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viernes, 3 de mayo de 2024

María la Jabalina anarquista española




María Pérez Lacruz (Teruel, 3 de mayo de 1917 - Paterna, 8 de agosto de 1942), más conocida por el seudónimo de La Jabalina por provenir su familia de la zona de Jabaloyas, fue una militante anarquista española, miembro de las Federación Ibérica de Juventudes Libertarias.

Al declararse el golpe de Estado que dio lugar a la Guerra Civil y con solo diecinueve años, María se incorporó a la Columna de Hierro en favor de la legalidad republicana en Sarrión, donde participó como enfermera en la creación de un hospital del frente. Después, durante la Batalla de Teruel, fue herida en Puerto Escandón. Tras casi seis meses en el Hospital Provincial de Valencia permaneció en retaguardia, trabajando en la siderurgia de Sagunto, y después en Cieza por breve tiempo al trasladarse allí algunos trabajos de la siderurgia. Terminada la guerra con la victoria del bando sublevado, fue detenida por la Guardia Civil el 23 de abril de 1939, estando embarazada, por orden del oficial jefe de la 24 Compañía Expedicionaria:

[...] continuando en la labor de depuración del vecindario, tuvo conocimiento de que María Pérez Lacruz había prestado servicios en la llamada Columna de Hierro del ejército marxista, por lo que fue atentamente requerida y personada ante el que suscribe y legalmente interrogada contestó a las preguntas que se le hicieron.
Tras prestar declaración en la que se le interrogó acerca de quienes estaban con ella en la Columna de Hierro y quienes cometieron asesinatos y robos en Sarrión, fue rapada y paseada, y después puesta en libertad. Fue llamada a declarar de nuevo a finales de mayo, negándose a ratificar la declaración que le es leída por un capitán juez militar alegando que hay contenidos que no son ciertos. Fue puesta en libertad y el día siguiente, 31 de mayo, fue detenida y encarcelda en la cárcel del Puerto de Sagunto sin acusación alguna.

Se le instruyó después un pliego de cargos por «auxilio a la rebelión». En los informes pedidos por el juez instructor a las autoridades del Puerto de Sagunto y Cieza se señala a María como mujer amancebada, de «carácter libertino», «exaltada» y que cuando trabajó en la siderurgia participaba públicamente de los valores republicanos y despreciaba los del bando franquista. Mientras dirigentes falangistas señalaron que «no ha participado en desmanes», un vecino la acusó de la quema de la iglesia, aunque matizando que «se dice», «se supone». Posteriormente, un detenido republicano sobre el que pesaban varias acusaciones, declaró que María había participado en el asalto a la cárcel de Castellón y en la muerte de varios guardias de la misma, en la muerte del cónsul de Bolivia en Valencia –aún a pesar de que nunca hubo cónsul de Bolivia en Valencia–, ocho sacerdotes y un diputado, además de otras acusaciones menores. El director del Hospital Provincial de Valencia donde estuvo ingresada María por heridas de la guerra certificó que, durante esos crímenes, ella se encontraba hospitalizada.

El 4 de noviembre fue trasladada al Hospital de Valencia por problemas de salud y por el avanzado estado de gestación, y dada de alta en enero de 1940. Regresó a la cárcel, a los calabozos del Gobierno Civil de Valencia, y más tarde a la Prisión Provincial de Mujeres de Santa Clara. Permaneció allí hasta su ingreso en la Prisión de mujeres de Valencia donde las funcionarias hicieron constar que María era «soltera, con un hijo». Nunca se supo más del niño de María. El consejo de guerra se inició el 28 de julio de 1942. La acusación señaló la comisión de un delito de «adhesión a la rebelión» y pidió la pena de muerte. No se presentaron pruebas más que las manifestaciones que constaban en la instrucción. La defensa pidió una pena de seis años y un día por «auxilio a la rebelión», negando que María participara en ningún crimen y que su labor fue de enfermera en la Columna de Hierro. Tras unos minutos, el tribunal se reunió en secreto y dictó sentencia favorable al fiscal, condenándola a muerte por los delitos de «adhesión a la rebelión» y «desafección al Movimiento». Fue fusilada en el cementerio de Paterna diez días después junto a un grupo de seis hombres.

Referencias
Girona Rubio, Manuel (2007). Una miliciana en la Columna de Hierro: María "La Jabalina". Universidad de Valencia. ISBN 84-370-6656-5.


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HH

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