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jueves, 7 de marzo de 2024

Juana María de la Vega activista social y escritora


Juana María de la Vega, condesa de Espoz y Mina (La Coruña, 7 de marzo de 1805-22 de junio de 1872). Fue una activista y escritora liberal española. Casada con el guerrillero y militar liberal Francisco Espoz y Mina, tras su muerte fue aya y camarera mayor de Isabel II durante la minoría de edad de la reina entre 1841 y 1843. 

Depuesta de sus cargos de aya y camarera mayor de la reina tras la caída de Espartero y el triunfo de los moderados, regresa a La Coruña, donde continuará su destacada influencia en la vida social y política de esa ciudad, convirtiendo su salón, nuevamente, en centro de reuniones liberales. También de actividades culturales. En 1852 escucha tocar a Pablo Sarasate en una sesión privada y consigue que actúe en público unos días después en el Circo de Artesanos. Se convierte en su protectora y le sufraga los gastos de sus estudios en Madrid. En su recuerdo, Sarasate le dedicaría en 1882 su primera composición, Mi primera inspiración, una mazurca.

Su salón fue un espacio de libertad para la discusiones políticas a las que acudieron los más significados liberales progresistas coruñeses y los que pasaban por la ciudad. También se fraguó alguna conspiración en él como lo demuestra la documentación de la época en la que aparecen el jefe y varios oficiales del fracasado pronunciamiento de 1846 de La Coruña contra el gobierno del general Narváez como contertulios asiduos al salón de la condesa. El capitán general de Galicia informó de la "frecuente concurrencia de algunos oficiales a la casa de la condesa de Mina, que es tenida por todos los hombres pensadores por la impulsora y la directora de la sublevación, así como lo fue, según la opinión común, de otras anteriores ocurridas en Galicia". Su casa fue sometida a vigilancia pero no fue posible acusarla por "la gran proporción que tiene está interesada de conspirar sin que corra el menor peligro", aunque el gobierno estudió la posibilidad de expulsarla de España. Sin embargo, la condesa de Mina sí había participado activamente en la conspiración poniendo en contacto a los conspiradores del interior y del exilio a través de los cónsules de Francia y Gran Bretaña acreditados en La Coruña.11​ Al parecer el gobierno también intentó controlar su correspondencia sin éxito.


Otro de los papeles que desempeñó fue poner en contacto a los liberales progresistas gallegos y madrileños, además de colaborar en las campañas electoral nacionales y locales. Para ello mantuvo una copiosa correspondencia a lo largo de los años con los líderes del Partido Progresista como Juan Álvarez Mendizábal, Salustiano Olózaga, Ramón Gil de la Cuadra o Manuel José Quintana. Pero poco a poco, conforme una nueva generación de políticos liberales progresistas se fue haciendo con las riendas del partido "cada vez más alejados de las utopías liberales, que habían sido las suyas", Juana de Vega, sin abandonar su salón donde se seguía discutiendo de política, se concentró cada vez más en las actividades de asistencia social en su ciudad, La Coruña. En ello encontró una amiga y colaboradora, Concepción Arenal.


Sus actividades de beneficencia social, basada en el principio liberal de la búsqueda de la felicidad del pueblo no en el de la compasión propio de la caridad cristiana, comenzaron nada más morir su marido cuando en 1838 fundó la Asociación de Señoras de La Coruña, cuya junta presidía y cuya finalidad era la de cuidar de los niños expósitos y asistir a los enfermos del Hospital de la Caridad. Inicialmente contó con el asesoramiento del "protosocialista" Ramón de la Sagra a quien correspondió el discurso inaugural de la Asociación. Esta tuvo una actuación muy destacada cuando una epidemia de cólera asoló La Coruña en 1853 y 1854, haciéndose cargo del asilo y del hospicio provinciales. La condesa se ocupó de recaudar los fondos necesarios utilizando sus influencias nacionales e internacionales -consiguió que colaboraran la reina Isabel II y la infanta Luisa Fernanda-. Por todo este esfuerzo recibió en noviembre de 1854 el título de duquesa de la Caridad con Grandeza de España, aunque ella rechazó categóricamente la distinción, a causa de su animadversión a los títulos nobiliarios, pero sobre todo debido a que consideraba la beneficencia como un deber cívico y un "trabajo humanitario" y a que pensaba que el verdadero premio no debía ser personal sino colectivo, de forma tal que el gobierno aprobara el expediente​

Pero estas actividades de las "mujeres ciudadanas" que aspiraban a una sociedad civil activa y responsable y que por ello trabajaban por el bien público en nombre de "la humanidad", fueron objeto de críticas por la mayoría de la sociedad de su tiempo porque "casaban mal con las virtudes atribuidas a la feminidad. Juana de Vega podía ser muchas cosas, pero todas ellas bastante alejadas del prototipo de docilidad, pasividad y domesticidad que por entonces triunfaban en España. El cometido de la condesa de Mina fue colaborar a trazar una beneficencia liberal mediante la incorporación femenina a la actividad social. No fue una tarea fácil".​


Pero Juana de Vega no descartaba la acción del Estado por lo que se convirtió en una mujer "molesta" para las autoridades cuando aceptó el nombramiento por la reina Isabel II en 1856 de viceprotectora de los establecimientos de Beneficencia de Galicia. Fue un cargo que se tomó muy en serio y visitó a todas las autoridades civiles y religiosas proponiéndoles todo tipo de iniciativas en este campo y denunciando en la prensa la dejadez de la Administración. Fue en esos años cuando conoció a Concepción Arenal con la que trabó una gran amistad y colaboró intensamente en la acción asistencial, con iniciativas tan innovadoras como crear una asociación de mujeres, La Magdalena, cuya finalidad era visitar y posteriormente reinsertar a las reclusas de la cárcel de mujeres de La Coruña, o la asociación que formaron "para socorrer a las familias de los que mueren en el trabajo" y para edificar viviendas para los pobres. En otros ámbitos denunciaron la persecución a que eran sometidos los protestantes españoles en los años sesenta.

Su actividad social también se extendió al campo educativo con la fundación y financiación de una escuela para niños pobres, regentada por las Hijas de la Caridad de la Congregación de San Vicente de Paúl en 1863, y una escuela gratuita para adultos, "para que se aprovecharan de ellos los jornaleros", que tenía su sede en su propia casa y en la que impartió clases nocturnas. En su testamento incluyó la creación de una escuela teórico-práctica de agricultura, para lo cual constituyó una fundación que todavía hoy existe. Para la escuela teórico-práctica de agricultura cedió la casa que poseía en San Pedro de Nós. En la necesaria difusión en Galicia de temas agrícolas, base del desarrollo de la región en aquella época, coincidió de nuevo con Concepción Arenal, como también en protestar públicamente cuando el Gobierno prohibió las Conferencias de la Congregación de San Vicente de Paúl, o en las peticiones de indulto para los condenados a muerte.

A su fallecimiento sin descendencia, el 22 de junio de 1872, dejó la casi totalidad de sus bienes para la constitución de una Fundación con el objeto de crear una escuela de agricultura para mejorar la formación de los agricultores de la provincia de Coruña.



https://rabel.jcyl.es/cgi-bin/abnetopac/O7905/ID45ca9968?ACC=161

https://es.wikipedia.org/wiki/Juana_de_Vega

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HH

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