Celebramos hoy la vida de la hermana Benedicta, nacida
Andrea Sender Barayón, que nos dejó el 11 junio de 2022. Ella era hija de una zamorana
y se podría presumir que disfrutaría de lo bueno de Zamora. No fue así.
La maldita guerra civil marcó su vida. Ella había nacido en Madrid
el 3 de febrero del 36, hija del escritor Ramon J Sender que había comenzado a
tener éxito y a ser reconocido por su ideología liberal. Con el animo de
proteger a su hermano y a ella su madre, Amparo Barayón, en ese verano, va a Zamora. Sin embargo, allí es encarcelada con
su pequeña Andrea, lactante en esos momentos. El 11 de octubre Amparo es
asesinada y la noche antes es separada de su hija de entonces 8 meses.
Es en 1939 que Andrea
y su hermano se encuentren de nuevo con su padre en Francia, que se los lleva a
Estados Unidos dejándolos en adopción, que él justifica, con que así estarían más
protegidos.
Andrea no conecta del todo con su madre de adopción y se encuentra con su padre algunas semanas de cada dos años. Ella nos contó que sus sensibilidades coincidían y que esto le pasaba con pocas personas.
Quiere aprender español, pero las palabras le traen pensamientos
que la deprimen. Ella identificaba el nombre de su madre Amparo con refugio.
Ella, que amaba los juegos de palabras, muchas veces se sentiría desamparada.
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En búsqueda de sus raíces viajó hasta Zamora, visitando la
tumba de su madre y según nos cuenta su hermano «recibió una disculpa en 1974 (…)
por parte del obispo de Zamora, en nombre de la Iglesia Católica». Parece que
en la última confesión de su madre el cura no actuó como lo debiera haber
hecho.
Andrea se unió a la Orden de Santa Elena en 1974, dentro de
la iglesia episcopal, tomando el nombre de Benedicta, e hizo sus votos en 1979.
Vivió en conventos en Vails Gate NY, Augusta GA y North Augusta SC.
Durante los veranos de 1964-65, había enseñado las “nuevas
matemáticas” a maestros de escuelas primarias de todo Estados Unidos. Posteriormente enseñó a niños de primero y
segundo grado en escuelas en Nueva York y en Augusta.
La Hermana Benedicta estudió y escribió haikus como práctica
espiritual. Uno de sus haikus ganó el primer premio en el Concurso
Internacional de Haiku Kiyoshi Tokutomi Memorial. Otros se incluyeron en el
libro de Strand de 1997, “Seeds from a Birch Tree”. En 2020, la Orden de Santa
Elena publicó su libro de haikus en “Pinpoints of Light”.
Su amiga Madeleine L'Engle, escritora norteamericana dijo en
su toma de votos: "Creo que la parte principal de la vocación religiosa es
ser sanadores, (…) te necesitamos a ti, Benedicta, para que nos ayudes a
reconocer nuestra fragilidad y luego nos ofrezcas sanación, plenitud, santidad.
Para que nos enseñes a través de tu propia visión. Necesitamos tu ligereza, tu
santa hilaridad y alegría”.
Cuando conoció sobre los Veteranos de la Brigada Abraham
Lincoln a finales de 1982, contactó con su asociación y fue invitada a hablar
en su cena anual en Nueva York el 23 de abril de 1983. Ella se sintió como una
veterana más.
Para mi fue un honor conectar con ella. Me hubiera gustado leer
algo que hubiera escrito sobre su madre, aunque quizá el dolor la pudiera y apenas
lo hiciera.
Me contó que una vez caminando agarrada de su padre, él le noto
un temblor, que le dijo era idéntico al que su madre tenía.
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