueron terribles momentos en los que es difícil acompañar por mucho que a veces aparezca tu presencia.
Un 18 de febrero a las 5 de la mañana nos avisaron de su muerte. La luna era grande y bella, la ciudad permanecía idéntica al día anterior, algo se había roto y no había señales en el mundo de alrededor de su terrible adiós.
La despedida fue rápida, sentí que demasiado, puede que hoy muchas de nuestras compañeras no sepan que se fue. Me hubiera gustado reunir a todas con las que disfrutáramos de jóvenes

La compañía de su afecto y el vació de su presencia no me ha abandonado nunca. Guardo sus regalos, sus cartas con esa letra inconfundible junto con la sensación de terrible injusticia. Ella debería estar ahora aquí y se fue!
Entre los múltiples regalos que me hizo, uno de ellos fue el libro de Mujeres de Rosa Montero que seguramente fue de donde obtuve la inspiración para crear este blog.

Carmen, como tantas otras, fue una mujer invisible para el mundo de la investigación en medicina, que sigue aún sin conocer las causas que provocan el cáncer de mama, sin proporcionar indicadores para que en un simple análisis te detecten su presencia, sin conocer en profundidad enfermedades como el hipotiroidismo y la endometriosis tan frecuentes entre nosotras. Ella que pudo ser tratada bien por la vida a nivel económico, entiendo que como yo, fue presa de unos mandatos patriarcales como los que enfrentan montones de  #heroinascotidianas. No conocía a Betty Friedan, ni sabía de la mística de la feminidad pero como casi todas en aquel momento estaba en su sutil jaula.

http://heroinas.blogspot.com/2011/11/betty-friedan-de-usa.html
http://heroinas.blogspot.com/2012/08/rosa-montero.html

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