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lunes, 20 de septiembre de 2021

Nadia Khodasevich Léger artista francesa

Nadia Khodossievitch-Léger, Autoportrait Nadia constructiviste ,

Nadia Khodasevich Léger  (23 de septiembre de 1904 - 7 de noviembre de 1982) fue una artista francesa. Fue la primera esposa del pintor polaco Stanisław Grabowski y la segunda esposa del artista francés Fernand Léger. La forma rusa de su nombre puede ser transliterada como Nadezhda Khodasevich o Khodassevich o Khodasievitch; y de la forma polaca, Wanda Chodasiewicz.

Nació en una familia pobre de ascendencia polaca en Asiecišča. De 1919 a 1921, estudió en un taller de arte en Smolensk con los artistas de vanguardia Władysław Strzemiński y Kazimir Malevich.  Luego estudió con Miłosz Kotarbiński   en la Academia de Bellas Artes de Varsovia de 1922, donde conoció y se casó con el pintor polaco Stanisław Grabowski en 1923.


Nadia Khodossievitch-Léger, Portrait d'Ekaterina Fourtseva

La pareja se mudó a París en 1924, y luego estudió en la Académie Moderne   en París, dirigida por Fernand Léger y Amédée Ozenfant . Léger le pidió que enseñara en la Academia, lo que hizo hasta su muerte en 1955. (La Académie Moderne se convirtió en la Académie de l'Art Contemporain en 1931). Su trabajo se exhibió regularmente en París de 1926 a 1929, y con la asociación Cercle et Carré en la década de 1930, bajo el nombre de "Wanda Chodasiewicz-Grabowska";  que cambio por  el nombre "Nadia". Ella estuvo involucrada con el grupo  que donó arte al museo de arte moderno en Łódź en 1929.

Se separó de su primer marido en 1927, después del nacimiento de su hija Wanda. Se divorciaron en 1932.

Nadia permaneció en París durante la ocupación de Francia en la Segunda Guerra Mundial; Se cree que ella estuvo involucrada con la resistencia francesa. Después de la muerte de la primera esposa de Léger, Nadia Khodasevich se caso con él  en febrero de 1952 y vivían en Gif-sur-Yvette , en los suburbios del suroeste de París. Ella participó en la creación de muchas de las obras atribuidas a Léger después de la guerra.


Colaboró ​​con el arquitecto Andreï Svetchine para construir el Museo Fernand Léger en Biot, Alpes-Maritimes, cerca de Antibes, en 1960, que fue donado al estado francés en 1967. El Ministro de Cultura francés , André Malraux , inauguró el Museo Nacional Fernand Léger el 4 Febrero de 1969. También convirtió la granja de Léger en Lisores, en Normandía, en un museo, el Ferme-Musée Fernand Léger , terminado en 1970.

Ella y su segundo marido eran miembros del Partido Comunista Francés . Fue galardonada con la Orden de la Bandera Roja del Trabajo de la URSS en 1972.

Ella murió en Grasse .


https://en.wikipedia.org/wiki/Nadia_Khodasevich_L%C3%A9ger
https://awarewomenartists.com/en/artiste/nadia-khodossievitch-leger/
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domingo, 19 de septiembre de 2021

Diana Maffía comprometida feminista argentina



Diana Helena Maffía (Buenos Aires, 19 de septiembre de 1953) Doctora en filosofía (UBA). Docente de grado y posgrado en UBA y Universidades nacionales e internacionales. Investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (UBA). Fundadora de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (1994 al presente) y de la Asociación Argentina de Mujeres en Filosofía (1987-1991). Dirigió proyectos de investigación, tesis de doctorado y maestría. Publicó varios libros y es autora de numerosos artículos. Se desempeñó como Defensora Adjunta del Pueblo (1998-2003) y como Diputada, ambas en CABA (2007-2011), siendo distinguida cada año con el premio “El Parlamentario” por su labor legislativa. Desde 2012 dirige el Observatorio de Género en la Justicia dependiente del Consejo de la Magistratura de CABA. Entre otros premios y menciones se destaca el Premio Dignidad, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (2001) y Medalla del Bicentenario del Gobierno de la Ciudad (2010).

 Nos encanta como ella misma se presenta en su página

Diana Helena Maffía

Nací en la Ciudad de Buenos Aires el 19 de septiembre de 1953. Mi papá (Coco) le pidió a la obstetra (Ana Galimberti) que tratara de postergar dos días el parto de mi mamá (Tuka) para que yo naciera justo el día de la primavera. Pero no lo consiguió. Y así la perfección se tornó para siempre algo visible pero no alcanzable. O para verlo de modo positivo, el mundo de la vida se impuso al mundo de las ideas perfectas.

Me pusieron de nombre Diana Helena, lo cual expresaba el común amor de mis padres por la cultura greco-romana, pero con ideales contradictorios en cuanto al modelo de mujer que se esperaba que encarnara (pensemos que a Diana la llamaban “la casta” y a Helena “la de los cinco maridos”).

Fui la segunda de cuatro hermanos, con un hermano mayor (Edgardo) y dos hermanas menores (Iris y Mónica), todos muy seguidos y con una madre muy joven. Tener un hermano varón mayor me creó la ficción de que la niñez consistía en trepar árboles, saltar alambrados y cazar renacuajos en las zanjas los días de lluvia en General Rodríguez (el pueblo de mi papá donde pasábamos el mejor tiempo, y que llevo muy dentro del corazón).

Tardé muchos años en percibir los motivos por los que comenzaba a haber diferencias entre Edgardo y yo, ya entrada la adolescencia, que se expresaban en que él podía hacer cosas que yo no podía (nunca a la inversa). Tenía que ver con mi sexualidad. No sólo con mi sexo como una cualidad, sino también con la sexualidad como ejercicio: el sustantivo y el verbo eran peligrosos.

Siempre me gustó el arte (la escritura, la música, la pintura). Probé todo, pero nunca tuve talento y constancia para ello. Mis hermanas Iris y Mónica son artistas y eso me consuela. A la hora de elegir carrera siempre oscilé entre las humanidades y las ciencias (en la secundaria, bachillerato en letras o en ciencias; en la universidad, filosofía o medicina), y me instalé en las humanidades mirando hacia las ciencias.

Del jardín de infantes tengo pocos recuerdos. Creo que era de monjas, a la entrada un muñequito negro extendía su mano “para las misiones en Africa”, y cuando ponía una moneda y caía en un cajoncito, él movía la cabeza agradeciendo (gasté fortunas allí, en esa especie de primitiva máquina tragamonedas). Un 9 de julio nos repartieron chupetines de dulce de leche con la indicación de que no los abriéramos hasta después de arriar la bandera, pero varios no resistieron esa prueba de temperancia y autocontrol a los cuatro años, y la maestra nos quitó los chupetines a todos y sólo los volvió a repartir después del arrío. Aunque yo no había abierto el mío, me dio uno chupado. Allí comprendí que la Patria no paga la obediencia.

Los tres primeros años de la primaria los hice en el Colegio de la Merced. En los actos me ponían siempre por dos dudosas cualidades: tenía mucha memoria y era algo desfachatada. Me hacían hacer de angelito o de virgen, porque tenía los ojos azules (que como todo el mundo sabe, son más agradables a Dios). Los disfraces, hermosos, me los hacía mi tía Nena que se había pasado la juventud en un internado de monjas y tenía manos de hada. También me hizo el vestido de la Primera Comunión, que parecía de novia liliputiense con sus tules y enaguas de miriñaque.

Tomé la comunión a los cinco años, para ahorrar esfuerzo, ya que mi hermano de siete debía ir a catecismo y así podían llevarnos y traernos a los dos juntos (pensemos que para entonces ya éramos cuatro hijos para administrar). Del catecismo no entendía nada. Un gran misterio teológico para mí era qué quería decir “cebida”, cuando decían de la Virgen “sin-pecado con-cebida”.

Me dormía indefectiblemente en las clases de catequesis; y el bueno de Monseñor Tato (que mucho después me enteré, había sido expulsado por el peronismo por sus homilías contestatarias) me llevaba a upa hasta la salida. Cuando a él lo mandaron como Obispo a Santiago del Estero, yo le envié un gran dibujo de cordero con algodón pegado que me habían enseñado a hacer en la escuela. Era un sobre gordo, sucio y pegoteado. Pero supongo que debe haberlo conmovido porque nos escribimos y vimos luego hasta el mismo año de su muerte, en 1980.

A los siete años no quise saber nada más de monjas. Las mercedarias fueron para mí, por mucho tiempo, el estereotipo de la vivencia de la religión como castigo, sufrimiento y severidad. Su avidez económica cuando decidieron cambiar el delantal por un uniforme se puso de manifiesto con crueldad. Organizaron una excursión para la escuela, pero las alumnas que por falta de dinero todavía concurríamos con delantal blanco, debíamos quedarnos en la escuela porque “desentonábamos”. Mi mamá, furiosa e impotente, les pidió el modelo de uniforme para coserlo ella, pero las monjas le dijeron que había que comprarlo en la escuela –por supuesto, carísimo-. Le pedí a mi mamá no ir más, y todavía siento asco retroactivo por las monjas mercedarias. La humillación que recibí no está incluida en el Jubileo del 2000.

Completé mi primaria en la escuela Nicolás Avellaneda de la calle Talcahuano, donde la Directora nos decía “vosotros, educandos, debeis…” y el himno comenzaba con la frase “¡Oh pálida vislumbre…!”, que tardé años en comprender. Yo era escolta de la bandera, y en lo personal eran épocas muy infelices. De los ocho a los doce años mis pensamientos eran tristes, y no sabía expresarlos. Hoy sé que tenía preocupaciones metafísicas, que tenían que ver sobre todo con el infinito y la muerte, y con la inaccesibilidad de las otras mentes, pero entonces sólo me sentía extraña a casi todas las personas que conocía.

Cuando tenía doce años nos mudamos, comencé la secundaria en el Normal 1 de la calle Córdoba y comenzó la dictadura de Onganía. Pero lo que no te mata te fortalece. La secundaria era un lugar mezcla de persecución y descontrol. La persecución la aportaba el espíritu fascista de la mayoría de los profesores y profesoras, y el descontrol su incapacidad para detectar que algo estaba cambiando definitivamente en las mentes jóvenes. La única excepción a esta regla era Pilar Tadei, nuestra muy joven profesora de literatura española, que por supuesto terminó echada de la escuela. Somos amigas desde entonces y fue mi inspiración para dedicarme a la docencia como una militancia, un camino que produjera cambios difíciles de revertir. En el Normal 1 hice mis primeras amigas (algunas las conservo) y los primeros grupos de la adolescencia. Sin embargo me costaba integrarme con naturalidad –quienes me conocen saben que todavía me cuesta-. Siempre sentía que los demás compartían un código que yo no conocía y tenía que descifrar.

Leía muchísimo, escuchaba música, me gustaba el movimiento hippie por aspectos a los que todavía adhiero: el pacifismo, el rechazo por la sociedad de consumo, la celebración de la singularidad y la creatividad, el contacto con la naturaleza, la curiosidad por el pensamiento oriental, la celebración de los sentidos, la confianza en la capacidad transformadora de los individuos, el trabajo sobre la conciencia. Por supuesto hacía artesanías y me pasaba los fines de semana en Plaza Francia, donde dos por tres caía la policía y había corridas. Escribía mucha poesía, hacía teatro, estudiaba guitarra. Una época de “paz y amor”, aunque no me drogaba porque tenía una inclinación natural al delirio que lo hacía innecesario.

En 1971, a los 17 años, comencé la carrera de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, y entonces me encontré con gente y problemas más afines. Lo mío no era sólo neurosis, era vocación. Diría que la carrera tuvo varias etapas: el final de Lanusse, con la levadura de ideas de la resistencia política, y el control policial de la dictadura, en la calle Independencia. La mudanza a las ruinas del viejo Hospital de Clínicas (luego demolido totalmente salvo la capilla, donde hoy se encuentra la Plaza Houssay) durante la “primavera peronista”, en que nos hacían estudiar todos los textos de Perón y comparar su filosofía de la historia con los clásicos europeos. Allí participé de la “Comisión de Prensa”, una cooperativa estudiantil en la que vi en vivo y en directo partirse la juventud peronista (de la que yo no formaba parte, porque como siempre desubicada me había parecido un genio Juan Bautista Alberdi) en “tendencia” y “lealtad”, corrí en balaceras y cadenazos, y constaté que las intervenciones policiales terminaban sistemáticamente en robos (en la cooperativa, los libros y los mimeógrafos; en la Facultad, los vitrales de la capilla que todavía hay en la plaza, claro que con vitrales nuevos). No participaba de las movilizaciones masivas, y eso me hacía blanco hostil para mis compañeros.

La nube negra del ´75 (llena de desapariciones, persecuciones, amenazas y muertes) terminó en el cierre de la UBA, no sin darme oportunidad de ver cómo el cura Sanchez Abelenda iba a clase armado y borracho, y cómo Hermes Puyau era a la vez director del Departamento de Filosofía, del Instituto de Investigaciones Filosóficas, y titular de cinco materias. Cuando se reabrió la Facultad ya estábamos en el genocidio galopante de la dictadura de Videla. La carrera era la paz de los sepulcros, y para estudiar alcanzaba la letra “H” de la enciclopedia: Hegel, Husserl, Heidegger eran casi los únicos autores estudiados, un profesor muy festivo agregó Hartmann, pero fuera de Alemania te comían los monstruos marinos.

Supongo que me recibí por inercia y hartazgo, pero tuve la fortuna de encontrar amparo en una institución a la que llegué casi por azar y me quedé por necesidad: la Sociedad Argentina de Análisis Filosófico (SADAF). Allí estudié filosofía de verdad, los autores y problemas que me fascinaban, aprendí a discutir y argumentar fuertemente y a disciplinar el espíritu crítico. La gente que dirigía la institución (Eduardo Rabossi, Gregorio Klimovsky, Thomás Moro Simpson, Raúl Orayen, Genaro Carrió, Carlos Nino, Felix Schuster, Martín Farrell, Eugenio Bulygin, Carlos Alchourron) era extraordinariamente generosa en lo intelectual, y esa influencia fue vital para aprender e investigar en el oscuro período de la dictadura. Allí, en el seminario de filosofía política y en el de derechos humanos, tuve oportunidad de reflexionar filosóficamente sobre el horror y encontrar herramientas intelectuales para pensar en alternativas.


En SADAF, además, se intensificó mi relación con Alberto Moretti: se hizo afinidad intelectual, vivencia amorosa, atracción erótica, responsabilidad ética, visión poética del mundo y otras cosas que seguimos construyendo juntos. Con Alberto nos fuimos casando hacia fines de los ´80. El vio cambiar muchas pieles de mi naturaleza de serpiente, y acompañó todas las mutaciones (algunas escandalosas) que todavía ciñen sobre mí su sombra de posibilidades. Tenemos dos hijos : Celeste, nacida en 1984, y Juan, nacido en 1988. Es lindo y raro ver la mezcla física y espiritual de nosotros en nuestros hijos, y también ver paulatinamente cómo surge su propia naturaleza independiente y expresan una personalidad creativa, inteligente y alegre. La escolaridad de Celeste y Juan desde el comienzo fue un suplicio (lo sigue siendo), porque nuestra sensación era que lejos de aprender, en la escuela olvidaban lo que sabían. No es que las escuelas hayan mejorado con el tiempo, pero nuestras expectativas son ahora bastante más realistas y menos dramáticas.



Indirectamente le debo a Sadaf, también, mi amistad con Marcela Rodríguez. Ella trabajaba desde muy joven con Carlos Nino, en el Consejo para la Consolidación de la Democracia. El era mi director en una investigación sobre problemas filosóficos de la acción humana, y a veces lo veía allí. Era a mediados de los ´80, y desde entonces construimos con Marcela una relación muy fuerte y para mí de una incondicional confianza. Compartimos la rara joya de tener profundas convicciones éticas y solidarias siendo absolutamente agnósticas. Y un sentido del humor a toda prueba, un modo juguetón de encarar la vida, que si no fuera por el resto de nuestros vicios debería asegurarnos ser muy longevas.

Otra de las deudas que tengo con Sadaf es haber estrechado vínculos con Clara Kuschnir. Por la lista inicial que di de la institución se verá que era una especie de “Club de Toby”. No es que “no aceptaran niñas” (como en La Pequeña Lulú), pero éramos muy pocas las valientes. Como ya expliqué, yo traía una confusión desde la infancia y creía que argumentar era una capacidad sin distinción sexual. Clara, por su parte, era una militante feminista radical. Su influencia me comprometió fuertemente con el movimiento de mujeres, y además juntas emprendimos muchas actividades creativas cuyos frutos hoy son visibles.

A fines de los ´80 organizamos entre varias mujeres académicas una asociación de mujeres en filosofía, alentadas por María Cristina Lugones (una argentina residente en Estados Unidos). Clara y yo pusimos mucha energía allí, e incluso organizamos un congreso internacional de filosofía feminista en 1989, pero terminamos expulsadas de la asociación con mentiras y malas artes que prefiero no recordar. Nos llevamos nuestra energía a otra parte, y de 1990 a 1994 organizamos cinco encuentros interdisciplinarios de estudios de género en el Museo Roca (donde su directora María Inés Rodríguez dio muestras de generosidad y solidaridad enormes). En esos encuentros, estudiosas de todo el país discutíamos nuestras investigaciones. No había entonces otro encuentro semejante, y lo esperábamos con entusiasmo. Sólo los suspendimos cuando aparecieron otras actividades y comenzaron a institucionalizarse los espacios académicos de estudios de la mujer en las universidades.

Quizás lo más importante de los Encuentros Interdisciplinarios de Estudios de Género del Museo Roca, sea la extraordinaria cantidad de vínculos que surgieron entre mujeres de todo el país, estudiosas obcecadas de estudios que no tenían todavía reconocimiento académico formal, y hoy sostienen programas en sus respectivas provincias y universidades. Mis entrañables amigas Maruja Palacios y Violeta Carrique, de Salta, los inefables Hilda Habychain y Héctor Bonaparte, de Rosario (con quienes colaboro en su Maestría de Estudios de Género desde la primer promoción); la inclasificable y querida Liliana Louys, de Jujuy; la admirable Esther Jaraz, de Chaco; la comprometida y talentosa Diana Cordi, de Río Negro, y muchas otras con quienes aportamos los ladrillos del trabajo cotidiano y sostenido desde hace muchos años en el difícil ámbito de las Universidades Nacionales.

En el Congreso de Filosofía Feminista conocí a Lea Fletcher, otra mujer que tiene mucha influencia sobre mí (con lo que puede ir generalizándose que mis influencias son a la vez intelectuales y afectivas, o nada). Ella ya dirigía la revista Feminaria, que yo leía, y cada vez nos hicimos más amigas. Incluso tengo el honor de participar en el comité editorial de Feminaria, y poder soñar con Lea muchos proyectos que veremos materializarse lentamente pero planeamos con entusiasmo adolescente. Cuando nos juntamos con nuestros maridos, José Luis Mangieri (que para mí es un procer viviente) y yo nos hablamos todo, y ella y Alberto fortalecen su complicidad mientras nos miran con condescendencia como quien ve retozar a dos infantes. Con Lea fuimos al Encuentro Feminista de Chile en 1996, y por suerte estábamos juntas porque de otro modo hubiéramos muerto de tristeza y desesperación. Todo nos resultaba sórdido y mezquino, pero nos pudimos tomar nuestros recreos. Nuestras opiniones están volcadas en un diálogo en Feminaria.

Otra actividad importante que compartíamos con Clara era la capacitación política para mujeres. Cuando se legalizó la ley de cuotas armamos un programa muy ambicioso que duró un año, al que asistió un grupo fantástico de mujeres que luego he visto en muchos cargos políticos, y del que quedó un libro editado en Feminaria. También viajamos juntas a China en el ´95 para el encuentro de Beijing (¿alguien más que nosotras se pagó su propio viaje?) y nuestros diálogos entonces son para mí tan valiosos como el encuentro mismo. Cuando Clara, que es periodista, comenzó a trabajar intensamente en la revista Luna, y yo fui nombrada Defensora del Pueblo Adjunta, nuestros proyectos conjuntos se suspendieron, pero la verdad que la extraño.
En ese Programa de Capacitación Política para Mujeres desempeñó un papel muy importante Patricia Gomez, una joven politóloga a quien había conocido en los Encuentros Interdisciplinarios de Estudios de Género. La relación con Patricia también fue desde entonces muy estrecha, en trabajo, afecto y militancia feminista. Años después me alentaría a tomar el desafío de la Defensoría del Pueblo, y sería mi fuerte sostén allí el primer año. No le perdonaría nunca haberse ido a vivir a Barcelona en la mitad de todos los proyectos si no fuera por la poderosa sinrazón del amor. Nos mantenemos vinculadas por el gran invento del correo electrónico y por el viejo truco del pensamiento a la distancia.

De los encuentros interdisciplinarios de estudios de género, surgió un vínculo muy especial con una marplatense, Gloria Galé. Ella era muy tímida y me invitó a Mar del Plata donde tenían un grupo de mujeres (en realidad dos: el Centro de Apoyo a la Mujer Maltratada que era pionero en atención de violencia, y otro más de investigación y reflexión que funcionaba en la biblioteca de Naciones Unidas) y pensaron que yo podía colaborar en capacitación. Viajé muchas veces, compartimos miles de cosas, aprendí con ellas, mi relación con Goga se hizo entrañable, y un accidente que tuve a fin de enero de 2001 que me impidió caminar seis meses, junto a su imprevista e irreparable muerte dos meses después, me dejaron una herida abierta, un diálogo pendiente. No volví a Mar del Plata desde entonces, donde dejé tantas y tan profundas amigas, pero está en mi corazón continuar ese diálogo amoroso. Lo necesito.

A mediados de los ´90, preocupada por el modo de transmitir concientización en derechos humanos de un modo no solemne, en uno de los tantos veranos en que no nos íbamos de vacaciones (pensemos en un matrimonio de filósofos…), vi un aviso en Página 12 sobre un taller en Guionarte, una escuela de guion y creatividad. Fui a una charla introductoria y allí conocí a Michelina Oviedo y Hernán Invernizzi. Ambos fueron mis profesores, luego me estimularon a profundizar en un taller cuatrimestral los rudimentos vistos, y luego a hacer la carrera de guion que duraba dos años. Yo no tenía plata, y me becaron y apoyaron generosamente. Hice un corto como trabajo de realización final, en el que aceptó trabajar Ana María Giunta, y también colaboré con Miche y Hernán en un proyecto alucinante que era un noticiero ubicado 150 años en el futuro, donde pusimos a prueba una intuición adivinatoria que todavía hoy nos da miedo. Ser guionista egresada de Guionarte es un título que aprecio mucho.

En 1994, cuando se hizo en Mar del Plata el preparatorio de Beijing, participé en un taller de mujeres y ciencia. Allí conocí a Silvia Kochen, y luego en Buenos Aires a Ana Franchi, y armamos la RAGCyT (Red Argentina de Género, Ciencia y Filosofía). Tenemos una enorme afinidad y por suerte nos complementamos mucho, no tanto en nuestras virtudes como en nuestros defectos. De todos modos trabajamos intensamente y con convicción militante en la situación de las mujeres en ciencia y tecnología, en nuestro país y en América Latina. Con Ana y Silvia armamos en II Congreso Internacional de mujeres, ciencia y tecnología en 1998, que fue verdaderamente extraordiario, del que quedaron unas actas y unos videos filmados. Hicimos muchas jornadas y varios trabajos de investigación, algunos premiados. Tenemos un modo cooperativo de trabajo que sólo se resiente por la falta de tiempo, pero que nos dio muchos resultados. Lo llamamos “modelo buzo”, pero en esta oportunidad no me voy a explayar sobre los motivos.

Precisamente para hablar de mujeres y ciencia, el 8 de marzo de 1998 concurrí a la recién estrenada Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (ciudad que acababa de hacerse autónoma) porque las legisladoras de la Comisión de la Mujer habían invitado a 60 mujeres a ocupar las bancas simbólicamente para discutir la situación de las mujeres porteñas. Me enteré luego que por esa época estaban discutiendo la ley de la Defensoría del Pueblo. Un día me llama la entrañable Dora Barrancos (a quien yo conocía de eventos académicos pero entonces estaba iniciando su brillante período como diputada) para decirme que hablando con María Elena Nadeo y Gabriela González Gass sobre perfiles femeninos para esa institución, pensaron que era buena idea que yo me presentara al concurso que se abría poco después. A mi me pareció una idea absolutamente loca, y además estaba terminando mi tesis de doctorado y necesitaba el tiempo completo. Me dijo que pensaron en Eva Giberti, pero ella no aceptó, y que yo tenía una obligación de responsabilidad intelectual. Ese argumento me demolió.


Dora Barrancos es un alma bella, y no me alcanzará la vida para agradecerle haberme animado a esta experiencia que nunca habría buscado por mí misma. Me presenté apoyada por la Librería de Mujeres (Carola Caride y Piera Oria), la UMA (María Inés Brassesco) y la Asociación de Mujeres Jóvenes (Patricia Gomez). Aunque no abogué personalmente por el cargo, y aunque la competencia fue muy dura y no siempre leal, finalmente y para mi sorpresa me comunicaron que sería nombrada en una sesión especial. Y así fue. El cargo suponía compromiso político pero no partidario, y en mi adjuntía capacidad en derechos humanos y equidad de género. Sigue siendo un desafío, y una fuente extraordinaria de ejercicio de transferencia de todo lo que sé y puedo en beneficio del fortalecimiento y la construcción de ciudadanía, sobre todo de los sujetos más vulnerabilizados. Y vamos armando con mis compañeras y compañeros de la Adjuntía en Derechos Humanos un equipo de trabajo diverso y comprometido con el que sé que la historia va a continuar por otros caminos en los próximos años.

Hay también muchas mujeres y hombres que viven en otros países y han influido fuertemente en mi pensamiento y mi trabajo. Quise nombrar aquí sobre todo a aquellos con quienes podemos tropezarnos todos los días, y forman mi fuerza de acción y también una reserva de compromiso y solidaridad para todos nosotros, en esos inevitables momentos en que pensamos “¿quién me mandó meterme en esto?”.
Como se puede ver, probé muchos caminos y los dejé todos abiertos. Cuando era adolescente tenía una especie de urgencia existencial, creía que tenía que hacer todo a la vez, como si el tiempo me acechara. Pensé que era el presentimiento de quien va a morir joven. Hoy que tengo 48 años soy mas racional: creo que como soy serpiente y está en mi naturaleza no reencarnar, debo cerrar mi karma en esta vida. Por eso no quiero dejar nada pendiente. Ni siquiera esta biografía.

Buenos Aires, 2001

 Su compromiso con un mundo más justo e igualitario  la tienen continuamente ocupada y describir su labor es tarea imposible . 
Conoci su trabajo desde RIMA y conté con su ayuda y asesoracmiento hace ya ocho años y observo que su labor no se para sino que crece , Es un absoluto referente de feminista de Argentina, un pais en el que abunan mujeres con dicho compromiso. 

 

Dianan Maffia ha desempeñado diversos cargos públicos:

1998 a 2003: Defensora Adjunta del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, en el área de Derechos Humanos y Equidad de Género. Trabajó allí por los derechos de las mujeres, niños, niñas y adolescentes, minorías sexuales, personas en situación de prostitución.
2004-2008: Directora académica del Instituto de Formación Cultural y Política Hannah Arendt.
2007-2011: Legisladora en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por el partido Coalición Cívica/ARI.1​ Presidió la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud, y también formó parte de las de Cultura; Salud, y Seguimientos de Organismos de Control.
2012-2014 Miembro del Consejo Académico del Centro de Formación Judicial, del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires.
2012-actualidad Directora del Observatorio de Género en la Justicia, del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires.
Docente de Gnoseología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Docente de Epistemología Feminista (en la maestría de Estudios de Género), en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad de Rosario.
Investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (de la Universidad de Buenos Aires).
Presidenta de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud, de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Directora de la investigación «Control, defensa y promoción de los derechos sexuales y reproductivos», financiada por la Fundación Ford.
La legisladora por la Coalición Cívica, Diana Maffía, presentó un proyecto de ley que crea un plan para promover los derechos humanos de aquellas personas en situación de prostitución, en el ámbito de la Subsecretaria de Derechos Humanos del Gobierno de la Ciudad.

La posición de Maffía es crítica tanto el accionar del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri como el del gobierno nacional dirigido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El 26 de mayo de 2012 participó en el encuentro «WikiGénero (visibilizando las brechas de género en Wikipedia)», que se llevó a cabo en el Centro Cultural Ricardo Rojas en Buenos Aires.

Se desempeña como directora académica del Instituto Hannah Arendt. Maffía tiene a su cargo la clase «Conocimiento científico, práctico, místico, estético», y otra denominada «Los modos del contrato social».

Diana Maffía ha declarado en distintas oportunidades que es agnóstica.

El Premio Raquel Liberman, otorgado por la legislatura porteña como reconocimiento a quienes luchan por frenar la violencia de género, ha sido una iniciativa suya.

Maffía defiende la despenalización del aborto.,​ ha sido coautora del proyecto de muerte digna

Como titular de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud, fue la creadora de numerosos proyectos para el cuidado de niñas, niños y adolescentes.


El 31 de mayo de 2018  Diana Maffía participó de la decimoquinta jornada de debate por la legalización del Aborto en Argentina en el 15º plenario de comisiones del Congreso de la Nación manifestando su posición a favor del aborto declarando lo siguiente: "Lo que se decide no es si las mujeres van a abortar o no, sino en qué condiciones lo harán. Todas las evocaciones que hemos visto de quienes están en contra del aborto legal remiten al feto: un muñeco de un feto grande que ya tomó carácter público o pequeños muñequitos de fetos. ¿Dónde quedan las mujeres en estas representaciones? En ningún lado" “Esperamos que se salde una deuda democrática”. “Es una oportunidad histórica porque debatimos aborto, pero también porque estamos nosotras”. El desencuentro entre el estado y las mujeres es lo que estamos subsanando”. “Todos queremos que haya menos abortos, pero hay que buscar el mejor camino para eso. La criminalización no ha ayudado al respecto". “Tenemos derecho a una maternidad deseada y no la obligación de una maternidad forzada”



Premios y reconocimientos
Premio Dignidad 2000, entregado por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
Premio Parlamentario 2008.
Premio Parlamentario 2009.
Premio Parlamentario 2010.
Premios SP: Mejor Legisladora No Oficialista 2011.
Premio Parlamentario 2011.
Medalla de reconocimiento de la legislatura porteña 2011.
Premio Konex - Diploma al Mérito 2016: Estudios de Género.

http://www.fundacionkonex.org/b4891-diana-maffia
https://es.wikipedia.org/wiki/Diana_Maff%C3%ADa
http://dianamaffia.com.ar/?page_id=7


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sábado, 18 de septiembre de 2021

Suzanne La Flesche Picotte defensora de la salud y los derechos de los nativos norteamericanos


Suzanne La Flesche Picotte (Reserva india Omaha, Nebraska, 17 de junio de 1865- Walthill, 18 de septiembre de 1915) fue una reformadora y médica estadounidense de fines del siglo XIX; era india omaha.

Su madre, Waoo-Winchatcha (Mary Gale), era medio francesa medio omaha y su padre, Joseph LaFlesche, Iron Eye/Ojo de Hierro, también medio omaha, es considerado el último jefe omaha. Susan era la pequeña de cuatro niñas: Susette (1854-1903), Rosalie (1861-1900), Marguerite (1862-1945) y ella, y era medio hermana del antropólogo Francis Laflesche y sobrina del jefe ponca Standing Bear.​

Al terminar la escuela en la reserva, fue a estudiar al Instituto Hampton, en Hampton (Virginia) y luego al Colegio Médico de la Mujer de Pensilvania. Se licenció en marzo de 1889 y regresó a la reserva para trabajar como médica para ocupar su puesto  en el internado del gobierno en la reserva, dirigida por la Oficina de Asuntos Indígenas. Allí fue responsable de enseñar a los estudiantes sobre higiene y mantenerlos saludables. 

Aunque no estaba obligada a cuidar a la comunidad en general, LaFlesche se encontró cuidando a muchos  de sus miembros, así como a los niños de la escuela, a menudo tenía jornadas laborales de 20 horas y era responsable de más de 1.200 personas.  Desde su oficina en un rincón del patio de la escuela, con los suministros proporcionados por la Asociación de Indios de Connecticut, ayudó a las personas con su salud, pero también con tareas más mundanas, como escribir cartas y traducir documentos oficiales. 

Se dedicaba  ampliamente en la comunidad, hacía visitas a domicilio y cuidaba a pacientes enfermos de tuberculosis, gripe, cólera, disentería y tracoma.  Su primera oficina, era como un lugar de reunión de la comunidad. 

Durante varios años, viajó por la reserva cuidando pacientes, con un salario del gobierno de $ 500.00 por año, además de los $ 250 de la Asociación Nacional de Mujeres Indias por su trabajo como misionera médica. 

En diciembre de 1892, se enfermó gravemente y estuvo en cama durante varias semanas. Se vio obligada a tomarse un descanso en 1893 para cuidar a su madre enferma y también para restaurar su propia salud. 

En 1894, LaFlesche  se casó con Henry Picotte, un indio sioux  que había estado casado antes y se había divorciado de su esposa. 

La Flesche y su esposo tuvieron dos hijos: Caryl y Pierre. La Flesche continuó practicando la medicina después del nacimiento de sus hijos, con el  apoyo de su esposo para que eso fuera posible lo que  era inusual para las mujeres de la época victoriana, que generalmente se esperaba que se quedaran en casa después del matrimonio para ser madres a tiempo completo.   Picotte trató a pacientes blancos y de Omaha en la ciudad de Bancroft y las comunidades circundantes.  

La Flesche sufrió la mayor parte de su vida por una enfermedad crónica. En la escuela de medicina, le habían molestado problemas para respirar, y después de unos años trabajando en la reserva, se vio obligada a tomar un descanso para recuperar su salud en 1892, ya que sufría de dolor crónico en el cuello, el oido y la cabeza. Se recuperó, pero volvió a enfermarse en 1893, después de que una caída de su caballo la dejó con importantes lesiones internas. Con el tiempo, la condición de La Flesche la hizo quedarse sorda. 

A medida que envejecía, su salud declinó, y cuando se construyó el nuevo hospital de reserva en Walthill en 1913, ella era demasiado frágil para ser su única administradora.  A principios de marzo de 1915, sufría mucho y murió de cáncer de hueso el 18 de septiembre de 1915. 

En su carrera, La Flesche atendió a más de 1,300 pacientes en un área de 450 millas cuadradas. 



El hospital de reserva en Walthill, Nebraska, ahora un centro comunitario, lleva el nombre de La Flesche y fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1993.  Se está trabajando para recaudar fondos para su restauración. 

Una escuela primaria en el oeste de Omaha Nebraska lleva el nombre de La Flesche. 

El 17 de junio de 2017, el 152 aniversario de su nacimiento, Google lanzó un Doodle de Google en honor a La Flesche.

En 2018, un busto de La Flesche fue dedicado en el Centro de Transporte Martin Luther King Jr. en Sioux City.



https://searchengineland.com/susan-la-flesche-picotte-google-doodle-pays-homage-1st-american-indian-earn-medical-degree-277263
https://archive.org/details/susettelaflesche00brow/mode/2up
https://es.wikipedia.org/wiki/Suzanne_La_Flesche_Picotte

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viernes, 17 de septiembre de 2021

Martha Ostenso novelista y guionista noruega estadounidense

 

Martha Ostenso (17 de septiembre de 1900 - 24 de noviembre de 1963). Fue una novelista y guionista noruega estadounidense .

Martha Ostenso nació en Haukeland (ahora parte de Bergen), en el condado de Hordaland, Noruega. Sus padres eran Sigurd y Olina (de soltera Tungeland) Ostenso. Emigró con su familia. Primero se estableció en la provincia de Manitoba, Canadá, antes de mudarse a Dakota del Sur y Minnesota.  Ostenso enseñó en una escuela rural y asistió a la Universidad de Manitoba durante aproximadamente un año; ella nunca se graduó.  Mientras estudiaba en la Universidad de Manitoba, fue alumna de Douglas Durkin (1884 -  1967) , profesor del Departamento de Inglés. Poco después, Durkin dejó a su esposa e hijos y se mudó a la ciudad de Nueva York; Ostenso se unió a él allí. Vivieron juntos en Nueva York, donde estudió en la Universidad de Columbia.

Martha Ostenso trabajó como trabajadora social en Nueva York; ella y Durkin participaron activamente en los círculos literarios de la época. La novela más conocida de Ostenso, Wild Geese, se publicó en 1925. Un libro, sobre un joven maestro de escuela enviado a enseñar en la zona rural de Manitoba, fue aclamado por los críticos como un hito en el realismo canadiense; ganó el premio Dodd, Mead and Company a la mejor novela del año en 1925.  La convirtió en una autora conocida y de gran éxito de ventas.  En 1927 se hizo una versión cinematográfica de Wild Geese.




Ostenso y Durking luego se mudaron a Minnesota. Muchas de sus novelas se basaron en la vida agrícola de Minnesota; la mayoría incorpora elementos de romance y melodrama. Ostenso retrata la vida de los inmigrantes rurales con dignidad.  Aunque ninguna de sus últimas novelas alcanzó la aclamación que atrajo a Wild Geese, la mayoría continuó explorando un tema similar: la relación entre hombres y mujeres y la tierra en la que trabajan. Varias de sus otras obras fueron traducidas y reimpresas varias veces. 

En 1931, Ostenso adquirió la ciudadanía estadounidense. Continuó publicando cuentos, novelas y escribió varios guiones. Aunque ahora se sabe que Ostenso colaboró ​​con Durkin, todos sus escritos aparecieron solo bajo su nombre. Produjo quince novelas más, la más exitosa de las cuales fue O River, Remember, una novela sobre una familia en el Valle del Río Rojo de Minnesota que ganó una selección del Gremio Literario en 1943. 


Martha Ostenso y Durkin vivieron durante un tiempo en Hollywood, California, donde tuvieron amigos entre las estrellas de cine de los años treinta y cuarenta. La novela de Ostenso Wild Geese fue filmada como The Cry of the Wild Geese en 1961 como una coproducción de Alemania Occidental y Austria y más tarde como After the Harvest en 2001 como una película hecha para televisión para la televisión canadiense protagonizada por Sam Shepard.



El estilo de vida de la industria cinematográfica afectó la salud de Ostenso y Durkin, así como su productividad y la calidad de su trabajo. En 1963, la pareja se mudó a Seattle, Washington, para estar cerca de los hijos de Durkin. Poco después de la mudanza, Ostenso murió de cirrosis hepática, resultado de años de consumo excesivo de alcohol.

 Wild geese, contiene elementos del Romanticismo, representa el principal exponente en el movimiento canadiense hacia el realismo. Además, publicó doce volúmenes de relatos y una colección de poemas titulada A far Land (1924). Fue coautora de una biografía de la hermana Elizabeth Kenney.  



https://en.wikipedia.org/wiki/Martha_Ostenso

https://www.epdlp.com/escritor.php?id=11770

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jueves, 16 de septiembre de 2021

Angeles Lopez de Ayala dramaturga, narradora, periodista y activista política española


Ángeles López de Ayala y Molero (Sevilla, 21 de septiembre de 1858-Barcelona, 29 de enero de 1926) fue una dramaturga, narradora, periodista y activista política española, considerada la principal intelectual feminista en ese país de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. De ideología republicana, feminista y afiliada a la francmasonería, impulsó la creación de la Sociedad Autónoma de Mujeres de Barcelona (1892), que fuera considerada la primera organización feminista de España, junto a la anarquista Teresa Claramunt Creus y la espiritista Amàlia Domingo, y de la Sociedad Progresiva Femenina en 1898. Férrea defensora de los derechos de la mujer, afirmaba que las mujeres habían de emanciparse tanto de la Iglesia, por temor a liberar la consciencia, y de la supremacía masculina.

Manifestación de mujeres de Barcelona, convocadas por Ángeles López de Ayala, el 10 de julio de 1910, a favor de la educación laica.


Ángeles López de Ayala era hija de Asunción Molero y Valdivia y de Gonzalo López de Ayala , y además sobrina del escritor y político Adelardo López de Ayala. A los ocho años de edad quedó huérfana de madre, por lo que su padre decidió dejar su crianza y educación en manos de unos familiares, en Morón de la Frontera y luego trasladándose a Zahara de la Sierra. Recibió una primera instrucción en el Convento de Santa Catalina, en Osuna; posteriormente entró como novicia en el Convento de Santa María, en Marchena. Sin embargo, debido a su escasa vocación religiosa, decidió abandonar el monasterio al cabo de dos años, encontrando más tarde una tendencia hacia las letras.

Con dieciséis años de edad dio por concluida una novela en cuatro tomos, titulada El triunfo de la virtud, y al poco tiempo comenzó a colaborar en publicaciones como La Educación, El Fígaro, El Hispalense y El Disparate.

Se casó en 1881, instalándose en Madrid junto a su esposo. Perdió a su padre y a su dos hermanos a finales de los años 1880.

En 1887, publicó la obra Los terremotos de Andalucía o Justicia de Dios. Al mismo tiempo inició una campaña pública en contra de la institución monárquica, siendo arrestada durante un corto tiempo. En 1889, habiéndose mudado a Santander, su hogar sufrió un atentado.


A poco de cumplir sus 30 años de edad, en 1888, se trasladó a Barcelona. Allí fundó el semanario El Progreso (1896), de ideología Republicana y que trataba el problema de la mujer, El Gladiador (1906), que se ocupaba de la condición de la mujer y de la lucha feminista en todos los campos, El Libertador (1910), que tenía el eslogan Periódico defensor de la mujer y órgano del librepensamiento, y El Gladiador del Librepensamiento (1914), que desaparecería en 1920, juntamente con la Sociedad Progresiva.​ Debido a las persecuciones de las autoridades: pasó tres largas temporadas en la cárcel por sus actividades políticas y periodísticas.



Ángeles financiaba una escuela laica nocturna, la cual fue propulsora para la creación de la Sociedad Progresiva Femenina, en la que se afianzó el funcionamiento de una escuela diurna para niñas y otra nocturna para adultos. Dicha asociación estaba estrechamente ligada a la Logia Constancia a la que pertenecía López de Ayala, y de la que había sido secretaria en 1895.​ Creó además un orfeón y una compañía de teatro.

Ángeles López de Ayala organizó, con la ayuda del lerrouxismo «la manifestación femenina más importante y multitudinaria de la Restauración bajo la bandera de la emancipación de la mujer, del librepensamiento y de la república», llevada a cabo en Barcelona, el 10 de julio de 1910. El objeto de la marcha era expresar simpatía ante una propuesta del político español José Canalejas. Con la manifestación se logró entregar al gobernador civil un mensaje, suscrito con unas 22 000 firmas, en el que se declaraba que todas las españolas eran católicas, pero no clericales.​


Obras

Éstas son algunas de las obras escritas por Ángeles López de Ayala:

Lo que conviene a un marido, 1880. Teatro.

Don Gonzalo de Córdoba, 1880. Teatro.

El triunfo de la virtud, 1881. Novela.

Los terremotos de Andalucía o Justicia de Dios. Madrid: Tip. Huérfanos, 1886. Novela.

Cuentos y cantares para los niños. Madrid: José Matarredona, 1888. Cuentos.

De tal siembra tal cosecha. Barcelona: Maucci, 1889. Teatro.

Absurdos sociales, Barcelona, 1899. Novela.

Primitivo, 1900. Libro de lectura.

Además de aportar con colaboraciones en: La Educación, El Fígaro, El Hispalense, El Disparate, La Publicidad de Madrid, La Ilustración Madrileña, El Clamor zaragozano, El Diluvio, La Humanidad, El Gladiador de Jaén y El Fénix de Santander.

https://scandallos.wordpress.com/2018/01/18/la-intensa-lucha-de-angeles-lopez-de-ayala/

https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81ngeles_L%C3%B3pez_de_Ayala

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miércoles, 15 de septiembre de 2021

Toyen pintora, dibujante e ilustradora checa


 Basada en imagen de Toyen en 1930

Marie Čermínová, (21 de septiembre de 1902, Praga - 9 de noviembre de 1980, París), conocida como Toyen  fue una pintora, dibujante e ilustradora checa y miembro del movimiento surrealista. Fue una de las personalidades más importantes de la cultura checa, y se la considera de entre las más creativas y libres de la vanguardia en el siglo XX.


Poco se sabe de su infancia, ella misma evitaba hablar de esos periodos de su vida, hasta el punto de negar tener una familia, aun con la constancia de la existencia de sus padres y de una hermana. A los 16 años empezó a trabajar en Zizkov en la fabricación de jabón. De 1919 a 1920, Toyen asistió a la UMPRŮM (Academia de Artes, Arquitectura y Diseño) en Praga. Trabajó estrechamente con el poeta y artista surrealista Jindřich Štyrský hasta la muerte de este. Se unieron al grupo Devětsil en 1923 y expusieron con ellos. A principios de 1920, Toyen viajó a París, y pronto volvería allí con Štyrský. Mientras vivían en París, los dos fundaron una alternativa artística a la abstracción y al surrealismo que denominaron Artificialismo. Regresaron a Praga en 1928.

Toyen se refirió a sí misma en masculino por miedo al rechazo de género en la vanguardia. Deliberadamente dejó a un lado los adornos confinantes de la feminidad para acceder al mundo del arte casi exclusivamente masculino del modernismo. Los bocetos, las ilustraciones de libros y las pinturas de Toyen eran frecuentemente eróticos y contribuyó con ellos a la Revolución Erótica de Štyrský (1930-33). Esta revista fue publicada en términos de suscripción estrictos basados en una circulación de 150 copias. Štyrský también publicó libros bajo la marca Edice 69, algunos de los cuales Toyen ilustró. Por ejemplo, ilustró la Justina del Marqués de Sade. También cabe destacar su contribución en Die Frau als Künstlerin, ("La mujer como artista"), la prestigiosa encuesta de 1928 de mujeres artistas en la civilización occidental.

Toyen y Štyrský poco a poco se fueron interesando más por el surrealismo. Después de que sus socios Vítězslav Nezval y Jindřich Honzl conocieron a André Breton en París, fundaron el Grupo surrealista checo junto con otros artistas, escritores y el compositor Jaroslav Ježek.

Forzada a estar bajo tierra durante la ocupación nazi y la Segunda Guerra Mundial, protegió a su socio artístico, Jindřich Heisler, un poeta de ascendencia judía que se había unido al grupo surrealista checo en 1938. Los dos se trasladaron a París en 1947, antes de la toma comunista de Checoslovaquia en 1948. En París trabajaron con André Breton, Benjamin Péret y otros surrealistas.

Toyen murió el 9 de de noviembre de 1980 en París. Su funeral se llevó a cabo con la asistencia de sus mejores amigos al cementerio de París Des Batignolles, donde, además, están enterrados sus amigos: Jindrich Heisler, André Breton y Benjamin Péret.



La vanguardia checa estaba dominada sobre todo por hombres. Un notable número de artistas que trabajaban en el campo de las artes decorativas, incluyendo la pintura y la escultura, eran casi exclusivamente hombres. Sin embargo, a Toyen se le respetó como la única mujer miembro de la técnica checa antes de la guerra.

Toyen cargó contra las convenciones burguesas con el movimiento anarquista, protestó contra la familia y las autoridades sociales y culturales y negó el tradicional "papel femenino" mediante la adopción neutral "sin género" del pseudónimo Toyen. Llevó una vida independiente, en la cual no faltaban siempre las altas demandas de su propia creación y el travestismo. Fue bastante inusual, hablaba de sí misma en masculino y, a veces, iba vestida como un hombre, en traje y pajarita en el cuello (aunque la mayoría de las fotos de Toyen la muestran elegantemente vestida con ropa femenina).

Eso ayudó a Toyen a integrarse en el mundo de los hombres. Su carácter también fascinó al público y a sus fieles y captó mucha la atención. Tuvo un estilo de vida muy libre, no se casó y no tuvo niños. Toyen fue una mujer muy reservada y no le gustaba hablar sobre su vida personal. Es probable que tuviera relaciones amorosas con sus colegas, Jindřich Štyrský y Jindřich Heisler. En muchas de sus obras aparecen motivos lésbicos y es posible que Toyen fuera bisexual. Pero todo de esto es una hipotésis.



Al principio de la creación de Toyen encontramos un cubismo purista. En 1925 el tandem Stirsky-Toyen se trasladó a París, donde desarrollaron el "Artifiacialismo". Durante esos años, Toyen ilustró varios libros y revistas con dibujos que tienen una fuerte carga erótica, como los realizados para una edición de Justine ou les infortunes de la vertu (Justine o los infortunios de la virtud), del Marqués de Sade, del Heptamerón, o sus colaboraciones en la Eroticka Revue. De regreso a Praga comenzó su transición al surrealismo y fue una de los fundadores del núcleo surrealista de Praga en 1934.

Muchas de sus obras tienen un sentido solapado político, especialmente en sus pinturas que reflejan los terrores que experimentó durante la Segunda Guerra Mundial. También podemos ver cuadros y dibujos muy eróticos y explícitos, que representan la sexualidad femenina, las frustraciones sexuales de los hombres y mujeres, y también el deseo lésbico.​ Su carrera de ilustradora es importante también. En Praga trabajó para Odeon, para quien diseñó cubiertas de libros. Ilustró también los libros de poemas de Jaroslav Seifert o Vítězslav Nezval.


http://www.all-art.org/art_20th_century/toyen1.html

https://en.wikipedia.org/wiki/Toyen

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martes, 14 de septiembre de 2021

María Magdalena Pavón referente de la música tradicional ecuatoriana



María Magdalena Pavón ( Ibarra en la parroquia El Sagrario, el 4 de julio de 1941- 14 de septiembre de 2018)

A sus 77 años, María Magdalena Pavón, integrante del grupo vocal afrochoteño Las Tres Marías y referente de la música tradicional ecuatoriana, ha muerto, dejando un importante legado, sobre todo en género bomba y otros ritmos mestizos andinos.

 El valle del Chota, al asentamiento afroecuatoriano más importante de la Sierra norte del Ecuador, está de luto.  Ella junto sus hermanas menores Margarita Rosa Elena y Gloria María integraban el grupo de música vocal Las Tres Marías. Con una trayectoria de más de seis décadas, cantando boleros, pasillos y la bomba, el ritmo tradicional de esta jurisdicción del norte de la provincia de Imbabura, conquistaron el país. El amor por el arte lo heredaron de sus padres Luis Elías Pavón Lara y la madre de las dos mayores, María Lucrecia Julios. Ellos fundaron la Banda Mocha San Miguel de Chalguayaco, la tierra natal de las tres mujeres cantoras. Alguna vez María Magdalena contaba que cuando su progenitor tenía una “tocada” en las vecinas ciudades de Ibarra o Cotacachi, las entonces niñas ayudaban con premura a sembrar fréjol, recoger guayaba o lavar la ropa en el caudaloso río Chota para poder acompañarlo. Las niñas miraban atentas como don Luis Elías y sus compañeros tocaban la guitarra, la rasqueta, el tambor y el filo de la fragante hoja de naranjo, que con un soplo emitía un sonido similar al de un clarinete. 

Luego en la tranquilidad de la vivienda familiar las futuras artistas, reproducían con sus bocas los sonidos de los instrumentos, ante el oído atento y satisfecho de sus padres. Así pasó el tiempo, colaborando con su arte en las fiestas, inauguraciones de sistemas de agua, aniversario de parroquialización y los triunfos de la Selección Nacional de Fútbol, en la que jugaban muchachos crecidos en las polvorosas calles del valle. El amor por la música les dio, en la última década, muchas satisfacciones. Eran conocidas en el país. La gente les pedía fotografiarse con ellos. En el 2012 recibieron un reconocimiento al Merito Cultural. Un año después formaron parte del disco Taitas y Mamas, leyendas vivas del origen. Ahí se consagraron definitivamente a escala nacional, como un legado cultural. Finalmente, en el 2014 el grupo Las Tres Marías fue declarado Patrimonio Vivo del Ecuador. La última María Magdalena habría sido internada en el hospital, porque se había complicado su salud a causa de la diabetes que le afectaba desde hacer varios años. Ahora sus seis hijos, sus dos hermanas y los amantes de la música lloran la partida de María Magdalena Pavón.


https://es.wikipedia.org/wiki/Las_Tres_Mar%C3%ADas_(Ecuador)

http://www.heroinas.net/2014/05/las-tres-marias-gloria-rosa-elena-y.html

https://www.elcomercio.com/tendencias/tresmarias-fallece-maria-magdalena-pavon.html

https://www.eluniverso.com/noticias/2018/09/16/nota/6954680/grupo-tres-marias-se-queda-voz-magdalena/

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lunes, 13 de septiembre de 2021

Natalia de Oliveira Correia poeta, novelista, intelectual, ensayista y política portuguesa



Natália de Oliveira Correia (Fajã de Baixo, Isla de San Miguel, Azores, 13 de septiembre de 1923 - Lisboa, 16 de marzo de 1993) fue una poetisa, novelista, intelectual, ensayista y política portuguesa.


Realizó sus estudios secundarios en Lisboa, colaboró en diversas publicaciones periodísticas y fue diputada del Partido Social Demócrata Portugués. Fue una de las activistas más importantes en la lucha contra el fascismo en su país y una gran defensora de la cultura, los derechos humanos y los derechos de la mujer. Se le considera una de las figuras más importantes de la literatura portuguesa del siglo XX.


Siempre se mostró marcada profundamente por la naturaleza de su isla natal, tanto en sus afinidades literarias —Antero de Quental, Vitorino Nemésio—, como en la elección de los temas, imágenes y símbolos. La influyeron mucho el surrealismo, la lírica galaicoportuguesa y el misticismo. Su obra abarca un amplio espectro que va desde el lirismo romántico hasta la sátira. Cultivó géneros muy diversos: la poesía, la ficción, el ensayo, el teatro, la antología, etc.


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III

E fez-se luz e a luz o touro fez:

Os cornos eram estrofes de soldados.

Foi no tempo do pólen foi no mês

Do sémen, dos sabor, dos deslumbrados.

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De salmo e de solário era a nudez

De amor, os animais demasiados.

Era a revolução. Era uma vez...

Eram na fábula os dias colocados.

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Ó liberdade cruel como a beleza!

Fúria de trevos que só é acesa

Pelas áspides que no fundo se devoram!

.

És mais dócil ao fogo que a madeira

E só és mariposa verdadeira

Porque os ébrios de Abril te comemoram.

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'in Epistola aos Lamitas'



Obras

Poesía

Rio de Nuvens (1947)

Poemas (1955)

Dimensão Encontrada (1957)

Passaporte (1958)

Comunicação (1959)

Cântico do País Imerso (1961)

O Vinho e a Lira (1966)

Mátria (1968)

As Maçãs de Orestes (1970)

Mosca Iluminada (1972)

O Anjo do Ocidente à Entrada do Ferro (1973)

Poemas a Rebate (1975)

Epístola aos Iamitas (1976)

O Dilúvio e a Pomba (1979)

Sonetos Românticos (1990)

O Armistício (1985)

O Sol das Noites e o Luar nos Dias (1993)

Memória da Sombra (1994)




Ficción

Grandes Aventuras de um Pequeno Herói, (relato infantil) (1945)

Anoiteceu no Bairro (1946)

A Madona (1968)

A Ilha de Circe (1983)

Onde está o Menino Jesus?, (cuentos) (1986)

As Núpcias (1992)

Teatro

Sucubina ou a Teoria do Chapéu, con Manuel de Lima (1952)

O Progresso de Édipo (1957)

O Homúnculo (1965)

O Encoberto (1969)

Erros meus, má fortuna, amor ardente (1981)

A Pécora (1983)

D. João e Julieta (1999)

Ensayo

Descobri que era Europeia (1951)

Poesia de Arte e Realismo Poético (1958)

A questão académica de 1907 (1962)

Antologia da Poesia Erótica e Satírica (1966)

Cantares Galego-Portugueses (1970)

Trovas de D. Dinis (1970)

A Mulher (1973)

O Surrealismo na Poesia Portuguesa (1973)

Não Percas a Rosa (1978)

Antologia da Poesia Portuguesa no Período Barroco (1982)

A Ilha de Sam Nunca (1982)

Somos todos hispanos (1988)

A Ibericidade na Dramaturgia Portuguesa (2000)

Breve História da Mulher e outros escritos (2003)

A Estrela de Cada Um (2004)

https://pt.wikipedia.org/wiki/Nat%C3%A1lia_Correia

https://sv.wikipedia.org/wiki/Astrid_Berwald

https://ciudadseva.com/autor/natalia-correia/poemas/

https://estadoiberico.wordpress.com/2016/11/24/bibliografia-iberista-iii-todos-somos-hispanos-natalia-correia-1988/

https://pt.slideshare.net/timtim100/natlia-correia

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domingo, 12 de septiembre de 2021

Laura Villela Sabia periodista y activista por los derechos de las mujeres

Laura Villela Sabia (18 de Septiembre de 1916 -17 de  Octubre de 1996) fue una periodista  canadiense.


Laura Villela Sabia, líder feminista canadiense que reunió a más de 30 grupos de mujeres que presionaron en Canadá para que estableciera la Comisión Real sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, lo que resultó en la fundación en 1972 del Comité de Acción Nacional sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer; Laura también fue una exitosa periodista y columnista cuyas opiniones francas a menudo provocaron controversias .


La hija de Laura Sabia, Maureen, dijo de su madre: “Toda su vida Laura Sabia soñó sueños con mujeres. . . "Igualdad de oportunidades" y "opciones" fueron su mantra. Con una determinación inquebrantable, se dedicó a elevar el nivel de conciencia canadiense sobre el trato que da a las mujeres ”(Sabia, M). La fuente de los sueños de Laura no es difícil de identificar; fueron plantados en su mente a una edad temprana por su padre, Pasqualle Villela, un inmigrante italiano con visión de futuro, quien creía que “cualquier cosa que un hombre pudiera hacer, una mujer podría hacerlo mejor” (Sabia, “Tú”), y quien alentó a Laura a pensar y actuar por sí misma. Su madre, Aquilina, la enérgica hija de un herrero, era el modelo de Laura de una mujer fuerte y capaz. No fue sorprendente que Laura se convirtiera en una rebelde confesada, incluso mientras asistía a una escuela privada de un convento en Montreal, y que creciera para convertirse en una visionaria abierta, pensadora independiente y pionera en su comunidad, provincia y país.


Laura nació en la pequeña ciudad de Pembroke en Ontario, pero todos sus recuerdos comenzaron en Montreal, donde se mudó su próspera familia cuando ella tenía dos años. Laura sufrió lo que sintió fue la ignominia de ser hija de padres italianos; su amorosa y comprensiva familia no fue suficiente para protegerla de las burlas y los insultos en la escuela. De niña, llegó a odiar ser italiana. Su sentido de no pertenencia la persiguió a lo largo de sus días escolares y la influyó de diversas maneras a lo largo de su vida.


Laura asistió a la Universidad McGill y se graduó en 1938 con una licenciatura en Idiomas. En McGill conoció y en 1939 se casó con el Dr. Michael Sabia, un joven cirujano. En 1940, su trabajo los llevó a St. Catharines, Ontario, donde Laura vivió la vida de una madre acomodada que se queda en casa. Ella y Michael criaron a cuatro hijos y Laura les inculcó su sentido de responsabilidad hacia la sociedad, enseñándoles que no había fin a lo que podían lograr si se aplicaban. El suyo era un hogar cómodo y feliz, pero a pesar de ello, la propia Laura estaba inquieta; quería y necesitaba más estimulación mental. Uno de esos estimulantes fue CFUW. Laura se unió al club St. Catharines a principios de la década de 1950 y el 10 de mayo de 1955 se convirtió en presidenta del club.


Laura también aprovechó una variedad de oportunidades de voluntariado en la comunidad y, en 1953, se había convertido en la primera mujer miembro de la Junta Escolar Separada de St. Catharines, permaneciendo en el cargo durante cuatro años. Sin embargo, con el tiempo llegó a creer que ya no podía apoyar escuelas separadas. Laura se dedicó a la política municipal y se desempeñó como concejal de la ciudad durante tres períodos (1962-1968). En junio de 1968, The St. Catharines Standard informó que en la fiesta de jubilación de Laura, el alcalde le entregó una cuchara "para revolver las cosas". Ese mismo año se postuló, aunque sin éxito, para el puesto de alcaldesa y para un puesto en el Gobierno Federal como Conservadora Progresista.


La participación de Laura en la comunidad no le impidió ascender en CFUW. Cuando se instituyó el cargo de Directora Provincial, ahora Directora Regional (RD), en 1958, Laura fue elegida para representar a Western Ontario, la región que tenía el mayor número de clubes. Durante su mandato, Laura los visitó a todos. En 1961 fue elegida vicepresidenta de CFUW Ontario. Como vicepresidenta de Ontario, encabezó una campaña para eximir a las viudas según las leyes de derechos de sucesión de Ontario. En 1962 Laura fue la ganadora de la beca de la IFUW para asistir a la reunión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas. Regresó de Nueva York con una nueva comprensión de la posición y el poder de la política en los problemas de la mujer.


En 1964, en medio de una década revolucionaria que coincidía con su personalidad, Laura fue elegida Presidenta Nacional de CFUW. La sociedad en la década de 1960 estaba en un cambio; Se desafían los viejos valores y se desarrollan otros nuevos. Su último año como presidenta, 1967, también marcó el centenario de Canadá. ¿Qué mejor momento para que el centro del escenario sea ocupado por una mujer franca, que fue citada en The St. Catharines Standard el 26 de febrero de 1957 diciendo: “Las mujeres nunca ocuparán el lugar que les corresponde en la comunidad y los asuntos nacionales hasta que decidan ir tras él? ”(Citado en Harapiak). Además, era obvio que tenía la intención de llevarse a los miembros de CFUW con ella. Durante su presidencia, CFUW llevó a cabo una encuesta sobre educación continua y eligió el tema "El arco del siglo" para su 17ª Trienal en Vancouver. Ella dirigió a CFUW en la presentación de informes al gobierno federal sobre divorcio, domicilio, impuestos, la edad mínima para contraer matrimonio y la salud de la mujer.


Laura se dio cuenta de que durante muchos años las delegaciones de las organizaciones de mujeres al gobierno federal habían sido escuchadas, felicitadas y olvidadas rápidamente. Para ella esto era absolutamente inaceptable. A principios de 1966, por iniciativa propia como presidenta de CFUW, Laura escribió a 40 organizaciones de mujeres influyentes en todo el país. Ella organizó una reunión de sus representantes, que se llevó a cabo en la sede del club de UWC Toronto. Formaron un comité para la Igualdad de la Mujer, más tarde denominado Comité Ad Hoc sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer.


Luego, Laura trabajó en conjunto con la ministra del gabinete liberal, Judy LaMarsh, para encabezar la formación del Comité para la Igualdad de las Mujeres en Canadá. Lo que ellos y CFUW querían lograr era nada menos que el establecimiento de una Comisión Real sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer. Laura jugó duro con el primer ministro Lester B. Pearson y advirtió que si él no cooperaba, podría llevar a dos millones de mujeres a marchar hacia el Parlamento. La táctica funcionó y la Comisión Real se estableció en 1967. La ministra LaMarsh dijo más tarde que no habría podido convencer al primer ministro Pearson de actuar sin la organización y la presión ejercida por Laura Sabia, quien por primera vez reunió a grupos de mujeres en Ottawa. hablar con una sola voz .


Laura continuó trabajando con el Comité para la Igualdad, que luego se convirtió en el Comité de Acción Nacional sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (NAC) y fue su primera presidenta de 1969 a 1973. NAC era un grupo de presión no partidista diseñado para impulsar la implementación de las 167 recomendaciones del Informe de 1970 de la Comisión Real sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer. NAC se convirtió en la organización de mujeres más grande de Canadá y, en la década de 1980, representaba a más de 700 grupos de mujeres. Su éxito se logró uniendo a los opuestos: conservadores y radicales, o como Laura lo describió, “botas clavadas y el conjunto de guantes blancos” (Anderson). Michelle Landsberg en Writing The Revolution, afirma que “el liderazgo vigoroso [de NAC] atrajo la atención e influencia del público mucho más allá de los sueños de sus fundadores” (259). La década de 1970 fue igualmente emocionante. En 1973, Laura fue nombrada primera presidenta del Consejo Asesor de Ontario sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, cargo que abandonó en 1976 por falta de apoyo de las propias mujeres. Ella, que había esperado tanto de CFUW, sintió que su propia organización la había decepcionado. Ella dijo: "CFUW debería haber liderado el camino hacia la igualdad. Tenía todas las calificaciones de liderazgo. Eligió arrastrar sus pies en arcilla refinada" (Crónica 49: 6).


En su libro Ten Thousand Roses: The Making of a Feminist Revolution, Judy Rebick señala que a finales de la década de 1960 había tres corrientes de feminismo en Canadá: la Voz de las mujeres activistas por la paz; las madres de clase media y las mujeres de carrera que pertenecían a grupos establecidos como CFUW y la YWCA; y los jóvenes radicales. Laura, por supuesto, habló por el grupo intermedio .


Nunca se duerme en los laureles, continuó Laura. De 1971 a 1977 condujo un programa de comentarios en la radio que requirió horas de preparación. Ella estaba en su elemento. Pasaba tres horas al día leyendo periódicos nacionales e internacionales para estar al día de los problemas e incluso leer por placer Hansard, las transcripciones de los debates parlamentarios en la Cámara de los Comunes. Formó parte del efímero Partido Feminista de Canadá, pero pronto se retiró porque pensó que las mujeres se convertirían en guetos. En 1976, Laura estaba escribiendo una columna de crítica política dos veces por semana para el Toronto Sun e hizo un noticiero editorial semanal para CITY TV.


El interés de toda la vida de Laura en el mercado de valores se originó en su infancia, cuando su padre le enseñó a invertir en acciones de su elección. Sintiendo que las mujeres deberían entender estos temas, impartió clases de inversión para mujeres y fundó más de 12 clubes de inversión en Ontario. En 1980, Laura había perdido a su esposo, sus hijos eran mayores y vivían en Toronto, y sin que muchos lo supieran, había desarrollado la enfermedad de Parkinson. Era hora de vender la casa grande en St. Catharines y mudarse a Toronto. Aquí se lanzó a una elección parcial como candidata conservadora progresista en la Spadina, quedando en tercer lugar. Consideró correr de nuevo en 1984, pero su salud dictaba lo contrario. En 1985 fue nombrada miembro de la Junta Directiva de VIA Rail. También fue presidenta de la YWCA en Toronto y miembro de su Junta Nacional. Laura siguió conectada con CFUW St. Catharines después de mudarse a Toronto. Regresó a las reuniones para hablar y abrió su casa en Toronto a los miembros que asistían a las funciones de CFUW. En 1984, CFUW St. Catharines le otorgó una membresía vitalicia honoraria.


Laura fue notada y reconocida durante toda su vida. En 1974, el gobernador general Jules Leger la nombró oficial de la Orden de Canadá en reconocimiento a sus esfuerzos de 15 años en la promoción de los derechos de la mujer. Cinco años más tarde, la Universidad de Brock en St. Catharines le otorgó un Doctorado Honorario en Leyes. En 1977 recibió la Medalla del Jubileo de la Reina; diez años antes había recibido una Medalla del Centenario y en 1983 se le otorgó un Premio del Gobernador General en conmemoración del Caso de la Persona. Este premio reconoció las contribuciones sobresalientes para mejorar la condición de la mujer en Canadá. En 1991, recibió su segundo título honorífico de su alma mater.


Después de su muerte, en 1996, Doris Anderson escribió sobre ella en una columna "Lives Lived" para la edición del 6 de noviembre de 1996 del Globe and Mail. Ella describió a Laura como “cálida, generosa, una cocinera inspirada, una tejedora de toda la vida, una cuidadora de plantas y una madre y abuela devotas, pero como defensora de las mujeres, a menudo se mostraba bastante impaciente. Cuando no estaba de acuerdo con las posturas convencionales, nunca dudó en darle al movimiento una parte de su mente y una muestra de su lengua afilada ". La columna señaló además que en su funeral, su hija Maureen había leído de una de las propias columnas de Laura que reflejaba su personalidad pública impenitente:


He luchado contra mi iglesia, me he opuesto al Papa y he amado cada momento de choque y chispa: cuanto más luchaba, más me gustaba. Hice algunas declaraciones escandalosas, para impactar  más. No cambiaría ni una palabra,  nunca.


http://www.fcfdu.org/whoweare/cfuw100thanniversary/pastpresidentsbiographies/drlauravillelasabia,oc1964-1967.aspx

https://www.britannica.com/biography/Laura-Villela-Sabia

https://en.wikipedia.org/wiki/Laura_Sabia

https://prezi.com/1ilybo8it0wo/dr-laura-villela-sabia/

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