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viernes, 11 de marzo de 2011

Carme Valls Llobet médica y política catalana



Carme Valls i Llobet ( Barcelona,  21 de mayo 1945 ) es una médica y política catalana, especializada en endocrinología . Desde 1983 es miembro de la ONG Centro de Análisis y Programas Sanitarios que tiene como objetivo investigar y poner en evidencia las diferencias de género en la salud y en los servicios sanitarios y proporcionar a las mujeres el acceso a la información y los recursos para mejorar su calidad de vida.

Presidenta de la Fundación Catalunya Segle XXI y diputada en el Parlamento de Cataluña  Entre 1999 y 2006 fue diputada en el Parlamento de Cataluña en la V y VI legislaturas por el Partido de los Socialistas de Cataluña - Ciutadans pel Canvi.


 De permanente actualidad es el trabajo de esta mujer.   El libro de "Mujeres invisibles", afirmo, alarga la vida a las mujeres que lo leen.  No os lo perdáis !

Articulo tomado de La Nueva España : 8 de Noviembre de 2006, Crónicas ciudadanas
MUJERES INVISIBLES
CUCA ALONSO
Parece un título relacionado con el ocultismo, pero no lo es; lamentablemente hace referencia a ciertas discriminaciones científicas que seguimos sufriendo las mujeres como consecuencia de la larga marginación social. De tan interesante tema versó ayer la doctora Carme Valls Llobet en el Antiguo Instituto Jovellanos, completamente lleno. El acto había sido organizado por la Tertulia Feminista “Les Comadres”, dentro de su programa “Mujeres, salud y calidad de vida”. Presentó a la doctora Valls Gemma Coira, a su vez médico de familia del servicio de urgencias de La Calzada. Carme Valls es especialista en cirugía, profesora de la Universidad de Barcelona, autora de varios libros: “Mujeres invisibles” es el último editado. “He tardado cuatro años en reunir datos e investigar sobre la cuestión que centra esta obra, ¿por qué la invisibilidad de las mujeres?”, manifestó Carme Valls, añadiendo una cita de Clarie Lejeune: “La hazaña del pensamiento de la mujer es haber resistido a la época de la hoguera, de las brujas y de los hospitales psiquiátricos”. Es cierto que durante siglos cualquier fémina que osara exponer una idea matizada de cierta originalidad corría un riesgo imponderable, al ser tachada de infame o loca. Me vino a la memoria el caso de Camille Claudel, confinada de por vida en un manicomio. Carme Valls recordó sus años en la Facultad de Medicina de Barcelona, en los que se mantenía el principio de que el cuerpo del hombre y la mujer eran iguales, pero a la hora de estudiar siempre se hacía sobre el masculino. Posteriormente, en los años ochenta, el movimiento feminista denunció ciertos problemas de salud de la mujer derivados de la discriminación social y la violencia. Luego, en la década de los noventa, se puso de manifiesto que muchas mujeres eran víctimas de su propio cuerpo y de su biología. Hoy se admite que la salud de la mujer depende de factores biológicos, psíquicos y sociales, pero todo eso no se investiga, “somos invisibles para la Ciencia”. Puso el ejemplo, la doctora Valls, de un marido que al observar fallos en la memoria de su esposa y temer un principio de Alzheimer acudió con ella al médico. Allí se puso al descubierto que la paciente llevaba tres años tomando, por prescripción facultativa, dos antidepresivos, dos ansiolíticos y un hipnótico, en total cinco pastillas diarias porque en su día había tenido problemas familiares. Al ir reduciendo lentamente estas dosis, la mujer recuperó su lucidez. Conclusión: existe ligereza e improvisación científica al enfrentar los temas de salud femeninos. Los asuntos referentes a la violencia, a la salud laboral, incluso a la maternidad, no son preocupantes como cuestiones de investigación; uno de cada tres niños nace de cesárea, cuando la OMS acaba de manifestar que el 18 por ciento de las cesáreas son innecesarias. Nadie vigila a una mujer en el posparto, la materia referente a la menstruación es casi desconocida y sus irregularidades aún más. En cuanto a la menopausia, se han dado palos de ciego al aplicar terapias hormonales como fruto de estudios que apenas duraron seis meses; luego, la práctica ha delatado que aquéllas aumentan el riesgo de sufrir cáncer de mama. Todo ello es consecuencia de los estereotipos de género, que no son otros que considerar a la mujer como invisible, inferior, incapaz; seres para ser poseídos o controlados. En una palabra, agresión, poder, dominación, frente a la pasividad, debilidad, sumisión. Desde esa subyacente perspectiva, la salud de la mujer apenas se investiga.



Obras
Ante una edad difícil: psicología y biología del adolescente (1992) con Joan Corbella Roig .
Mujeres y hombres: salud y diferencias (1994)
Ejercicio y salud: cómo mantenerse en forma con el ejercicio físico (1997)
Mujeres Invisibles.

Millones de Gracias, Carme!

HH

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