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viernes, 30 de septiembre de 2011

Laura Chinchilla Miranda presidenta de Costa Rica



Laura Chinchilla Miranda (Carmen, San José, 28 de marzo de 1959) es una politóloga y política costarricense. Fue presidente de la República de Costa Rica entre el 8 de mayo de 2010 y el 8 de mayo de 2014, convirtiéndose en la primera mujer costarricense elegida para ese cargo desde que se permitió el voto femenino en 1949​ y la quinta mujer en América Latina en ser elegida jefe de Estado​ o la octava presidente de América Latina.

Costa Rica ha sido una nación profundamente comprometida con la causa de los derechos humanos, la hemos predicado y la hemos procurado, también, practicar. Hace 190 años nacimos a nuestra vida independiente no de la mano de ejércitos liberadores sino de la mano de educadores y campesinos. Nuestro primer gobernante fue un maestro que desde entonces sembró la semilla de un pueblo civilista, amante de la paz y democrático hasta la médula de los huesos. A lo largo de nuestra historia hemos procurado honrar la defensa de la vida, de la justicia y de la libertad. 
Fuimos una de las primeras naciones en el planeta que abolió la pena de muerte, en 1859; y una de las pocas naciones del mundo que renunció de manera unilateral al ejército como institución permanente, en 1948. Hemos hecho del desarrollo humano el centro de nuestras políticas públicas y alcanzamos niveles similares al mundo desarrollado en materia de educación y salud. Concientes de la importancia de un ambiente sano para el desarrollo de los pueblos, decidimos, hace cuarenta años, asignar el 25% de nuestro territorio a algún régimen de protección ambiental especial, lo que nos ha permitido convertirnos en uno de los cinco países del mundo que más protege su medio ambiente. 
 Sabedora de la responsabilidad que supone velar por ese legado, mi administración se ha comprometido a reforzar la protección de ciertos grupos vulnerables como la mujer, la niñez y los adultos mayores. Impulsamos programas dirigidos a atender a la mujer en condiciones de pobreza y promovemos una red nacional para el cuido y la atención de la niñez en su edad temprana, así como para las personas de la tercera edad. Nuestro compromiso con los derechos humanos, se ha manifestado en la suscripción de prácticamente todos los instrumentos de protección y promoción que se han promovido a nivel internacional y los hemos internalizado en nuestro propio ordenamiento legal. Con el objetivo de facilitar la implementación de dicha normativa por parte de la institucionalidad costarricense, hemos creado recientemente, la Comisión Interinstitucional para el seguimiento e implementación de las obligaciones internacionales de Derechos Humanos, como un órgano asesor permanente del Poder Ejecutivo. Los costarricenses somos rabiosos defensores de una multilateralidad que proteja a las naciones y a las poblaciones más débiles del planeta. Por ello, el sistema interamericano nos ha honrado con la sede en nuestro país de la Corte Interamericana de Justicia y el Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Con base en esa trayectoria, hace algunos años mi país se propuso la meta de alcanzar la membresía en el Consejo de Derechos Humanos para el periodo 2011-2014. 
La candidatura a este Consejo fue una prioridad de nuestra política exterior y esos esfuerzos se vieron recompensados en la pasada elección del mes de mayo donde obtuvimos un sólido respaldo de la comunidad internacional. Agradecemos a todos los países que nos apoyaron por la confianza depositada en nosotros. Sabemos que esta honrosa posición nos compromete aún más frente a nuestras propias obligaciones y los invitamos a fiscalizar de manera permanente nuestro desempeño.
 Al ser ésta una misión siempre inacabada, no estamos exentos de desafíos. Este año recibimos la visita del Relator Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, quien mañana se referirá en su informe a su visita a Costa Rica. También sostuvimos los diálogos interactivos con los miembros del Comité de Derechos del Niño y el Comité de los Derechos de la Mujer, como resultado de los respectivos informes de cumplimiento señalados en las convenciones específicas. Los resultados de todos estos procesos serán de suma utilidad en el fortalecimiento de los derechos humanos en Costa Rica. De la misma manera, continuamos trabajando en la implementación de las recomendaciones surgidas del examen periódico universal. Aquí, en el seno del Consejo de Derechos Humanos, Costa Rica asumirá su misión de manera responsable. Estaremos siempre dispuestos a buscar consensos y a tender puentes entre posiciones antagónicas. Contribuiremos para que las decisiones y resoluciones que emanen de este Consejo se hagan valer, especialmente aquellas que involucren la protección de grupos vulnerables. Velaremos porque las labores de este foro se asienten sobre los principios que lo fundaron: la universalidad, objetividad, la imparcialidad, el diálogo internacional constructivo, y la cooperación.
 Con gran satisfacción podemos afirmar que desde el punto de vista normativo, la comunidad internacional ha hecho la tarea. Pero en la práctica todavía queda mucho por mejorar. Casualmente, justo el día de hoy en esta misma sala, se han analizado la situación de los derechos humanos en Yemen, Libia, Siria y Sudán. Aquí el Consejo tiene un rol fundamental de monitoreo, denuncia y acción. Los dedos acusadores deben ser parte de la misma mano que se tiende para construir y cooperar. Una de los principales desafíos de la institucionalidad en esta materia, es el del continuo fortalecimiento de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Este órgano demanda independencia y financiamiento. Debemos neutralizar cualquier tendencia que busque restarle mecanismos para ejercer sus funciones de manera plena e independiente. Igualmente, debemos seguir haciendo esfuerzos para dotar a la Oficina de los recursos económicos necesarios para llevar a cabo sus tareas.
 Desde los tiempos de la Comisión de Derechos Humanos pregonamos que las contribuciones voluntarias de los Estados deberían hacerse sin un destino específico. Esto contribuye a la transversalidad del sistema. El próximo 4 de diciembre se cumplirán 25 años de la adopción, por parte de la Asamblea General, de la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo. Este aniversario debe hacernos reflexionar sobre los postulados esenciales que deben orientar un desarrollo centrado en las personas. No debemos perder nuestro norte en el abordaje de este derecho: el ser humano es el sujeto central del desarrollo y la falta de desarrollo no puede invocarse para justificar limitaciones en el acceso a los derechos por parte de las personas. 
 Se trata, de que quienes estamos representados en este honorable Consejo, propiciemos una de las más titánicas pero nobles tareas que se ha propuesto la humanidad: la tarea de avanzar una agenda de desarrollo solidaria e inclusiva. Una agenda en la que todas y todos nos veamos reflejados, sin importar el rostro que se mire en el espejo. Costa Rica se une con ilusión y esperanza a esta hermosa misión. 

 http://www.ticovision.com/cgi-bin/index.cgi?action=viewnews&id=7195
http://globedia.com/presidenta-costa-rica-viaja-suiza-eeuu

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HH

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